Medicina natural, actualidad y economía

Algunos comentarios sobre la situación chilena y la crisis financiera y económica mundial.

Es preocupante la situación de la economía nacional. Los últimos indicadores no muestran una posición positiva para nuestra situación económica a pesar de que las autoridades de Hacienda y del Banco Central tratan de proyectar una imagen de que el país está en condiciones muy favorables para enfrentar la crisis internacional, que es una de las más graves después de la Gran Depresión de comienzos de los años 30. En este artículo se hace referencia a estos temas y se plantean algunas inquietudes y proposiciones, especialmente frente a la posible recesión nacional y a los aumentos de los ya altos niveles de desempleo.

Se habla que en macroeconomía tres grandes temas son los importantes: 1) el crecimiento económico, 2) la inflación y 3) el empleo. Los tres sin duda están interrelacionados; generalmente el crecimiento económico va asociado a un aumento de los niveles de empleo. A su vez, es habitual que el crecimiento económico esté acompañado de presiones inflacionarias; por otra parte se hace casi imposible reducir la inflación alta sin que se genere un aumento del desempleo.

 

Algo sobre la inflación

Debe tenerse presente que la inflación puede derivarse de dos causas, las que pueden actuar simultáneamente. Una es la llamada «inflación de costos», que se deriva de alzas de precios ajenas a factores internos, como ha sido por ejemplo el aumento del precio del petróleo y de alimentos básicos como el trigo; la otra causa es cuando la demanda global de los consumidores crece más que la oferta, aumenta el poder nominal de compra sin existir la oferta suficiente de bienes y servicios; esta puede ser la llamada «inflación de demanda». Esta situación se dio especialmente en la hiperinflación que empezó a iniciarse en el segundo año del gobierno del Presidente Allende con los aumentos en las remuneraciones y la reducción de la oferta por limitaciones de la capacidad productiva, por el debilitamiento del proceso productivo de las empresas y por las limitaciones de divisas para cubrir con importaciones los insuficientes abastecimientos de origen nacional.

El aumento de la demanda, cuando hay recursos subutilizados, motiva aumento del consumo y de la inversión sin generar presiones inflacionarias, como sucedió en el primer año de gobierno de Allende.

La presiones de gremios poderosos por mejorar sus remuneraciones ha pasado a ser en Chile un factor inflacionarios, tanto por subir costos como por incrementar los ingresos disponibles, generadores de demanda.

Lamentablemente se puede decir, que la experiencia señala la dificultad o imposibilidad de frenar una inflación sin generar menor ocupación de la fuerza de trabajo.

 

Algunas consideraciones sobre la economía nacional y sus políticas y sobre la crisis internacional que se inicia

Las perspectivas del crecimiento económico nacional se las puede considerar negativas. En mi opinión, como en varios artículos anteriores lo he señalado, tiene gran importancia para la economía nacional el adecuado nivel del valor de la divisa y su estabilidad, lo cual parece no haber sido considero por las autoridades de Gobierno.

Chile es una de las economía que más está relacionada con los mercados externos; un alto porcentaje de su producto va a los mercados externos (cabe entre estos rubros destacar al cobre y minerales en general, la fruticultura, la celulosa, la harina de pescado y el salmón) y a su vez, una alta proporción de su consumo es de origen exterior. Por otra parte nuestra economía es una de las más abiertas al mundo, tanto en cuanto al comercio de bienes como al movimiento de capitales. El país ha establecido aranceles muy bajos y uniformes, a lo cual se agrega una amplia gamas de acuerdos bilaterales que hacen más abierta la economía, con rebaja o nulidad de aranceles. En la práctica no hay productos para los cuales esté prohibido, por factores económicos, su comercio exterior. Frente a esta realidad es muy importante una seria política con relación al valor de la divisa, la que desgraciadamente el actual gobierno chileno no la ha tenido; su política ha sido dejar que el valor de la divisa se genere libremente en el mercado de capitales; incluso los encajes a los créditos externos, se han eliminado, política que fue reconocida internacionalmente como positiva durante los primeros años de gobierno de la Concertación.

