Medicina natural, actualidad y economía

Ministerio de Agricultura y Alimentación, Chile potencia alimentaria y las dioxinas

En varios artículos anteriores he criticado la idea de transformar el Ministerio de Agricultura de Chile en Ministerio de Agricultura y Alimentación. El tema alimentario es de por sí multisectorial y así debe serlo en su política. Juegan papeles muy importantes los ministerios de Salud y de Educación, como también debiera serlo el de Economía, cada uno de ellos en sus responsabilidades más específicas.

Se plantea más adelante dos hechos preocupantes, por una parte que el Ministerio de Agricultura se está dedicando a responsabilidades que no le serían propia, descuidando otras tan importante como la inocuidad de los alimentos. Por otra parte relacionado con lo anterior está el tema de las dioxinas en carnes de cerdo exportadas detectadas en países compradores de ellas y el riesgo del consumo de estas carnes en el país. Se critica la falta de información oficial al respecto. Se incluyen artículos publicados sobre estas materias con fuertes juicios de la representación del Colegio Médico, médicos expertos en alimentación y de una organización importante de los consumidores.

Finalmente se señala la negativa ausencia de opinión del sector universitario, especialmente de la Escuela de Salud Pública y del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos(INTA), de la Universidad de Chile

Ministerio de Agricultura y de la Alimentación

Una política nacional de alimentación no puede ser abordada por un solo ministerio. Ésta debe abordar tres grandes áreas, la de Oferta, la de Demanda y consumo y la de Utilización biológica de los alimentos. Estas áreas en lo público deben ser preferentemente abordadas por ministerios diferentes.

En algunos casos pueden darse posiciones antagónicas entre ministerios, como entre Salud y Agricultura como por ejemplo en el campo de los pesticidas o entre Agricultura y Economía en los campos de los precios y del comercio exterior. Es a veces bueno que se den esas controversia; pero no se puede ser juez y parte. Instancias superiores deben ser las que ayuden a llegar a acuerdos o a tomar las decisiones finales.

El tema ha tomado actualidad, a lo menos por dos hechos. Uno por las palabras del Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, en su crítica a que el Ministerio de Agricultura destina recursos financieros a temas que no debieran ser prioritarios a ese ministerio a favor de otros que no lo son. Como ejemplo surge la preocupación de Agricultura por los precios al nivel del consumidor y especialmente en las carnes, dejando a otros programas y actividades que les son propias sin recursos finacieros.

El otro hecho es el complejo y poco claro de las dioxinas en las carnes de cerdo.

En mi opinión los precios al nivel del consumidor debieran ser preocupación de otros ministerios como el de Economía y de servicios como el Servicio Nacional del Consumidor(SERNAC) y de organizaciones privadas como las de los consumidores. El ministerio de Agricultura debiera tener entre sus prioridades el desarrollo del sector agrícola y la producción de alimentos inocuos; el desarrollo del sector en grado importante está en función de los ingresos del sector y de sus inversiones, lo que en alto grado han estado afectados por los bajos precios de la divisa, derivados especialmente de los altos precios de algunos productos de exportación, especialmente del cobre.

No se ha visto la presencia del ministerio de Agricultura en este terreno, como tampoco en la inocuidad de los alimentos que el sector genera. Agricultura debiera preocuparse en forma preferente de que los productores recibiesen los precios adecuados y de evitar que se desarrollen en la comercialización imperfecciones que beneficien a minorías.

Como he señalado en un artículo anterior, Agricultura debiera contribuir con información de precios a los productores, con pronósticos de producción y con orientaciones a los agricultores para que tomen mejores decisiones. Un información de noticias de mercados, como lo había estado haciendo con cada vez mayor información es sin dudas plausible y se debiera ir avanzando en todo los relacionado con intenciones de siembras y pronósticos de cosecha.

Desgraciadamente el Gobierno ha llevado la disputa con el Presidente de la SNA al terreno personal, acusándolo de que estaría actuando sesgadadamente por ser candidato en aspiraciones a la dirigencia gremial empresarial de niveles superiores.

Los sectores productores y el ministerio de Agricultura desgraciadamente sí que aparecen coincidiendo en su pasividad frente al tema complejo de las dioxinas. A lo cual en parte se ha sumado en su pasividad el ministerio de Salud.

El discutido eslogan «Chile una potencia alimentaria», se ve seriamente comprometida en la medida que salga la información de que nuestros productos exportados no sean inocuos. El caso de las exportaciones de carnes de cerdo rechazadas algunas partidas y suspendidas sus importaciones por dos países y en uno de ellos, en el caso de Corea del Sur por segunda vez, debe generar una profunda preocupación. Hoy oía al Subsecretario de Agricultura defendiendo la intervención en el tema de los precios de las carnes, en sus diferencias entre supermercados y carnicerías y en la posiblemente justificada crítica a las organizaciones de productores que anunciaban futuras alzas, lo que puede favorecer procesos especulativos. Las autoridades del ministerio de Agricultura debieran dar atención prioritaria a temas como el de las dioxinas.

