Rolando Chateauneuf

Estoy por dar termino de leer esta extensa versión. De lo leído me permite asegurarme en mi posición de no aprobar. Mantiene importantes contenidos de la constitución vigente que perjudican nuestro desarrollo socio económico.

Tengo muy presente los que afectó a la Universidad de Chile que se le quitara su financiamiento basado en disposiciones anteriores.

Juan Gómez Millas como rector de la Universidad y como ministro de educación consiguió la aprobación de una ley de financiamiento de esta casa de estudios basado en un impuesto a las remuneraciones, que permitía que sus ingresos creciesen al ritmo del aumento del ingreso nacional.  La dictadura militar, con una política monetarista neoliberal, derogó toda la legislación histórica basada en algunos impuestos destinados a fines específicos y sólo dejó el 10% de las ventas de CODELCO destinado a las fuerzas armadas.

Ahora todos los financiamientos provienen de la Ley del Presupuesto de cada año. Con ello se debilitan las políticas de estado, que tan convenientes son para el desarrollo de un país. El presupuesto anual lo propone el Ejecutivo y el Parlamento no puede alterarlo, sólo lo puede bajar. Es un proyecto de ley del Ejecutivo, el que si no se aprueba en un tiempo limitado, queda vigente como ley.

El daño a la Universidad ha sido inmenso. Su docencia era gratuita y dejó de serlo, eso obligó a cobrar aranceles crecientes año a año.  Muchos profesionales quedan con elevadas deudas, los que los obliga a proceder con mayor materialismo. Eso al parecer se hace más sentir en las carreras ligadas a la salud, especialmente en la de médico de mayor costo de formación, en gran parte derivado de más años de estudio.

La reducción presupuestaria para la Casa de Bello ha afectado seriamente su servicio social histórico. Un caso de especial efecto negativo es el relacionado con su hospital José Joaquín  Aguirre que ha dejado de ser gratuito como lo debe ser el hospital universitario como cúspide de un racional sistema nacional de salud, donde se atienden las mayores complejidades y donde se forman profesionales y especialistas.

También se vieron seriamente afectadas sus acciones de extensión, que fueron muy importantes en el pasado.

El proyecto constitucional para nada considera la existencia de un sistema nacional de planificación indicativa, tan importante para el desarrollo de un país, como lo ha acontecido en el pasado en nuestro país.

Otro tema que en mi opinión presenta el proyecto, es el de un feminismo exagerado propios de lo que se ha hecho sentir en Chile en los últimos años. Aparece así la Cámara de Diputadas y Diputados, la que incluso ha pasado a denominarse así actualmente por la misma Cámara, en circunstancia que la constitución vigente la denomina Cámara de Diputados. Ha sido un procedimiento inconstitucional aceptado por parte importante de la sociedad.

También se manifiestan los miembros del Senado, como senadores y senadoras.

En varias partes del texto se señalan las diferencias de sexo, pero en otras partes no.

La nueva versión no deja de pronunciarse a lo menos marginalmente, en favor de la paridad de género. A mi juicio bastaría con mencionar equidad de género y no discriminación de género y raza.

Se manifiestan altos porcentajes de rechazo. Se cuestiona también que de aprobarse va a ser por un margen muy estrecho.

Es muy difícil lograr una aprobación suficiente, ya que son muchas ideas en debate y basta que uno esté en desacuerdo con una de ellas, para que se vea obligado a manifestar rechazo.

Lo que deberá hacerse es modificar la constitución actual por partes que tengan un amplio respaldo parlamentario.