Medicina natural, actualidad y economía

Crisis del Metro algo más que la crisis del funcionamiento de esta creciente infraestructura

Es de esperar que pronto se conozca la causa de este grave acontecimiento del histórico viernes negro del 14 de noviembre del 2014.

Pero sin duda puede extrañar mucho que un sistema de tanta cobertura esté dependiendo en gran parte de una sola conexión a la energía eléctrica.

Qué grave es desde una visión geopolítica y de seguridad de Estado, que al fallar esa conexión cercana a la Estación La Moneda se produzca un efecto de tan amplia cobertura y de tan larga duración.

Se paralizan tres de las cuatro líneas principales del Metro debido a este único punto de conflicto. Lo que extraña que esto se genere a la 6.30 de la mañana, a una hora de poca congestión. El sistema debiera tener más independencia y disponer de restablecimiento de los abastecimientos eléctricos alternativos. En mi opinión habría en torno a esto una posible falla de la ingeniería de diseño para una inversión de esta trascendencia. Sería interesante que el Colegio de Ingenieros analizara esta situación.

Se observa como antecedentes positivo que dos líneas, la 4 junto con la 4A funcionaron sin problemas, por tener abastecimientos independientes.

Puede ser interesante analizar las múltiples responsabilidades.

Para mí una de las más importantes es la desaparición de la planificación del desarrollo de Chile. Realmente no sabemos hacia dónde vamos. Una planificación nacional y una regional, especialmente de la inmensa urbe que significa el Gran Santiago, es de una enorme responsabilidad de estado nacional; no se puede culpar a nadie en particular.

A mi juicio, posiblemente la gran causa fue el nuevo modelo de desarrollo a lo que nos llevó el Gobierno Militar y que lo perpetuó los gobiernos de la Concertación. Desde luego nada hizo al respecto el Gobierno de Sebastián Piñera. El debilitamiento de la planificación incluso se agudizó en la Concertación a partir del Gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien llegó a anunciar su intención de hacer desparecer al MIDEPLAN.

Tengo un claro recuerdo cuando uno de los más destacados economistas de los comienzos del Gobierno Militar, de los de la Escuela de Chicago, señalaba entonces el gran error de construir el Metro. En ese momento había sólo dos líneas. Ese economista señalaba que si ellos hubieran estado en el Gobierno antes no habrían construido la línea 1 y que consideraba que había que eliminar la línea 2. Mucho demoró el Gobierno Militar en reiniciar las obras del Metro.

No olvidemos cómo el Gobierno Militar rápidamente hizo desaparecer el sistema de trolley buses, que fuera el reemplazante del histórico sistema de tranvías eléctricos, que caracterizó a Santiago e incluso a Valparaíso. Con nostalgia nos queda el recuerdo de le lectura que aparecía en algunos de los tranvías “Construido en Chile”. También fue notorio cómo se debilitaron los ferrocarriles chilenos durante el Gobierno Militar, cuando nuestro país estaba construyendo carros y locomotoras; incluso llegamos a ser exportadores de ruedas de carros de ferrocarril, fabricados también en la empresa privada. Las maestranzas de Ferrocarriles de Chile eran destacables; grandes recuerdos se tiene de la de San Bernardo.

La planificación regional se hace imprescindible. El Transantiago fue un intento importante. Se ha ido corrigiendo sus defectos. Hay mucho que hacer y posiblemente ampliar la Empresa del Metro al transporte de superficie.

Es conveniente pensar cómo sería hoy el Gran Santiago sin el Transantiago. Recordemos la congestión que teníamos en la Alameda. Era impactante la contaminación ambiental que ese sistema estaba generando.

Es triste la experiencia de los planes reguladores municipales. Se necesita un gran plan del Gran Santiago. Debe limitarse la circulación de vehículos particulares, que ha tenido en Chile y en especial en Santiago un aumento impresionante.

Parte importante del problema del Transantiago es la congestión de las vías; hasta dónde el fraccionamiento en varias empresas privadas del sistema de superficie es causante importante de los problemas que se van generando; se ha sabido que una de ellas estaría próxima a la quiebra. Cabe preguntarse hasta dónde una gran empresa estatal pueda funcionar mejor con una reserva de buses que en cualquier momento pueda reforzar las líneas en crisis temporal.

Sin dudas, en mi opinión planes nacionales, regionales, y sectoriales son muy necesarios para el futuro. Debemos volver a un sistema institucional de planificación, basado no en ministerios sino en oficinas permanente dotadas de los mejores profesionales y técnicos de carrera y que no estén dependiendo de los cambios políticos resultantes de las elecciones periódicas. Las oficinas deben ser esencialmente asesoras.

Cada ministerio debiera tener una oficina de planificación, ligada a una oficina nacional y a las oficinas regionales.

El tema de la educación es un ejemplo de la necesidad de tener equipos completos de recursos humanos del Estado chileno y no de los gobiernos de turno.

La planificación debiera estar haciendo continuos diagnósticos, con sus prognosis, es decir señalando hacia dónde va el área de su responsabilidad si no se cambian las políticas.

Muy importante en la planificación es descansar en una imagen objetivo que se pretende alcanzar a futuro.

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