Más que estar preocupado del eslogan de «país potencia alimentaria», debiera cuidar los mercados externos y el prestigio de nuestros productos por su calidad y, en forma muy especial, por su inocuidad. Recuerdo al ex ministro Hugo Trivelli cuando decía que los mercados externos son un patrimonio nacional que todos debemos defender y que no debe permitirse que el beneficio de unos pocos con procesos irresponsables dañen ese patrimonio. Extraña sin dudas que el SAG haya permitido en forma reiterada exportaciones de carnes de cerdo con niveles de dioxinas de rechazo.

En torno a esto sí que tiene el Ministerio de Agricultura una responsabilidad en el campo alimentarios, la inocuidad de los productos y en forma muy especial de los de exportación, donde el control se facilita.

¿Qué pasa en realidad con el control de la inocuidad de las carnes que se exportan?.

¿ Si no tenemos los medios para hacer esos controles, debemos en forma reiterada autorizar exportaciones que fueran posteriormente rechazadas y que originen repetidos cierres de mercados?

¿No está eso desprestigiando al país y a sus instituciones?

Chile tenía tradición de seriedad en sus exportaciones agrícolas. El caso del cianuro encontrado en unos pocos granos de uva en el ingreso de la fruta a EE UU, originó un serio problema y el país entero se movió para desvirtuar que eso se hubiera generado en Chile; se demostró por académicos de la Universidad de Chile, que de haberse aplicado el cianuro en Chile su efecto habría desaparecido durante el trayecto. Se revisó completamente la partida y se llegó a la conclusión que sólo fueron esos pocos granos que presentaron esa anormalidad. Desgraciadamente en aquel entonces autoridades de Gobierno, una vez identificada la partida, con ligereza se llegó a acusar de un sabotaje a las exportaciones por un partido político; eso sucedió durante el Gobierno Militar. De haber sido así, hubiese sido prácticamente imposible que los controles del SAG lo hubieran determinado.

El riesgo de consumo nacional de carnes de cerdo con dioxinas.

Mal se han manejado los ministerios de Agricultura y de Salud sobre el tema.

Existen antecedentes de la gravedad de la presencia de dioxinas en los alimentos, pero éstos no se han hecho públicos oficialmente. Es esto un hecho preocupante.

El Ministerio de Salud debiera salir con una posición oficial.

Impresiona el artículo publicado el 31 de julio por la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile(CONADECUS) que a continuación se presenta.

Conadecus y Colegio Médico Llaman a no Consumir Carne de Cerdos Hasta Tener Certeza de su Inocuidad

-Un llamado a la Ministra de Salud, Soledad Barría para que respalde con pruebas sus afirmaciones de que las partidas de carne contaminada no estarían llegando al mercado nacional, realizó hoy la Corporación Nacional de Consumidores (CONADECUS), en conjunto con el Colegio Médico de Chile.

Hernán Calderón presidente de CONADECUS, junto al Doctor Juan Luis Castro del Colegio Médico y la Doctora Cecilia Castillo, nutrióloga y ex encargada de la unidad de alimentación del Minsal(Ministerio de Salud), coincidieron en señalar que nadie puede decir en forma ética y responsable que se puede consumir carne de cerdo tranquilamente cuando aún no se tienen los resultados de las muestras enviadas al extranjero.

En este sentido Calderón afirmó que la ministra Barría ha entrado en abierta contradicción con lo que nos señalaron personalmente la doctora Elia Molina jefa de la División de Políticas Públicas Saludables, y el Doctor Tito Pizarro Director del Departamento de Nutrición y Regulación de Alimentos”, en el sentido que un 20 % de la producción de los planteles cuestionados son derivados la mercado nacional. Que también fue afirmado públicamente por la Subsecretaria de Salud, Jeannette Vega

“Estamos aquí para hacer uso nuestro legítimo derecho a la información, por ello exigimos a las autoridades que se den a conocer los nombres de las empresas y las marcas comerciales involucradas que están involucradas. Tal como se comprometieron ante nosotros el martes pasado”, recalcó Calderón

Mientras la autoridad no entregue estos antecedentes, “CONADECUS hace en forma responsable un llamado a los consumidores a aplicar un criterio precautorio y suspender el consumo de carne de cerdo, mientras no exista claridad respecto de las reales dimensiones de esta Crisis”, agregó

“Tengamos los resultados de la muestras en la manos primero y después hacemos llamados a consumir tranquilamente carne de cerdo y sus derivados”, subrayó Castro.

