Medicina natural, actualidad y economía

Ha muerto en Llancacura el coihue «abuelo», de unos 400 años

Me ha motivado escribir este artículo el haber recibido un mensaje hace pocos días de uno de los primeros egresados de Ingeniería Forestal de la Universidad de Chile, Óscar  Sánchez. La carrera que nació en 1952; en ella fui profesor por más de cincuenta años; de mi curso de Agronomía nació la primera generación de ingenieros forestales, yo continué en Agronomía hasta obtener mi título en 1955.

El mensaje de Sánchez comunica la muerte de un viejo coihue a quien a fines de los años 50 un experto, el señor Cesco Petrín, de FAO quien asesoraba al país y fuera incluso representante de esta organización internacional en Chile, lo llamó “el abuelo”. Se estima que el árbol tenía unos 400 años.

Más adelante presento el mensaje enviado por Oscar Sánchez, el que contiene además dos hermosas fotografías del árbol caído.

Es árbol estaba en el bosque nativo de la hermosa localidad de Llancacura(palabra del mapudungun que significa piedra gema), a las orillas norte del río Bueno ubicada en un sector intermedio entre el puerto fluvial de Trumao, adyacente a la estación ferroviaria del mismo nombre donde se inicia la parte navegable de este hermoso río y la desembocadura al mar, donde está la llamada barra.

Hago referencia más adelante a Llancacura, lugar a donde los alumnos de ingeniería forestal de la Universidad de Chile iban a hacer su práctica estival y cuento algo de mi experiencia vivida en torno a estas prácticas y a mi estada allí.

El mensaje que envió Oscar Sánchez  que va dirigido a los forestales, se titula

Llancacura, Cayó El Abuelo

A los que lo hayan conocido o escuchado de él, especialmente a las generaciones mayores de forestales, que se iniciaron en aquellas prácticas de Llancacura.

Este invierno 2012, agosto, ha caído el Coihue más grande y antiguo de Llancacura. El que por allá por el 1958 a 1960 fue bautizado como El Abuelo por “el gringo Petrin”, integrante de la misión FAO que aquellos años asesoraba al gobierno chileno en planes de desarrollo forestal.

Yo lo conocí el año 1991, cuando Millalemu compró la parte de Llancacura que es nuestra, ya estaba casi seco, despuntado a los 40m de altura, pese a todo era colosal, impresionante. Especialmente si uno le agregaba los aproximadamente 20m que en algún momento perdió. De contrafuerte a contrafuerte a nivel del suelo media 5 m en la mayor y 3,5 m en la menor.

Es inevitable y ya que también estamos algo viejos valorar, estimo los aproximadamente  ¿400 años?, bastantes para un coihue, y que han quedado tendidos en dirección noreste. El ruido al caer debe haber sido impresionante, no causó mucho daño pues una parte era un claro y el rest, matorral. El que más salió afectado fue un hijo de algunos 50 a 70 años al que rozo pelándolo por ese costado en todo su largo, de unos 25 a 30 metros.

Amigos, van un par de fotos, innegablemente lo siento y mi espíritu forestal me motiva a compartirlo. En nuestros bosque a pesar de la numerología, sistemas, procedimientos, permanecen y son eternos otros códigos y lenguajes,            ¿logro hacerlos recordar????.

Me ha motivado escribir este artículo el haber recibido un mensaje hace pocos días de uno de los primeros egresados de Ingeniería Forestal de la Universidad de Chile, carrera que nació en 1952; en ella fui profesor por más de cincuenta años. De mi curso de Agronomía nació la primera generación de ingenieros forestales.

El mensaje comunica la muerte de un viejo coihue a quien a fines de los años 50 un experto, el señor Petrín, de FAO que asesoraba al país, lo llamó “el abuelo”. Se estima que el árbol tenía unos 400 años. Más adelante presento el mensaje enviado por Oscar Sánchez, el que contiene además dos hermosas fotografías del árbol caído.

