Medicina natural, actualidad y economía

El fallecimiento de Alfonso Prohens y noticias recientes de mi amigo Enrique Carvajal Naranjo me hacen recordar tiempos pasados de mi relación con el Norte Chico y me han motivado a escribir este artículo

El 31 de julio de 2014 leo la hermosa carta publicada por El Mercurio y enviada por Miguel Allamand, directivo de la SNA. Ella se inicia con esta destacable expresión: “Los grandes países los construyen los grandes hombres. Don Alfonso Prohens será recordado como uno de ellos”. Sin duda fue un gran hombre. Más adelante presento la carta completa, la que creo que se hace merecedora a una felicitación. Son notas que deben quedar registradas en la historia.

Hace pocos días conversaba telefónicamente con Patricio Carmona Broussain, una gran amigo y compañero de estudios de Agronomía en la Universidad de Chile, a raíz de la sensible muerte de su esposa compañera en nuestros estudios Norma Ortiz Frías, colegas de profesión, y le decía que quería escribir algo sobre la Cuarta Región a raíz de la muerte de Alfonso Prohens y de recuerdos también de su hermano Guillermo que tanto lograron hacer por agricultura de la zona. Patricio me dio valiosos antecedentes de esta familia que él muy bien conoce, de sus varias generaciones que han logrado aportes significativos a la región.

Con Enrique Carvajal Naranjo fuimos compañeros de estudios en el Instituto Nacional el año que egresamos, 1949. Los exalumnos de esa generación habitualmente nos reunimos y él en más de una vez estuvo con nosotros o se comunicaba desde La Serena por teléfono en momentos en que nos reuníamos en el hoy desaparecido Restaurante El Parrón de Providencia. Tuve varios contactos posteriores con él.

A Enrique me referiré más adelante.

Mis contactos con la región se iniciaron a comienzos de los años 50 cuando como estudiantes de Agronomía de la Universidad de Chile visitamos la hoy Cuarta Región, entonces provincia de Coquimbo. Después estuve relacionada con ella como funcionario de CORFO y especialmente como Gerente Agrícola de esa institución entre 1965 y 1970. Posteriormente me volví a relacionar con esa zona como decano de la Facultad de Ciencia Agrarias y Forestales de la Universidad de Chile en el periodo 1990- 1994.

En estas actividades conocí a varias personas que he estimado conveniente recordar especialmente, tanto empresarios agrícolas como profesionales y hombres públicos. Haré una breve reseña de ellos, ya que con esto puedo dejar algunas informaciones que quizás no estén registradas en la historia. Menciono a los hermanos Alfonso y Guillermo Prohens, a Tadeo Perry, a Fernando Illanes Abbot, a Luis Villalón desde luego a Enrique Carvajal Naranjo; a mis amigos Félix Susaeta Sáenz de San Pedro y a Ricardo Corssen Müller. También menciono al gran hombre público, de muchos cargos parlamentarios, de ministro y de dirigente político, Pedro Enrique Alfonso Barrios; al Intendente Renán Fuentealba y al diputado Marino Penna y a profesionales de CORFO, INIA, y Universidad de Chile. Dentro de éstos a los ingenieros agrónomos Fernando Espinosa Fuentes, Horacio Sotomayor, Gastón Jorquera y Sergio Morales Valencia. De la Universidad de Chile al ingeniero forestal Antonio Vita y al técnico agrícola Vicente Guzmán Wemyss. Mención también hago de ese gran ingeniero agrónomo Manuel Elgueta Marín, quien entre otras importantes responsabilidades fue director del INIA.

También merecen especial mención a varios profesores de la Universidad de Chile a quienes conocí haciendo importantes trabajos por la región: Patricio Azócar Cabrera, Claudia Botti, David Contreras y Fusa Sudzuki Hills. No puedo dejar de mencionar al Ing. Agr. David Baytelman que fuera un gran impulsor de Plan Nacional de Desarrollo Frutícola.

Algo más con mis relaciones con el Norte Chico

En los primeros años de los cincuenta en viajes de estudios de Agronomía visitamos el valle del Elqui y parte del Limarí. Lindos recuerdos de un pasado distinto. Eran años en que existía el ferrocarril de La Serena a Rivadavia que termina siendo paralizado y desmantelado en los primeros años del Gobierno Militar. No vale mucho la pena entrar a recordar el daño a Ferrocarriles que se materializó durante el largo periodo militar, en el que el neoliberalismo superó a lo que debieron ser las miradas geopolíticas de un gobierno de las Fuerzas Armadas. Otro triste recuerdo es el del Ferrocarril de Puente Alto a El Volcán, que era nada menos que un ferrocarril militar.

Recorrimos en bus de la Escuela de Agronomía ese hermoso trayecto, de sendas tortuosas, hoy nostálgicas, que nos llevaba hasta el interior, hasta Pisco Elqui. Recuerdo la visita a muchos lugares y a la famosa Viña Los Nichos, en la que muchos famosos estaban simbólicamente enterrados; entiendo que eran los que al visitarla terminaban embriagados por el engañoso sistema de ir dando a probar los diferentes productos alcohólicos. Uno de los nichos era el del que después fuera Presidente de la República Gabriel González Videla, con su típico epitafio.

Mis contactos con la región se iniciaron ese año. Posteriormente dos importantes relaciones tuve con esa zona, cuando fuera Gerente Agrícola de CORFO entre los años 1965 y 1970 y Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad de Chile.

Sobre los Prohens

Si bien no tuve contacto directo con ellos, conocí muy de cerca sus predios algunos de los cuales los visité cuando como Gerente Agrícola de CORFO me tocó recorrer la región acompañado de ese gran ingeniero agrónomo jefe entonces de CORFO de Coquimbo, Fernando Espinosa Fuentes, a quien me referiré algo más, más adelante

A continuación presento la carta sobre Alfonso Prohens Arias aparecida en El Mercurio del jueves 31 de julio de 2014.

Alfonso Prohens

Señor Director:

Los grandes países los construyen los grandes hombres. Don Alfonso Prohens será recordado como uno de ellos.

Transformó profundamente el valle de Copiapó, desde una pequeña zona ganadera a una pieza clave en las exportaciones de frutas chilenas. Al hacerlo, transformó, también, la fruticultura de nuestro país.

Con un marcado compromiso social, rechazó decididamente las injusticias de cualquier índole y construyó postas y escuelas en el valle mucho antes de que se acuñara el concepto de Responsabilidad Social Empresarial.

Un matrimonio de 72 años, nueve hijos y numerosos nietos y sobrinos son parte de su legado, al igual que la extraordinaria sencillez que marcó su vida y su trabajo, sin afanes de protagonismo ni aspavientos de ninguna especie.

