En El Mercurio de hoy aparece un pequeño artículo o noticia titulado “La preocupación del Banco Central por déficit de la cuenta corriente”, que lo incluyo más adelante textualmente. Se suma a lo anterior lo que está sucediendo con la balanza comercial que desde hace años no mostraba un saldo negativo en su valor mensual; esa noticia parece ser también preocupación del Banco emisor y hace pocos días apareció como una pequeña noticia.
El cobre se mantiene a precios relativamente altos y oscilantes, lo que repercute casi diariamente en el valor del dólar. El precio internacional de la celulosa ha mostrado una constante caída en el mercado mundial, a lo cual se suma una disminución de las exportaciones físicas forestales. En parte estas noticias adversas se han visto aminoradas con una sensible y favorable caída del precio internacional del petróleo, que genera una importante rebaja del valor de nuestras importaciones.
Más adelante se analizan otras preocupaciones tales como una elevada demanda interna con relación al PIB, una reducción del ahorro de personas y empresas, el aumento del endeudamiento de las personas y sus causas, el incremento de las morosidades de las personas y de las micro, medianas y pequeñas empresas, el tema del valor del dólar.
Se plantea como inquietud lo que puede venir a futuro; temor a una crisis como la de los comienzos de los años 80.
Se relacionan las noticias negativas sobre cuenta corriente y balanza comercial con el alza de la demanda interna por sobre el PIB que se ha ido aumentando en los últimos años. Se comenta además la relación anterior con una baja en el ahorro de personas y empresas.
El Presidente del Banco Central ha dicho que si la demanda interna incrementa su dinamismo, podría ampliar el déficit en cuenta corriente lo que es riesgoso en un escenario de debilidad económica, menos precio del cobre y encarecimiento del financiamiento externo.
Se debe tener presente que el crecimiento económico de los últimos tiempos ha descansado bastante en la expansión de la demanda de los consumidores, en grado al parecer importante basada en un aumento del endeudamiento. Ese crecimiento de la demanda ha sido, en mi opinión, en alto grado consecuencia de las campañas publicitarias del retail acompañadas con sus ofrecimientos de créditos. Además la banca comercial, en ella incluido el Banco del Estado, ofrece créditos por diferentes medios, desde la publicidad por sus distintos canales hasta los envíos a domicilio de ofertas de créditos ya aprobados por elevados montos. También usan la molesta vía telefónica.
Se junta a lo anterior que el Banco del Estado, que debiera fomentar el ahorro, lo ha dañado profundamente con sus cobros de comisiones a las cuentas de ahorro que ha significado apropiarse de patrimonios de millones de ahorrantes que confiaban en el sistema que venía desde la vieja Caja Nacional de Ahorros; desde luego ha ido acompañado este proceso con el cierre de muchas cuentas cuando se agotaron los fondos ahorrados y por los cierres hechos por muchos de los ahorrantes al darse oportunamente cuenta de lo que estaba sucediendo. Sobre esto nada se publica, posiblemente por el poder fáctico de esta institución estatal. Es increíble que la destrucción de este gran y meritorio sistema nacional de ahorro, que venía de las primeras décadas del siglo pasado e incluso respetado por el largo período de gobierno militar, se produjo en el gobierno del socialista Ricardo Lagos y que se ha mantenido hasta hoy. CONADECUS presentó hace ya ocho años una demanda colectiva por una parte de esas cuentas, demanda que ha ido superando cuanto obstáculo se le presenta y cuyo fallo final duerme hace meses en la Corte Suprema.
Bastante he escrito sobre el daño que ha ocasionado a la sociedad chilena el bajo valor de la divisa, derivado especialmente de la política del Banco Central de dejar libremente al mercado monetario su valor, tremendamente afectado por lo que podría denominarse los altos aportes de divisas derivados de los anormales y muy elevados precios del cobre y de otros comodities que exportamos, especialmente dentro de ellos otros minerales y la celulosa, que ya ha iniciado una persistente caída de precios. No ha sido ajeno a esta baja del valor de la divisa las ventas en el mercado nacional de dólares que en abundancia dispone el Gobierno, frentes a sus déficit en moneda nacional.
He escrito también bastante sobre el bajo valor del dólar y el impacto de ello en la economía real, especialmente en la industria manufacturera y en la agricultura. La inundación de productos elaborados proveniente de China ha hecho un daño enorme en la producción y en el empleo en Chile; a este daño se le puede considerar ya estructural, muy profundo, muy difícil de reparar.
En el último informe de Política Monetaria, el Banco Central manifiesta su preocupación por el aumento de déficit de la cuenta corriente, que subiría desde 1,3% del PIB en 2001 a 3,1% este año. Atribuye a que en los últimos años el alza de la demanda interna por sobre del aumento del PIB ha provocado una ampliación de ese déficit. Relaciona dicho déficit en lo más reciente con una baja en el ahorro de personas y empresas y un alza en la inversión. El presidente del instituto emisor ha dicho que si la demanda interna incrementa su dinamismo, podría ampliar el déficit de la cuenta corriente lo que es riesgoso en un escenario de debilidad económica, menos precio del cobre y encarecimiento del financiamiento externo. De darse eso, la divida debiera tener una considerable alza.
Hoy también aparece la noticia del aumento de morosidad en las micros, pequeñas y medianas empresas y también en las tarjetas del retail y en las bancarias. Es algo que debe preocupar.
La construcción privada ha tenido un crecimiento explosivo, no podrá tener esta expansión una fuerte caída. Algo parecido nos sucedió en la crisis de los comienzos de los 80.
Cabe preguntarse, no estaremos en presencia del inicio de una crisis económica nacional similar a la de los comienzos de los años 80 con un alza del valor de la divisa muy por encima de los niveles que podrían considerarse como los normales, alrededor de un dólar a $ 600. ¿Cuál sería el impacto inmediato de un valor de esta naturaleza en los precios internos?
Si a ese alto endeudamiento privado se suma una reducción del empleo y un alza en las tasas de interés, con aumentos importantes en la morosidad, de qué magnitud podrán llegar a ser los problemas que enfrente no sólo nuestra economía sino que también nuestra sociedad en un sentido más amplio.
Incluyo a continuación la noticia que anuncié publicada en El Mercurio de hoy.
El Mercurio, 21 de junio de 2012
La preocupación del Banco Central por déficit de la cuenta corriente
En su último informe de Política Monetaria, el Banco Central expresa su preocupación por el aumento de déficit en cuenta corriente, que subiría desde 1,3% del PIB en 2001 a 3,1% este año. En los últimos años el alza de la demanda interna por sobre el PIB ha provocado una ampliación de ese déficit. Relaciona dicho déficit en lo más reciente con una baja en el ahorro de personas y empresas y un alza en la inversión. El presidente del instituto emisor, Rodrigo Vergara, dijo que si la demanda interna incrementa su dinamismo, podría ampliar el déficit en cuenta corriente lo que es riesgoso en un escenario de debilidad económica, menos precio del cobre y encarecimiento del financiamiento externo.