4 de mayo de 2007
Hoy cierra una semana negra para el valor del dólar en Chile, desciende a los niveles más bajos de los últimos 12 meses, frente a los costos de producción que se elevan como consecuencia especialmente de alzas de precios de los combustibles y de la energía eléctrica. Desciende aún más en el día de hoy, en alrededor de dos pesos, para llegar bordear los $ 520. También hay otras noticias que inquietan.
La desigual distribución del producto generado en grandes empresas forestales, motiva la organización gremial en la base. Se ha llegado a la violencia, que es propio de darse cuando las desesperación se agudiza. Llama la atención que el conflicto se genere en el grupo empresarial forestal que ha obtenido las mayores utilidades y que además ha sido cuestionada por sus efectos contaminantes y por soluciones que amenazan afectar a la pesca artesanal, donde los pescadores también han reaccionado..
Aumentan las inquietudes en diferentes sectores sobre el dólar. Primero incluiré párrafos de una carta al Director de El Mercurio, publicada hoy 4 de mayo, enviada por el señor Álvaro Covarrubias Rizopatrón, con cuyos contenidos comparto plenamente.
«El precio del dólar bajó a un nuevo nivel record. Llegamos así a un nuevo mínimo en la competitividad internacional, tanto de nuestros exportadores como de las empresas que compiten con las importaciones».
«Mientras tanto, el Banco Central no interviene. Esta actitud parece basarse en el propósito declarado por sus autoridades de que el único instrumento de política monetaria que poseen es la tasa de interés. Sin embargo eso no es así. El Banco Central tiene dos instrumentos monetarios: la tasa de interés y el monto de sus reservas internacionales»…
«Los países asiáticos, especialmente China, han usado el instrumento de sus reservas internacionales como un eficaz medio de sostener sus tipos de cambio. Así mejoraron su competitividad, sin efectos inflacionarios. La comparación entre sus altas tasas de crecimiento con la mediocre tasa chilena es decepcionante».
«Si el tremendo impacto del alza del precio del cobre, que se ha traducido sólo en baja del tipo de cambio, hubiera sido amortiguado en parte con el aumento de las reservas internacionales del Banco Central, muchos de los 500 mil cesantes actuales hoy día estarían trabajando».
Mientras hay sectores favorecidos en lo inmediato con la caída del dólar, como señala El Mercurio de hoy: los grandes ganadores del dólar bajo, los importadores, consumidores, agencias de viajes y empresas que adquieren maquinarias y equipos. Aunque se señala que la alta competencia obliga a los importadores a trabajar con bajos márgenes y las agencias de viaje se han visto perjudicadas por las reducciones de las comisiones que les pagan las compañías aéreas.
No se debe dejar de tener presente que los cesantes son también consumidores. Además se podría señalar que con el bajo valor de la divisa estamos acumulando una inflación potencial alta; los precios deberán subir fuertemente cuando vuelva el valor de la divisa a niveles normales, lo que probablemente demorará en darse; estos fenómenos se manifiestan como los columpios, como el péndulo, de bajos niveles se sube primero a altos, antes de empezar a estabilizarse. Se prevén así fuertes inestabilidades.
El bajo valor del dólar está afectando en forma diferentes a distintos sectores; como consecuencia de alzas de precios internacionales en algunos productos, como la leche y los cereales, estos rubros no han sido mayormente perjudicados. No así sucede por ejemplo con las frutas y los vinos; se señala que ya muchas empresas están operando a pérdida. Esto es grave puesto que son rubros para los cuales el país tiene ventajas comparativas y competitivas, se basan en recursos renovables y ser amplios generadores de empleo.
Es preocupante lo que podría llamarse indolencia del Banco Central y la pasividad de otras autoridades y de dirigentes empresariales, frente al valor de la divisa. Hay poca conciencia del daño que se le está dando a la economía y a la sociedad chilena en su base. Los altos precios internacionales del cobre, de otros minerales, de la celulosa y de la harina de pescado no serán permanentes; por lo tanto tendrán tarde o temprano que descender, como los altos precios de la leche y de los cereales que por ahora defienden a los productores de importaciones que elevan sus costos, por las alzas de sus precios internacionales.
Extraña que no hace muchos días que el Presidente del Banco Central señalara que con sus políticas estaban evitando el llamado » mal holandés», concepto ya explicado en artículos anteriores.
Se continúa dañando con el bajo dólar a las pymes, especialmente a las industriales. Poco se saca con aliviar el costo del crédito y alargar los plazos para pagar deudas, si el mercado le es adverso. Lo principal para una actividad productiva es el tener mercados que les permita colocar sus producciones
Frente a la crisis de tantos sectores, llama la atención que el Ministro de Hacienda esté más preocupado de los grandes empresarios que han obtenido elevadas utilidades y que en el Banco Central, se hayan aumentado las no bajas remuneraciones de su directorio.
Las medidas que se van tomando parecen agudizar la desigualdad de la distribución de los ingresos, la que es una mancha negra para nuestro país. Cunde el malestar en muchos sectores y ya se ven surgir corrientes muy críticas de sectores políticos de la Concertación al modelo existente. La crítica se acentúa en torno a las políticas del Ministerio de Hacienda y las del Banco Central.
