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vitaminas

“Las vitaminas como agentes bioactivos en los alimentos, especialmente en las plantas medicinales. Vitaminas y cáncer”

Destaca fundamentalmente contra el cáncer la vitamina C; también varias del complejo B, especialmente la B17, que no es propiamente una vitamina. Otras importantes contra el cáncer son la D y la E. Para la D es muy necesaria una exposición prudente al sol, teniendo presente que una intensa contribuye a la generación de cáncer a la piel.

Es conveniente tener en cuenta que las vitaminas se pueden agrupar en hidrosolubles y liposolubles. Las primeras son solubles en agua y se eliminan los excesos por la orina. La liposolubles o solubles en grasas y aceites, los excesos se acumulan en el organismo y pueden generar problemas de salud.

Las hidrosolubles son la vitamina C y las vitaminas del complejo B.

El contenido de vitaminas hidrosolubles parcialmente se puede perder por el líquido de la cocción.

En cambio las liposolubles son las vitaminas A, D, E y K.

Es conveniente detenerse un podo en el complejo de las vitaminas B. Inicialmente se consideraba que la B era una sola vitamina. Posteriormente se llegó a saber que es un complejo de 8 propiamente vitaminas con funciones parecidas; están muy relacionadas con el mecanismo celular.

Existe otro grupo de sustancias que han sido consideradas dentro del complejo vitamínico B, pero que no son propiamente vitaminas; no son necesarias para el organismo humano, pero una de ellas es muy importante como anticancerígena, la B17.

  • A continuación se presentan las 8 propiamente vitaminas con sus respectivos nombres:
  • – Vitamina B1 (tiamina)
  • – Vitamina B2 (riboflavina)
  • – Vitamina B3 (niacina)
  • – Vitamina B5 (ácido pantoténico)
  • – Vitamina B6 (piridoxina)
  • – Vitamina B8 (biotina), conocida también como vitamina H
  • – Vitamina B9 (ácido fólico); otro nombre Vitamina B-C
  • – Vitamina B12 (cobalamina)

Las siguientes son las que se han incluido dentro del grupo, pero que no son propiamente vitaminas.

  • Vitamina B4 (adenina)
  • Vitamina B7 (colina)
  • Vitamina B10, también llamada: vitamina R.; vitamina Bx (ácido 4-aminobenzoico), y PABA
  • Vitamina B11, también llamada vitamina S (antes conocida como carnitina)
  • Vitamina B13 (ácido orótico)
  • Vitamina B14, una mezcla de vitaminas B-10 y B-11
  • Vitamina B15 (ácido pangámico)
  • Vitamina B16
  • Vitamina B17 (amigdalina). Recomendada para actuar sobre todos los cánceres.
  • Vitamina B22, un ingrediente del Aloe vera
  • Vitamina Bh (inositol)
  • Vitamina Bt (L-carnitina)
  • Vitamina Bx (ácido 4-aminobenzoico) o vitamina B10 bacteriana, también llamada PABA (por las siglas en inglés de Para-Amino-Benzoic Acid, ‘ácido para-aminobenzoico’)

Principales efectos de las vitaminas

  • Vitamina A: Mejora la visión y protege la piel. El betacaroteno que está en las planta es un precursor de la vitamina A, tiene propiedades antioxidantes que ayudan a eliminar radicales libres previniendo el envejecimiento celular y el cáncer. Se forma la A en el intestino grueso a partir de la provitamina betacaroteno y otras provitaminas. Se almacena en el hígado.

Debido a los posibles efectos de la vitamina A en la reversión del desarrollo de tumores y el estímulo de la función inmunitaria, se ha planteado la posibilidad de que esta vitamina ayude a reducir el riesgo de cáncer.

  • Vitamina D: Ayuda a fijar el calcio en los huesos.
  • Vitamina E: Permite la regeneración de tejidos. Es un antioxidante.
  • Vitamina K: Permite la coagulación de la sangre.
  • Vitaminas B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9, B12: Principalmente ayudan al cerebro y sistema nervioso.
  • Vitamina C: Antioxidante que protege a las células de agresiones externas; se le considera que previene el cáncer y lo contrarresta.

La insuficiencia de vitamina B9 (Ácido fólico), B6, y B2 ha sido asociada al riesgo de cáncer del colon.

Más antecedentes sobre las vitaminas del grupo B.

