La subcontratación o contratación externa (out sourcing) ha tomado mucha importancia en Chile en las últimas décadas y en los últimos meses ha pasado a tener gran actualidad, primero por el conflicto de CELCO forestal en la zona de Arauco y posteriormente en torno a los conflictos en CODELCO. En ambos casos se ha llegado a la violencia. Hay preocupación porque las causas que han motivado estas reacciones existirían en otros sectores y por los positivos logros que han alcanzado los trabajadores involucrados y sus dirigentes, lo que estimula que estos fenómenos sociales se extiendan a otras áreas donde la subcontratación juega un papel importante y donde los trabajadores se consideran perjudicados por este tipo de relación entre el capital y el trabajo.
La Iglesia pasó a tomar una presencia importante y exitosa en la búsqueda de soluciones a procesos de conflictos que peligrosamente se estaban agudizando, sin apreciarse prontas soluciones. Llama la atención que estos dos conflictos se hayan presentado en los dos tipos de empresa tan diferentes, una privada y otra pública.
Se debe estar consciente que no basta el crecimiento económico, también es necesaria la justa distribución de beneficios y el respeto al medio ambiente. Desequilibrios graves en estos aspectos puede contribuir a reacciones cuando las injusticias se extreman y el afán de lucro llega al extremo de comprometer seriamente el medio ambiente; las reacciones pueden llegar, como lo hemos visto, a la desesperación y a la violencia, que puede conducir a un nuevo ciclo en el que los que en justicia reaccionen puedan pasar a otras posiciones extremas no justificables.
La subcontratación, en adelante contratación externa, genera una serie de beneficios en los procesos productivos; en general se puede decir que mejora la productividad de los factores. El problema principal radica en quiénes se ven perjudicado y quiénes favorecidos con estos procesos. Es algo parecido a lo que sucede con las integraciones económicas, con la globalización, la que se puede decir que favorece a la sociedad mundial en su conjunto, pero no es extraño que sea en perjuicio de algunos factores o algunos participantes y con mayores beneficios para otros, comparado con una situación que debiera ser la resultante deseada y perseguida, con resultados positivos justamente compartidos.
En estos procesos se pueden ir generando injusticias que llegan a extremos, que motivan reacciones que llegan a la violencia y así terminan dañando a todo el conjunto.
Algunos ejemplos de contrataciones externas de efectos positivos:
– El trigo en Chile y la evolución de sus procesos productivos. Este país fue agrícolamente muy triguero; sigue siéndolo pero en menor grado. En este cultivo se da como una de las características su cosecha, que requiere de más mano de obra y de maquinaria especializada. En sus comienzos, la mayor demanda era de mano de obra, para segarlo, hacer las gavillas, llevarlas a la era y hacer pasar caballares sobre ese material depositado en la cancha. Constituía aquello la llamada trilla a yegua, que aún perdura en lugares apartador y pasa a ser incluso una atracción turística. En este tipo de cosecha se contrataban afuerinos que eran habitualmente emigrantes de otras localidades, como fueron los chilotes, que se desplazaban hacia el norte para las cosechas a trato del cereal en las provincias nortinas más trigueras.
La trilla empezó a mecanizarse primero con la trilladora estacionaria, adonde se llevaban las gavillas; la trilladora era movida por un locomóvil, una especie de locomotora a vapor estacionada, en que la fuerza que generaba se trasladaba a una polea que giraba y a través de una correa trasmitía el movimiento a otra polea perteneciente a la trilladora estacionaria. Ahí se hacía la nueva trilla, ahora sin caballos y alimentando con trabajo humano a la trilladora, que separaba el grano de la paja. El cereal se ensacaba y la paja, también con el trabajo humano y de bueyes, se llevaba a la parva. Habitualmente la trilla era una actividad intensa, como también una fiesta, en que muchos colaboraban. Las carretas de bueyes llevaban las gavillas desde los potreros al lugar de trilla, donde eran vaciadas a la trilladora y así se seguía el proceso. Habitualmente para parte de estas labores se debía contratar mano de obra externa.
La tecnología avanza y llega la llamada automotriz cosechadora de cereal, en que esta máquina se desplaza por el potrero de trigo maduro, corta la planta madura desde cerca del suelo, la incorpora a la maquina, la trilla, va dejando la paja en el suelo y el trigo va siendo ensacado o depositado en un coloso lateral. Se integran así faenas y se requiere cada vez menos mano de obra. Cada predio triguero importante iva teniendo su automotriz.
Después se empieza a ver que es mejor que la cosecha se haga con automotrices externas, pertenecientes a terceros, que a través de pequeñas empresas especializadas logran obtener de la máquina un más alto rendimiento anual, más horas o más día de trabajo para cada temporada, especialmente a base que el trigo madura en el tiempo de norte a sur y la maquina al tener ese desplazamiento logra trabajar varios meses en el año. No cabe duda que a base de esta contratación externa, se hace una labor de menor costo, que beneficia tanto al dueño de la máquina como al agricultor que contrata sus servicios.