Como lo hacen, una vez más, los grandes hombres.

Miguel Allamand
Presidente Subsole Director SNA

A su carta sólo llegaron 8 comentarios; el único importante en mi opinión es el de Luis Braulio Donoso Cortes que dice: “Notable ejemplo y orgullo para su familia y para quienes lo trataron en vida”.

Otro fallecimiento ha permitido conocer más de los grandes Prohens. Por Internet recojo más información:

Fallece Guillermo Prohens Arias destacado productor de uvas y pisco
8 febrero, 2013 | Publicado bajo: Agroindustria | Publicado por: SemanarioTiempo.cl

Un connotado productor de uvas y pisco, un apasionado de su familia y de la agricultura fue el ingeniero agrónomo Guillermo Prohens Arias, quien falleció este jueves, en su fundo de la localidad de Huamalata comuna de Ovalle, lugar donde sus hijos con el Pisco Mal Paso han continuado con su aporte y tradición.
La Asociación de Productores de Pisco A.G, lamenta tan irreparable pérdida para la agroindustria pisquera, así lo señala Fernando Herrera, gerente del gremio, quien afirma que «fue un genuino representante del aporte productivo y cultural de un grupo de agricultores procedentes de la isla de Mallorca, en los comienzos del siglo XX. Don Guillermo Prohens Arias fue uno de los representantes más emblemáticos de estos inmigrantes, por eso, hacemos extensivas las condolencias a su hijo, nuestro director Francisco Prohens Sommela y a toda su familia de las regiones pisqueras de Atacama y Coquimbo».

El empresario, en enero del año pasado, ya había sufrido la pérdida de su esposa, la señora Adriana Sommella Valenzuela.

La historia de la familia Prohens en Chile se remonta a 1902, cuando llegó procedente de Mallorca, España, Jaime Prohens Juan. Se estableció primero en Combarbalá, Región de Coquimbo con un pequeño negocio y se casó con Soraida Arias Acevedo en 1906, de cuyo matrimonio nacieron Rafael, Jaime, Alfonso, Guillermo y María. Don Guillermo con sus hermanos nacieron en Ovalle y crecieron en el fundo Malpaso, donde está el embalse La Paloma. Su hermano Alfonso Prohens Arias y sus hijos, son destacados agricultores de la III Región. Su sobrino Rafael Prohens Espinoza es el actual intendente de la Región de Atacama.

Una vez establecido en la zona, durante la década de los 30, compra la Hacienda Mal Paso, en la comuna de Monte Patria, cumpliendo así su principal anhelo, dedicarse a la agricultura. Es en este lugar donde plantó cerca de 100 hectáreas, que se destinaban a la elaboración de vinos y alcoholes dentro de los cuales logró merecida fama el vino añejo.

En el año 1941, Guillermo Prohens Arias, egresado de agronomía con mención en Enología de la Universidad de Chile, llega a trabajar junto a su padre, quien lo deja al mando de la hacienda Mal Paso. El joven agricultor se especializó en la producción de un vino licoroso comercializado con el nombre de Viñas Mal Paso. Este se vendía a distintas congregaciones religiosas del país, además en forma paralela se elaboraba una línea de mostos blancos y alcoholes.
La construcción del embalse La Paloma en los terrenos de la hacienda Mal Paso, obligó a la familia Prohens emigrar para continuar el negocio de vinos y alcoholes. Por esta razón a fines de los años 50 se llegó al actual fundo Huamalata. En este nuevo terreno hubo que construir todo desde las plantaciones hasta una bodega destinada íntegramente a la producción de alcoholes que se vendían a la Cooperativa Control Pisquero, empresa que daba sus primeros pasos y que con el correr de los años terminó siendo arrendatario de la planta.

En el año 2002, retirado don Guillermo del negocio, la tercera generación de Prohens, decide recuperar las instalaciones. De alguna forma, era volver a las raíces vitivinícolas de la familia. Es en este punto donde ellos dan nuevamente un Mal Paso. Fuente www.malpaso.cl

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Sobre Enrique Carvajal Naranjo

Nos conocimos en 1949 como compañeros de curso del sexto A del Instituto nacional. Venía de la Escuela Militar; nos contaba con mucha espontaneidad su tiempo que estuvo en ese centro de formación. No caben dudas que no tenía aptitudes para la disciplina militar. Era muy buen alumno; ingresó a Medicina de la Universidad de Chile junto con Manuel Garcés Solís De Ovando, quien llegara a ser un distinguido médico oftalmólogo, ya fallecido. Supe que Enrique tuvo pocos años en Medicina, después siguió Agronomía, pero no terminó su carrera. Mucho nos hablaba de La Serena; con especiales palabras se refería a su tío Juaco, a quien al parecer admiraba; un hombre muy especial y muy aventurero; en parte era un bohemio. Las conversaciones eran muy entretenidas.

Siendo yo Gerente Agrícola de CORFO asistí a la Inauguración de la Exposición de Peñuelas, no recuerdo exactamente qué año, pero fue en el segundo quinquenio de la década de los 60. Me saludó con mucho cariño, entonces ya era dirigente gremial. Pasamos momentos muy agradables.

Posteriormente, debe haber sido por el año 1988 en una de las visitas que hice al hogar de mi hija mayor, en que el matrimonio arrendaba una simpática casita en la propiedad de ese destacado productor de chirimoyas y papayas, don Luis Villalón, tuvimos con Enrique una muy agradable reunión, que terminó muy regada.

Estaba entonces en una situación económica difícil. Como gran productor de papas, recordemos que se le llamaba el Rey de la papa, fue estafado por un comprador que lo condujo a una muy seria dificultad económica. Su fundo fue embargado y no podía entrar a él. El banco acreedor, con mucho criterio a mi juicio, dejó que sus trabajadores lo siguieran explotando, explotación que informalmente lo hacían asociados a Enrique.
Visitamos la gran casona; todos los muebles habían sido retirados y en una de la piezas encontramos un gran número de libros de medicina arrumados en el suelo. Enrique los revisó y extrajo uno de ellos sobre oftalmología y me encargó que se lo trajera a nuestro compañero de curso, Manuel Garcés, ahora oftalmólogo que residía en Viña del Mar. Cumplí más adelante mi compromiso.

Su crisis económica también habría sido causada por le errada política cambiaria del gobierno militar con la congelación del dólar por tres años en los fatales $ 39 y especialmente por la motivación de endeudarse el dólares con la garantía de que ese valor se mantendría a lo menos por 10 años. Compromiso que no se cumplió, por imposibilidad de hacerlo.

Entiendo que su situación económica se fue superando.

