Me llama la atención la molestia de políticos de la Nueva mayoría y de la antigua Concertación porque una parlamentaria de Partido Comunista, Camila Vallejos, haya propuesto un nuevo sistema de financiamiento de la educación pública municipalizada. Proposición que ha terminado con un interesante apoyo político transversal en la Cámara de Diputados.
Sin duda que este cambio contribuiría a reducir defectos del sistema actual, mientras se concrete la desmunicipalización.
A mí no me cabe duda que el sistema de los aportes del Gobierno a la educación municipalizada a base de número de alumnos y de asistencia de matriculados, es dañino especialmente para las comunas más pobres. Es en ellas, donde los cursos debieran tener menos alumnos y donde la inasistencia acusa tasas más altas.
Se capta un amplio respaldo a que se desmunicipalice la educación pública y muy en especial que no se aporte a las municipalidades los recursos a base de alumno asistente. Desde hace años una mayoría de municipios han manifestado la conveniencia de liberarse de esta responsabilidad.
Hay alcaldes de municipalidades con mayores recursos que se oponen a la desmunicipalización ya que la situación actual les da más poder político por una parte y por otra, más pueden actuar para tener una buena docencia en su comuna. Sabemos que el porcentaje de estas municipalidades es bajo, pero lo existente daña a las más pobres, las que deberían tener un mayor esfuerzo educacional.
Cada establecimiento educacional debiera financiarse a base de un proyecto propio, que considere la realidad del medio. Que logre cubrir sus costos y además financie sus mejoramientos. Que su progreso vaya destinado a que a través de avance paulatino se pueda alcanzar las características aspiradas.
No hace mucho tiempo oí de un especialista conocedor de las realidades locales y la forma como se controla las asistencias. Señalaba que el sistema imperante hace perder muchas horas de docencia para llenar los muchos registros de control. El profesorado, los directivos y los alumnos pierden un valioso tiempo que se resta de la enseñanza y del aprendizaje, como igualmente de la administración.
También se ha observado que se altera información de asistencia para lograr mayores recursos municipales, lo que en parte contribuye a la supervivencia de establecimientos. Pero esto obliga a una mayor y más engorrosa fiscalización.
Se ha informado también que es habitual que las municipalidades tengan que destinar adicionalmente recursos propios a financiar los gastos en educación.
Hay municipalidades con recursos importantes que poseen buenos liceos y buenas escuelas, en cambio las comunas donde hay más pobreza, donde se debiera disponer de mayores recursos para la educación, sus establecimientos se deterioran en sus estructuras físicas y en las características de como se cumplen sus funciones. Eso en parte se ha subsanado a base de los establecimientos privados subvencionados, que menos existirían en las comunas más pobres, donde se hace más difícil obtener utilidades o incluso financiarse.
En lo global, se capta que cada vez menos alumnos asisten a los establecimientos públicos y más van a los privados subvencionados.
Se observa que las municipalidades con más recursos son de las comunas con familias de mayores ingresos y en ellas se tiene mejor educación pública. Mientras que en las comunas más pobres se encuentran los establecimientos más débiles. Sin duda que esto contribuye a agudizar las diferencias económicas y socioculturales, tan criticadas actualmente en nuestro país.
Las escuelas públicas y los liceos fiscales, desde luego gratuitos, contribuyeron mucho en Chile a un desarrollo con más equidad, y con más integración social, a lo que también posteriormente contribuían las universidades del Estado con su educación gratuita.
Sin duda en estas estructuras y funcionamientos teníamos un capital social que generaba grandes avances sociales y la formación de profesionales de grandes valores éticos y muy buenos conocedores de la realidad nacional. Muchos de esos profesionales se sentían comprometidos con la sociedad y devolvían altruistamente a ella valiosas contribuciones sociales. Puedo recordar grandes médicos que atendían gratuitamente a familias de bajos ingresos en consultorios públicos y privados mientras a otros cobraban valores asociados a los niveles de ingresos de los que requerían sus servicios.
