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Logremos que el máximo de chilenos sean ciudadanos con plenos derechos

Dos grandes temas han estado este último tiempo en el tapete. La inscripción automática en los registros electorales, junto a la o no obligatoriedad de votar, y, el otro, el derecho a voto de los chilenos en el extranjero.

Soy partidarios de:

1. Inscripción automática y voto voluntario.

2. Votos de los chilenos en el extranjero sin más limitación que la de inscribirse en el consulado correspondiente.

Con respecto a la inscripción automática, se aprecian distintas posiciones. Sectores de la Derecha chilena se han opuesto a ello, pero en general se aprecia una posición mayoritaria en lo básico, pero condicionado por dos posiciones: Uno que el voto sea voluntario y la otra, que éste sea obligatorio; algunos personeros de la Concertación defienden el voto obligatorio.

Recuerdo una opinión de una persona de Gobierno a favor del voto obligatorio, porque en la práctica no lo era, ya que no se sancionaba a los que no votaban, o la sanción era para muy pocos. No me parece conveniente tener disposiciones legales que no se cumplan. Éstas deben ser racionales y cumplirse.

Soy partidario del voto voluntarios y de fomentar el compromiso del ciudadano de manifestarse con su voto. Crear la conciencia de que se debe votar; que es un deber ciudadano, con la libertad de votar en blanco, de anular el voto o de dejar cualquier opinión escrita en el voto. Un auténtico demócrata debe siempre ejercer su derecho a votar, mientras tenga la posibilidad de hacerlo.

La inscripción automática facilita un proceso y permite que ésta se haga permanentemente, cada día que alguien cumple la edad, pasa a quedar inscrito de inmediato en una mesa correspondiente al distrito de su residencia oficial.

No pocos son los que tienen la intención de inscribirse pero no se dan el tiempo para hacerlo en los día que están abierto los registros. Con la inscripción automática además la persona no pierde tiempo en hacerlo; hay que tener presente que la inscripción actual debe efectuarse en días de trabajo y a horas en que habitualmente se deben cumplir horarios laborales. El tiempo que se destina a la inscripción, sin duda que tiene un costo individual, que se transforma también en un costo social, que es poco compensado con los beneficios que genera. La relación costo/beneficio sin duda que pasa a ser adversa; distinto era en el pasado que para muchos trámites se requería el certificado de inscripción electoral, que tampoco parece aconsejable exigirlo nuevamente.

El registro automático puede motivar un riesgo político y de Estado. El riesgo puede estar en que frente a una situación especial, ante la presencia de un líder demagogo y de discutibles méritos, pueda ser electo; pueda conseguir masas de votantes inscritos que habitualmente no votan, a lo cual se suma una masa posiblemente mayor de votantes provenientes de los que no tuvieron la motivación para inscribirse y se les incorporó a los registros electorales en forma automática.

Correr ese riesgo puede tener sus ventajas, como las de producir importantes cambios en democracia, que si son errados con el tiempo puedan corregirse, como también motivar que los políticos se preocupen por esa masa de ciudadanos que habitualmente no vota. También puede ser conveniente tener estas salidas políticas formales, antes que los problemas se agudicen y exploten por formas diferentes, comprometiendo estabilidades nacionales.

Por otra parte, si una importante masa electoral no sufraga, y si más aún ésta es creciente, será un indicio de que algo anda mal, posiblemente que los partidos políticos están incrementando su desprestigio. Son indicadores de alerta que deben considerarse.

.La actual obligación de votar crea a lo menos dos problemas:

1. Mucha personas deben recurrir a carabineros o a otras instancias para demostrar que el día de la elección se encuentran en un lugar distante superior al límite que establece la ley con relación a su lugar de votación. Si se está en el extranjero, hay que hacerlo ante el Consulado respectivo. El proceso se complica si la persona está enferma o sufre ese día un accidente o un familiar lo obliga a asistirlo en ese día. Con esta atención a los solicitantes se requieren recursos, por ejemplo personal de Carabineros, que deben dejar de atender otras funciones que pueden ser más prioritarias.