A continuación presento el para mí interesante artículo en Internet que va continuación:

Los apuntes biográficos de Enrique Carvajal Naranjo

Con su aguda mirada y documentada pluma el ex hombre fuerte de la Sociedad Agrícola del Norte e integrante de una de las familias más conspicuas de La Serena cumple el sueño de publicar el primer tomo del libro sobre la capital regional donde describe con total maestría la ciudad que conoció
Artículo | 7 Abril 2013 – 9:07am | Por Andrea Zenteno

Aparece una gran fotografía en su escritorio con esta leyenda: “En la amplia oficina de su hogar hace un adelanto sobre su trabajo literario donde no se guarda nada respecto a lugares, personas y situaciones. En todo caso recalca que es sólo visión de la capital regional. La ciudad de las iglesias y una de las más conservadoras del país. Fotografía: Lautaro Carmona”.

En la última entrevista que concedió a diario El Día en el 2007, el expresidente de la Sociedad Agrícola del Norte y potentado agricultor de los últimos 50 años Enrique Carvajal Naranjo, anunció que estaba en los retoques finales de su libro sobre La Serena. Cinco años después cumplió la promesa. El viernes 12 de abril en la Sociedad de Artesanos de la capital regional lo lanzará oficialmente.

En esta entrevista Carvajal Naranjo adelanta algunos pasajes de la obra y las razones que lo llevaron a escribirla.
Admite que antes de que entrara a imprenta debió pulir algunos capítulos que eran demasiado descarnados sobre personas de la sociedad serenense.

El autor es todo un personaje. De voz potente y poseedor de un pasado donde vivió las dos caras de la moneda. El éxito y el fracaso. Trabajólico y asiduo visitante de los principales locales nocturnos de La Serena. Sus horarios eran claros. Trabajo duro hasta las 23:00 horas y después entregarse a la vida nocturna. Lo hizo por 30 años. Incluso, un hecho policial lo llevó a estar 10 años recluido en la cárcel, tras la muerte de una mujer.

En los ’90 la pluma de Carvajal Naranjo provocó revuelo con el libro “El castigo de la momia”. No obstante, admite que este trabajo se trató “de un cuentecito nomás, era una humorada. Un libro que no me significó ningún sacrificio, pero ahora no, tuve que recurrir a archivos papeles, tumbas”.

-¿Siempre le gustó escribir?
“No, creo que comenzó con la Reforma Agraria y por las pugnas que tuve por el diario. Me enfrenté con muchas personas”. Por décadas Carvajal Naranjo levantó un imperio agrícola. De hecho, lo tildaban “el rey de la papa”. Sin embargo, todo se derrumbó.
“Ya no tengo tierras, llevó una vida de ermitaño. Pasó encerrado y salgo muy poco”.

-¿Echa de menos la bohemia?
“Tampoco, no tengo salud, me cuido mucho. Me acuesto a las nueve de la noche, pero me levanto temprano”.

¿Cómo advierte La Serena actualmente?
“He llegado a pensar que Gabriel González Videla nos dejó metido en un zapato chino”.

-¿Con el tema de las calles?
“Con eso que hay que conservar el colonialismo. Hay calles que están deprimentes y nadie quiere construir. Donde era el cabaret de la Amalia, Almagro esquina Rengifo se iba a levantar un edificio, pero debía ser de cuatro pisos, por lo que estamos en un zapato chino. Hay que hacer un cambio. Gabriel a lo mejor no tuvo la visión de ahora”.

-¿Es crítico del Consejo de Monumentos Nacionales?
“Muy crítico, a veces los encuentro anquilosado, es por ello que en mi segundo libro, en un capítulo les cortaré la cabeza a todos porque estoy pasando rabias, mire la biblioteca, pobre. No tenemos un archivo, todo hay que ir a buscarlo a Santiago”.

EL DON DE LA PALABRA. No esconde que su vida ha sido multifacética. “Fui un niño que tuvo la suerte de nacer en una familia grande y muy pudiente”.

-¿En cuna de oro?
“Sí, es como decir cuna de oro. Mi padre médico bastante distinguido y del Partido Radical. Mi madre una belleza”. Estudió en el Liceo de Hombres y tuvo un paso por la Escuela Militar, aunque reconoce que “fui un mal alumno”.

-¿Engreído?
“Engreído nunca, pero orgulloso de ser Naranjo, aunque también me daba cuenta de que éramos indios nomás y con plata. Mi padre fue un hombre de origen bien modesto, nació en una majada y fue a pie pelado a la escuela de Algarrobito y después gracias a su esfuerzo llegó a ser médico”.

¿Cómo logra vincularse en la sociedad serenense bastante conservadora?
“Después hice mi Sexto de Humanidades en el Instituto Nacional, un colegio excelente y el mejor de Chile. Me sirvió porque después cambié y durante años me preparé y tuve la suerte de sacar un muy buen Bachillerato y logré estudiar Medicina siguiendo los consejos de mi padre que quería que fuera médico como él, pero lamentablemente la medicina no me gustó, la abandoné después de tres años y más bien castigado por mi papá me vine a trabajar al fundo Cruz de Monárdez. Al comienzo no estaba adaptado porque era un cambio muy brusco para mí y me di cuenta de que debía cambiar mi carácter porque era medio tímido y me faltaba el desplante que tengo ahora”.

-¿Siempre tuvo el vozarrón?
“Sí, en mi familia había caracteres muy fuertes. Mis dos abuelos fueron bien enérgicos y tenían vozarrón alto, sabían mandar. Lo mismo mi tío Domiciano y mi padre, entonces, cuando llegué al campo me cambió el carácter y me fui encontrando conmigo mismo”.

-¿Al final se transformó en un patrón de fundo?
“No, siempre fui muy condescendiente con el campesinado porque trabajé con gente que éramos parientes, sacadores de papa, incluso, entonces no podía tratarla en forma despótica”.

ENCONTRANDO EL DESTINO. -¿Le terminó por gustar el tema agrícola?
“Nací para la agricultura y encontré aquí mi verdadero destino, porque me dio la oportunidad de vivir en entera libertad. Nadie me mandaba y nunca tuve que trabajar a las órdenes de nadie. Pero, sí escuché los consejos de los viejos mayordomos y así tuve éxito”. Desde el primer momento impulsó un proceso modernizador del campo. En paralelo crecía su fama de líder. Es por ello que no sorprendió que cuando a principios de los ’60 el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez comenzó con la Reforma Agraria estuviese en la primera línea. “Estaba en el campo y era un ser anónimo, tenía éxito, plata, manejaba los dos fundos de mi padre y había introducido modernización en la agricultura y me di cuenta de que había que hacer cambios”.