La reciente crisis mundial ha llevado a destacar que hay como dos economías, que si bien están relacionadas, tienen respuestas distintas en el tiempo; éstas son «la financiera» y «la real». Una crisis de la primera, la financiera, como la que se está experimentando en gran parte del mundo, especialmente en las mayores economía, contribuirá a que se genere con algún desplazamiento en el tiempo una intensa crisis en la economía real, es decir en la de producción de bienes y servicios, en el empleo y en el consumo, como también en la inversión productiva.

También puede estimarse que en parte la crisis financiera ha tenido como causa una reducción de los ritmos de crecimiento económico en países importantes. La economía real afectada levemente puede ocasionar una verdadera crisis en la economía financiera; esto lo ha experimentado recientemente EE UU con su crisis iniciada en el sector financiero hipotecario de determinados segmentos de su población.

La actual gran crisis financiera que ya podría considerarse mundial y de gran e inesperada intensidad, anuncia una posterior crisis de la economía real, de magnitudes y duración difíciles de prever. Se ha ido generando una pérdida de confianza generalizada y del desarrollo de un manifiesto pesimismo. La caída de las bolsas de las principales economías ha sido tremendamente aguda y se ha hecho presente con mayor intensidad en las acciones de empresas de determinadas actividades, como las relacionadas con el sector bancario y financiero en general y en el de la construcción y el transporte.

Se puede decir que la crisis se inicia en EE UU con el tema de las hipotecas de bienes raíces sobre valorados y de la incapacidad de amplios sectores ingresos medios y bajos de pagar sus deudas. Se tuvo así una primera quiebra de un importante banco que fue trasladando las inquietudes a todo el mercado financiero. El Gobierno de Bush no fue capaz inicialmente de buscar una buena solución con apoyo político, lo que demoró una inyección de recursos que se estimaron necesarios del orden de los 700 mil millones de dólares; finalmente se logró aprobar por amplia mayoría política este destino de fondos pero el retraso sufrido afectó no sólo a la economía del gran país del norte, sino que a gran parte del mundo, especialmente del más desarrollado.

El sector más seriamente afectado fue en gran parte del mundo desarrollado fue el bancario y los gobiernos han debido apoyarlo con recursos especial y en parte con la estatización de a lo menos parte de la banca.

Basado en esa realidad, aparece como parte importante del inicio de la crisis, la falta de previsión de grandes bancos, como también la falta de regulaciones y de control estatal.

Hay personas importantes que serían responsables de esta situación y políticamente se ha reforzado la idea de que ellas deben pagar esta culpa, con a lo menos la pérdida de parte importante de sus patrimonios.

Algo sobre el caso chileno en la crisis de comienzos de los 80, que fue una interesante experiencia

Debe recordarse la crisis de la economía chilena de principios de los años ochenta, que significó una fuerte caída de la producción y aumentos del desempleo, junto a la quiebra de muchas empresas, especialmente del sector bancario. Las dos grandes causas se puede considerar que fueron la congelación por casi tres años del dólar a $ 39, derivada de un aumento en las disponibilidades de divisas en el mundo, proveniente de los petrodólares, que dañó fuertemente a la economía real y la inmensa deuda externa e interna que se fue generando con la libertad o libertinaje del ingreso al país de créditos externos a bajas tasas iniciales de interés. El sector bancario y amplios otros sectores de empresas privadas se endeudaron en moneda extranjera.

Personeros de gobierno recomendaban irresponsablemente que había que aprovechar el ahorro externo que nos llegaba, sin darle importancia a que eso se reflejaba en endeudamiento externo, el que a su vez se transformaba en endeudamiento interno, dirigido especialmente al consumo y no a la inversión. Con esta mayor demanda generada por ese fácil y alentado endeudamiento, motivó aumento de las actividades económicas de varios sectores, especialmente del bancario y del comercio de productos importados, pero dañando fuertemente a parte importante de la economía real constituida por la producción de bienes.