Las máquinas, que representan una alta inversión relativa, así se aprovechan intensamente, se reparten mejor sus costos fijos sobre una mayor producción, se deben renovar con más frecuencia por su ahora rápida depreciación y así se van reponiendo con nuevos equipos de tecnologías más avanzadas.
El ejemplo anterior, sin duda demuestra la presencia de una contratación externa positiva.
Otro caso interesante que me cabe mencionar es el de la explotación ganadera lechera de Nueva Zelanda. Este país de cerealero pasó a ganadero y desarrolló una tecnología de manejo muy apropiada a su realidad ecológica y económica y a sus relaciones con los mercados externos. Espero en un próximo artículo referirme a la tecnología neozelandesa de manejo ganadero y compararla con la europea clásica.
En este país la empresa dominante importante es la familiar. Se maneja una buena masa ganadera con muy poca mano de obra, con diseños especiales de potreros y corrales, con el uso de cerco eléctrico y salas de ordeñas pequeñas y muy funcionales, con equipos especiales para manejar la leche refrigerada, etc. etc. Las inversiones que deban hacerse para cercos y siembras de nuevas praderas y en general para reparaciones de infraestructura y equipos, se efectúan con servicios contratados a empresas externas, las que tienen así altas productividades y están al tanto de todos los avances tecnológicos. Aquí sin duda nos aparece nuevamente un buen sistema de contratación externa con beneficios bien compartidos. Este sistema neozelandés muy ligado al sistema cooperativo permite al empresarios obtener altos ingresos sin necesidad de un trabajo estresante ni agotante, que les da tiempo incluso para practicar deportes recreativos.
Podrían darse muchos ejemplos más de resultados positivos derivados de las contrataciones externas.
Un aspecto positivo de estas experiencias, es que la contratación externa, permite dedicar la atención del empresario a actividades donde su esfuerzo puede generar mejores resultados.
Experiencias negativas.
Desgraciadamente se dan muchos casos con resultados muy negativos.
– Varios casos que a base de la contratación externa se explota al trabajador y se les hace retroceder en sus ingresos.
– Un caso que me tocó vivir muy directamente. Fue el de CORFO. Fui funcionario de esta institución por más de 15 años, tuve altos cargos y fui también dirigente gremial; en 1975 fui exonerado por el gobierno militar. Posteriormente me tocó presidir un amplio grupo de ex funcionarios de la institución, constituido por profesionales, técnicos y administrativos que trabajamos para el plebiscito por el «no» y después entregamos a las autoridades del nuevo gobierno democrático una proposición de política nacional de desarrollo, emanada de un trabajo en comisiones técnicas especializadas y de grupos políticos, dentro del esquema de política estructural del desarrollo que había identificado a las orientaciones del quehacer de la institución durante los años de la antigua democracia; esas proposiciones no fueron atendidas y continuó el modelo neoliberal establecido por el gobierno militar, en los cuatro gobiernos, dos encabezados por presidentes democratacristianos y los dos últimos por socialistas. No debe extrañar que el proceso chileno, por las políticas mantenidas, ha agudizado las desiguales distribuciones del ingreso y ha marginado a una gran masa de fuerza de trabajo de la posibilidad de un empleo digno, lo que se ha acentuado en la uventud. El desempleo juvenil, para opinión de muchos, es una causal importante de la ampliación del uso de la droga y de la delincuencia. El modelo también contribuye a destruir otros valores, a hacer perder identidad y a generar debilitamiento de la solidaridad junto al incremento del egoísmo.
CORFO como empresa del Estado, fue presionada por las políticas de Gobierno; así debió privatizar los servicios de comedores, de aseo y de ascensores, que antes eran prestados por trabajadores de la institución de fomento, con trabajos estables y adecuadamente remunerados. Para cumplir las instrucciones superiores, primero se buscó un sistema en que estos servidores pasasen a depender de una organización en cierto modo interna dependiente de la Asociación de Funcionarios, manteniendo sus remuneraciones. Eso fue objetado, entiendo que por la Contraloría. y se terminó creando una empresa, una sociedad entre la Asociación de Funcionarios, el Bienestar de la institución y un socio externo, que fui yo; se me pidió participar sin mayor aporte de capital y sin finalidades de obtención de ingresos ni de lucro. Esta empresa funcionó por varios años, conservando las remuneraciones de los trabajadores. Con estos cambios el personal comprometido, si bien mantuvo sus remuneraciones, perdió estabilidad.