-¿La encontraba estancada?
“Sí y mucho y no solamente desde el punto de vista de la tecnología, sino en la parte social. Me dolía mucho sobre todo cuando fue el aluvión del ’57 donde descubrí la miseria y la pobreza en la que estaba la gente campesina y me puse a hacer cambios. Si no hubiese sido por la Reforma Agraria, aún sería un ser anónimo”.

-¿Defendió a los dueños de los fundos?
“Sí, pero, hay una cosa, fueron los agricultores jóvenes quienes me buscaron y me llevaron como presidente del sindicato patronal, pero les dije que no me sentía representante porque en mi caso ya estaba en una etapa de modernización, había hecho habitaciones campesinas y estaba comenzando a colocarle luz eléctrica y hacerle letrinas para salir de ese estancamiento”.

-¿Se sintió traicionado por los gobiernos que impulsaron la Reforma Agraria?
“No, desde un comienzo fui partidario”.

-¿Quitarle a los ricos para darle a los pobres?
“No, es que las reformas no las interpreté así. Leí la Reforma de Macetero de Jorge Alessandri y la encontré insuficiente, dije ‘el cambio tiene que ser más profundo’. Me valió enemistarme con viejos agricultores y me odiaban. Loco me decían y que los iba a llevar a la ruina. Pero, cuando salió la Reforma Agraria de Frei (Montalva Eduardo), señalé, ‘esto es lo que hay que hacer’, sobre todo cuando leí lo que sostenía en su mensaje, respecto a que ‘nadie que esté cumpliendo con lo que esta ley dice debe tener miedo’, entonces, dije ‘por qué voy a tener miedo’”.

-¿Cuándo cambiaron las reglas del juego?
“Cuando aparecen las cabezas calientes y los que traicionan al propio Frei. Él me recibió en La Moneda en una ocasión cuando ya había ganado Allende (Salvador) y me dijo que le faltó experiencia -‘y me hicieron leso, yo no quería esto que está pasando’- porque él me había ayudado a defenderme. Fui perseguido por Rafael Moreno, a causa que le dijeron que yo tenía actitudes feudales y que no permitía que mis obreros se sindicaran, pero nunca me metí en eso. No se sindicaron porque no lo necesitaban. Había logrado hacer una evolución social y económica”.

-¿Qué le decía el entorno familiar?
“No, mi mamá y mi papá se fueron a vivir a Santiago y no se metían conmigo, pero así fue como llegué a la Sociedad Agrícola del Norte y a dirigente gremial y cuando me di cuenta de la sequía me metí a la Junta de Vigilancia porque era la única manera de tener un manejo directo del agua”.

-¿Con Allende fue más radical la Reforma Agraria?
“Es que con Allende fue un despelote en que la ley no se respetaba por eso tuve grandes conflictos con ellos. En mi caso personal se me expropió el Fundo Monárdez y se me negó la reserva teniendo todos los derechos”.

-¿Qué sintió cuando le expropiaron?
“Furioso, atropellado, pero aún así busqué la conciliación. Dije, ‘bueno si viene el socialismo y hay que adaptarse a nuevas modalidades me adapto’ y le dije, ‘déjennos el Fundo Cruz del Molino’, pero no querían ni eso. Me colocaron en una posición en que me transformaron en un enemigo, al final me querían matar. Me tiraron el tractor para atropellarme”.

BANDERA CHILENA Y CHAMPAÑA. ¿Con la llegada de los militares al poder le devolvieron los bienes?
“Sí, lo justo, lo que me dio el tribunal agrario (80 hectáreas). Eso fue lo que le critiqué al Gobierno de Allende, si les gané en los tribunales, por qué no me devolvían el predio, en cambio me tiraron el cordón agrario encima. Allende me recibió en La Moneda y me quedó debiendo una segunda reunión para el día 12 de septiembre a las 10: 00 horas”.

-¿Qué sintió cuando no se pudo concretar por el golpe de Estado?                                                                “Con la alegría del 11 de septiembre me volví loco”.

-¿Fue de los que destapó champaña y colocó una bandera chilena?
“Pero, inmediatamente, dije que ahora por fin vamos a volver a los cauces normales, ya no se podía vivir por las tomas y las colas”.

-¿Pensó que los militares se quedarían 17 años en el poder?
“Nunca y no me creerá que voté por el NO. Estuve de acuerdo al comienzo, admiré mucho al almirante Merino y lo conocí cuando vino a un banquete a la Exposición de Peñuelas. Conocí a Gustavo Leigh Guzmán que me lo presentó Gabriel González Videla y después me di cuenta de que el régimen militar estaba tomando un camino que no era conveniente”.

-¿Qué lo lleva a publicar este libro sobre La Serena?
“En primer lugar amo a mi ciudad y pensé que era conveniente plasmar en un libro las cosas que habían ocurrido a través del siglo XX. Antes era pequeña, casas viejas y calles semiabandonadas, mucho bar en el centro, cahuines para la noche y muy separadas las clases. La clase media y el populacho”.

-¿Eso le hizo mal a La Serena?”
“Eso era herencia del pasado”.

-Se sostiene que ésta es una de las ciudades más clasistas del país…
“Claro, puede ser, pero no me siento clasista, me codeaba con todo el mundo”.

-¿Faltaba escribir con una pluma aguda sobre la ciudad?
“En el libro encontrará vivencias personales, no estoy haciendo un estudio y en un capítulo de la sociedad serenense habló de cómo era”.

-¿Qué resumen hace de esta sociedad local?
“Hago un resumen de por qué existió un grupo elitista y cómo evolucionó. Digo que ha habido tres sociedades diferentes. En el siglo XVII, en el XIX y en el XX y hoy no existe, desapareció. No le coloco la lápida encima a nadie, pero lo trató de hacer con la mayor crudeza posible, cito nombres, apellidos y personas. Quizás algunos se sentirán ofendidos”.

-¿Los deja al descubierto con temas sensibles?
“No, cito todo como es la vida y como se desarrolló. Conocí la vida de los grandes hacendados que en la mañana estaban en el Club Social hasta la noche y después estaban en los cabarets hasta la amanecida. Yo lo hice 30 años”.

-Siempre se habló de su doble condición, exitoso empresario, pero con una vida nocturna agitada.
“En el prólogo lo digo que fui una suerte de Jekyll y Hyde, eso me pasó a mí. En el día era un personaje que estaba en la Sociedad Agrícola preparando discursos, mandando telegramas a ministros, recibiendo a periodistas, pero después de las 23:00 horas era un demonio (risas)”.

-Pero, la mayoría lo mantiene oculto, no lo cuenta.
“Yo lo cuento, no tengo por qué ocultar”.

-¿Muchos no lo entienden por el halo que tiene La Serena?
“No, esas son falsedades”.

