Rolando Chateauneuf

Hoy El Mercurio presentó una interesante carta enviada por Jorge Soto Kreb, se le titula “Sobre transgénicos”.

Toca la carta varios temas, uno es sobre las evidencias científicas que defienden y atacan a los transgénicos; es una polémica que viene desde hace tiempo; desgraciadamente en mi opinión en torno a esto hay criticables descalificaciones mutuas.

En ella se analizan varias materias. Se destaca el del rechazo de miel chilena en Europa por contener polen de especies transgénicas. Señala el temor de que se llegue a una contaminación generalizada de transgénicos en Chile.

Incluyo al final la carta in extenso y hago una serie de comentarios en relación a estos temas, además sobre la necesidad de informaciones oficiales del Ministerio de agricultura en relación a esta materia como también que se tenga la opinión de las sociedades científicas y de la Universidad.

Importante tema de la carta está en torno al polen de transgénicos encontrado en  septiembre último en Europa en nuestra prestigiada miel, que habría originado rechazos a este importante producto apícola. Esto se habría dado en Alemania, nación que ha sido tradicionalmente una gran demandante de la miel chilena, pagando por ella muy buenos precios, dada su calidad y entiendo que especialmente su aroma. Desgraciadamente nada se ha informado oficialmente en Chile sobre estos rechazos.

Debe recordarse que en nuestro país se permite la importación de productos agrícolas transgénicos pero no se autoriza hasta ahora la producción nacional, salvo el caso de las semillas transgénicas que se autorizan su producción sólo para la exportación; recordemos también que se mantiene como secreto la localización de las 20 a 30 mil hectáreas que se cultivan en Chile de semillas transgénicas. Se puede presumir que estas producciones pueden ser las que aportan el polen de transgénicos a la miel nacional.

Recordemos que hay un proyecto de ley en marcha que persigue autorizar la producción de transgénicos en Chile, con una serie de restricciones y resguardos.

Me parece que sería conveniente saber por qué y sobre qué bases jurídicas se ha permitido la producción en el país de las semillas transgénicas para la exportación.

Es de esperar que el Ministerio de Agricultura investigue o promueva la investigación sobre el origen de este polen de transgénicos en la miel chilena; pienso que es posible saber de qué especie o especies proviene ese polen. También debiera estudiarse en Chile las mieles de diferentes zonas, para ver en cuáles podríamos tener mieles contaminadas y en cuales no.

Me surge la duda sobre la posibilidad de que los granos transgénicos que importamos como alimento puedan voluntaria o involuntariamente desviarse a la producción agrícola. Ello podría dar base a que tengamos otra fuente de generación de polen con destino apícola que la de las semillas transgénicas que producimos para la exportación.

También se ha discutido en seminarios sobre los residuos de semillas y de plantas que pueden quedar como residuos en superficies destinadas a semilleros de transgénicos en Chile. Habría preocupación por la permanencia de estos residuos por varios años, a pesar de que se harían esfuerzos por controlarlos. Cabe la duda si efectivamente en todas las áreas cultivadas se hacen estos controles y estas vigilancias.

Además puede considerarse como riesgo los robos en los cultivos de estas semillas y desde luego su uso clandestino.

La carta en referencia menciona que las abejas, que serían las transportadoras de polen de transgénicos pueden volar hasta 10 a 15 kilómetros desde sus colmenares. Otras fuentes de información reducen fuertemente estos radios de vuelo. Quisiera sólo señalar que en mi departamento ubicado en Avenida El Bosque casi esquina de Tobalaba, en la comuna de Providencia, en mi terraza, he visto abejas sobre flores de orégano. Sin duda sus colmenas tendrían que estar bastante alejadas.

Es también conveniente tener presente que no es sólo la abeja la polinizado9ra. Tenemos varias otras especies que lo hacen, dentro de ellas varias de moscardones, las que seguramente captan polen y los trasladan a otras plantas y seguramente de diferentes especies.

Me hace pensar el siguiente párrafo de esta carta: “Con la historia de los transgénicos, todos los alimentos terminarán como transgénicos por la sola contaminación de las abejas. Hace un par de años empezaron a morir las abejas en Europa, EE.UU. y Brasil (por nombrar algunos casos), sin haber explicación científica. ¿Será que el polen y la miel transgénica afectan la alimentación de sus crías?”

 En la carta también se aborda el tema de la “revolución verde” que se señala que se produjo hace treinta años. Quisiera rectificar en parte esta información; se considera que ésta se inició en México hace unos 70 años (1943)y se le calificó con el nombre de Revolución Verde en 1968, es decir hace más de 40 años.