Gran parte de los que no votan, simplemente no son sancionados lo que hace que miles, o decenas de miles pasen a ser delincuentes impunes. Como tampoco es conveniente que s tengan que requerir de un sistema judicial ya saturado y destinar recursos a esa finalidad, postergando otras atenciones socialmente más necesarias. Es conveniente que las disposiciones legales se cumplan; su no cumplimiento motive sanción; pero también estas disposiciones deben ajustarse a una realidad.

Voto en el extranjero.

Qué importante que el chileno se sienta ciudadano con plenos derechos en el extranjero. Su inscripción podría ser no sólo para votaciones nacionales, sino también para Parlamentarios- Senadores y Diputados -, incluso para Alcaldes y Concejales, en la medida que su inscripción consular la asocie a una dirección de su país.

Además podría designarse a uno o dos cupos de diputados que representen las corrientes políticas mayoritarias nacionales a los ciudadanos en el exterior, que contribuyan con su opinión y voto a mejorar sus relaciones con el país o trabajar por otros beneficios en el extranjero (aspectos previsionales, derechos de salud, aspectos tributarios).

Me ha llamado la atención lo expresado por el candidato presidencial Piñera de condicionar el voto en el extranjero, a que la persona esté inscrita en el país o que haya viajado recientemente al territorio nacional. Son requisitos muy discutibles, los que al parecer parecen discriminar a favor de minoría que pueden cumplir con esos requisitos y que posiblemente sean en mayor proporción votos de Derecha. Alguien en parte en broma y en parte en serio, señalaba que podría exigírsele que viajara en una línea aérea nacional. Estas exigencias marginan a muchos chilenos de clase media que residen en el exterior de sus derechos plenos de ciudadanos chilenos.

Además estas limitaciones discrecionales obligan a todo un proceso burocrático, que dificulta cumplirlo. Se ponen requisitos que deben demostrarse, lo que incluso puede lograrse con posterioridad a una elección.

Extraña que un hombre de la inteligencia de Piñera, de posiciones que piden menos controles burocráticos, planteen posiciones de esta naturaleza. Es probable que con esta exigencias, sesguen la representación de los chilenos en el exterior, a favor de posiciones de derecha, en general de aquellos que tienen mayores recursos o realmente cren obstáculos para que se legisle sobre esta materia. Posiblemente el sistema binomial alienta a la Derecha a no dar derechos electorales a los chilenos en el extranjero, por considerar que la mayoría de ellos votaría por posiciones de centro o de izquierda. Las condiciones que aceptan, sin duda sesga la votación externa a su favor.

Qué es importante que Chile amplíe su proyección mundial a través de esa masa de chilenos en el extranjero que tengan derechos ciudadanos plenos; esa masa ¿no podrá considerarse como un patrimonio nacional?.

He leído recientemente argumentos en contra del voto de chilenos en el exterior, o de limitar el derecho haciendo excepciones a favor de aquellos que transitoriamente están afuera, para que así ellos puedan votar. Se da como argumento que los que están afuera más permanentemente menos conocen de las realidades nacionales; en parte puede ser cierto, pero no es difícil que ellos estén capacitados para elegir a aquellos que ellos consideren con más méritos para ser sus representantes.

Varios países desarrollados permiten a residentes en el extranjero, incluso con doble nacionalidad, nacidos en el extranjero, incluso a hijos y nietos de padres nacidos fuera del país, que tengan sus derechos ciudadanos plenos.

Resumo mi convencimiento de que para el bien de Chile y su democracia tengamos:
1 Inscripción automática y voto voluntario.
2 Derecho a votar a los chilenos en el extranjero, sin más limitación que estar inscritos en el consulado respectivo.

Estos tipos de tema debieran ser materia de plebiscito, en que no influyan mayormente los intereses de minorías y la ciudadanía pueda manifestarse debidamente informada de los pro y los contra de las diferentes alternativas.

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