-¿Se arrepiente de esa vida?
“No, (risas), no me di ni cuenta cómo me introduje en eso, yo no era así, pero alguien me convidó. Mis primeras farras fueron con personas de toda índole, algunos muy empingorotados, pero iban a las Motores (cabaret) igual”.

-¿Es cierto que en algunas ocasiones llegó hasta cerrar el local para celebrar?
“En ciertas ocasiones puede que lo haya hecho, ahí viene un problema que deriva de las mismas dueñas de los locales, porque les convenía porque sabían que me iba a gastar una fortuna. Trataba de llegar cuerdo y decía que no iba a gastar, dos tragos y me voy. Pero, me decían ‘te tengo un whisky especial Quiquito’ y al rato me volvía loco y comenzaba a pedir trago para medio mundo. Hubo noches que gastaba 500 mil o 600 mil pesos y las promesas que le hacía a las mujeres, a una le regale un auto (risas)”.

-¿Cómo tomaban esos excesos el resto de los integrantes de la Sociedad Agrícola del Norte?
“Creo que nos les gustaba y ninguno me acompañaba, en los directorios tuve gente muy seria”.

-¿Nunca le pidieron la renuncia?
“No, nadie se hubiera atrevido, si adentro era un dictador, me trataron de derrocar sí, pero no pudieron”.

-¿Por el poder económico que tenía en ese momento?
“No, porque tenía mucha llegada con el mediano y el pequeño”.

-¿Qué provoca su debacle?
“No quebré, tuve una deuda grande cuando Pinochet dijo ‘que me corten los dedos si el dólar pasa de 39 pesos’, sostenía que eso era falso, pero cuando vi que todo el mundo se endeudaba, me dije, ‘soy el único tonto que no se sube a ese carro’ y me subí con todas las fuerzas, me endeudé hasta las masas y el dólar se fue a 130 pesos y ahí comenzó mi desastre económico y tengo que decir la verdad por mi derroche nocturno que no lo pude parar. Eran las 12 de la noche y ya quería estar al lado de los bombos, pero soné”.

UN MOMENTO DE LOCURA

-¿Cómo enfrenta la vida actualmente?
“Soy inmensamente feliz, no le quitaría un ápice a mi vida, estoy tranquilo. Logré salir adelante después de la situación que enfrenté (estuvo 10 años preso por la muerte de una mujer), recuperé bienes, no estoy millonario y no voy a ir a botar 500 mil pesos en la diversión que hay ahora, además por mi edad”.

¿Se arrepiente del hecho que lo llevó a estar una década en la cárcel?
“Sí, nunca debí haberlo hecho, fue un momento de locura y producto que el licor que vuelve loco”.

-¿Se sintió abandonado?
“No, aunque hay gente que se portó mal, pero también llevaba una lista de personas que me iban a ver, pero les dije que no fueran más. Sabía que tenía que cumplir por lo que hice y punto. Mientras estuve preso trabajé en este libro”.
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Otra información recogida de Internet sobre Enrique:

Presentan libro de Historia de La Serena de Enrique Carvajal Naranjo
12 abril, 2013 | Archivo en: Actualidad | Publicado por: Editor Web

En la bicentenaria Sociedad de Artesanos en La Serena se presentará este viernes, a partir de las 19:30 horas, las esperadas memorias de Luis Enrique Carvajal Naranjo tituladas «La Serena que conocí, 1900-1950». Está previsto que el sociólogo y escritor Julián González Reyes presente la obra.

Este libro, muy «esperado», resulta gravitante para la historiografía regional, ya que se trata de las memorias de un serenense que vio y participó en hechos memorables de la ciudad, especialmente en la primera parte del siglo pasado. Algunos de los temas que toca, Luis Enrique Carvajal Naranjo son: «La Serena desde mi Perspectiva, La Sociedad Serenense, La Bocina de Floto, Las Fantasías de Míster Latcham, Se Está Quemando el Obispado, El Frente Popular, Un Excéntrico Serenense, El Cemento Juan Soldado, El Pueblo lo Llamaba Gabriel, El Plan Serena», etc. También contiene un sinnúmero de fotos; viene también un apéndice genealógico, mapas y bibliografías.

El autor dice de su obra: «La Serena que conocí, primer tomo de mis apuntes autobiográficos, describe desde mi particular punto de vista la historia de la vida cotidiana de nuestra ciudad durante la primera mitad del siglo XX, sin dejar por ello de hacer mención de personajes y acontecimientos ocurridos en anteriores centurias, cuando por su relevancia y a la vez desconocimiento general, estimé necesario incluirlos./ El siguiente tomo, La Serena que viví –que describiré si mi propia naturaleza humana me lo permite –, comprenderá la segunda mitad del siglo XX. Así alcanzaré –Dios mediante – el objetivo propuesto: «contribuir modestamente a ampliar la historia escrita de La Serena, tan pobre al cabo de cerca de quinientos años de existencia», como señalo en la crónica «La Serena desde mi perspectiva».
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Aspectos del apoyo de CORFO al desarrollo agrícola del Norte Chico y especialmente de la actividad pisquera

La CORFO de la antigua democracia se caracterizó por dar importante apoyo al desarrollo socio económico del país. Dentro de esos esfuerzos cae el respaldo al desarrollo agrícola y agroindustrial nacional y regional.

Para el Norte Chico estimuló muy diferentes actividades siendo una de las más importantes el apoyo integral a la actividad pisquera. Me refiero integral basado en el hecho que se preocupó tanto de la producción de uvas pisqueras como también de su comercialización e industrialización. Mención especial debo hacer de la construcción de tres grandes plantas pisqueras, la de Vicuña estrechamente relacionada con la Cooperativa CAPEL, la de Monte Patria en el valle del Limarí y la Alto del Carmen al interior de Vallenar, Valle del Huasco.

En torno a esto y a varios otros temas, debo referirme especialmente a ese gran ingeniero agrónomo y amigo Fernando Espinosa Fuentes, quien fuera jefe de la Oficina de CORFO de Coquimbo. Sus responsabilidades no fueron sólo en materias agrícolas. Recuerdo que recibió una importante distinción como hombre destacado de la provincia.