Así fue como Chile llegó a una elevada deuda externa, principalmente privada, que se trasladaba por el sistema bancario a deuda interna de los privados con el sector financiero.

Los neoliberales gobernantes en aquel entonces no estaban preocupados, porque consideraban que este endeudamiento externo era principalmente privado y los privados sabían bien lo que hacían; pero cuando viene la crisis, el Estado chileno tuvo que pasar a garantizar esa deuda, para que el país pudiera seguir recibiendo los tan necesitados futuros créditos externos.

En el pasado, en la vieja democracia, las divisas sólo se pretendía que entraran al sistema financiero para cubrir inversiones en su componente externo directo o indirecto, de manera que estos recursos no generaran presiones inflacionarias al transformarse en moneda nacional.

Autoridades del sector gobierno habían asegurado entonces que el dólar a $ 39 se mantendría por lo menos durante 10 años; los intereses en moneda extranjera eran bajos, frente a sus altos niveles en los préstamos en moneda nacional. Eso alentó el endeudamiento en moneda extranjera, fomentado por el mismo sistema financiero. El sistema bancario traía dólares a baja tasa de interés, los transformaba en moneda nacional y lo prestaba en el mercado interno a altas tasas de interés real. El último año previo a la crisis, parece increíble, la balanza de pagos chilena tuvo un saldo favorable; aumentaron las reservas del Banco Central, a pesar de una balanza comercial altamente negativa, eran tantos los dólares que llegaban para este tipo de operaciones, que neutralizaban el alto saldo negativo de la balanza comercial. Un importante banco privado chileno, una semana antes de la crisis, recibió 200 millones de dólares para ser convertidos en moneda nacional y lucrar con las diferencias de intereses entre los externos y los internos.

Ese banco, que representaba una de las sociedades anónimas que daban más confianza a los inversionistas, fue uno de los que perdió totalmente su patrimonio por la insolvencia posterior de su cartera de colocaciones.

La recesión económica, la balanza comercial tan negativa y el agotamiento de los petrodólares en los mercados internacionales, motivó la necesidad de devaluar y olvidar la promesa gubernamental de mantener los $ 39 por dólar por a lo menos diez años; con la devaluación se llevó a la quiebra a muchas empresas endeudadas en dólares, dentro de ella a parte importante de la banca comercial privada. Muchas personas se arruinaron. Además de devaluar se debió tomar una serie de otras medidas económicas como fue elevar aranceles y establecer líneas de créditos especiales para determinados sectores, que nos alejaron del neoliberalismo entonces tan idolatrado. No es del caso en este momento profundizar más sobre este tema, aunque si recordar que uno de los sectores más afectados fue el de la construcción.

La crisis chilena se hizo presente cuando no sólo los petrodólares del mundo de la banca privada internacional se habían agotado, sino que también en momentos en que empezaban a subir los intereses en los mercados mundiales.

Con la crisis se puede decir que la banca privada, en parte importante, pasó a manos del Estado, contra la voluntad del Gobierno militar, contrastando con la intención del Gobierno de Allende de tratar de estatizarla, que lo logró en una muy baja proporción. El Gobierno de Allende sólo lo pudo concretizar con unos pocos bancos privados pequeños y con la compra parcial de acciones de bancos mayores; además intervino a otros bancos, a través de los llamados «resquicios legales».

La nueva realidad chilena. Compleja situación de valores.

El auge del pasado reciente de los precios de nuestros principales productos de exportación, especialmente del cobre, motivaron una abundancia de divisas que presionaron a la baja del valor unitario de ella. Mientras en el pasado la voluntad del Gobierno fue mantener el dólar en los $ 39, dejando el libre ingreso de divisas – de los llamados petrodólares-, dañando profundamente la economía real del país, en los últimos años los que dirigen la economía chilena parece que no tomaron en cuenta la negativa experiencia histórica de un bajo nivel de la divisa, lo que divisa genera situaciones económicas adversas a un futuro no lejano. Dejaron descender la divisa libremente y que su valor además tuviese fuertes fluctuaciones, en algunos momentos de gran intensidad; se puede recordar que llegó el dólar a superar los $ 700, para en otro momento descender a cerca de los $400.

