Uno tiene derecho a preguntarse, qué pasa en el Ministerio de Salud, con posiciones tan cambiantes de un día a otro. ¿Esto corresponde a un estilo de Gobierno en que se improvisa y se cambia posiciones según como se presenten las circunstancias? Se hacen promesas que no se cumplen y que a veces se justifican a base de lo que serían las letras chicas que alguna vez se mencionaron.
Leía ayer en El Mercurio:
Abrirá mesa de trabajo con alcaldes:
Mañalich desecha idea de desmunicipalizar la atención primaria.
Ministro retrocedió y dijo que Salud «no quiere ni debe» asumir los consultorios.
R.O. y N.C.
«Nosotros no queremos, ni debemos hacernos cargo de los consultorios de la salud primaria y desmunicipalizar no significa devolver los consultorios al Estado». Con estas palabras, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, retrocedió ayer respecto de las intenciones que manifestó durante el último paro de la Confusam la semana pasada, cuando planteó desmunicipalizar la salud primaria, idea resistida por los alcaldes y que no está en los planes del Ejecutivo.
Más adelante presento en forma completa lo publicado por El Mercurio.
Desgraciadamente parece ser esto algo que ha estado sucediendo en el actual gobierno. El Presidente como candidato ofreció una política de una divisa firme y estable. El Ministro de Agricultura en sus comienzos ratificó esa posición; después nada se hizo.
Por ahí surgió información en la que el Gobierno ahora decía que era imposible actuar sobre la tasa cambiaria. Uno se pregunta, hubo ignorancia cuando se hicieron las promesas o ellas se hicieron teniendo la intención de no cumplirlas.
No contribuirá esto a que se pierda confianza en el Gobierno.
Hoy vemos que el dólar se nos dispara y en un corto período sube del orden de un 15%. con una inestabilidad asombrosa.
Ayer el Gobierno y personeros de la Alianza manifestaban que el derecho al voto en el extranjero debía ser sólo para aquellos que estuvieran ligados estrechamente al país, que viajasen periódicamente a Chile. Se hablaba hasta de números de años en que no podía estar alejado del territorio. Podía así el chileno tener derechos electorales temporales en el extranjero, que desaparecían sino reingresar al país en un lapso preestablecido.
Hace poco el Presidente pretendía al parecer cumplir su exigencia inicial de que el residente chileno en el extranjero mostrase interés por su país, y se basaba en que debía estar ligado a él; pero ahora manifiesta que basta para ello con que se inscribiese en un Consulado chileno. Qué posiciones más distintas en tan corto plazo. Cómo se puede pensar dar derecho a voto en el extranjero si el residente no está inscrito en su consulado. Cómo y dónde se iba a hacer la votación. A uno le cabe preguntarse, no estaremos siendo gobernados por malos estadistas.
Chile tuvo destacados médicos de la salud pública que mucho contribuyeron a una valiosa legislación y a crear el exitoso Sistema Nacional de Salud que tantos progresos trajo en los indicadores de salud pública chilena. Cómo eso se debilitó en el Gobierno Militar con la municipalización y la reducción de recursos financieros asignados a la salud.
Algo parecido sucedió con la educación; grandes educadores estuvieron en el establecimiento de las políticas nacionales de educación tan exitosas en el pasado.
Hoy son hombres de empresa privada que llegan a estos altos cargos. Un ministro de Educación inversionista en universidades privadas que por ley no pueden tener fines de lucro. Oí en un programa radial que el Presidente de la República señalaba su satisfacción por tener hombres en su gobierno que habían sido capaces de lucrar con la educación superior.
A continuación presento in extenso la noticia antes mencionada que presentó El Mercurio en su edición del 22 de septiembre sobre el cambio de posición del ministro de Salud.
“Abrirá mesa de trabajo con alcaldes:
Mañalich desecha idea de desmunicipalizar la atención primaria
Ministro retrocedió y dijo que Salud «no quiere ni debe» asumir los consultorios.
R.O. y N.C.
«Nosotros no queremos, ni debemos hacernos cargo de los consultorios de la salud primaria y desmunicipalizar no significa devolver los consultorios al Estado». Con estas palabras, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, retrocedió ayer respecto de las intenciones que manifestó durante el último paro de la Confusam la semana pasada, cuando planteó desmunicipalizar la salud primaria, idea resistida por los alcaldes y que no está en los planes del Ejecutivo.
Mañalich, quien se reunió ayer con el presidente de la comisión de Salud de la Asociación Chilena de Municipios, Felipe Guevara, aseguró que la idea «no es prioridad». Sin embargo, anunció una mesa de trabajo con los ediles para evaluar cambios al sistema para hacer más eficiente la gestión de los municipios.
Planteó la posibilidad de que, a través de corporaciones, las comunas con menor poder adquisitivo se asocien para generar economías de escala al momento de realizar ciertas acciones, como la compra de medicamentos.
Para Guevara, estas figuras serían «asociaciones entre dos o más municipios, para que ellas gestionen la salud en su conjunto. Ahora, en esas corporaciones no habría representación del ministerio porque el diagnóstico indica que los municipios son capaces de administrar la salud y lo hacen bien», aseguró.
Respecto del debate sobre el sistema de salud privado, Mañalich dijo que la creación de un plan único garantizado de salud y de un fondo solidario interisapres no debiera generar movimientos masivos de cotizantes desde y hacia el Fonasa. «No debiera ocurrir en un porcentaje mayor al de cada año», explicó.
