El descenso y la inestabilidad de la divisa están dañando a la economía en su base y acentuando la subutilización de los recursos y la desigualdad del ingreso. Hoy ha bajado más de un uno por ciento, acercándose a los $ 455.
Los sectores productivos básicos, que dan estabilidad y empleo a la economía, se ven cada día más perjudicados. Empresas que paralizan y otras que detienen inversiones, son asuntos preocupantes. Por otra parte el tema de la energía, muestra síntomas de crisis; se pronostican posibles racionamientos futuros y mayores precios para ella.
Sigue el dólar los vaivenes del precio del cobre, el que muestra claramente una tendencia al ascenso, con pronósticos de que el precio de la libra pueda llegar a los cinco dólares; ayer mostró un alza de cerca de un tres por ciento, llegando a US $ 3,86 la libra. A pesar del aumento de las reservas nacionales en divisas, ésta sigue bajando en su valor. Se menciona como un factor causante los capitales golondrinas que podían aprovechar los intereses mayores que ofrece el mercado financiero, como consecuencia de las alzas nacionales y los descensos de tasas en EE UU. En el pasado Chile tuvo una política de encaje a los ingresos de capitales de corto plazo – capitales golondrinas especialmente – , política que ya no se aplica, al parecer por compromisos asumidos por Chile en sus negociaciones internacionales.
Las organizaciones que representan al sector exportador han mostrado sus inquietudes en forma reiterada, pero parece no haber conciencia de la gravedad de lo que se nos viene a futuro en Chile. La concentrada industria de la celulosa ha salido tremendamente beneficiada con el alza del precio de su producto primario, lo que se refleja en fuertes incrementos de sus utilidades; el altísimo precio de la celulosa les neutraliza por demás las alzas de precios de la energía y la caída del valor de la divisa.
Poco llega de lo favorable de los mercados externos a los pequeños productores y a los trabajadores, especialmente a las grandes mayorías que representan los subcontratados.
La macroeconomía chilena empieza a mostrar índices preocupantes. Se ha perdido dinamismo en la generación de empleo y los indicadores de desempleo muestran valores inquietantes. En los últimos meses se han ido anunciando periódicamente descensos en los pronósticos de crecimiento. La balanza comercial de enero muestra cambios importantes; se reducen sensiblemente las expansiones de los valores exportados y las importaciones crecen fuertemente, en las que se hacen presente en especial las importaciones de bienes de consumo, alentadas por el bajo valor de la divisa.
La situación internacional no va siendo favorable. EE UU muestra síntomas iniciales de recesión. El petróleo llega a superar los US $ 100 dólares el barril, lo que afecta a Chile, por el alza del costo de la energía, que repercute en los costos de producción y en el costo de la canasta de los consumidores.
La carencia de una Política de Estado en materia de energía, nos deja vulnerables a las inestabilidades climáticas; ya se habla de eventuales racionamientos futuros de energía eléctrica, que se ha iniciado con la baja del voltaje.
Posiblemente seamos muchos los que echamos de menos a la antigua ENDESA estatal, creada por el país, cuando se tenían claras políticas nacionales de desarrollo. La experiencia anterior en que la energía principal estaba en manos de empresas privadas, nos llevaba a los perjudiciales racionamientos ya olvidados, los que afectaban a las actividades productivas y a los hogares.
La visión de estadistas del pasado llevaron adelante la creación de lo que fuera esa exitosa empresa nacional que dio al país garantías de abastecimientos; cabe recordar con nostalgias a hombres como Raúl Sáez, persona de tremenda capacidad y honestidad, con no sólo reconocimiento nacional sino que mundial. También deben evocarse los financiamientos externos que teníamos para esas grandes obras; especialmente destacable eran los recursos del Banco Mundial, a bajo costo, los que también nos ayudaban a establecer políticas de largo plazo no sólo en inversiones sino que también en tarifas. El neoliberalismo de hoy, nos pone en jaque a nuestros abastecimientos, los que pasan a depender de garantías de altas tarifas para lograr que el capital privado se intereses en hacer las inversiones, en las que exige como es natural, altas rentabilidades.
Perspectivas del valor de la divisa. Éstas no son nada halagüeñas; el Gobierno no muestra mayor preocupación por el tema. Autoridades del Banco Central han señalado que la preocupación de ellos es la inflación; todo ello favorece la caída de la divisa. Por otra parte el bajo nivel y el descenso, evita presiones inflacionarias, lo que facilita al Banco Central a cumplir con sus responsabilidades y metas. Sin dudas que si el dólar llegase a un nivel normal, del orden de los $ 600, se produciría una sensible alzas en una gama muy amplia de productos. Esta realidad a muchos nos genera pesimismo; lamentablemente las correcciones que se hagan pueden llegar tardías, cuando ya se manifieste en cifras económicas los efectos del enorme daño que ya se ha producido.
No puede dejar de mencionarse la política del Gobierno de China, de mantener estabilidad en el valor de la divisa y cómo esa gran nación, en fuerte expansión acumula reservas e invierte internacionalmente en muy diferentes actividades, dentro de ellas en los mercados financieros colocando créditos y adquiriendo propiedad de entes financieras. Su política cambiaria, de alto y estable valor de la divisa, favorece sus exportaciones manufactureras dañando a parte importante de la economía mundial.
Un comentario
Estimado Señor, Estimado Compatriota,
Le felicito. Es una de las mejores páginas, si no la mejor página de análisis sobre nuestro pais con la que me he topado. Le seguiré leyendo.
Le mando un muy cordial saludo, desde Málaga.
Dr. Jorge Gomez-Aracena
Profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública
Universidad de Málaga
España
Disponga de mi otro mail personal,
gomezaracena@gmail.com