La nueva estructura no perduró, ya que se obligó a llamar a propuesta para la contratación de estos servicios y nuestra empresa perdió en las propuestas, principalmente por las «altas remuneraciones que se les mantenía a sus trabajadores». Otras empresas ya especializadas en este tipo de actividad se presentaron a las propuestas y una de ellas las ganó, al ofrecer los servicios a costos más bajos a consecuencia de pagos inferiores a sus trabajadores. Muchos de los antiguos trabajadores pasaron a ser contratados por la nueva empresa a remuneraciones sensiblemente inferiores, no tenían otra alternativa. Me cuentan que funcionarios de la institución les llevaban pan de los comedores a un ascensorista que se sabía que tenía varios hijos y que había sido golpeado por este nuevo sistema. Nuestra empresa terminó disolviéndose. Los trabajadores en la nueva empresa sin duda que dejaron de identificarse con la institución e incluso, es muy probable, que con razón, a muchos de ellos se les creó un resentimiento hacia aquella, a la que antes sin duda la estimaban y estaban identificados con orgullo con ella, como muchos de sus antiguos funcionarios.
– Otro caso que conocí fue en una institución de las Naciones Unidas, que prefiero no identificar; entiendo esto también ocurrió en varias otras. Tenía personal local con buenas remuneraciones y buena previsión, que les permitía a sus familias un manifiesto ascenso social y económico. Pero la moda de las contrataciones externas y posiblemente las reducciones de aportes al sistema de Naciones Unidas, la llevó a despedir a ese personal y a trabajar con las características empresas externas, especialmente las de aseo, que contratan personal, principalmente mujeres, a muy bajas remuneraciones. En general las instituciones de Naciones Unidas tienen buenas remuneraciones y buena previsión; esa situación perdura, pero desapareció para los nuevos colaboradores externos; se muestran así diferencias de rentas y de estandares de vida, mucho más acentuados.
Estos dos casos son ejemplos que contribuyen a explicar la acentuación de las desigualdades en la distribución de ingresos y en la creación de resentimientos. Una es en una empresa del Estado y el otro caso es en torno una organización de las Naciones Unidas, que se debe suponer que tiene que velar por los derechos humanos y los de la familia.
Muchos ejemplos más pueden darse en las empresas privadas. Cabe recordar al sector bancario; sus empleados de la vieja democracia tenían buenas remuneraciones, podían hacer carrera en sus empresas, poseían buenas organizaciones gremiales y muy buena previsión. Para opinión de no pocos, éstos habían ganado privilegios exagerados. Entiendo que tenían también participación en las utilidades de las empresas a base de gratificaciones.
Hoy la situación es muy distinta; gran parte de los cajeros de los bancos son contratados a través de empresas externas, con remuneraciones muy inferiores; posiblemente mediante contratos de corto plazo para evitar estabilidades y costos de indemnizaciones. Contrastan las remuneraciones bancarias estabilizadas o en descenso, frente a las altas utilidades obtenidas por este sector financiero.
No serían pocas las empresa privadas que han reducido fuertemente su número de empleados contratados, con ello han debilitado o destruido las organizaciones sindicales. Éstos trabajadores propios han sido reemplazados por empresas externas, por contratistas, no poco de esas nuevas encabezadas por profesionales desplazados de las mismas empresas originales. Con esto, además de debilitar las organizaciones gremiales que luchen por una mejor distribución de beneficios, se abaratan costos, se incrementan utilidades, las que llegan preferentemente al factor capital o a los ingresos de directores y altos ejecutivos. Los contratistas para ganar las propuestas y obtener los contratos, deben ofrecer sus servicios a bajos valores, para lo cual se ven obligados a ofrecer bajas remuneraciones a sus colaboradores.
Esto se ha apreciado muy claramente en el sector forestal. Recuerdo que años atrás en un seminario en la entonces Facultad de Ciencia Agrarias y Forestales de la Universidad de Chile, un dirigente gremial de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, me decía que era muy importante el salario mínimo especialmente para la defensa de los trabajadores de estas grandes empresas, como las forestales, en que participan alrededor de ellas muchos contratistas que pagan las remuneraciones mínimas a sus trabajadores. En otro artículo he comentado el diferente trato dado a por la Compañía Manufacture de Papeles y Cartones a los contratistas, a quienes les condicionan participar a que paguen remuneraciones a niveles mínimos por ellos establecidos. No sucedería lo mismo con CELCO; debe recordarse cómo esta situación explotó en la zona de Arauco, con violencia y con la muerte de un joven trabajador; esto dio origen a la rebelión de los subcontratados que terminaron siendo oídos, habiendo negociados con ellos a pesar de su dudosa legalidad y de haber proyectado este problema y su lucha hacia los trabajadores contratados vía empresas contratistas, por CODELCO.
Debe tenerse presente también la despreocupación de CELCO por el tema medio ambiental, que se manifestó tanto en su planta de Valdivia como en la de Licantén, que ha dañado la imagen de la industria chilena de la celulosa en los ambientes nacionales e internacionales.