La vitamina B1 o tiamina. Es fundamental para el proceso de transformación de azúcares y cumple una importante labor en la conducción de los impulsos nerviosos y en el metabolismo del oxígeno. Se encuentra principalmente en la levadura de cerveza, el germen de trigo, la carne de cerdo, el hígado y los riñones, el pescado, el pan integral, los frijoles cocidos, la leche y sus derivados.

La vitamina B2 o riboflavina. Fundamental en la transformación de los alimentos en energía, al favorecer la absorción de las proteínas, las grasas y los carbohidratos. Se le encuentra en su estado natural en la levadura seca, el hígado, los quesos, los huevos, las setas, el yogur, la leche, la carne, el pescado, los cereales, el pan integral y las verduras cocidas. Su ausencia puede ocasionar anemia, trastornos del hígado, conjuntivitis, sequedad, dermatitis de la piel y mucosas, además de úlceras en la boca.

La vitamina B3 o niacina. Tiene un papel esencial en el metabolismo energético de la célula y de la reparación de ADN. Importante en el retiro de productos tóxicos del cuerpo y su participación en la producción de hormonas esteroideas, sintetizadas por la glándula adrenal, tales como las hormonas sexuales y las hormonas relacionadas con el estrés.

La vitamina B5 o ácido pantoténico. Es necesaria para formar la coenzima A (CoA) y se considera esencial para el metabolismo y la síntesis de carbohidratos, proteínas y grasas. Se encuentran pequeñas cantidades en casi todos los alimentos; hay altas presencias en cereales integrales, legumbres, levaduras de cerveza, jalea real, huevos y carne.

La vitamina B6 o piridoxina. Muy importante en el crecimiento, conservación y reproducción de todas las células del organismo. Deficiencias de ella han sido asociadas con cáncer de próstata, enfermedades del corazón, derrame cerebral, aterosclerosis, así como con problemas de funcionamiento cerebral en niños y adultos. Aportantes de esta vitamina son: la levadura seca, el germen de trigo, el hígado, los riñones, las carnes rojas, el pescado, las legumbres, los huevos, la coliflor, los plátanos, los frejoles verdes y el pan integral. Deficiencias de ella generan alteraciones en la piel –inflamaciones, sequedad, eczemas-; además anemia y diarreas. Incluso demencia.

La vitamina B8 o biotina. Interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas, aminoácidos y purinas.

La vitamina B9 o ácido fólico. Su deficiencia se asocia a anemia, varios tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas tales como Alzheimer. Indispensable para el sistema nervioso, ya que afecta favorablemente a su crecimiento y funcionamiento, así como en el de la médula ósea; además, contribuye a la regeneración de las células.

Se le encuentra en las espinacas, los berros, las frutas, la zanahoria, el pepino, el hígado, los riñones, el queso, los huevos, la carne y el pescado. Su deficiencia es común en personas que consumen pocas frutas o vegetales. Su carencia provoca cansancio, insomnio e inapetencia y, en las mujeres embarazadas, puede traer como consecuencia malformaciones en el feto.

La vitamina B12 o cobalamina. Desempeña un papel muy importante en el crecimiento, contribuye al normal desarrollo del sistema nervioso; es indispensable para la médula ósea, la síntesis de glóbulos rojos y el correcto funcionamiento del tracto gastrointestinal. Su deficiencia causa daño en ADN por los mismos mecanismos que lo hace una deficiencia de ácido fólico. Las fuentes más comunes son de origen animal, principalmente las carnes, los huevos, los derivados de la leche, el hígado, los riñones y el pescado.

La anemia perniciosa, que era enfermedad mortal, se logró superar con la inyección de esta vitamina y el consumo de suplementos.

La Vitamina B15 o ácido Pangámico posee acción antioxidante y es hidrosoluble. Su actividad es mayor cuando se utiliza conjuntamente con las vitaminas E y A. Se conoce muy poco de esta vitamina, sin embargo parece que las cantidades sobrantes se eliminan por las heces, la orina y la respiración. No se conoce bien como es absorbida y donde se almacena.

Actúa sobre el sistema cardiocirculatorio; sobre el colesterol, disminuyéndolo; aumenta la capacidad de oxigenación de los tejidos, especialmente el muscular, lo que produce un mayor rendimiento en los ejercicios, con reducción de la fatiga.