Debe tenerse presente que las inestabilidades de su valor, como de otros valores conómicos, favorecen una desigual distribución del ingreso, especialmente por operaciones especulativas que enriquecen a quienes disponen de más recursos y de más información. Se debe estar consciente de que Chile tiene una de las desigualdades de la distribución del ingreso más altas del mundo y que ésta se ha agudizado, como paradoja, durante los dos últimos gobiernos de la Concertación, que han sido encabezados por militantes del Partido Socialista.

Los pronósticos de crecimiento económico del país son cada día más desfavorables a pesar que algunos indicadores han señalado para el último tiempo crecimientos importantes en la inversión.

El bajo crecimiento del IMACEC (Índice mensual de actividad económica) último, menor que lo esperado, se explica sólo en parte por tener ese mes dos días hábiles menos que el del año anterior.

La fuerte caída del valor de la divisa en los últimos años, proveniente como ya se ha señalado de una balanza comercial extremadamente favorable a consecuencias principalmente del aumento de precios internacionales de productos primarios exportados por Chile, en especial cobre y otros minerales, debió ser especialmente considerada.

El bajo valor de la divisa junto a su alta inestabilidad, han dañado a parte importante de la economía nacional, por el perjuicio ocasionado a los ingresos de las exportaciones de rubros en que el país tiene ventajas comparativas y por la competencia de los productos importados sobre la producción de muchas empresas abastecedoras de nuestro mercado interno. Esto ha originado varias quiebras importantes y la paralización de inversiones en rubros en que tenemos ventajas comparativas y son generadores importantes de empleo. Sobre este tema me he referido en artículos anteriores, tema que se asocia al llamado «mal holandés», que sufrió Holanda como consecuencia de sus altos ingresos en divisas proveniente de sus exportaciones de la actividad petrolera; la abundancia de divisas, su caída de precios, generó un daño a muchos otros sectores de su economía y a ella en su conjunto.

Con la crisis financiera reciente, el valor de la divisa se ha disparado llegando a valores cercanos a los $ 650. Aunque en estos últimos días ha bajado a alrededor de los $ 600, para posteriormente nuevamente subir.

Un factor importante de estos nuevos niveles ha sido la caída del precio del cobre, por temor a la crisis mundial de la economía real. También debe destacarse la caída del precio internacional del petróleo, que confirma las expectativas de recesión mundial.

Dos quiebras se han hecho sentir estos últimos días en Chile, el 7 de octubre se informada de la Constructora De Mussy con más de 6 proyectos y 800 trabajadores. La otra es de una importante empresa exportadora de vinos; una de las razones que se ha dado para esta última fue el bajo valor del dólar.

Por primera vez en 6 años, septiembre marca déficit comercial externo. La caída fue impresionante; las importaciones superaron a las exportaciones con un agresivo crecimiento de las primeras de un 48 %, llegando US$ 5.366 millones y con un incremento de las exportaciones de sólo un 1 %. Desde septiembre de 2002 no se tenía saldo negativo, que aunque bajo, de US$ 318 millones, no deja de ser preocupante por su inesperado resultado y su tendencia a ser más desfavorable a futuro. Esto es consecuencia especialmente de la caída del precio del cobre. Algunos estiman que la situación puede recuperarse.

No debe dejar de ser preocupante que la deuda externa a fines de agosto llegó a US$ 66.728 millones, 2.408 millones más que en julio y casi US$ 11 mil millones más que la deuda de fines del 2007. La deuda externa es en mayor parte privada, US$ 54.085 millones; US$ 2.273 millones más que el mes anterior. La deuda pública es sólo de US$ 12.643 millones.

Esta elevada deuda externa privada puede tener un importante efecto en resultados económicos de las empresas, por el aumento del valor de sus pasivos y en sus situaciones financieras, por alza del costo de los servicios de la deuda por doble factor, alza del dólar y aumento de los intereses. El tema por ahora no parece preocupar a las autoridades de Gobierno; me ha llamado la atención la dificultad para conseguir información actualizada sobre la deuda externa.

