Medicina natural, actualidad y economía

La indeferencia médica y el cumplimiento de metas. Pérdida de valores en nuestra sociedad

La interesante carta enviada al Director de El Mercurio, por el Dr. Dr. Jorge Vega Stieb
Presidente de Sociedad Médica de Santiago relacionado con un tema en debate el de la indeferencia del médico frente al paciente, merece a mi juicio un especial análisis. La incluyo in extenso al final de este artículo.

Destaco desde ya ideas contenidas en ella que me parecen importantes:

–    Considera que el problema es multifactorial y que probablemente el factor más importante que ha contribuido a esto es la institucional limitación de tiempo al médico para la atención al paciente.

–    La culpa de lo que ocurre no es de los médicos, sino que de los que han diseñado los sistemas actuales de atención de salud.

–    Ha llegado el momento de rectificar este error.

A mi juicio el contenido de ella muestra una especie de enfermedad que afecta a nuestra sociedad como muchas otras. Se le puede incluir en el perverso sistema de cumplimientos de metas, muchas veces verdaderamente inhumanas. Al que las debe cumplir para su supervivencia en su cargo y como para ascender en su carrera laboral, sin importar el daño que eso puede provocar. Otros venden su imagen para aumentar sus altos patrimonios.

Sin dudas que una lamentable pérdidad de valores y un alarmante detereoro de la ética profesional y la humana en general.

Más adelante me extiendo más en estos temas, me refiero a la pérdida de valores y termino con la presentación in extenso de la carta.

Cuántos profesionales aceptan estos criticables procedimientos para ganar más dinero. Hasta dónde en esto ha influido el alto costo de la obtención de una carrera profesional. La educación gratuita del pasado contribuyó a una ética distinta; hoy el alto costo para obtener un título asociado generalmente a un alto endeudamiento, hace cambiar valores, cambios que tanto dañan a la sociedad.

A no pocos las metas le van creando tensiones enorme y a otros a caer en lo que se pueden denominar delitos, por lo menos a la moral. He tenido la oportunidad de conocer casos bancarios impresionantes en que empleados para cumplir metas hasta falsificarían firmas de clientes.

También existen para contratados metas a mínimas de aperturas de tarjetas, que si no se cumplen terminan sus contratos. En seguros, muchos deben cumplir metas de clientes y de colocaciones; si no los cumplen se les corta sus contratos.

Recuerdo no hace muchos meses un programa investigativo de la televisión mostró como algunos supermercados de firmas muy importantes en algunos locales reenvasaban productos vencidos, incluso carnes. Hubo reclamos de clientes que recibieron productos en pésimo estado. Es muy probable que esas actitudes sean de responsabilidad local, no directamente de la gran empresa y lo hacían para cumplir metas de reducción de mermas.

Al parecer no pocos médicos se ven forzado a incorporarse a instituciones públicas y privadas en las que se les exige cumplimientos de metas más bien de carácter de estadísticas, desde las más directas como la atención a muchos pacientes y que éstas no se extiendan más allá de 10 ó 15 minutos por paciente. Se me ha informado que en el sistema privado incluso se les motiva o fuerza a que exijan exámenes, por ejemplo radiografías de rodillas, ya que los equipos están subutilizados.

Recuerdo de un médico dermatólogo nos presionaba a mi esposa y a mí a que de inmediato estableciéramos hora de atención en pabellón para sacarnos pequeñas verrugas. No lo hicimos y ellas se nos fueron con un simple tratamiento con medicina natural. Ya no volvimos a ese médico.

Es tremendo cuando uno empieza a perder confianza en su facultativo habitual. Se sufre después de una amarga desilusión.

Tenemos un médico, de esos llamados de barrio, que atendió a mis padres en forma impresionante, con un sentido de responsabilidad extraordinario. Sus atenciones eran sin límite de tiempo. Su consulta privada en una casa de barrio se llena de pacientes, que son atendidos como se podría decir por “orden de peluquería”, por orden de llegada. La atención al paciente la hace con toda tranquilidad; el tiempo dedicado a cada paciente pasa a ser muy variable. A menudo recurrimos a él para que nos recomiende especialistas de su mismo estilo de trabajo. Es de esos médicos de la Universidad de Chile que estudiaron gratuitamente; de esos facultativos que parecen gozar atendiendo a pacientes. Cobra un arancel bastante bajo y atiende desde luego también por FONASA.

Años atrás recuerdo que tuve que atenderme por otro profesional de la salud, y éste me decía que prefirió retirarse de un sistema institucional y volver a su consulta particular porque le establecían tiempos máximo de atención al paciente; consideraba que eso iba contra la ética profesional ya que hay casos en que la atención debe se de un tiempo mayor. Qué justa expresión.