Quizás sea un detalle, pero me parece conveniente escribirlo. Una de las actividades en apoyo del pisco fue el establecimiento de un vivero de vides pisqueras en torno a la Estación Experimental del Vicuña, que no hacía muchos años había pasado del Ministerio de Agricultura al Instituto de Investigaciones Agropecuarias(INIA), institución dirigida entonces por ese distinguido ingeniero agrónomo Manuel Elgueta Guerín. Con este director, yo siendo Gerente Agrícola de CORFO, tuve varios contactos y dimos desde CORFO varias ayudas financieras para proyectos específicos. Uno de estos fue ese vivero, llevado adelante por Fernando Espinosa y por otro destacado ingeniero agrónomo del INIA Horacio Sotomayor. Ellos tuvieron la iniciativa de establecer este vivero a partir de púas obtenidas de distintas plantaciones que visitaron durante sus periodos vegetativos para marcar los mejores ejemplares, para después adelantarse en la poda y obtener las púas para el vivero. Proyecto sencillo y efectivo que nace de profesionales de gran experiencia y de vocación de investigadores y de extensionistas.

CORFO apoyaba estas plantaciones con ayuda técnica y financiera y con el aliciente del futuro poder comprador en torno a esas grandes plantas regionales. Recuerdo que antes de lanzarnos en la construcción de la planta de Vicuña visité el sector y conocí un relativamente pequeño destilatorio que tenía la Cooperativa en Vicuña ligeramente al norte del río Elqui. No fueron pocos los que decían que estábamos llevando adelante un elefante blanco. Cabe recordar que posteriormente esta planta debió tener a lo menos dos expansiones. De estas plantas debe tenerse presente que recibían uva hasta de productores muy pequeños; con un cierto orgullo recuerdo que muchos años después su gerente contaba que había un cooperado que incluso llevaba su producción a la planta en burro.

En torno a la Planta de Monte Patria tuve contacto con otro destacado productor del valle de Limarí don Tadeo Perry Barnes. Fue un importante impulsor de esta obra y posteriormente de sus inicios de actividad productiva. No me puedo olvidar en relación a estas obras el apoyo que les dio el entonces diputado Marino Penna; se me quedaron grabadas su palabras que me dijo en una conversación más bien privada en que expresa su satisfacción de apoyar obras de esta naturaleza en que el beneficio es para tantos productores. A menudo por los desarrollos locales los parlamentarios deben apoyar o impulsar proyectos que muchas veces benefician principalmente a un empresario.

Muchos otros profesionales de CORFO debieran recordarse en el apoyo a estos programas pisqueros. Desde luego a ese gran Gerente Mario Sarquis Yazigi, impulsor de programas y proyectos importantes, como lo fuera el de la Industria Nacional de la Remolacha Azucarera. Él daba un apoyo incondicional a profesionales que trabajaban en estos proyectos y sabía asumir con responsabilidad los riesgos que se pudiesen manifestar. Otro de los profesionales de CORFO que se destacó en los comienzos del desarrollo cooperativo vitivinícola fue el ingeniero Agrónomo Sergio Morales Valencia; también recuerdo con aprecio en la misma profesión en el Norte Chico a Ignacio Mondragón.

En mis relaciones con actividades agrícolas desde el sector público no puedo dejar de mencionar al ingeniero civil Fernando Illanes Abbot, gran empresario y dirigente gremial, quien también fuera intendente de Coquimbo a mediados del siglo pasado. Su actividad estuvo más relacionada con la producción ganadera y lechera. Era muy amigo del Presidente Eduardo Frei Montalva, eran compadres. Habitualmente en sus viajes a la región el presidente se alojaba en su casa. Eran viejos falangistas.

Especiales recuerdos tengo de ese destacado hombre público y empresario de la región del Norte Chico, Pedro Enrique Alfonso Barrios. En 1963 siendo él Ministro de Agricultura del Gobierno de Jorge Alessandri R y yo funcionario de CORFO y con alguna formación en temas de comercialización y precios, colaboré con el Plan Nacional de Desarrollo Ganadero impulsado por la institución en ese momento a cargo de ese gran primer Gerente Agrícola que fue el abogado Ismael Edwards Izquierdo y del ingeniero agrónomo de brillante trayectoria Mario Habit, plan que contaba con el apoyo financiero y técnico del Banco Mundial, institución que ponía como condición para sus ayudas que hubiesen serias políticas económicas de desarrollo, una de ellas eran las relacionadas con comercialización y precios.

Correspondía entonces, en 1963, fijar el nuevo precio de la leche; los estudios que realizamos en CORFO señalaban el nivel más conveniente al cual debía fijarse de acuerdo a una racional base metodológica respaldada por el Departamento de Economía Agraria del ministerio de Agricultura. El ministro Pedro Enrique Alfonso se jugó por lo recomendado y prefirió renunciar a su cargo antes de rebajar el precio que él y sus técnicos respaldaban. Fue habitual que en esa época los ministros de Agricultura se jugaran por su sector y que a fines de año dejaran sus cargos en momentos que defendían precios para la agricultura, especialmente para el trigo y para la leche. Quizás esta actitud de este gran abogado no esté registrada en la historia; es probable que él incluso no haya dado a conocer públicamente la razón de su renuncia. El nuevo ministro que llegó dio paso a un reajuste del orden de la mitad del que se había propuesto.

Jorge Ahumada, gran economista que tuvo una importante participación en los programas de gobierno de Eduardo Frei Montalva y en los comienzos de su gobierno llegó a la conclusión que los precios reales de la agricultura chilena estaban sensiblemente deteriorados, por lo cual se llegó a importantes reajustes. Ello posiblemente fue una de las causas del porqué la producción agrícola del gobierno de Frei Montalva se expandió a pesar de su reforma agraria de amplia cobertura.

Al recordar actividades de CORFO para el Norte Chico deben mencionarse a mi juicio lo que se hizo para al desarrollo frutícola dentro del plan nacional de expansión de la fruticultura chilena. Fueron importantes sus asesorías técnicas y sus contribuciones financieras a través de créditos flexibles en sus plazos basados en que el agricultor pudiese desarrollar integralmente su empresa. Uno de los pioneros de este plan frutícula fue el destacado ingeniero agrónomo David Baytelman, que parte impulsando un catastro frutícola nacional aprovechando recursos financieros de CORFO que si no se utilizaban se perdían. También apoyó la ejecución de un estudio de suelos para todas las zonas con potencialidades frutícolas. Un profesional destacado en la preparación de este plan nacional fue el ingeniero agrónomo Ricardo Corssen Müller quien sería posteriormente un gran empresario frutícola del Valle de Copiapó asociado con otro prestigiado ingeniero agrónomo Félix Susaeta Sáenz de San Pedro, quien se destacó en CORFO en los programas de desarrollo ganadero, que cubrían la producción de carne y de leche como también el desarrollo de las infraestructuras de comercialización e industrialización. El nombre de Félix Susaeta perdura en la zona rural interior de la Comuna de Tierra Amarilla, en la denominación de un colegio subvencionado a mi entender muy bien calificado.