Aclaró, además, que no será parte de la ley larga de isapres la creación de cuentas de ahorro para la salud.
La falta de estadistas en mi opinión no es sólo en este Gobierno.
Fui académico del Instituto Profesional de Santiago(IPS), que fuera creado en el Gobierno Militar quitándole carreras a la Universidad de Chile. El Gobierno Militar necesitaba debilitar a las grandes estructuras donde sin duda se manifestarían favorables a una pronta democratización del país. La fragmentación de las comunas antiguas, las ahora todas ellas a cargo de alcaldes designados por el Gobierno, daban garantía de control especialmente en salud y educación mediante la municipalización Trabajadores de la salud y la educación tenían organizaciones gremiales poderosas. Ahora el personal dejaba de ser empleado público de un ministerio, para pasar ser empleados de estas municipalidades con alcaldes interventores.
Debilitando a las entonces grandes universidades del Estado, la Universidad de Chile y la Universidad Técnica del Estado, se reforzaban cada vez más las intervenciones del Gobierno militar en el sistema universitario. Esas dos grandes instituciones de educación superior, con funciones hasta entonces muy definidas, fueron atomizadas, para crear universidades regionales independientes de más fácil control y con más débil poder de reacción. En las regiones se integraron las sedes de la Universidad de Chile con las de la Universidad Técnica del Estado, para crear una única universidad regional.
Por otra parte se les privó de sus sólidos financiamientos, se les dejó separadas sólo en Santiago, haciendo desaparecer sus proyecciones regionales. La gran reforma de la Universidad de Chile de fines de los sesenta, establecía cuatro sedes en Santiago y sedes regionales, cada una de ellas a cargo de un Vicerrector, todo ello dependiente del Rector. La aspiración era que cada sede llegase paulatinamente a ser una universidad completa. Todo ello quedó destruido después del golpe militar..
Cuando llega la llamada nueva democracia, con carencia de estadistas, se mantienen las estructuras alteradas e incluso de refuerzan. En lugar de reintegrar el Instituto Profesional de Santiago(IPS) a la Universidad de Chile como lo pedían los alumnos del Instituto y una minoría de sus académicos, no sólo no se hace esa integración sino que aún más se crea una nueva universidad del Estado, la Universidad Tecnológica Metropolitana(UTEM), creada por ley en el nuevo parlamento democrático. Por otra parte se mantiene al Pedagógico como una universidad del Estado. Así llegamos a tener en Santiago cuatro universidades estatales, la de Chile, la de Santiago sucesora de la Universidad Técnica del Estado ahora con funciones paralelas, la Metropolitana de la Educación-antigua Pedagógico desprendido en el Gobierno Militar de la U. de Chile- y la nueva universidad estatal, la UTEM, también con funciones paralelas en gran parte a las de la Chile y de Santiago.
En mi opinión las mayorías de los académicos del IPS no deseaban volver a la casa matriz, por los temores que siempre se dan en estas integraciones. Además sus rentas eran de niveles superiores a los del la Casa de Bello. También sus dirigencias gremiales procuraron mantener así sus estructuras.
No olvidemos que la Universidad de Chile, como una auténtica universidad, no sólo tiene como responsabilidad la docencia, sino que también la investigación, la extensión y la creación artística. Las nuevas universidades se centran casi exclusivamente en la docencia, que es la actividad académica que más ingresos puede generar, en la medida que se les fuerza al autofinanciamiento.
En mi opinión es por lo antes señalado, que las nuevas universidades esencialmente docentes pueden atraer a académicos de la Universidad de Chile ofreciéndoles mejores remuneraciones y dando a su profesorado en general mejores rentas, y posiblemente con menos exigencias para la carrera académica. Reitero que probablemente por ello es que sus organizaciones gremiales defienden el no reintegrarse a la Universidad de Chile, además ello les permite mantener sus actuales organizaciones y sus representaciones..
Algo parecido ha sucedido en mi opinión con la salud municipalizada. Sus líderes gremiales la defenderían por razones similares a las antes señaladas.
Ahora el ministro de Salud, después de desdecirse, hace extraños planteamientos, lanza difíciles y complicadas ideas de implementar asociaciones entre municipios pequeños para abordar en conjunto estas tareas. Pienso que es mucho mejor volver a esa gran estructura nacional del pasado, que se puede perfeccionar a través de estructuras regionales de salud, como son los sistemas regionales.
Qué falta nos hace en el país de hoy tener una buena estructura institucional y humana dedicada a pensar en el Chile del futuro. Volver a la idea de tener políticas de Estado para el desarrollo del país y dejar de actuar enfrentando las situaciones inmediatas con políticas zigzagueantes y acomodaticias.
El Sistema de Salud del Estado no puede manejarse como una gran clínica privada que acumula patrimonios para atender minoría de la sociedad chilena, minorías que cada día disponen de más recurso, gracias al aumento en las desigualdades en la distribución del ingreso, que el mismo modelo neoliberal acentúa. Qué falta nos hace la presencia de esos grandes médicos salubristas del pasado, esos profesionales de grandes valores.
Cada escuela pública de Chile, cada liceo fiscal, cada consultorio, cada escuela y cada posta debiese tener características similares, independientes de los recursos económicos y humanos de que disponga un municipio. Podrán ser diferentes en la medida que así puedan mejor enfrentar las realidades de las poblaciones geográficamente atendidas.
Los sectores más retrasados debieran contar con más y mejores recursos.
