Es un tema que puede considerar como de vergüenza nacional. En esto el Estado de Chile tiene gran responsabilidad. Al final del artículo hago precisos planteamientos para abordar esta triste realidad.
Parece que con razón se puede decir que “los temas de las basuras en Chile son más sucios que la basura misma”.
Parte importante del tema lo deben abordar las Municipalidades que son responsables de recoger los diferentes desechos sólidos de sus comunas, los que se generan en mayor proporción en las viviendas; pero hay otros que se originan en otros lugares como empresas de diferentes actividades y otros centros sociales de distintas responsabilidades.
Las demoliciones de construcciones generan también importantes volúmenes de desechos, en su mayoría considerados escombros. Un tema de especial interés son los de los residuos de mayor grado de contaminación como son los de algunas industrias y en especial los residuos hospitalarios.
Fuertes ingresos reciben las municipalidades con sus cobros a través de Impuestos Internos, en las cobranzas de la Contribuciones de Bienes Raíces. Varios escándalos han sido conocidos y sancionados en el manejo de estos fondos y en las adjudicaciones a empresas a cargo del manejo de los vertederos. Las comunas más pobres tiene alta proporción de viviendas exentas de contribuciones de bienes raíces, por lo tanto se hace difícil o imposible cobrar a muchos hogares por los retiros de basuras.
Por otra parte ha sido preocupante cómo se han afectado algunas localidades con la ubicación de estos vertederos y sobre sus manejos deficientes. Por una parte el negocio parece bastante lucrativo. El daño a los habitantes cercanos han sido patentes, cabe destacar especialmente a amplios sectores poblacionales de la comuna de Tiltil. Aquí a mi juicio hay un atropello a los derechos humanos. También los vertederos de Santa Marta y Rinconada de Maipú tienen serio efectos dañinos con pobladores cercanos. Sobre este tema algo he escrito anteriormente.
Estos vertederos no solo afectan a las poblaciones cercanas, sino que también están generando otras graves contaminaciones como las de las aguas de las napas subterráneas. Es posible que también pueda comprometer nuestros productos de exportación, ya sea como por la contaminación misma de ellos como también por llegar a cuestionarse por una competencia desleal en el comercio internacional, por el abaratamiento de costos inmediatos debido a la omisión de gastos de conservación del medio ambiente.
Los vertederos clandestinos son otro serio problema, que al parecer cada vez se agudiza más en sus amplitudes de desechos y en el número de existentes.
Impresionante fue ver en televisión un vertedero semi-clandestinos en los inicios del Cajón del Maipo. Muy bien se hizo la explicación de sus características, de la forma como operaba, del desarrollo que ya ha tenido, de los riesgos que ese vertedero ha generado incluso en la contaminación de aguas que van destinadas al abastecimiento de agua potable de Santiago. Se grabó la presencia de envases de desechos químicos altamente contaminantes. Se presentó a un académico de la Universidad de Chile revisando los residuos y opinando la gravedad de todo aquello.
Existiría un real riego de que ese vertedero se desplome por el efecto de torrenciales lluvias, llegando al río mismo y por ello al abastecimiento de las plantas de tratamientos de las aguas para potabilizarlas.
Preocupante es ver como con maquinaria pesada se cubre con tierra los desechos recientemente acumulados, para poder seguir recibiendo nuevos aportes. Con ello se eleva la altura del vertedero aumentando su potencial daño al producirse deslizamientos y derrumbes.
Quizás lo que más impacta es ver la presencia de nada menos que el Intendente de Santiago, que se manifiesta incapaz de actuar. Cabe preguntarse, por qué eso es así.
Otro reportaje visto en televisión fue el sobre un vertedero clandestino en el desierto al interior de Iquique. Ahí se mostraba la extensión y el crecimiento de éste. Cómo se botaban los desechos y entre estos los de ropa usada importada a granel, que significa un sistema que permite que desechos del mundo desarrollado llegan al nuestro.
No puedo dejar de mencionar como llegaban personas a revisar esos desechos y de ahí sacar productos para ser revendidos.
También se mostraban los incendios generados de estos residuos y los gases emanados, sin duda altamente contaminantes que se deslizaban al interior del desierto.
Cuesta comprende por qué las autoridades no pueden actuar. Posiblemente pueda ser porque no hay soluciones alternativas. Las personas, las empresas no tienen donde botar sus desechos. A mi juicio eso es responsabilidad del Estado.
Cerrar los vertederos existentes que mal cumplen sus funciones, generaría problemas más graves, al parecer sin solución inmediata. Lo que se hace son sanciones pecuniarias que resultan ineficaces ya sea por sus montos frentes a las utilidades que obtienen; sanciones mayores que las lleven a la quiebra, parece que no sería la solución.
Por otra parte bastante se sabe de diferentes vertederos menores clandestinos en diferentes sectores, que se van haciendo necesarios para solucionar problemas habitacionales o de otras naturalezas. Se botan las basuras, restos de muebles, otra serie de materiales de desecho, como los de demoliciones menores.
Por otra parte son considerables los desechos que se lanzan en los canales de regadío, que obligan a limpias extraordinarias. Generan inundaciones y aumentos de gastos a los usuarios de las aguas, aguas que también se contaminan. Impresiona ver la cantidad y las características de lo que se saca de los canales. Ella se amontona a lado de los lugares de donde se extraen y son las municipalidades las que los deben retirar, sin tener retribuciones por ello.
Echar desechos en los canales de regadío es un delito, pero quién puede detectarlo y si se detectan se hace casi imposible generar sanciones. Posiblemente poco se actúa en la generación de conciencia del daño que se ocasiona.
En Chile desgraciadamente desapareció la planificación de su desarrollo y eso se hizo principalmente en la nueva democracia.
He reiterado que ello debe restablecerse y a partir de serios diagnósticos del desarrollo de nuestro país, en que se detecten los principales problemas, sus evoluciones históricas y sus prognosis, es decir a dónde vamos llegando si no se actúa.´
Posiblemente si la antigua CORFO con las características que ella tuvo como institución de Estado en Chile, habría estado dedicada a estudiar estos problemas y a proponer soluciones y concretamente medidas de políticas, los que podría llamarse un plan o un proyecto nacional. Hay valiosas experiencias internacionales; el tratamiento a los desechos podría dar muchas actividades generadoras en empleos e ingresos, de productos de valor para la sociedad. De todo ello debería generarse además ese gran producto social, como es la reducción de la contaminación medioambiental.
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