En el mismo sentido, la doctora Castillo afirmó que “desde el punto de vista ético los médicos no podemos recomendar el consumo de carne de cerdo sobre todo por la alta incidencia de la dioxina en el cáncer de mamas y de próstata”

Por último Calderón afirmó que es responsabilidad de las autoridades generar las condiciones para que los consumidores puedan acceder a productos seguros e inocuos. Los consumidores tenemos derechos a la seguridad en el consumo, por ello exigimos al gobierno que en forma inmediata disponga de los recursos par instalar la tecnología necesaria que permita un monitoreo permanente de todos los productos susceptibles de contaminación por dioxinas.

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Otro artículo al respecto es el publicado en el Diario Digital «El Clarín»

«»Denuncian negligencia del SAG ante contaminación de carne de cerdo»

autor Colaboradores miércoles, 06 de agosto de 2008

Santiago.- La alarma pública surgida ante la detección en Corea del Sur de niveles de dioxinas casi tres veces superiores a la norma vigente en ese país (5.4 picogramos de dioxina por gramo de grasa, mientras el límite permitido por la norma coreana es de sólo 2 picogramos), ha desnudado ante los consumidores la grave y preocupante negligencia en la gestión del SAG. A esto se agrega el ocultamiento oficial de los resultados de un estudio realizado por el SAG el 2006 y concluido el 2007, que revela una importante presencia de residuos de plaguicidas peligrosos en alimentos destinados al mercado interno.

En estos dos temas se evidencia una inexcusable falta de transparencia. Es necesario que la Presidenta de la República intervenga con urgencia para remediar esta situación.

Primera notificación

El 3 de julio de 2008 el Ministerio de Agricultura fue notificado por su par de Corea del Sur, que se habían encontrado niveles excesivos de dioxinas en carne de cerdo exportada desde Chile (en 2003 se había conocido un incidente similar con Corea). Es importante precisar que las dioxinas son subproductos extremadamente tóxicos que se generan a partir de procesos térmicos, y comprenden materia orgánica y cloro, como resultado de una combustión incompleta o de reacciones químicas. Forman parte de las sustancias que representan una amenaza global para la salud y el ambiente, listadas en el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) para su minimización y eliminación. Chile firmó este convenio en 2001 y lo ratificó el 2005. A partir de entonces la autoridad nacional, junto a representantes del sector privado y de la sociedad civil (incluida RAP-AL), inició el desarrollo de un Plan Nacional de Implementación (PNI) para cumplir con los objetivos de este acuerdo internacional. El avance del PNI está íntimamente ligado a la entrega de información y colaboración oportuna por parte de los servicios del Estado, entre ellos el Servicio Agrícola y Ganadero.

En esta primera oportunidad se encontraron 3,9 picogramos por gramo de grasa, casi el doble de lo que permite la norma coreana (un picogramo = 0.000000000001 gr.). La severidad de la norma se relaciona con la gravedad de sus impactos negativos en la salud, entre ellos efectos cancerígenos y alteraciones en el sistema reproductivo.

La reacción del SAG fue únicamente proteger los negocios chilenos, viajando su director Francisco Bahamondes, al Asia, acompañado de Juan Miguel Ovalle, presidente de la Asociación de Productores de Cerdo.

Para esa primera etapa tenemos las siguientes interrogantes que plantear al SAG:

¿Qué acción realizó esa repartición ante esta alerta primaria, para dar protección a lapoblación nacional?

¿Cuándo informó a la autoridad sanitaria sobre el problema, para coordinar medidas al respecto?

¿Qué sentido tendría que la futura Agencia de Inocuidad Alimentaria dependa del SAG, como pretende este servicio, y no del Ministerio de Salud, dada la despreocupación de SAG por estos temas?

Segunda notificación y reacción de Japón

Luego de encontrar por segunda vez un exceso de dioxina en las importaciones de carne chilena, que esta vez arrojó un hallazgo de 5.4 picogramos de dioxina por gramo de grasa (casi tres veces por sobre la norma coreana) en 6.2 toneladas de cerdo chileno importado en junio, Corea amplió la prohibición de ingreso de carne chilena el pasado 10 de julio (datos publicados el 11 de julio en la edición digital en inglés del diario coreano Chosun Ilbo www.english.chosum.com).

Ante el alerta coreano, Japón reaccionó cerrando su mercado a las exportaciones de carne de cerdo chilena, utilizando el principio de precaución incorporado en el Convenio de Estocolmo, e informando a Chile que aplicaba una notificación de alerta alimentaria por riesgo a la población.

Solamente ante la acción adoptada por Japón se comenzaron a tomar medidas que tienen que ver con la búsqueda del origen de la contaminación por dioxinas.

Las drásticas medidas adoptadas por Japón contrastan con la tardía reacción del SAG y las contradictorias declaraciones de las autoridades chilenas respecto de las posibles implicaciones para la población nacional.