El médico en general iniciaba su carrera como médico general de zona, con ello ganaba experiencia, maduraba profesionalmente, conocía la realidad nacional y local, para después de varios años de trabajo en la base, el Estado le ofrecía gratuitamente obtener su especialidad.
Qué distinta es la realidad actual; cuántos profesionales egresan con elevados endeudamientos, sin mayores compromisos con la sociedad, con otros valores y obligados a pensar en la obtención de dinero que le permitan liberarse cuanto antes de sus deudas reajustables caracterizadas por altos intereses.
Recordemos que para llegar a la educación superior universitaria había una selección a través de pruebas especiales; famoso fueron los llamados bachilleratos.
Los cupos universitarios estaban relacionados con las necesidades nacionales; al obtener sus títulos generalmente ejercían prontamente su profesión. Qué importante es para un profesional ejercer su profesión sin la obligación de pagar una deuda y que negativo es la realidad nacional actual. Cuántos que obtienen hoy su título profesional no tienen cabida en la sociedad, quedan en labores inferiores a su formación, con bajos ingresos y con deudas considerables agravadas además con altos intereses reales.
Las municipalidades más ricas y la educación privada en general, pueden disponer de mayores ingresos para pagar adecuadas remuneraciones y disponer de mejores docentes; no sólo la remuneración atrae a los profesores a esos establecimientos, también los motiva el disponer de mayores recursos para ejercer la docencia y desarrollarla en un ambiente en que los alumnos más fácilmente aprenden y en donde más se respeta al profesor tanto por los padres y apoderados como por los alumnos. Incluso allí hay menor violencia.
Sería interesante conocer cuántos establecimientos públicos se han cerrado, en parte por tener menos alumnos y verse los municipios forzados a hacer fusiones. El cierre daña al alumnado que pierde contacto con los docentes que los conocen, se daña el compañerismo y se distancia más el hogar del alumno de su establecimiento educacional. Ello más sucede en zonas de pobreza.
La escuela pública fue en el pasado un elemento importante de apoyo a las organizaciones de pobladores de su sector. El Director del establecimiento generalmente daba un importante apoyo a la comunidad que atendía y el local educacional permitía reuniones comunitarias.
Posiblemente desmunicipalizar no es una tarea fácil, pero sí en cierto modo lo es que se establezcan provisoriamente presupuestos por establecimiento y los recursos públicos los financien. El estímulo a una mayor asistencia debe desarrollarse preferentemente sobre otras bases.
En mi opinión, la proposición de Camila Vallejos es muy positiva y meritoria; seguramente ello motivó que lograra un apoyo mayoritario de la Cámara de Diputados. Muchos parlamentarios, seguramente los que están más cerca de la comunidad de base, votaron en conciencia.
Una forma de redistribuir mejor los recursos atendiendo las necesidades básicas de cada establecimiento, podría hacerse sin necesidad de aumentar los aportes del Estado; sin duda que la propuesta mejor funcionará aumentándolos significativamente de manera de cubrir plenamente sus costos, sin necesidad de recurrir a platas municipales.
Me duele la negativa reacción de personeros de la Democracia Cristiana; más uno se afecta al ver el apoyo que le dio su líder Eduardo Frei Montalva a la educación cuando amplió enormemente la base educacional o primaria favoreciendo especialmente a las poblaciones y localidades donde hacía falta establecimientos educacionales. Entonces el ministerio de Educación daba total financiamiento a esas nuevas iniciativas
El tema daría para bastante más análisis.
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No puedo dejar de alejarme un poco de este tema, para referirme brevemente a la educación superior, especialmente a la universitaria. Impacta ver como se ha desarrollado un sistema universitario privado, que debería ser sin fines de lucro. Su expansión ha sido inmensa y la acumulación de capitales en este sistema también lo ha sido; parte importante de esos patrimonios, al igual que las cadenas de farmacias, ha terminado siendo vendida también al capital extranjero. Cabe preguntarse si el valor de esas ventas no contiene parte importante de un lucro acumulado; no he oído que sobre esta materia exista alguna preocupación.