Presento a continuación el párrafo de la carta que hace referencia a esta revolución: “Hace treinta años se produjo la revolución verde. Las transnacionales químicas inflaron el tema por el gran progreso y aumento de la producción al aplicar insecticidas, fungicidas y herbicidas a las plantaciones para disminuir daños por enfermedades, bichos o malezas. No había evidencia científica que dijese que no era bueno para la salud. ¿Qué vemos hoy en la evidencia de la vida real? Ríos, lagos y mar contaminados con fósforo, exceso de nitrógeno, etcétera, y seres humanos comiendo diariamente esta revolución verde que produce tanto cáncer y otras enfermedades”.

Volviendo al tema de los transgénicos y frente a las nuevas noticias sobre la miel chilena, es de desear que el Ministerio de Agricultura entregue una información oficial y promueva las investigaciones como las antes aconsejadas. Es importante que también se disponga de un pronunciamiento de las universidades chilena como también de nuestra sociedades científicas. Ya la Academia Chilena de la Ciencias Agronómicas ha dado una opinión favorable a que se legisle para que en Chile se permitan los cultivos transgénicos con una serie de resguardos, posición que frente a los nuevos resultados y evidencias podría merecer una revisión de su posición.  Es interesante que la ya centenaria Sociedad Agronómica de Chile analice este tema, con la participación amplia de sus socios, entre los cuales deben de haber posiciones muy dispares.

Es importante también tener las opiniones de las organizaciones de los productores de la llamada Agricultura Orgánica, con también de los académicos y profesionales que apoyan y defienden a esta agricultura, la que tendría una creciente importancia.

Debe tenerse presente que en importantes países con amplias producciones agrícolas autorizan el cultivo de transgénicos; parte importante de la producción mundial de maíz y de soja proviene de variedades mejoradas mediante la transgenia.

A continuación va la carta in extenso:

Sobre transgénicos

Señor Director

 En el artículo publicado el 28 de septiembre pasado, escrito por colaboradores de Libertad y Desarrollo, se sostiene que no hay evidencia científica sobre alimentación humana con transgénicos. Tampoco la hay positiva. Recomiendo leer en Internet, en un portal dedicado a la industria frutícola, un artículo del 7 vde septiembre de 2011 bajo el título “ UE restringe miel contaminada con polen transgénico”. No hay peor evidencia que la que no se quire aceptar. El ejemplo de las abejas es clarísimo. Ellas viajan hasta 10-15 km en busca de polen y contaminan lo no transgénico y lo orgánico.

     Hace treinta años se produjo la revolución verde. Las transnacionales químicas inflaron el tema por el gran progreso y aumento , de la producción al aplicar insecticidas, fungicidas y herbicidas a las plantaciones para disminuir daños por enfermedades, bichos o malezas. No había evidencia científica que dijese que no era bueno para la salud. ¿Qué vemos hoy en la evidencia de la vida real? Ríos, lagos y mar contaminados con fósforo, exceso de nitrógeno, etcétera, y seres humanos comiendo diariamente esta revolución verde que produce tanto cáncer y otras enfermedades.

     Con la historia de los transgénicos todos los alimentos terminarán con transgénicos por la sola contaminación de las abejas. Hace un par de años empezaron a morir las abejas en Europa, EE.UU y Brasil (por nombrar algunos casos), sin haber explicación científica. ¿Será que el polen y la miel transgénica afectan la alimentación de sus crías?

 JORGE SOTO KREBS

Finalme3nte quisiera recordar y reiterer que las organizaciones de consumidores hemos pedido que los alimentos transgénicos o con componentes transgénicos sean informados como tales, incluyendo cuando corresponda en etiquetado. Esto además  de dar al consumidor esa información  ética, eso ha de contribuir a que los que defienden el uso de los transgénicos den más informaciones sobre sus bondades y que existan mayores exigencias antes de ser aceptados para el consumo.

Me impactó la presentación que, especialmente en su parte final, que hizo un conferenciante peruano en la reciente cumbre contra la obesidad y el sobrepeso efectuado en el edificio del Parlamento  chileno en Valparaiso como una actividad del Bicentenario de nuestro Congreso legislatuvo. Sólo al final se refirió a los transgénico.

En su cuadro final presente dos papas, a la derecha una transgénica totalmente sana y hermosa y a la izquierda una partida que en su interior presenta una parte negra que ha sido atacada por gusanos. Muestra además a varios gusanos avanzando hacia ella. Mi primera impresión fue que era un mensaje a favor del uso de semilla transgénica. Pero él señala que prefiere consumir la papa que es atacada por los gusanos, ya que la otra es rechazada hasta por ellos, lo que puede afectar al ser humano.