Interrogantes dirigidas al SAG

¿Cuánta carne de cerdo fue entregada al mercado interno desde la generación de estos hechos? ¿Pueden el SAG y la autoridad afirmar responsablemente que no hay peligro de consumo si no informa qué planteles distribuyeron la carne contaminada y tampoco se sabe las concentraciones de dioxina en la carne, por la inexistencia de monitoreos?

Ha trascendido que para la realización de los estudios, el Ministerio de Salud ha asumido en esta emergencia la misma norma que Corea, es decir 2 picogramos, ya que no existe norma chilena oficial. En la Comunidad Europea, uno de los principales socios comerciales de Chile, la norma para dioxinas en carnes es de 1 picogramo. Nos preocupa que se informe con ligereza que no hay riesgos para los consumidores chilenos. Actualmente la división de Alimentos del Ministerio de Salud, dependiente del Area de Políticas Públicas Saludables, realiza estudios para definir la norma oficial que se adecue a las nuevas exigencias de los mercados externos.

La población chilena permanece ajena a estas discusiones debido al secretismo del SAG, en temas que tienen que ver con la salud de todos los habitantes de este país.

 

Los residuos de plaguicidas peligrosos

Un segundo foco importante de preocupaciones es el ocultamiento por el SAG de estudios que revelan una alarmante presencia de residuos de plaguicidas peligrosos en alimentos destinados al consumo interno. Durante el año 2006 se dio inicio al “Programa de Monitoreo de Residuos en vegetales a nivel nacional”, dependiente de la Subsecretaría de Agricultura, con el propósito de mejorar la inocuidad alimentaria. El estudio fue presentado a las autoridades superiores del SAG a mediados del año 2007 para su distribución y publicación, pero hasta ahora se mantiene en secreto para la opinión pública.

Autoridades internacionales de la Unión Europea, Australia y FAO que han conocido este estudio sostienen que a través de él la autoridad regulatoria (SAG) podría ajustar prácticas que permitan la reducción del uso de plaguicidas peligrosos sobre ciertos cultivos y el retiro/restricción de los más tóxicos, entre otros objetivos.

En mayo de 2008 RAP-AL solicitó al Presidente del Senado, Adolfo Zaldívar, que oficiara al Ministerio de Agricultura para recibir este estudio. Sin embargo, aún no ha recibido la investigación denominada “Programa de Monitoreo de Residuos de Plaguicidas” realizada por el SAG.

 

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Una nueva publicación por «El Clarín» del 20 de agosto, expresa:

Solicitan Comisión para Investigar Dioxinas en Alimentos Chilenos

-Frente a nuevo hallazgo de dioxinas en carne de cerdo proveniente de Chile, en Corea del Sur, organizaciones ciudadanas solicitaron a la Cámara de diputados que establezca un proceso de revisión de la situación de inocuidad alimentaria en nuestro país.

Organizaciones de medio ambiente y de consumidores solicitaron al Presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Encina, crear una comisión investigadora que establezca las fuentes de origen y los responsables de que estos alimentos registren contenidos de dioxinas extremadamente peligrosos para la salud pública, señala u comunicado distribuido por Ecoceanos News.

El Centro Ecoceanos, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (Olca) y la Liga Ciudadana de Consumidores (LCC), solicitaron a Encina, investigar si los sistemas de trazabilidad de la cadena productiva son efectivos o necesitan refuerzos; y los vínculos entre los aditivos de los pelets que consumen estos animales y las fuentes generadoras de dioxinas en el centro sur del país.

Asimismo, demandaron que el gobierno acelere el proceso para la creación de la Agencia de Inocuidad Alimentaria la cual debe tener una fuerte orientación de Salud Pública y que controle y fiscalice con la misma rigurosidad los alimentos para la exportación y los de consumo en el mercado nacional.

Los representantes ciudadanos solicitaron al presidente de los diputados que oficie a las diferentes oficinas públicas encargadas de los temas de exportación de alimentos para que informen públicamente respecto del destino final de los cargamentos retenidos en Corea y Japón, señala el comunicado

Las ONGs también exigieron que se transparente el destino final de estos alimentos contaminados ya que sería “una grave falta ética si estos productos son reorientados a otros mercados donde no hay controles respecto a estas extremadamente peligrosas sustancias tóxicas”.

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Todos los antecedentes anteriores sin duda que nos deben originar preocupación.

  1. Se tiene a la población desinformada de la realidad en que nos encontramos. Surgen muchas dudas.
  2. ¿Cuál es la real importancia de los efectos de las dioxinas en el ser humano?
  3. ¿Hay realmente riesgo de que estemos consumiendo carnes de cerdo con dosis críticas de dioxinas?.
  4. Se echa de menos la opinión oportuna que fuera siempre respetada del sector universitario, especialmente de la Universidad de Chile a través de su Escuela de Salud Pública y en forma muy especial del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos(INTA).

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