Es árbol estaba en el bosque nativo de la hermosa localidad de Llancacura, a las orillas norte del río Bueno ubicada en un sector intermedio entre el puerto fluvial de Trumao, adyacente a la estación ferroviaria del mismo nombre donde se inicia la parte navegable de este hermoso río y la desembocadura al mar, donde está la llamada barra.

Hago referencia más adelante a Llancacura, lugar a donde los alumnos de ingeniería forestal de la Universidad de Chile iban a hacer su práctica estival y cuento algo de mi experiencia vivida.

El mensaje que envió Oscar Sánchez  que va dirigido a los forestales, se titula

Llancacura, Cayó El Abuelo

A los que lo hayan conocido o escuchado de él, especialmente a las generaciones mayores de forestales, que se iniciaron en aquellas prácticas de Llancacura.

Este invierno 2012 , agosto, ha caído el Coihue más grande y antiguo de Llancacura. El que por allá por el 1958 a 1960 fue bautizado como El Abuelo por “el gringo Petrin” ,integrante de la misión FAO que  aquellos años asesoraba al gobierno chileno en planes de desarrollo forestal.

Yo lo conocí el año 1991, cuando Millalemu compró la parte de Llancacura que es nuestra, ya estaba casi seco, despuntado a los 40m de altura, pese a todo era colosal, impresionante. Especialmente si uno le agregaba los aproximadamente 20m que en algún momento perdió. De contrafuerte a contrafuerte a nivel del suelo media 5 m en la mayor y 3,5 m en la menor.

Es inevitable y ya que también estamos algo viejos valorar, estimo los aproximadamente  ¿400 años?, bastantes para un Coihue, y que han quedado tendidos en dirección noreste. El ruido al caer debe haber sido impresionante, no causó mucho daño pues una parte era un claro y el resto matorral. El que más salió afectado fue un hijo de algunos 50 a 70 años al que rozo pelándolo por ese costado en todo su largo, de unos 25 a 30 metros.

Amigos van un par de fotos, innegablemente lo siento y mi espíritu forestal me motiva a compartirlo. En nuestros bosque a pesar de la numerología, sistemas, procedimientos, permanecen y son eternos otros códigos y lenguajes,            ¿logro hacerlos recordar????.

A este árbol caído se le puede considerar un patrimonio histórico y científico. Cuatrocientos años de vida de ese macizo tronco pueda dar base a interesantes investigaciones. Son cuatro siglos de engrosamiento que puede permitir investigaciones sobre los cambios climáticos y los efectos de otros fenómenos en sus anillos de crecimientos. Ojalá pueda usarse en investigaciones de esta naturaleza. Estos cuatro siglos nos traslada hasta antes del descubrimiento de Chile por los españoles.

Tuve la grata oportunidad de participar como académicos en dos temporadas estivales en Llancacura, en los veranos de 1956 y 1957. De eso ya hace más de medio siglo.

En primer año viaje acompañado con el instrumental topográfico en ferrocarril hasta Trumao para ahí tomar el barquito a vapor, que usaba como combustible leña. Después de varias paradas a uno y otro lado del río, llegábamos al llamado Puerto FAO, en la orilla izquierda, es decir en la sur. En una pequeña lancha a motor, seguíamos a Llancacura, localizada en la ribera norte. Se desembarcaba y había que hacer una pequeña subida para llegar a un conjunto de unas pocas casas de madera donde estaba un comedor y otros servicios. En otras pequeñas casas de madera estaba el alojamiento de los alumnos. En Llancacura se tenía también un importante aserradero. Allí conocí el primer sauna de mi vida diseñado por uno de los expertos nórdicos de FAO que colaboraba con la docencia universitaria, junto a varios otros expertos extranjeros, que dieron importante solidez a la formación de los primeros egresados. Tuve la grata experiencia de usarlo un par de veces; se calentaban piedras grandes y sobre ellas se tiraba agua. Así salían los golpes de vapor y calor que uno los podía recibir en escalones de madera que permitían recibir el vapor y la temperatura con diferentes intensidades.

