A la sociedad chilena se le siente en crisis. La pérdida de valores, el debilitamiento de la familia y la droga, afecta seriamente a nuestra nación. La corrupción se ha hecho presente en casos emblemáticos; por ejemplo recursos financieros destinados a tan nobles propósitos como son generar empleos y apoyar al deporte, se han destinado a mezquinos fines electorales. Se discute si Chile va llegando o no a ser una país corrupto; se dice que su situación es mejor que la de otros países. La educación no avanza, el sistema municipalizado hace crisis, se pierde el prestigio de la vieja escuela pública y de los grandes liceos fiscales del pasado. Las Universidades del Estado se enfrentan a serías crisis de financiamiento y de valores; es lamentable lo sucedido con la Universidad Tecnológica Metropolitana la UTEM. La Universidad de la República, asociada en la opinión pública a esa gran organización, la Masonería; cierra sus puertas tras escandalosa situación financiera, que deja a alumnos que en ella confiaron, en crítica situación; sus cuotas mensuales pagadas con cheques a fecha habrían sido cobradas; la Orden masónica parece lavarse las manos. La enseñanza universitaria se hace cada vez más cara, extrayendo recursos de la clase media y baja que busca el ascenso, o endeudándolas para obtener títulos con campos de trabajo muy limitados. El empleado público y municipal ha perdido prestigio, vemos sobresueldos pagados a profesionales de Obras Públicas a través de las empresas que deben controlar. Ferrocarriles del Estado que fuera un orgullo nacional por sus grandes obras y por sus servicios del pasado, muestra una vergonzosa ineficiencia, además se presume que hay malversación de fondos. Los partidos políticos pasan a ser verdaderas agencias de empleos; se alejan de las ideologías o principios que los justifican. Una excepción en Chile ha sido su Cuerpo de Carabineros.
En mi opinión la municipalización de la educación y de la salud ha sido nefasta; afortunadamente se logró en el Gobierno Militar evitar la creación de policías municipales. Hubo la intención de crearlas, pero sin resultados.
Tres grandes ejes nacionales existieron en el Chile premilitar. El Cuerpo de Carabineros, la Educación y la Salud. La Educación Pública Chile hizo historia de progresos y de integración nacional, como lo fue el Sistema Nacional de Salud, que logró hacer considerables avances desde su nacimiento en 1959. La Caja Nacional de Ahorros y posteriormente su sucesor cumplió una importante labor de fomento al ahorro en Chile, a partir de la niñez y la juventud, desde la etapa de escolares; se logró alcanzar millones de cuentas de ahorro y el hábito de los padres abrirle a sus hijos las cuentas de libreta roja, desde los primeros años de vida; el Gobierno Militar respetó este sistema, pero todo eso fue destruido durante los últimos gobiernos de la Concertación, gobiernos de presidentes socialistas. Otro elemento integrador y redistribuidor de ingresos fue la asignación familiar, creada, robustecida y perfeccionada; constituía un importante elemento de integración familiar, aportando importantes ingresos a las familias con integrantes pasivos, menores y adultos mayores; esto fue destruido por el Gobierno Militar; sus ideólogos neoliberales señalaban que esta asignación constituía un criticable paternalismo y fomentaba el ocio.
Los Carabineros de Chile han pasado momentos difíciles, la violencia durante el Gobierno de Allende y las represalias y el atropello a los derechos humanos y hasta el asesinato, comprometieron el prestigio de este histórico cuerpo policial. Incluso uno de sus Directores apareció asesorando a subalternos para la mejor forma de eludir a la justicia para no ser sancionados por delitos cometidos. Retenes y comisarías eran atacadas en las poblaciones en las noche, debiendo sus integrantes atrincherarse en sus cuarteles. Había odio y resentimientos.
Eso fue evolucionando y hoy en día ha pasado a ser la institución más apreciada por la población chilena. Se estima que parte significativo de estos avances es consecuencia del trabajo desarrollado por su Director, General José Alejandro Bernales.
Revisar antecedentes de su vida y de su familia realmente reconforta. Ojalá como se ha dicho existan muchos más Bernales en los distintos ambientes. Sin duda fue un hombre de grandes valores; parece increíble los resultados que obtuvo; sus contactos con la tropa, su valentía para dar opiniones y su firmeza para sancionar a quienes se lo merecían. Hombre de clase media auténtica del antiguo Chile, de grandes principios y valores. Su hogar es la integración de hijos de dos grandes familias, una de ella de origen extranjero y de religión distinta, pero nace así una nueva familia, representativa de muchas otras en que sangre extranjera se junta con la nacional; donde se integran valores de esfuerzo y de sentido de servicio a la sociedad a la que se pertenece. Me impresionó su crítica tan directa al Poder Judicial, sobre la llamada puerta giratoria; me vino al recuerdo algo que me dijo un carabinero, un suboficial: hoy tomamos detenido con esfuerzo a delincuentes, los que desgraciadamente al día siguiente están en la calle.
Qué interesante que el general Bernales cambiara las sesiones de gala del Municipal, por actos en que se conectaba directamente con todo el Cuerpo. Plausible su preocupación por los miembros de su tropa, por sus familias; plausible por su participación cristiana con su esposa en la búsqueda reconciliaciones familiares.