Contrastan estas actitudes de bajar costos a base de desatender el tema medio ambiental y de usar contratistas que pagan muy bajas remuneraciones, con las elevadas utilidades obtenidas por CELCO, asociadas a las altas rentabilidades de sus capitales. Es socialmente hiriente que sectores que están recibiendo grandes utilidades, poco trasladen a sus sectores laborales de base, que son los que a veces desarrollan las actividades más sacrificadas y con oportunidades de trabajo más inestables.
Golpea a muchos que CODELCO, empresa del Estado chileno, que pudiéramos decir nos pertenece a todos los chilenos, tenga dentro de su sistema productivo tratamientos tan distintos a sus trabajadores. También eso termina por explotar y con violencia, originando conflictos sociales muy profundo, que incluso se proyectan a posibles divisiones entre los trabajadores, entre los que podrían ser considerados privilegiados que dependen directamente de la empresa, y lo subcontratados, con rentas sensiblemente inferiores y con mayor instabilidad. Nuevamente la Iglesia logra los necesarios contactos humanos y una solución finalmente pacífica, sin dejar de motivar consecuencias favorables para que surjan nuevos conflictos similares en otros sectores.
Un sector que se ve con preocupación afectable es el de la fruticultura de exportación, que ha sido fuertemente golpeada por el bajo valor del dólar, donde no existen comparativamente tan grandes empresas, y, rubro que no ha tenido como otros alzas de precios en los mercados internacionales. Se dice además que este sector deba haber enfrentado dificultades para conseguir mano de obra y ha tenido que subir sus remuneraciones.
Cuando los procesos explotan, los afectados no sólo son los que han contribuido a crearlos, sino que se hacen extensivos a otros.
Se mencionan como empresas afectables por el nuevo tipo de conflicto, ENAP y las grandes empresas mineras privadas, en particular las del cobre.
Los recientes conflictos laborales están permitiendo que surjan nuevos líderes gremiales que con los resultados exitosos de sus gestiones, ganan prestigio antes sus electores. Se corre el riesgo de que a lo menos en parte estos movimientos se politicen, ingresando nuevas corrientes ideológicas a liderar estos movimientos.
Debe tenerse en cuenta que recientemente se ha legislado sobre el tema, lo que probablemente mejorará en parte los aspectos negativos de la contratación externa. Las experiencias que se vayan recogiendo ojalá logren perfeccionar las legislaciones existentes y sus reglamentaciones.
Hay actividades que puede bien justificar la contratación externa. Como ejemplo el de la mecanización agrícola con sus servicios de inversiones y cosechas, como el ejemplo mencionado de las cosechas de cereales, no sólo del trigo sino que también de otros como el maíz. Las siembras y las cosechas de empastadas también pueden muy bien justificarse con contrataciones externas. En general las inversiones pueden más fácilmente justificar contrataciones externas, no así para labores rutinarias de una empresa. También los servicios de transporte para las empresa productoras de bienes, tienen resultados positivos para ambos sectores, empresas matrices y contratistas.
Un aspecto negativo importante de las contrataciones externas es el debilitamiento del sindicalismo, el que debería ser fuerte, maduro y de amplia responsabilidad. Para que un país progrese en forma estable es necesario madurez y responsabilidad social de las organizaciones empresariales y laborales, que junto con la presencia del Estado, permitan el avance de un país con estabilidad y con una justa distribución de los beneficios, que favorezca oportunidades para los más capaces, que estimulen el perfeccionamiento y la capacitación y faciliten el avance social y económico de la población.
Se tienen interesantes experiencias de países desarrollados que deben ser estudiadas, analizadas y utilizadas, especialmente cuando el país enfrente situaciones externas difíciles, como periódicamente se repiten. La armonía entre el capital y el trabajo es muy importante; en los buenos momentos, los beneficios sean compartidos y en los momentos difíciles, los sacrificios también lo sean con menores daños a los más débiles, sin conflictos, y se puedan mejor afrontar. Los trabajadores al conocer partes importantes del trabajo de la empresa, pueden ser positivos aportantes de sugerencias y soluciones, junto con dar permanentes contribuciones a aumentar las productividades de las inversiones y del mismo factor trabajo.
Debo destacar finalmente el aporte de la Iglesia a la solución de los conflictos recientes y al expresar sugerencias que favorezcan un trato más digno a los trabajadores. Son importantes los planteamientos del obispo Goic en torno a lo que sería una remuneración ética esperada, que lamentablemente ha merecido críticas de sectores empresariales y de algunos economistas; lo positivo es que estos planteamientos han tenido en los diferentes sectores un importante y amplio respaldo.
El desarrollo de un país no puede estar sólo basado en los economistas, de determinados pensamientos.