Varios temas me han extrañado mucho. Algo grave está pasando en Chile. Preocupa los precedentes que se van creando.
Algo cronológico. El intento con amplio apoyo a cambiarle de nombre a la Plaza Baquedano para llamarla Plaza de la Dignidad. Aparentemente esa iniciativa, de gran apoyo populista inicial, se ha ido desvaneciendo y posiblemente incluso deje de ser plaza.
La misma Cámara de Diputados, llamada así por la Constitución vigente, se ha cambiado de nombre al hacer sus anuncios oficiales, auto denominándose Cámara de Diputadas y Diputados. Muy pocos han criticado lo que se ha hecho; no sé si alguien más que yo. No se tiene conciencia de que se está pasando por encima de la Constitución que nos rige. Estamos con un feminismo enfermizo, que al parecer enceguece.
Otra cosa que la encuentro como desastrosa, los acuerdos de la Corte Suprema sobre las ISAPRES que pone en alto riesgo a todo el sistema de salud. La ISAPRE es un seguro basado en capital privado que persigue fines de lucro, a las que se le cambian las reglas del juego y se les fija y reduce sus aranceles con efectos retroactivos, que le significan transformar sus utilidades del pasado a pérdidas considerables y con ello a tener pasivos inmensos sorpresivos recientes derivados de una decisión de la Suprema. Sobre las utilidades del pasado, tienen que haber importantes montos de impuestos captados. Cuánto costará corregir todo eso. Cuánto valor ha perdido el patrimonio de estas empresas. Parece increíble que esto suceda en democracia.
Parece una ingenuidad que se les quiere cobrar las devoluciones a base de utilidades de diez años futuros, utilidades con alta probabilidad de no alcanzarlas. Es increíble las grandes diferencias que fundadamente se presentan entre distintas comisiones estudio en las estimaciones de los montos que el sistema debe devolver.
Lo grave para el país, es que en el sistema hay inversionistas extranjeros, que con seguridad harán valer los compromisos, que el país tiene por tratados internacionales, de darles un trato estable a las inversiones proveniente del exterior.
Extraña que parece que la Corte Suprema no esté consciente de que existen esos compromisos, que seguramente nos llevarán a juicios internacionales, con alta probabilidad de que el país los pierdas, con la consiguiente obligación de pagar además los elevados montos de las costas judiciales. Además, esta situación presentada, desalienta la entrada al país de nuevas inversiones extranjeras.
Para una culminación final. Hoy he sabido, gracias a un amigo que me entregó información, de una intervención de un abogado cuestionando el contenido del artículo 23 del reciente proyecto constitucional.
El jurisconsulto inicia su intervención manifestando que no es un abogado constitucionalista. Su planteamiento que parece muy razonable, señala que, con una simple ley, aprobada por la simple mayoría de las dos cámaras, puede hacer posible limitar o restringir el ejercicio de los derechos fundamentales establecidos en proyecto constitucional. Un absurdo total.
Parece increíble su contenido y que este proyecto de constitución cuente con el pleno respaldo de la Derecha chilena. Esto demuestra que no hay conciencia de esta realidad, que no se analiza en profundidad su contenido y sus repercusiones. Posiblemente algunos destacados políticos de derecha se han dado cuenta de esto y por ello están por el no apruebo.
Esto puede ser un golpe muy fuerte para la Derecha y especialmente para el Partido Republicano, de amplia presencia en la constituyente última.
Presento a continuación la versión total del articulo a que hace referencia a este tema.
Artículo 23
- Solo la ley podrá limitar o restringir el ejercicio de los derechos fundamentales.
- Los derechos consagrados en esta Constitución solo estarán sujetos a aquellos límites que sean razonables y puedan ser justificados en una sociedad democrática.
- En ningún caso un derecho fundamental podrá ser afectado en su esencia, ni se le podrá imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio.
Este abogado señala que él no podría recomendar a un inversionista extranjero hacer inversiones en Chile. Posición que parece muy razonable.
Parece increíble que los constituyentes no se dieran cuenta de esto, que desde luego debería ser rechazado especialmente por los que se puede considerar más de derecha extrema. Que llegaron a ser una importante mayoría en este último proceso.
Ninguna de las corrientes políticas parece haberse dado cuenta de esta triste realidad. Daña gravemente al proyecto, el que puede terminan con un muy amplio rechazo. Cuánto tiempo perdido, cuánto costo derrochado, cuánta desilusión se ha generado.
Todo esto parece una pesadillas, pero es una que al despertar desgraciadamente sigue vigente.
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