También se debe considerar que el crecimiento económico pasado en parte se ha debido a una mayor demanda interna derivada de un aumento del endeudamiento de los consumidores a tasas mayores a los del aumento de sus ingresos. Ello probablemente ya esté afectando a la demanda; la situación puede agudizarse con los aumentos de los interese de los créditos y con los riesgos de un mayor desempleo. No puedo dejar de mencionar cómo el Gobierno del Presidente Lagos decidiera establecer comisiones relativamente altas a las cuentas de ahorro del Banco del Estado que le significaron importantes aumentos de las utilidades a esa institución financiera estatal, quitándole patrimonio, a millones de ahorrantes, cifra que eran el fruto de una larga política del fomento del ahorro en Chile desde la creación de la Caja Nacional de Ahorros, política que fue continuada incluso durante el Gobierno militar y por los dos primeros gobiernos de la Concertación. Se han cerrado una cantidad importantes de cuentas de ahorros del banco estatal y se ha dejado estimular el ahorro en las nuevas generaciones..

Debe tenerse presente que el crecimiento económico pasado estuvo en grado importante motivado por dos causas. Una, el fuerte aumento de los valores de los productos de exportación, especialmente mineros, exportaciones que en parte constituyen salidas de reservas, de patrimonio nacional, ya que son recursos agotables, y la otra, del ya analizado crecimiento de la demanda interna, derivado en parte importante por el creciente endeudamiento, que ha aumentado a tasas mayores al crecimiento de los ingresos. Esta última causa puede jugar en contra de la demanda futura.

Además ha sido un factor de crecimiento el auge fuerte e insostenible de la construcción, con riesgos y manifestaciones ya de pesantez en las ventas, que es posible que se agudicen por las perspectivas más negativas de los potenciales adquirentes, del aumento de las tasas de interés y de las mayores exigencias de las instituciones prestamistas.

También nuestra economía y nuestra sociedad enfrentan otras serias situaciones. Por una parte el desempleo muestra índices altos y crecientes, especialmente en la juventud, lo que por lo menos es causa de la delincuencia, delincuencia que lamentablemente va en aumento y en la que se hacen presentes especialmente menores. Estimaciones señalan que en el último semestre más de un 38 % de las familias han sido afectadas por esa delincuencia; las cárceles no dan abasto y preocupa de reincidencia de delitos en población que no es encarcelada. Las cárceles pasan a ser verdaderas escuelas para perfeccionar al delincuente y posiblemente para favorecer asociaciones. Cada vez los hogares se protegen más con rejas, alarmas, protecciones eléctricas y guardias privados. La demanda por cárceles crece a tasas mayores que la de la población.

Las drogas golpean a nuestra sociedad, pasan en parte a ser fuente de ingresos de sectores pobres y a su vez son causa importante de la delincuencia; la dependencia de la droga conduce al individuo a la desesperación por conseguirla, vía la delincuencia y la violencia.

Hay una sensación de pérdida de valores a todo nivel. Recursos destinados a generar empleos y al deporte, han sido desviados a fines políticos, que si bien es cierto no serían de grandes montos, generan pérdida de aprecio a los políticos. Impresiona lo sucedido con la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), donde han fracasado inversiones y se detectan serias irregularidades y/o incapacidades de gestión.

La ingeniería chilena, que fue extraordinaria en el pasado en ferrocarriles y otras obras públicas, especialmente en puentes, muestra serias fallas a pesar de que cada día se dispone de mejores medios para efectuar cálculos; se duda que ello sea consecuencia de la incapacidad de los profesionales sino que más bien problemas de valores y de ética. El caso del Transantiago es deprimente; se tiene un déficit de más de 2 millones de dólares diarios; se conjuga en ello por una parte las deficiencias en su programación y ejecución-operación, junto los círculos viciosos de que muchos usuarios no pagan su uso en parte justificado por el mal servicio que presta y por otra el Gobierno ha decidido no subir las bajas tarifas, mientras el sistema no opere a satisfacción.