El cumplimiento de metas vemos que origina otros procedimientos criticables; dos noticias me han impresionado. Una es en ese afán de eliminar las listas de espera del AUGE, al parecer por objetivos de baja política, de cumplir metas públicamente anunciadas. Se contrataron médicos jóvenes, no especialistas, para atender materias de especialidad. Esto estaría en avanzada investigación y se estarían probando estos posibles delitos; hay una responsabilidad institucional como también profesional de los que establecieron este procedimiento y de los que formaron parte del proceso. No sé si el Colegio Médico va a intervenir en esto; queda la duda si los que intervienen en estas irregularidad están colegiados, ya que en Chile durante el Gobierno Militar se eliminó la obligación de estar colegiado para mucha profesiones, como también se permitió el desarrollo de colegios paralelos.

Anoche vi y oí en televisión sobre el caso del Hospital de Maipú que se echó a funcionar cuando no estaba en condiciones de hacerlo. Ello se habría debido a ese afán de cumplir metas dentro de un período de gobierno. En el sector salud al parecer es donde más se han dadodo estas situaciones.

Recordemos la famosa “canela” que a lo menos una cadenas de farmacias establecía para motivar a sus vendedores a colocar medicamentos más caros que los que pedía el comprador. Qué tremendo es esto cuando uno observa el efecto que tal práctica puede tener en la salud humana y además en el presupuesto familiar. Qué preocupante es ir perdiendo la confianza en la farmacia. Cómo se echa de menos a la antigua botica del barrio atendida muchas veces por su propietarios farmacéutico  e incluso por miembros de su familia. Entiendo que en una nueva legislación esta prohibida ahora esta canela; uno puede preguntarse, tendremos que establecer para caso disposiciones legales que obliguen a cumplir la ética. Sobre cuántos temas específicos tendremos que legislar. Entiendo que esta prohibición formal puede ayudar a la aplicación de sanciones legales.

En el tema de la salud me trae recuerdos cuando en la publicidad televisiva aparecía la imagen de un personaje sin identificación que se daba a entender era un profesional de la salud, habitualmente médico o dentista. Los colegios profesionales reclamaron y hoy vemos esta publicidad con un profesional con su vestuario característico haciendo esta publicidad; en letra poco legible y de corta presencia aparece su nombre y profesión.Sin duda ahora eso está relacionado con un pago a un auténtico profesional.

Es triste que esas cosas sucedan. Cómo se ha debilitado la ética profesional; el poder del dinero es cada vez mayor. No puedo dejar de señalar mi molestia el oír en radio y en televisión recibir el mensaje de dos destacados directores técnicos del futbol haciendo uno de ellos propaganda a un banco y el otro a una AFP. La ambición de acrecentar patrimonios es increíble a lo que llega a motivar.

Aquí va la carta

Lunes 24 de marzo de 2014

«La indiferencia de los médicos»

Señor Director:

He leído con interés el reportaje y las cartas al director sobre “la indiferencia de los médicos”. Creo que si bien este problema es multifactorial, probablemente el factor más importante que ha contribuido a esta situación es que a los médicos se les ha limitado severamente el tiempo para la atención de los pacientes, a un número de minutos insuficientes para establecer una relación médico-paciente adecuada.

Pretender que ello se haga en 10 o 15 minutos es absurdo, más aún cuando la mayoría de los pacientes que se atienden actualmente son personas de edad que sufren muchas patologías simultáneamente y que tienen las limitaciones propias de su edad. Para complicar más las cosas, las instituciones de salud han aumentado significativamente el número de los formularios a llenar en el escaso tiempo otorgado para una consulta, lo que ha obligado a los médicos a reducir más el tiempo para atender a su paciente.

La culpa de lo que ocurre no es de los médicos, sino que de los que han diseñado los sistemas actuales de atención de salud. Tanto los pacientes como los médicos son víctimas. Creo que alguien confundió la atención médica con una fábrica de tornillos, pensando que a un mayor número de consultas médicas otorgadas por hora, se era más eficiente. La realidad ha demostrado que ello fue un error. Esta política solo obtuvo pacientes y médicos insatisfechos. Creo que ha llegado el momento de rectificar este error.

Dr. Jorge Vega Stieb
Presidente de Sociedad Médica de Santiago

Escriba un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hola, soy Rolando Chateauneuf.

Dentro de mi blog podrá encontrar contenidos  relacionados a:

Alimentación y nutrición, Ética y valores. Cáncer. Constitución. Cultura ecuestre. Economía y Desarrollo. Dólar. Inversiones extranjeras, Medicina natural (Plantas medicinales). Política agrícola. Universidad de Chile.

Para ubicar los artículos por temas, descienda por esta columna hasta alcanzar a Categorías y ahí pinchar la que le interese.

Buscador
Categorías
Archivos
Archivos
Enlaces externos