El día siguiente de la reelección de la actual alcaldesa de Providencia, nada menos triunfante con el 57% de la votación, El Mercurio presenta la siguiente información.
El Mercurio. Lunes 17 de mayo de 2012 A 13
LÍNEA DIRECTA/COMUNIDAD
FOTO DEL LECTOR Basura y falta de riego
Por la principal calle de la comuna de Providencia, en cada esquina, se observa tierra y basura. Hay muchos árboles muertos por la falta de riego.
¿Es más económico para la autoridad comunal cortar, reponer árboles de años, o regar?
Lucía Sofjer
Soy residente en la comuna y desgraciadamente también testigo de que en mi sector de El Bosque con Tobalaba hacia el norte y hacia el sur, se aprecia un grave descuido con árboles y arbustos de las calles. El bandejón central de El Bosque en general está bien cuidado y regado, no así los árboles, arbustos y jardines callejeros.
Hay dos formas de solucionar esto, ya sea obligando a los vecinos a regar sus frentes y la otra forma es que lo riegue la Municipalidad. Bien pueden combinarse ambos sistemas, sobre todo si se tiene en cuenta que la municipalidad tiene derechos de agua de riego del Canal del Maipo y tiene trazadas acequias en varias calles en que se puede regar gravitacionalmente. Los derechos de agua son permanentes, día y noche, por lo tanto podría tener centros de acumulación de agua desde donde extraerla para proceder con vehículos regadores. Son aguas sin costo municipal y además de mejor calidad para el regadío; trae fertilidad y carece de cloro.
Al recorrer las calles se observa que muchos vecinos, personas jurídicas y naturales, riegan sus frentes, pero lamentablemente otras no lo hacen. Se ven contrastes entre unos y otros lugares.
Parece que en el tema de parques y jardines, la Municipalidad no tuviera profesionales competentes, y si los tiene, no cumplen debidamente sus tareas. De vez en cuando se ven pasar camiones a no baja velocidad lanzando aguas que poco penetran al suelo y una alta proporción de ellas escurre por tierras endurecidas hacia la calles. Al parecer estos trabajos serían hechos por empresas contratistas a las que se les paga por camionadas distribuidas.
Los árboles y arbustos debieran tener en lo posible tazas circulares para recibir las agua de un medio metro de radio y el resto de los suelos con pastos o bien con tierras picadas de manera que el líquido penetre. También se pueden utilizar un tipo de piezas de concreto con huecos que permite que por ellas se desarrollen plantas, especialmente de céspedes.
Llama la atención las diferencias que presentan árboles y arbustos en su desarrollo en la medida que tengan a su derredor tierras húmedas.
Enfrente a muchos de los bares y restaurantes del sector, se observan tierras muy secas, con árboles y arbustos débiles, que en alta proporción se secan.
En estos días me impresiona negativamente como se atienden árboles, arbustos y prados en torno al Supermercado Líder, ubicado en la esquina de sur de Tobalaba con Las Camelias. Estoy cierto que bastaría una advertencia municipal, para que esta empresa extranjera tuviera jardines bien cuidados.
En la esquina norte hay un espacio importante que estuvo poblado de varios y hermosos arbustos. Todos ellos se han secado y sus restos se han sacado; se ve hoy la tierra limpia y seca. En esa esquina hay un restaurante que podría tener responsabilidad, por lo menos parcial, del daño producido.
Este sector de la Comuna pertenece a una junta de vecinos, que al parecer no se preocupa mayormente del tema. En más de una vez me he dirigido a ella sin mayores resultados.
En estas calles, en general no hay basuras, salvo en lugares donde existen receptores de ellas que se rebalsan. Es frecuente ver funcionarios municipales, generalmente haitianos, barriendo especialmente las hojas.
A mi juicio debieran establecerse voluntarios informantes por manzanas de las situaciones anormales que se presentan en sus áreas de información. Tanto en aspectos de riego y basuras como de estado de las veredas, que presentan frecuentes anormalidades en sus superficies como también en tapas de servicios públicos con sus cubiertas dañadas ya sea en sus superficies cementadas o embaldosadas. La conservación de ellas entiendo que es de la responsabilidad de las respectivas empresas de utilidad pública.
Entiendo que hay obligación legal de los propietarios de regar sus frentes. Tiempo atrás recuerdo que hubo preocupación por hacer cumplir estas obligaciones con sanciones, incluso se llegó a una prisión. Hubo errores y críticas a esta sanción, lo que habría motivado no exigir más el cumplimiento de estas obligaciones.
Desgraciadamente en la comuna y en muchas otras, no se fiscaliza el cumplimiento de muchas otras disposiciones, especialmente del tránsito. Las velocidades máximas no se fiscalizan ni se sancionan; incluso la velocidad máxima por mucho tiempo fue de 60 Km/h y ese límite incluso no se respetaba completamente. Después se bajó a la máxima de 50 Km/h que menos se respeta; incluso no hace mucho circulé por Suecia en sectores con velocidad máxima de 40 Km/h y muy pocos respetaban ese máximo.
En la comuna de las Condes habría algunos controles automáticos en el respeto a las vías para el transporte público. Al parecer algo de eso también existe en Providencia, pero no así en el control velocidades máximas.
Un mayor control con sanciones pecuniarias, posiblemente no solo evitaría accidentes, sino que también generaría ingresos municipales.
Por otra parte, mucho molesta la circulación de vehículos motorizados con escapes libres y en no pocos de ellos los conductores parecen gozar generando fuertes ruidos con violentas aceleraciones, incluso en horas de toque de queda.
Recuerdo en el pasado, era común ver carabineros controlando velocidades y fiscalizando los silenciadores de los vehículos. Recuerdo ya hace muchos, muchos años, que a mi me pasó un parte un carabinero, estando mi auto detenido pero su motor funcionando. Se producía un ruido algo anormal y era por una pequeña rotura del tubo de escape. Debí pagar el parte junto con mandar a reparar el tubo de escape, con una pequeña soldadura.
Parece increíble que se desarrollen carreras clandestinas de autos en algunas calles y carreteras. Afortunadamente parece que eso no se presente en la comuna de Providencia. Se menciona que Carabineros no tiene atribuciones para impedirlas y se requeriría una legislación especial, que estaría en trámite.
El tema de las velocidades máximas no sólo se hace presente en Providencia. En otras comunas la situación es peor. Varias veces he hecho referencia a las velocidades en la Avenida Pedro Aguirre Cerda, camino a Melipilla, que tenía una velocidad máxima de 60 Km/h que no se cumplía y después la velocidad máxima se bajó a 50. Casi nadie la cumple; no pocos vehículos pasan por esa avenida a velocidades hasta unos 100 Km/h. Si uno respeta los 50, ocasiona molestias y hasta se siente haciendo el ridículo.
Me he referido también al Camino a Lonquén, con velocidad máxima de 60 Km/h y con la obligación de circular con luces prendidas; es una calle de doble dirección y de solo dos pistas en gran parte de su extensión. Al respetar la velocidad máxima, uno se siente empujado muchas veces con vehículos de mayor tamaño que se le acercan a muy corta distancia; uno está con el temor que si tiene que frenar por urgencia, sea impactado.
Es habitual en Chile que no se respeten las distancias exigidas y se generen accidentes en cadena.
Desgraciadamente algo se produce en nuestro país, cada día se delinque más y parece que cada día hay menos control y a quienes delinquen no se le apliquen las sanciones necesarias. Las cárceles no dan abasto y pasan mucha de ellas a ser verdaderas “universidades para la formación de delincuentes mejor preparados y mejor organizados”.
