Medicina natural, actualidad y economía

La paridad de género arriesga el rechazo del nuevo proyecto de Constitución. Si se pretende mantenerlo, debiera considerarse como alternativa de votación separada; pienso que ello exigiría una legislación de emergencia

 

En mi opinión la paridad de género no debiera señalarse en la nueva Constitución. Pero sí la equidad de género; que ningún miembro pueda ser rechazado por el sexo que tenga, o favorecido por poseerlo.

Considero que esta paridad perjudica al desarrollo de un país, al de su sociedad. Ella a mi juicio no se justifica. En toda organización, se debe tratar de elegir a los mejores, sea la mayoría de cualquiera de los dos géneros.

Por ello no puedo en conciencia, al menos por ahora, apoyar una proposición de esa naturaleza, proveniente a mi juicio de un feminismo extremo, posiblemente temporal, que termina incluso a veces perjudicando a las mismas mujeres.

Ya tenemos absurdos como que en el Colegio Médico no hace mucho se eligieron para su Consejo más mujeres que hombres. Al tener aprobado el sistema con paridad, tuvieron que eliminarse elegidas para nombrar varones con menos apoyo de las bases.

He analizado el tema con varias profesionales mujeres, todas ellas están en contra de la paridad; consideran que deben avanzar a base de sus propios méritos.

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Pasando a otro tema, considero no conveniente en una constitución presentar este tipo de materia con mucho detalle; eso se puede subsanar dejando precisiones necesarias para cada materia en leyes o decretos posteriores, convenientes para cada realidad. Ello también facilita modificaciones que se puede considerar más adelante como convenientes; pues desde luego es mucho más fácil modificar una ley que una disposición constitucional.

Un ejemplo es el de llegar al extremo de plantear que en los consejos u organizaciones directivas de distinta naturaleza, públicas o privadas, el número de los que lo integran debe ser par. Así se logra la paridad perfecta.

En no pocos casos se ha recomendado o considerado conveniente la disparidad. Cuando es par, se corre el riesgo habitual del empate, que lo rompe el o la que lo preside, quien pasa a tener un poder excesivo no deseado.

 

Reitero finalmente que lo de la paridad puede significar que para muchos sea motivo de voto de rechazo y con ello, nuevamente no se logre obtener una nueva constitución, tan necesario para Chile.

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