Cuántas personas de partidos progresistas están ligadas a esos intereses. Es interesante analizar quiénes están o han estado en cargos importantes en esos establecimientos. Observamos entre ellos exministros de Estado de gobiernos de la Concertación y del Presidente Piñera.
Consecuencia de este libertinaje ha sido una creación inmensa de profesionales, con elevadas deudas, muchos de ellos sin trabajo. Se habla que en Chile hoy tenemos 5 profesionales por técnico, cuando la relación debe ser distinta; unos 5 técnicos por profesional.
Cómo se ha jugado con los deseos de los padres para que sus hijos sean profesionales universitarios.
Recientemente aparecen nuevamente líderes de partidos de Gobierno opinando en contra de la educación superior gratuita. Hasta el ministro de Hacienda hace declaraciones planteando opiniones negativas a la universidades públicas que no pueden financiarse como lo han hecho en general las privadas; da la sensación de que poco conoce lo que es una real universidad pública en sus plenas responsabilidades académicas de educar, investigar, hacer extensión y creación artística a favor del desarrollo del país y no de fines lucrativos.
En las condiciones actuales en que gran parte del alumnado universitario estudia en universidades privadas que se desempeñan fundamentalmente en docencia, parte importante de ellas con fines de lucro prohibidos, pero que quedan ocultos por altas remuneraciones, elevados pagos de otros servicios y aumentos de patrimonios, que después han sido vendidos a otros inversionistas e incluso a capitales extranjeros.
El negocio privado ha llevado a un número exagerado de estudiantes y profesionales que llegan al mercado muchos de ellos con grandes deudas, sin posibilidades de trabajar en sus profesiones y quedando desempleado o con trabajo de remuneraciones muy bajas.
Hay muchos intereses relacionados con esta expansión universitaria, centrada principalmente en la lucrativa docencia. Una auténtica universidad debe cubrir no sólo el campo de la docencia, sino que muy en especial el de la investigación. Todo académico universitario debiera participar en investigación tanto en su contribución a la búsqueda de materias prioritarias de investigar como a contribuir a la formación de investigadores y a trasmitir a la sociedad los resultados de las investigaciones.
Impresiona cómo los medios de comunicación trasmiten publicidad universitaria. Páginas enteras de diarios se ven invadidas por esta propaganda como también los medios radiales y televisivos. A las mismas universidades tradicionales se les ha ido forzando a la publicidad para financiarse cada vez más con los ingresos provenientes de aranceles, incluso hasta deben cerrar carreras porque no se autofinancian.
El sistema bancario también se ha beneficiado con la demanda de créditos para la educación, incluso con garantía fiscal.
Es impresionante cómo se ha ido deteriorando tanto el sistema educacional como el sistema de salud. El aporte financiero público a estos dos sectores sociales en términos relativos se redujeron considerablemente durante el gobierno militar. De una función esencialmente social, se transformaron en actividades económicas lucrativas, generando grandes ingresos privados junto a considerables acumulaciones patrimoniales. Impacta ver en diferentes sectores geográficos las grandes construcciones de edificios educacionales y de clínicas privadas, mientras los edificios públicos en educación y salud se deterioran significativamente.
Baste pensar en salud, cuánto peor podría estar la salud primaria chilena si no estuvieran presentes los inmigrantes médicos extranjeros.
Estos temas darían para mucho más.
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Una nueva constitución y una asamblea constituyente
Bastante relaciono esto con la Asamblea Constituyente que tan ardorosamente defendió ese gran líder Eduardo Frei Montalva, frente a la nueva constitución que el Gobierno Militar y la Derecha que lo apoyaba lo pretendía aprobar en un plebiscito vergonzoso. Lo que finalmente lograron en ese negro episodio de la historia de Chile. Hoy la Democracia Cristiana mayoritariamente se ha olvidado de lo que planteaba ese gran líder y destacado estadista.