Cuesta explicarse cómo con la existencias de tantos ingenieros especializados como los de transporte, se cometan errores como los sucedidos con ferrocarriles y con el Transantiago. Se importan vehículos que por su altura no pueden pasar por un paso bajo nivel, el que por ello debe profundizarse. Se compran equipos ferroviarios de segunda mano que fracasan, sin al parecer con las adecuadas garantías, y se da como una justificación que era tanto el interés de los pasajeros en usarlos que tuvieron que llevar gente pie lo que motivó daños en los sistemas de suspensión; pocos pueden creer explicaciones de esta naturaleza. Se construyen estaciones las que se dejan abandonadas. Se negocian inversiones en carreteras urbanas en las que si en el día o en el momento en que se saturan, se le cobra inesperadamente al usuario tarifas recargadas, usuario que por otra parte se ve perjudicado por la demora del mal servicio recibido; el proyecto debiera considerar que si va a haber días y horas de probable saturación, ello sea previsto y se establezcan previamente tarifas superiores, conocidos por el potencial usario.

El nuevo Presidente del Colegio de Ingenieros se ha mostrado preocupado por la necesidad de mejorar el prestigio de la ingeniería chilena

Queda una sensación de incapacidad de quienes han actuado; los cargos parecen ser más que nombramientos de elementos capaces, el favorecer a personas de determinadas posiciones políticas que pasan a quedar comprometido, no con los intereses nacionales, sino que con las corrientes que los han llevado a sus cargos. El desprestigio de la política se acentúa, como también incluso de otros poderes del Estado como la Justicia.

Da la sensación de que desgraciadamente la posibilidad de gobernar requiere de los cuoteos políticos en la obtención de cargos y quienes se ven favorecidos con ellos, deben «responder» a quienes los favorecieron con designaciones habitualmente no merecidas.

La inflación chilena se ha incrementado más allá de los esperado; las causas más inmediatas han sido el alza de precios internacionales, especialmente del petróleo, de sus derivados y de los alimentos básicos. Esta inflación pudo se más elevada a no ser la caída del valor del dólar y de la postergación del alza de tarifas del Transantiago. A futuro, las cosas pueden cambiar; por una parte el petróleo baja sus precios a la mitad de los más altos niveles de poco tiempo atrás y el dólar está experimentando una importante alza.

 

Perspectivas de retrocesos en la economía mundial

Las recientes informaciones pronostican recesión en las economía más importantes de Europa (Inglaterra, Francia, España y bajo o nulo crecimiento en Alemania). También se pronostica recesión en EE UU. Japón también enfrentaría reducción en su actividad económica. La crisis financiera ha debido ser enfrentada con fuertes destinación de recursos nacionales y de los bancos centrales de las grandes potencias, crisis que aún no parece superada.

EE UU por otra parte muestra un creciente déficit fiscal como también balanzas comerciales fuertemente deficitarias. El país en algún grado está viviendo con un incremento de su endeudamiento externo.

Los pronósticos son alarmantes tanto en relación a la magnitud que puede alcanzar la crisis como con respecto a su duración. Eso se reflejará en la caída del producto, en aumento del desempleo y en la reducción del comercio mundial. Las materias primas han caído fuertemente en sus precios, cabe destacar las bajas del petróleo y del precio del cobre, que nos afectará seriamente.

La crisis aparece tan aguda que se ha llegado a considerar que enfrentamos el fracaso del neoliberalismo y que deben buscarse nuevos estilos de desarrollo. Se entra a poner en sería duda la globalización

Las causas serían muy variadas, pero a mi juicio una de las importantes ha sido la expansión de la economía de China y la invasión de sus productos exportados al mundo entero. Se suma a lo anterior que la economía china dispone de grandes recursos financieros que los ha sabido colocar en los mercados internacionales no sólo como préstamos sino que haciendo inversiones estratégicas.

