Tiempo atrás critiqué el planteamiento de rebajar o eliminar ese 7% ya que el impacto en el financiamiento del Sector salud se vería afectado. Me parecía conveniente que todos contribuyeran a financiar la salud pública en Chile, que muestra grandes déficits que tienden a ser crecientes en la medida en que cada vez se conocen nuevos tratamientos de mayor costo y equipos a su vez más complejos y que exigen mayores inversiones. Además se ha establecido medicina gratis para los personas mayores de 60 años, estrato etario superior en el que caen gran parte de los pensionados.
El tema ha tomado nuevamente actualidad, en grado importante por causa de las promesas electorales, que entre a otros compromete es al actual Presidente de la República. Las ofertas del Gobierno para cumplir las promesas electorales se han reducido fuertemente por las dificultades de su financiamiento; con toda razón Hacienda pasa a ser un obstáculo, en una realidad política contraria a mayores impuestos.
Se ha ofrecido todo un sistema de beneficios parciales a las pensiones más bajas, para irlas subiendo en los años venideros y cubriendo pensiones mayores.
Entramos nuevamente a los sistemas de focalizaciones que hacen tremendamente complejo el definirlos y después ponerlos en práctica. Además generan injusticias en los que quedan en los límites.
Estimo que podría ser más conveniente mantener los descuentos generales, en forma pareja, y buscar financiamiento para mejorar las pensiones mínimas siguiendo un programa de mejoramientos paulatinos en el tiempo. Lo importante es ver cómo se financian estos aumentos de pensiones, los que ayudarían a su vez a los ingresos fiscales por el mayor IVA que se recauda por el gasto derivados de los aumentos de rentas y por los aportes al sector salud que emanan de los reajustes de las pensiones.
El argumento positivo de rebaja generalizada a los pensionados, lo he encontrado en lo que respecta al 2% destinado a financiar las licencias médicas, las que no se presentan en los pensionados o jubilados. Lo lógico es que ese pago por licencias lo hagan quienes pueden beneficiarse con el uso de ellas; debería ser como un seguro.
Bien debiera plantearse esa corrección, esa eliminación del 2% para financiar las licencias, ya que se le están cobrando a quienes no generan ese gasto. Su eliminación podría considerarse como una justicia tributaria
Con los sistema de entrega por tramos se da la injusticia que por un peso más o un peso menos, un pensionado puede verse marginado o beneficiado. Así se puede dar que los favorecidos queden con rentas superiores a los no favorecidos, que antes los superaban en ingresos.
Importante es ver cómo pueden financiarse estos mayores gastos en apoyo a los sectores de menores ingresos y a los pensionados en general, al eliminar ese 2 % para licencias. Entre las fuentes que podrían considerarse está restablecer en Chile el impuesto a la plusvalía de los bienes raíces, que actualmente no existe y que muchos otros países lo tienen. Los cambios de los planos reguladores, que generalmente significan ampliaciones de las zonas urbana, generan de la noche a la mañana grandes patrimonios adicionales privados con nula tributación. También las obras públicas y las extensiones del Metro motivan importantes plusvalías exentas de impuestos a los aumentos de patrimonios.