Cuántos intereses transversales políticamente existen hoy día para no corregir a lo que se ha llegado. Uno se pregunta por qué no se ha restablecido la educación cívica en la educación formal.
Qué importante sería llegar a que Chile tenga una auténtica constitución, que sea orgullo nacional, como son nuestra bandera y nuestra canción nacional.
La caída transversal de la moral política chilena hace pensar la dificultad de que las cosas cambien. En la juventud chilena se hacen presente interesantes inquietudes, especialmente en el frente educacional.
Por todo lo que está sucediendo, uno tiene derecho a pensar, si no se está contribuyendo a una expansión de la delincuencia, cada vez más violenta y abierta que se hace presente en la base poblacional. Los nuevos procesos de robo con violencia a la luz del día en el comercio establecido no pueden dejar de preocuparnos. Cómo se están cerrando sucursales de cadenas de supermercados en barrios más populares. Cómo se está actuando con los medios de locomoción en diferentes sectores de las grandes ciudades, especialmente en Santiago.
Hay tantos temas que podrían agregarse a este análisis.
El caso del precio de los medicamentos es también vergonzoso. Se hace presente una interesante iniciativa de un alcalde comunista, la de crear una farmacia municipal, que ofrece a la comunidad medicamentos a precios sensiblemente más bajos. No olvidemos cómo crecieron las cadenas farmacéuticas, acumulando inmensos patrimonios; incluso llegaron a coludirse.
Las principales cadenas han terminado siendo vendidas al capital extranjero como también lo han sido universidades.
El precio de los medicamentos afecta sin duda muy fuertemente a los sectores de menores ingresos y a las personas mayores; parece increíble que en una democracia se haya llegado a dar estas situaciones.
Llama la atención cómo la iniciativa de las farmacias municipales se esté extendiendo a muchas otras comunas, no poco de ellas a cargo de alcaldes de derecha.
Los cambios parecen llevarnos a otros extremos. Uno se pregunta, podremos volver a la farmacia del barrio a cargo principalmente del químico farmacéutico a quien casi todos conocíamos. No parece fácil. Ahora los asaltos posiblemente lo impidan. ¿Terminaremos con farmacias municipales ubicadas en los centros policiales como se ha estado dando con los cajeros bancarios?
Pasando a otro tema relacionado
Todavía muchos defienden el sistema socio económico al que hemos llegado; una importante razón que dan es porque éste ha permitido un fuerte crecimiento del PIB. Pero hay que analizarlo a base de qué. Impresiona cómo se han construido establecimientos universitarios y clínicas privadas. Son inversiones que sin duda crean ingresos, generan empleo, pero cuales son los efectos sociales.
Hemos construido carreteras en parte importante a base de inversiones extranjeras con altas rentabilidades garantizadas, mientras patrimonios previsionales se invierten en el extranjero, con bajísimas rentabilidades e inciertas, y aún negativas.
Cuántas personas trabajan hoy en las ventas callejeras, muchas de ellas siendo utilizadas por cadenas clandestinas que las surten. Cuánta juventud concurre a los centros universitarios a seguir carreras que un bajo porcentaje seguramente podrá ejercer.
Cuánto de ese crecimiento económico en el estilo de desarrollo en que nos encontramos, está dañando a la base social con mayores desigualdades y pérdida de valores, que junto al desprestigio del gobierno de turno y de los gobiernos municipales, acompañado todo eso con la desconfianza en los partidos políticos, nos puede todo ello llevar a una profunda y anárquica crisis social y política. Se suma a lo anterior el desprestigio del Parlamento.
Hoy observamos grandes inquietudes sociales en el estudiantado, muchos establecimientos tomados por los alumnos. Qué distantes están estos inquietos muchachos de los partidos políticos existentes.
Cuánto sufrimiento hay en las familias que han tratado de tener como sea hijos profesionales; muchas lo han logrado; pero cuántos de ellos están sin trabajo, y cargados de deudas.
En Chile lamentablemente se proyecta un más negro porvenir.
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