A los pensionados o jubilados se les descuenta un 7% para ser aportados al sistema de salud. Una vieja aspiración de ellos ha sido que se les libere de esos descuentos, lo que significa un sensible mejoramiento de sus disponibilidades monetarias.
Piñera como candidato ofreció a ellos liberarlos de estos aportes. Se creo una ilusión de que eso rápidamente acontecería; pero esa promesa electoral tendría lo que se ha llegado a llamar la letra chica de la que se deriva de que esas rebajas se establecerían paulatinamente, posición respaldada o presionada como era de suponer por Hacienda, ya que su costo es de consideración.
No debe olvidarse la notable reducción de aportes a que el Gobierno Militar recurrió en perjuicio de los sectores de salud y educación, que los gobiernos de la Concertación fueron corrigiendo.
La Concertación nunca actuó a favor de estas reducciones del 7% a que están sometidas las pensiones de jubilación; ahora las respalda. La UDI ha fuertemente presionado para que los beneficios se amplíen a una mayor proporción de la población, posiblemente porque aprecia que estas ilusiones frustradas perjudican sus futuras votaciones. Éste es un partido que está muy en contacto con su amplia base electoral, donde están presente desde luego muchos pensionados. No olvidemos que es el partido con mayor votación nacional.
Personalmente he sido contrario a estas rebajas, ya que ello tiende a ser a costa de menores ingresos para el sector salud fuertemente deficitario de recursos financieros.
La salud cada vez requiere más fondos; los avances tecnológicos involucran crecientes inversiones y mayores costos operacionales. Cada día más enfermedades se incorporan al AUGE, discutible programa que más se preocupa de la enfermedad que del paciente; afortunado el que se enferma de algo que esté cubierto por el programa, desgraciado es el sufre de una enfermedad no cubierta por éste.
Son conocidas las deficiencias en calidad y disponibilidad de sus unidades de atención y la fuerte deuda con sus proveedores, la que incluso se habría incrementado; esto a mi juicio constituye una vergüenza, el que el sector también se financie a base del endeudamiento creciente con sus proveedores. Eso daña a muchas empresas que han confiado en los mejoramientos de pagos ofrecidos, tiende a reducir los ofertantes futuros y posiblemente, éstos aumentarán los precios de sus productos ofrecidos por los costos financieros y las estrecheces de caja que le orinan estos atrasos, unido a las incertidumbres sobre las fechas de los pagos. No hace mucho tiempo se supo que representantes del gobierno negociaron con los laboratorios rebajas en las deudas, contra ofrecimientos de pagos más cercanos; además se les fuerza a no dejar de abastecer sus pedidos aunque las deudas no se paguen. Todo esto puede considerarse pan para hoy y hambre para mañana. En estos días me decía un empresario que se aburrió de venderle a instituciones de gobierno por las dificultades e incertidumbres en los pagos en las fechas convenidas.
Considero que toda la sociedad chilena debe aportar a este sector para su adecuado financiamiento y, además, para tener derecho a exigir la atención que se merece. Se suma el hecho de que la presidenta Bachelet logró establecer que los adultos mayores tendrían atención gratuita en los servicios de salud del Estado; sin duda una adecuada política social que no deja de reducir ingresos fiscales. En mi opinión ésta es una razón más para no rebajar los aportes de los pensionados. Desgraciadamente las ofertas ya se hicieron y el tema entró a la arena política con el enfrentamiento del Ejecutivo con los partidos políticos tanto de gobierno como de la oposición.
Nuevos antecedentes en parte me han hecho cambiar de opinión. He sabido que el 7 % se debe desglosar en un 5% para salud y un 2% para financiar las licencias. En la medida que los pensionados no son beneficiados con licencias lo justo es que ese descuento no se haga y por lo tanto a todos ellos se les debiera descontar a lo menos ese 2 %; podría considerarse de justicia ser aplicado sólo a aquellos que tengan la garantía de acceso a ellas. Si ese 2% no fuese suficiente para financiar las licencias de los trabajadores activos, debería en justicia ser financiado por otras fuentes que podría ser una imposición adicional a los mismos trabajadores o a los empleadores o con recursos fiscales provenientes de otras fuentes.
Ahora bien, si finalmente se llega a establecer que en una primera etapa serán beneficiados con la eliminación del 5 ó del 7% los dos o tres más bajos quintiles, debería estudiarse una fórmula que evite la injusticia derivada que al aplicar el procedimiento propuesto origine que algunos que estaban con ingreso superior a otros, queden después de la aplicación del sistema con ingresos inferiores.
Explico la situación. Si el límite establecido fuese una pensión de $200.000. Con el nuevo tratamiento el que reciba esa pensión quedará recibiendo neto esa suma, cuando antes recibía sólo $ 186.000, el 7% menos. En cambio la persona que tuviese un peso más de ingreso seguirá recibiendo el 93% de los $200.001, es decir 186.001.
¿Cómo puede corregirse esta injusticia?
Una fórmula podría ser que a todo el que reciba más de $200.000 se le reduzca su aporte a salud en $14.000. Por ejemplo si su pensión es de $250.000 en lugar de aportar $17.500, aporte esa suma disminuida en $14.000, es decir se le descuente sólo $ 3.500. Eso significaría que todos los pensionados recibirían un ingreso adicional de $14.000.
Otra fórmula puede ser que toda persona que recibe un ingreso de más de $200.000, se le descuente el 7% castigado en la suma que lleve su pensión neta a $200.000.
Por ejemplo, si su pensión es de $ 210.000, se le descontaría inicialmente $14.700 y quedaría con una pensión neta de $ 195.300, por lo cual habría que agregarle $ 4.700, es decir se le descontaría sólo $ 10.000.
Así se podría hacer una tabla de descuento
Pensión bruta D e s c u e n t o Pensión neta
_____________ ________________ ____________
$ $ % $
200.000 0 0 200.000
201.000 1.000 0,4975 200.000
202.000 2.000 0,99 200.000
205.000 5.000 2,43 200.000
210.000 10.000 4,76 200.000
215.000 15.000 6,98 200.000
215,054 15.054 7 200.000
216.000 15.120 7 200.800
220.000 15.400 7 204.600
Con los sistemas computacionales no sería difícil hacer los programas para incluir estos ajustes o estas correcciones.
En resumen:
A los pensionados que ahora se les descuenta el 7%, se les debiera eliminar el 2% destinado a financiar las licencias, ya que ellos no las ocupan.
El 5% restante debiera seguir siendo considerado por los problemas de financiamiento del sector salud, que son crecientes y además porque ya los adultos mayores reciben en el sector público atención gratuita. Políticamente hoy parece imposible seguir este criterio por las ofertas electorales hechas y por el análisis político que han efectuado el Gobierno y los partidos.
Debe buscarse fórmulas de manera que con las focalizaciones por quintiles se evite que pensionados que estaban en una posición, en un nivel de pensión dado, queden en situación de pensión neta inferior a uno que recibía menor pensión y que ahora lo va a superar. Se dan dos fórmulas para ello.