Se me decía que faltaba la nieve exterior, que debe estar presente para un sauna verdadero, nieve en la que uno se revolcaba. Allí solo lo podíamos hacer en el río.

Me correspondió en las practicas abordar dos materias, una era la de topografía, haciendo algunos levantamientos y la otra de mejoras, relacionadas con diseños y cálculos construcciones rurales y muros  de contención.

En el segundo años, en 1957, la llegada a Llancacura fue distinta. Desde la Unión, estación importante por ser de ciudad, antes de Trumao seguimos por tierra hasta Llancacura, pasando por varios caminos algunos públicos y otros de propiedades privadas. Se debía ascender montañas hasta tener un fuerte descenso para llegar a la pequeña aldea de Llancacura con su importante aserradero.

Las primeras generaciones que fueron a esas prácticas debieron alojarse en carpas. A las que yo acompañé ya disponían de buenos dormitorios de madera.

Se me quedó grabado los famosos torneos deportivos que se hacían en algunas ocasiones. Era una zona con población mapuche. Mucho se discutía sobre las bases de la competencia, entre los líderes de los grupos que participaban, uno de los cuales eran los alumnos universitarios. El mapuche parece ser un hombre bastante discutidor; se perdía mucho tiempo, tanto fue eso en aquella ocasión que en lugar de hacer los partidos programados, se termino compitiendo por penales. Son simpáticos recuerdos de entonces.

Lo otro que era típico de la zona era la chica o sidra de manzana, elaborada con un sistema muy simple de un rodillo con clavos que circulaba sobre las manzanas que se le hacían caer desde una tolva superior. El jugo entraba en fermentación y era almacenado finalmente en barriles de madera. Era una bebida muy agradable, en ese medio de tanto aislamiento. En el sur de Chile es muy frecuente que alrededor de las casa de sus habitantes, muchos de ellos que pueden ser considerados colonos, tuviese varios manzanos en producción.

Para mí fue una grata experiencia y otra de ellas fue cuando el ingeniero forestal de las primeras generaciones, Manuel Ortiz me invitara a una labor de inventario forestal. Entrábamos al bosque nativo, se fijaba un rumbo con la brújula y cada tantos metros se establecía una base, para establecer la parcela que era un círculo con un determinado diámetro. A los árboles de cada parcela se le determinaban los trozos que podían obtenerse junto con el registro de las especies encontradas. Para mí fue esa labor bastante demostrativa.

Yo no conocí al abuelo, al parecer se le identificó más tarde; pero es fácil imaginar cómo era éste.

Termino este breve artículo agradeciendo a Oscar Sánchez que se haya acordado de este profesor y que me haya escrito considerándome un forestal.

Esto me ha motivado a escribir esta experiencia, que en algo puede servir para la historia.

 

 

 

 

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12 respuestas

  1. Buena su cronica del abuelo, me recuerdo haber estado por ahí, grann diametro, ¿tendra mas fotografias de esos años de llancacura? , estoy buscando fotos del aserradero de esos años, de la industria que habia allá, cualquier aporte se agradecería.

  2. bucha!!! lamentable noticia, yo soy descedientes directos de personas que viven actualmente en llancacura. yo todos los veranos voy para llancacura, que al igual tuve el privilegio de criarme en esa hermosa comuna. La ultima vez que fui a ver al «abuelo» fue en el verano del 2012, actualmente tengo fotos del abuelo o popularmente conocido en llancacura «el palo abuelo».