En las actividades de CORFO para el desarrollo del Norte Chico, cabe recordar su apoyo al establecimiento de praderas y de arbustos forrajeros. Se inicia con las praderas de Atriplex semibacca especie que fuera introducida en Chile desde Australia y esparcida por los caminos del Norte Chico a mediados del siglo XIX por ese recordado ingeniero agrónomo Roberto Opazo.

CORFO compró un importante predio agrícola costero al norte de Los Vilos, en el Km 315, llamado Corrales de Julio donde se hicieron interesantes estudios en el desarrollo de praderas, en manejo ganadero y en el manejo y explotación del cardón. Se destacaron como profesionales en programas de ese predio a los ingenieros agrónomos Julio Zepeda en empastadas, incluso en siembras aéreas y a Gastón Jorquera en el manejo general del predio y de sus investigaciones. Recuerdo especialmente el establecimiento de una exclusión establecida y supervisada por el ingeniero forestal académico de la Universidad de Chile Antonio Vita. También recuerdo la interesante investigación que hizo esa destacada ingeniero agrónomo Fusa Sudzuki Hills sobre reproducción del cardón mediante semillas. En el Gobierno de Allende se pretendió establecer en Corrales de Julio una granja avícola estatal de gran tamaño que no llegó a concretizarse, además en ese gobierno se creó el Comité del cardón que llegó a comprar otro predio importante cercano a Corrales de Julio y se llegó a diseñar una máquina portátil para extraer la fibra del cardón.

Con el golpe militar y el gobierno que se establece se venden estos predios y se reducen notablemente las actividades de desarrollo de CORFO, no sólo en la zona sino que en todo el país. En los comienzos del gobierno militar se logra reactivar un financiamiento de preinversión AID(Agencia de E.E U.U) dentro del que se incorpora un estudio del potencial de desarrollo de las comunidades agrícolas del Norte Chico, que se consigue ejecutar y obtener una valiosa información. Al poco tiempo se despiden a un gran número de sus profesionales y técnicos; fui yo el primer despedido a mediados de 1975, cuando entran los civiles a manejar gran parte de las actividades económicas. Estas medidas están dentro de un nuevo estilo de desarrollo para Chile basado fundamentalmente en el neoliberalismo, dejando al Estado en una posición bastante pasiva como impulsor del desarrollo.
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Actividades de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales en el Norte Chico mientras fui decano de esa Facultad entre 1990 y 1994

El destino me llevó nuevamente a estar en contado con esas regiones nortinas y con su agricultura. La Universidad de Chile en su fraccionamiento que experimentó durante el gobierno militar, dejándola prácticamente como una universidad de la Región Metropolitana, logró sin embargo mantener sus estaciones experimentales. Un papel importante en estos logros de no mayor debilitamiento se debió en grado importante a la labor realizada por el decano José Garrido Rojas, gran luchador por la Casa de Bello.

Así se logra mantener la Universidad de Chile en propiedad la Estación Experimental de Las Cardas, ubicada alrededor de la mitad del camino interior que une Coquimbo con Ovalle. En ese gran predio está ubicada la antigua estación ferroviaria que lleva su nombre.

En este predio la Facultad ha realizado interesantes investigaciones en especies forrajeras y en desarrollo de ganado caprino y muy especialmente en la producción lechera y en la elaboración de quesos como también en la alimentación de este ganado menor. Una investigación muy interesante estuvo en torno al proyecto jojoba llevado adelante por la prestigiada académica ingeniero agrónomo Claudia Botti. Una labor digna de destacar ha sido la encabezada por otro académico de la facultad, en torno a temas sobre zonas áridas, ingeniero agrónomo Patricio Azócar Cabrera. Junto a la estación experimental, la universidad tiene una unidad académica denominada Centro de Estudios de Zonas Áridas (CEZA) localizada su sede en la ciudad de Coquimbo. Allí se tiene un valioso centro de documentación sobre esos temas.

En el trabajo quesero ha desarrollado una valiosa labor el técnico agrícola Vicente Guzmán Wemyss. Entre los importantes logros estuvo la construcción e inicio de operaciones de una planta experimental y demostrativa de elaboración de quesos de cabra.

Desgraciadamente poco se conoce de la actividad de Las Cardas hacia el exterior regional. Eso lo pude palpar. Ello me motivó a pedir una entrevista al intendente Renán Fuentealba Moena, a quien conocía desde la época del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Él nos recibió y así lo informamos de lo que se estaba haciendo; nos señaló que poco sabía de aquello y gustoso al poco tiempo visitó el predio. De esas gestiones y actividades se obtuvo apoyo con fondos regionales.
Al término de mis responsabilidades de decano, me tocó asistir a la inauguración de la planta quesera de leche de cabra a la que asistió el recientemente elegido Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle. Poco tiempo antes hubo allí una interesante actividad relacionada con la creación de una organización relacionada con el desarrollo caprino a la cual asistió el Presidente Patricio Aylwin. Gratos recuerdos me quedan de esos dos actos.

Termino con esto este relativamente largo artículo, que he creído conveniente editar como reconocimientos a tantas personas que desde distintas posiciones han contribuido al desarrollo del Norte Chico y aportar algunos antecedentes que quizás no estén hasta ahora presentes en la historia.

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8 comentarios

  1. Leí la parte del libro en que este señor Carvajal describe a los Figari Bauzá y del señor Joaquín Galvez Naranjo, y quiero explicar que es un envidioso y embustero. Él no era tan cercano a la familia para contar historias, nadie sabía que existía y nadie de la familia de los Galvez o los Figari simpatizaba con él. Fueron familias exitosas sumamente trabajadoras y unidas. Los hermanos se adoraban. Este señor Carvajal desprestigia a los que hicieron algo importante en la vida. Él no ha hecho nada y por lo que se sabe estuvo preso por matar una mujer. Dónde está escrita esa historia macabra? Señor Carvajal no vuelva a hablar más de los Gálvez ni de los Figari, lávese la boca antes. Son ambas excelentes familias.
    Stella Costa Gálvez
    hija de Stella Gálvez Figari y nieta de Stella Figari Bauza y Joaquín Gálvez Naranjo.

  2. 13 de noviembre de 2016

    Sra. Stella Costa G.

    He leído sus comentarios especialmente críticos a Enrique Carvajal Naranjo. Los respeto; no tengo una información completa de lo que Ud. plantea en el comentario.
    Creo que no puede desconocerse que Enrique fue un importante dirigente gremial de los agricultores y tuvo un cargo directivo importante entre los regantes de la zona. Desconozco los problemas familiares y eventuales conflictos entre familias. Habría habido un asesinato; desconozco las razones que lo motivaron, entiendo que la justicia lo castigó con prisión y que habría cumplido su condena. Poca información salió a luz pública de esos antecedentes.
    Conocí a Enrique como compañero de liceo y algunos contactos posteriores que tuve con él. Supe que ha sido un importante empresario agrícola. Seguramente algunos méritos tenía para ser designado cabeza de importantes organizaciones agrícolas.
    Por principio todos los comentarios que llegan a mi página web los respeto y los mantengo sin borrar.
    Por los antecedentes que dispuse de Enrique escribí algo sobre él en ese extenso artículo en que vacié muchas otras materias que me mmerecieron de mayor interés.
    Atentamente. Rolando.