Junto con la colina y la metionina tiene una acción desintoxicante del organismo, lo que conduce a combatir los procesos de envejecimiento y probablemente refuerza el sistema inmunológico. En unión con la biotina, actúa sobre las glándulas hormonales, y aunque experimentalmente no se conocen los mecanismos, está comprobado analíticamente que aumentan los niveles hormonales en sangre, mejorando el estado general del individuo y su psiquismo (Conjunto de los caracteres psíquicos de un individuo y de los fenómenos relacionados con ellos).

Además beneficiaría el metabolismo de los glúcidos y con ello reducir la presencia de glucosa en la sangre y potenciaría el efecto de la insulina en los diabéticos.

Entre las funciones que desempeña se mencionan:

  • Estimular la respuesta del sistema inmunológico
  • Proteger al organismo de los elementos contaminantes.
  • Acelerar la recuperación del organismo frente a la fatiga.
  • Proteger el hígado de padecer cirrosis; lo limpia de toxinas.
  • Mejorar la circulación sanguínea.
  • Contribuir a la reducción del colesterol en la sangre.
  • Mejorar el funcionamiento del sistema neuro-glandular.
  • Prolongar la vida celular.
  • Aportar oxígeno al felicitar su absorción en todos los tejidos.
  • Favorecer la acción de la vitamina B17 contra el cáncer.

Se le encuentra en muchas semillas, como las de sésamo, zapallo y cereales(integrales). Importante su presencia en la levadura de cerveza, en el germen de trigo y el salvado de este cereal.

Más sobre la vitamina C

Se le considera que es anticancerígena. Durante mucho tiempo, se la ha utilizado como una terapia alternativa para el cáncer. Científicos en Estados Unidos comprobaron que altas dosis de esta vitamina pueden potenciar los efectos de la quimioterapia.

Las pruebas realizadas en laboratorio y en ratones con cáncer de ovario han demostrado que si se suministra inyectada, esta vitamina podría ser un tratamiento seguro, efectivo y muy económico no solo para este tipo de cáncer, sino para otros también. En la década de los 70, el químico Linus Pauling informó que la vitamina C suministrada vía intravenosa era efectiva para tratar el cáncer.

Sin embargo, pruebas clínicas con esa vitamina administrada por vía oral no arrojaron similares efectos.

Es un potente antioxidante soluble en agua que se asocia con varios efectos beneficiosos en el sistema inmunológico. Su deficiencia produce la enfermedad denominada escorbuto.

Por otra parte ayuda al desarrollo de la absorción del hierro, al crecimiento y reparación del tejido conectivo normal (piel más suave, por la unión de las células que necesitan esta vitamina para unirse), a la producción de colágeno (actuando como cofactor en la hidroxilación de los aminoácidos lisina y prolina), metabolización de grasas, la cicatrización de heridas.

Fuentes de vitamina C

Los cítricos son una importante fuente natural de esta vitamina. Pero existen otras especies que la tienen incluso en cantidades mayores. Se destacan el pimiento rojo, el perejil, el kiwi, la uva, el brócoli, la grosella, el repollito de Bruselas, el caqui, la papaya, la fresa.

Vitamina D

Ayuda al cuerpo a usar el calcio y el fósforo para hacer huesos y dientes fuertes. La piel expuesta a los rayos del sol puede producir vitamina D, y la que puede obtenerse también de algunos alimentos. Su carencia puede causar debilidad de los huesos que se llama raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.

La mayoría de las personas obtiene al menos algo de lo que ella necesita al exponerse a la luz del sol. Las fuentes dietéticas incluyen unos cuantos alimentos que la contienen naturalmente, como lo es el pescado graso, el aceite de hígado de pescado y los huevos. Sin embargo, la mayoría de la vitamina D proviene de alimentos fortificados con ella, como la leche, los jugos y los cereales del desayuno. Esta vitamina puede también obtenerse de complementos dietéticos.

La investigación epidemiológica inicial ha mostrado que en el hemisferio norte los índices de incidencia y de mortalidad por algunos cánceres eran más bajos en los individuos que viven en las latitudes del sur, en donde los grados de exposición a la luz solar son relativamente altos, en comparación a los que habitan en las latitudes del norte. Ya que la exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar conduce a la producción de vitamina D, los investigadores formularon hipótesis de que la variación de las concentraciones de la vitamina pudiera ser responsable de esta asociación. Sin embargo, se requiere investigación adicional con adecuados métodos para determinar si las concentraciones más altas de vitamina D tienen relación con índices más bajos de incidencia o de mortalidad por cáncer.