Hoy China está siendo un país que se hace presente en el comercio exterior automotor, con exportaciones crecientes, mientras que la mayoría de los países desarrollados se están forzados a reducir sus producciones y a despedir trabajadores. Mientras China crece aún a altas tasa, la mayoría del resto del mundo se muestra estabilizado y con tendencia a reducir sus productos. Con ello el peso de la economía china irá en aumento, con la fuerte solidez de la habilidad política de su gobierno tanto en las relaciones políticas internacionales como en las comerciales y financieras.

El candidato republicano a la Presidencia de EE UU, en sus recientes intervenciones, ha llegado a mencionar el alto endeudamiento de su país con China.

La economía china ha sabido muy bien aprovechar la globalización para su propio beneficio. Mantuvo el valor de su moneda a pesar de los altos saldos de su balanza comercial y de las presiones externas para que apreciara su moneda, lo que sólo recientemente ha hecho, favoreciendo ahora la compra de activos físicos, financieros y accionarios en el exterior. No se sabe hasta dónde este país oriental puede estar aprovechando las caídas de los valores de las bolsas de las grandes potencias, para comprar paquetes accionarios importantes.

Si por una parte China verá reducido su comercio exterior con la recesión, ha ido desarrollando un importante mercado interno, que le da la posibilidad de mantener a sus producciones industriales a altos niveles y posiblemente en expansión.

Perspectivas para Chile

No son favorables. La caída impresionante del precio internacional del cobre afectará a nuestro comercio exterior y posiblemente hará subir el valor de la divisa, muy por encima de los que serían los niveles de equilibrio a largo plazo. Debe recordarse que la balanza comercial del último mes, después de muchos años, pasó a ser saldo negativo, como consecuencia principalmente de la caída del precio del cobre, caída que todavía no queda totalmente reflejada en menores valores de las exportaciones.

Por otra parte es probable que se vea afectada la producción de la pequeña y mediana minería, a pesar de la baja del precio del petróleo y de la posible sostenida alza del dólar.

El sector de la construcción probablemente reduzca su actividad a raíz de los sotcks de departamentos y casas que tiene sin vender y las malas perspectivas de ventas futuras. Esto repercutirá en el empleo y en la adquisición de una amplia gama de insumos y otros servicios, como el transporte. Ya se ha anunciado una reducción importante de nuevas obras.

Es probable que otros productos de exportación se vean afectados, como ya ha pasado con las maderas, por la crisis habitacional de EE UU, que nos ha obligado a cerrar varios aserraderos, con las consiguientes generaciones de desempleos especialmente regionales. El salmón enfrenta serios problemas tecnológicos, especialmente sanitarios, que ha obligado a reducir zonas productoras.

La actividad frutícola y vinícola se vieron afectadas por el bajo valor del dólar, que significó detención de inversiones, contempladas para aumentar su capacidad productiva.

La importante deuda externa privada chilena, como ya ha sido señalado, puede comprometer a muchas empresas endeudadas por el ya comentado efecto en los aumentos de sus pasivos y en los mayores valores del servicio de las deudas, consecuencia de los aumentos del valor del dólar y de los intereses.

Por otra parte las ventas de las grandes tiendas es posible que se vean afectadas por posiciones más conservadoras de los clientes ya endeudados y por las limitaciones y mayores costos de los nuevos préstamos. El sistema financiero ha debido ponerse restrictivo en sus créditos por las incertidumbres económicas.

Ya se han hecho sentir consecuencias de la crisis financiera mundial en la restricción del crédito y en alzas en los intereses. El Gobierno ha debido intervenir para enfrentar la escasez de divisas en el mercado interno, trasladando depósitos del exterior a la banca nacional. Molestia ha causado en varios sectores el hecho que estos importantes recursos se hayan colocado en sólo cuatro grandes bancos; sin duda que es discutible este procedimiento discrecional a favor de unas pocas instituciones financieras.

Hay preocupación en el Gobierno especialmente por las pymes, por las dificultades para conseguir créditos y el efecto que podría ello tener en este importante sector empleador.