  3. Creo que usted no ha entendido mis críticas. Leyó el libro «la Serena que yo conocí» ? En dos partes de este libro habla muy mal de mi abuelo, Joaquín Gálvez Naranjo y de los hermanos de mi abuela Stella Figari Bausa, Jorge y Manuel. Hace alusión a situaciones que él no tendría que haber comentado, ya que no era tan cercano a la familia. Él habla de su «tío Joaco» como si hubieran sido amigos, claramente eso es un embuste. Lo que yo alego es por qué, el señor Carvajal, no cuenta lo bueno de mi familia, lo unidos y cariñosos que eran entre ellos. Lo bien que lo pasaban lo primos que eran muchos. Mi abuelo era trabajador como chino y además muy inteligente, algo que a muchas personas causaba envidia y escozor.
    Vuelvo a repetir que se lave la boca antes de hablar de la familia de otras personas y sobre todo de la mía.
    Atte
    Stella Costa Gálvez

  4. 14 de noviembre de 2015

    Stella:

    No he leído el libro. Comprendo que Ud. y otros familiares estén molesto por lo que Enrique plantea, mas grave si son mentiras. Atentamente. Rolando

  5. De qué responsabilidad social hablan, si a los trabajadores agricolas los tienen en pésimas condiciones de trabajo, con sueldo miserables que sólo suben en las «épocas buenas» . aquí en el norte chico es sabido de las MALAS PRACTICAS LABORALES de la familia Prohens. desde malas condiciones sanitarias y nula prevención de riesgos, y para que hablar de los implementos de trabajo. podría pasar una tarde contando de las injusticias de todos los dueños de este rubro, no sólo de la uva pisquera y de mesa , sino, de todo el agro y monocultivo de los valles del norte, que con sueldos de hambre han destruido y secado los pueblos. destruyen los rios, la fauna, cambian el clima con sus monocultivos, cambian la diversidad de animales , destruyen todo a su paso para sentir que son » grandes hombres que aportan al país» y solo se han dedicado a enriquecerse a costa no de su trabajo , sino , del trabajo de la gente , la misma a la que mantienen en situaciones precarias y enredados en un circulo vicioso sin proyección personal, familias de generación en generación trabajando de temporeros y sus vidas se hunden cada vez mas. es cosa de ver los pueblos de verlos hoy y hace 50 años y la cosa no cambia, la gente sigue condenada a repetir el patrón de la pobreza, seducida por unos buenos pesos en verano a cambio de aceptar la vulneración de sus derechos. destruyeron el valle del elqui, secaron el rio huatulame , tienen la cagá en el valle del Limari con sus pesticidas y uva de mesa que le venden a 9 lukas el kilo a los chinos y pagan 8 lucas por el dia de trabajo a los viejos que tienen para los mandados. Un prohens arrancó como rata a Perú después de secar el pueblo Los tapia, se declaró en quiebra y fue a explotar a otros a menor costó. Ese es el legado Prohens , a quien tan hipocritamente le escriben cartas total no hay muerto malo y total ustedes señores nunca aceptaran su culpa y la degenerada manera de la que amasan sus riquezas ,con el esfuerzo ajeno. son un grupo que controla hasta la opinión publica y no tienen idea de la realidad, o mejor dicho miran para el lado total gracias a la injusticia y la explotación llevan sus vidas. DE QUE SIRVE EXPORTAR FRUTA SI AQUI FALTA QUE LA GENTE COMA FRUTA. si «aman a Chile» su economía debería ser local al beneficio de la gente de acá. pero son hipocritas. y todo lo hacen pensando en costo ganancia. no son humanos son una cifra y si el alma paga por su maldad ustedes no tienen perdón.

  6. 6 de julio de 2016
    Arturo:
    Respeto sus opiniones, puedo en algunos aspectos no compartirlas; pudiendo borrarlas, las dejo registradas. Atentamente. Rolando

  7. Don Rolando: por cosas del destino me he enterado solamente hoy de este sitio y sus publicaciones, concuerdo con usted respecto de las funciones que como agricultor Enrique cumpliò en su momento. Lo secundè por muchos años en el trabajo del campo habièndome hecho cargo hasta el final de la producciòn de la mayor superficie de los campos en el sector de El Romero. El casi no intervenìa. Tuve largas conversaciones con èl sobre su comportamiento hasta que nuestro alejamiento se produjo en 1982 y nos dejamos de ver hasta el dia de hoy. No intervenì en los luctuosos hechos que ocurrieron, solamente me remitì a responder a las inquietudes de mi padre sobre su ausencia y quien estaba trabajando los campos.
    Para su conicimiento, el primer libro que publicò Enrique fuè absolutamente condenado por mi padre. Lo leì rapidamente y concuerdo con el enojo de mi padre.
    Casualmente llegò a mi poder el libro » La Serena que conocì», lo he leìdo y releìdo y en el mismo texto he escrito observaciones y comentarios que me han parecido pertinentes. Tiene indudablemente cosas que son rescatables
    pero tambien hay que tener calidad moral para escribir crìticas o comentar hechos, darles un alias a otras personas ya fallecidas y de las cuales quedan descendientes, sean parientes o no. Hay mucho de ficciòn producto de su adicciòn a su estilo de vida.
    Entiendo el enojo de Stella Costa Galvez, pero nuestras familias no fueron tan ajenas la una de las otras pues es una historia antigua y larga de contar. Nunca fuimos unos anònimos.
    Atte.
    Carlos Carvajal Naranjo

  8. 24 de febrero de 2018

    Don Carlos:

    Agradezco el envió de sus planteamientos sobre contenidos de mi extenso artículo, especialmente en lo referente a su hermano Enrique y a otro comentario que me llegó y que está incorporado a este historial. Lo que me ha enviado me ha motivado revisar todo lo que escribí en ese artículo de mi página web. Con su envío, considero que se enriquecen antecedentes que tiene algún interés histórico.
    Los exalumnos del Instituto Nacional, que egresamos en 1949 y que vamos quedando muy pocos, seguimos reuniéndonos y siempre recordamos a Enrique con cariños. En estos últimos años nada hemos sabido de él.
    Atentamente. Rolando

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