Las pruebas experimentales han sugerido también que hay una posible asociación entre la vitamina D y el riesgo de cáncer. En estudios de células y de tumores cancerosos en ratones, se ha encontrado que la vitamina tiene varias actividades que podrían hacer más lento o impedir la formación de cáncer, incluso de promover la diferenciación celular, de hacer que disminuya el crecimiento de células cancerosas, de estimular la muerte celular (apoptosis) y de reducir la formación (angiogénesis) de vasos sanguíneos en los tumores.

Las fuentes dietéticas incluyen unos cuantos alimentos que contienen esta vitamina, como lo es el pescado graso, el aceite de hígado de pescado y los huevos. Sin embargo, la mayoría de la vitamina D proviene de alimentos fortificados con ella, como la leche, los jugos y los cereales del desayuno. La vitamina puede también obtenerse de complementos dietéticos.

Vitamina E

 Es un nutriente liposoluble presente en muchos alimentos. Actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Ayuda  proteger los ácidos grasos y a mantener sano al organismo frente a algunas enfermedades. Por sus propiedades ha sido conocida como la vitamina de la vida y la juventud, pues ayuda a combatir el envejecimiento de las células, favoreciendo la apariencia de la piel y el cabello. Además es un buen diurético y actúa frente a problemas de circulación; disminuye los calambres. Contribuye a regular en los diabéticos sus niveles de azúcar. Por otra parte ayuda a combatir las infecciones; refuerza el sistema inmunológico; se destaca su acción contra enfermedades virales. Favorece la cicatrización, especialmente frente a quemaduras, incluso las solares.

Se señala en la bibliografía que “protege las membranas biológica de los nervios, los músculos y del sistema cardiovascular, además prolonga la vida de los glóbulos rojos y cumple un papel esencial ayudando a nuestro organismo en la absorción y uso de la vitamina A. Y es que nuestras células usan la vitamina E para interactuar entre ellas, por lo que ejerce una función elemental”. Además que beneficia a importantes órganos, se menciona “el pulmón pues disminuye los efectos nocivos del humo del cigarrillo, el hígado haciendo lo mismo con los efectos del alcohol, en el corazón ayuda a prevenir problemas coronarios por presión sanguínea y colesterol altos y en cerebro pues combate la degeneración celular”.

Se la encuentra: en aceites vegetales como los de oliva, soya y maíz; en vegetales de hoja verde como brócoli, espinacas y acelgas; en frutos secos; en huevos; en frutas de pulpa como kiwi, mango y ciruelas, y en cereales integrales.

Es difícil determinar si un nutriente específico es protector, o si lo es una combinación y proporción específicas de fitoquímicos.

El objetivo principal es mantener una dieta bien equilibrada a base de vegetales, baja en grasas y azúcares, para ayudar a reducir el riesgo de cáncer. Las recomendaciones incluyen comer por lo menos 5 porciones de frutas y vegetales variados al día, junto con un consumo de harinas y féculas que incluya de 2 a 3 porciones de cereales integrales.

Las investigaciones sobre el cáncer no han demostrado que tomar suplementos de vitaminas en forma individual proporcione una mayor protección que el consumo de frutas y vegetales. De hecho, se llevaron a cabo tres estudios clínicos sobre los efectos protectores del betacaroteno y el cáncer de pulmón, y en dos de estos estudios se observó una mayor asociación de este cáncer en fumadores de cigarrillos al suministrarles suplementos de betacaroteno. El tercer estudio no demostró ningún beneficio ni ningún perjuicio como resultado del betacaroteno.

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En resumen, conviene señalar que el tema de las vitaminas y el cáncer es muy importante. Consumir de manera de recibir las vitaminas en cantidades adecuadas es básico, especialmente para prevenir el cáncer. Dentro de ellas hay algunas que también actúan contra el cáncer ya existente, se destacan entre estas la vitamina C y la vitamina B17.

Consejos finales

  • Recordar que una alimentación balanceada es la clave de una correcta nutrición
  • A la hora de comer el equilibrio es importante, no se debe consumir en exceso ninguna vitamina pues podría ser perjudicial para el organismo.

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