  3. 9 de enero de 2013
    Alan. Gracias por su información y comentarios. Atentamente. Rolando

  4. Conocí Llancacura el año 1972 cuando hice mi practica II de Ingeniería Forestal de la Chile, pero no nos mostraron el Abuelo, una pena, pero la práctica fue extraordinaria, aprendimos mucho y mucha diversión con un vino tan malo que teniamos que mezclarlo con jugo de durazno en conserva para poder tomarlo.
    Recuerdo que el curso completo de 30 alumnos se perdió en una travesía que hicimos desde el P. N. Alerce Costero hasta Llancacura, unos 15 km en linea recta, durante un curso de suelos forestales que había dentro de la practica. El guía vaquiano que contartó la escuela se perdió y fuimos a salir a un pequeño puerto fluvial unos 9 km rio abajo, al dia siguiente pues debimos dormir en las piedras de un pequeño río, probablemente el río Patos o río El Peligro. Espero describir esta travesía en mi blog proximamente.
    Le comento que encontré imágenes del «Abuelo» cuando aún estaba en pie, en google earth, el Coigue crecía en el nacimiento del río El Peligro dentro del limite sur del Monumento Natural Alerce Costero y que desemboca en el río Bueno un poco al poniente de Llancacura. La posición excat adel árbol era: 40° 11′ 51.81″ S 73° 27′ 5.81″ W. Quizás pasamos cerca del abuelo cuando nos perdimos en 1972.
    La imagen de paronamio del «abuelo» en pie la pueden ver aqui: http://www.panoramio.com/photo/70766833
    y aqui: http://www.panoramio.com/photo/70766638

  5. interesante nota profesor.conocí el abuelo coigüe,era el lugar donde dejabamos descansar los caballos con mi padre cuando viajabamos a puerto fao( llancacura) o a mashue. yo era muy chico. todavia tengo el predio que era de mi padre cerca del alerce costero,y deseo que algun dia ese camino que une llancacura con el parque alerce costero pueda recuperarse de uso publico, para que jente como ud. pueda visitar tan lindo lugar. quisas para muchos que isieron estudios en ese lugar sea un reencuetro inolvidable con anecdotas como la del señor novoa.

  6. 9 de febrero de 2016

    Estimado Arturo:

    Muy grata su comunicación. Sus recuerdos de niños. Hay cosas que no se olvidan. Ojalá pueda volver a esos lugares Recuerdo mis dos viajes a Llancacura, el primer verano en barco saliendo de Trumao a donde llegué en tren y después por el río hasta Puerto FAO y de ahí en bote a Llancacura. Mi viaje del segundo verano, pudo ya ser por tierra, desde la Unión hasta Llancacura. Son recuerdos de hace 60 años. Gracias Arturo.

  7. interesante su crónica. le comento que soy viviente del sector de Llancacura norte entrada por las mellizas de Mashue y conozco este coigue abuelo desde niño cuando iba a estudiar al internado de Llancacura, el colegio esta ubicado serca donde estaba el aserradero la fao. pasaba todos los fines de semana por el abuelo ya que ese camino me llevaba a mi casa, le comento que ahora estamos realizando una actividad de cabalgatas la cual la hacemos por ese antiguo cendero y realizamos un comentario a los visitantes sobre este antiguo coigue abuelo ya que alrededor de el descansamos. leer su crónica sobre este árbol me ha servido ya que las fechas no las tenia claras,

  8. 27 de marzo de 2016

    Omardo: Gracias por sus informaciones. Satisfacción personal es para mí al haber dado alguna colaboración a su apreciado trabajo. Atentamente. Rolando

  9. Buenas noches.
    Cuento mi experiencia: En principio solo deseaba descansar en la playa del brazo última esperanza. Me ilusioné mucho cuando me di cuenta que podía ver a este colosal y ancestral individuo, el cual no tenía idea. Pero me encontré con un sendero descuidado, ramas caídas, y un lugar muy abandonado, como así también vi a un arbol no solo caído (lo cual no es malo si es algo natural), sino que me generó mucha tristeza bronca e impotencia como está alli, tirado, nadie lo puede visitar, es difícil acceder y no se permite el acceso. Ojalá esto cambie, yo creo que el cuidado que le damos a este arbolito habla mucho de nosotros. En su momento lo cuidamos y mimamos, pero ahora ha caído y entonces… ¿ya no nos sirve ni lo queremos? Creo que se pueden trabajar muchas cosas desde este hermoso ejemplar.
    Saludos desde Mendoza
    Ale Argañaraz
    28/01/2020

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