La CORFO estaría interviniendo para ello y posiblemente lo haga también el Banco del Estado y otros bancos privados, por motivación del Gobierno.

Hay serios temores por el aumento próximo del desempleo. Para ello el país debería tomar políticas agresivas para estimular el empleo, el que actualmente ya muestra niveles alarmante especialmente en algunas regiones.

En cuanto a inflación, el cuadro no se ve claro. Si bien es cierto el alza del dólar elevará costos de productos importados y también afecta a precios de productos que se exportan, es probable que con la recesión mundial bajen algunos precios, como ya se está viendo en el caso del petróleo. Lamentablemente las tarifas de los servicios de utilidad pública están afectados directamente por el valor de la divisa. Por otra parte el favorable clima del último año ha permitido elevar las reservas de agua en los principales embalses, lo que permite una mayor generación de energía eléctrica, que es de costos más bajos.

Posibles soluciones

El Gobierno deberá dar más atención a la economía real, a la productiva y generadora de empleo.

Como lo he dicho en otros artículos, lamentablemente el apoyo al desarrollo económico con visión de largo plazo no tiene una institucionalidad como la tuvo en la antigua democracia la CORFO y la Planificación Nacional, primero en la Dirección de Planificación de CORFO y posteriormente en el Ministerio de Planificación(MIDEPLAN). Hoy domina la política el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, instituciones que se preocupan fundamentalmente de la política financiera y de la inflación.

La crisis que se nos viene encima debiera llevarnos a modificar CORFO y MIDEPLAN para además de cumplir sus responsabilidades hoy asignadas, vuelva a desempeñar la tarea de identificar e impulsar grandes programas nacionales y que consideren especialmente a las regiones, que enfrentan situaciones más críticas.

Temas como los de la energía debieran ser atendidos por una institucionalidad estatal con equipos permanentes y no a base de comisiones con atribuciones limitadas y con equipos propios de cada gobierno que asume. El tema medio ambiental debiera también tener institucionales de Estado.

La CORFO debiera volver a ser la gran institución de fomento del desarrollo de Chile, con un Consejo de amplia representación, que le dé transparencia y permanencia a las grandes políticas, como también volver a ser esa gran corporación financiera capaz de captar recursos externos para el desarrollo del país, con visión especialmente de largo plazo. Su multisectorialidad y sus responsabilidades en los desarrollos regionales como también en la gran investigación de recursos naturales, debieran volver a ser de su responsabilidad.

El desempleo debiera ser además atacado con masivas políticas de emergencia, que junto con dar empleo y generar ingresos en sectores más debilitados, y con ello también estimular la demanda, vayan creando riqueza futura y contribuyendo a solucionar otros graves problemas. Podrían desarrollarse masivos programas de reforestación productiva y mejoradora del medio ambiente, como también de habilitación de suelos y de obras públicas con tecnología de alta ocupación laboral.

No quisiera dejar de mencionar que gran parte de la riqueza forestal de Suecia, nació del empleo de recursos humanos ociosos en los primeros años de los 30 del siglo pasado, de la llamada Gran Depresión. Además ese país dedico a desocupados a hacer adoquines, los que después fueron vendidos a países europeos. Recientemente un guía de turismo en Nueva Zelandia me mostraba importantes obras que ese país había realizado para generar empleos en periodos de aumento del desempleo; recuerdo que con orgullo mostraba una de esas obras.

Mucho empleo podría generarse en el mejoramiento urbano de calles, veredas y jardines, que mejoren el ambiente. Incluso en comunas ricas como Providencia, se observan veredas con hoyos, carencia de pasadas para sillas de inválidos y varias otras necesidades de ampliar y mejorar jardines. Podrían motivarse pequeñas empresas para hacer estas obras, junto con la capacitación para ello de recursos humanos.

Muchas ideas podrían recogerse para dar empleo. Habría que hacer un esfuerzo para generar ideas de proyectos nacionales y regionales- Día que se deja obligadamente de trabajar no es recuperable económicamente, es una pérdida de un recurso, lo que además daña al individuo cesante y perjudica a toda una familia.

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