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No debiera llamarse a la “Cámara de Diputados” actual como “Cámara de Diputadas y Diputados” como se lo está haciendo, mientras no se modifique la actual Constitución de la República

Increíble que en Chile no se respete la Constitución, nada menos que, por la actual Cámara de Diputados. Nuestra constitución siempre ha señalado que la bicameralidad del Poder Legislativo está constituida por el Senado y la Cámara de Diputados.

Actualmente, a mi juicio, inconstitucionalmente ha pasado a auto denominarse “Cámara de Diputadas y Diputados de Chile, e incluso, a mi parecer, este nombre lo ha establecido no la Cámara en su conjunto, sino que solamente su Comisión de Régimen Interno.

Wikipedia señala lo siguiente:

     En 2019 la Comisión de Régimen Interno de la corporación aprobó el cambio de nombre «Cámara de Diputados de Chile» a «Cámara de Diputadas y Diputados de Chile» en un esfuerzo para impulsar ”el lenguaje no sexista” en el trabajo legislativo,6? cambio que constaría de dos etapas: la primera, modificar el nombre institucional del logo, las comunicaciones y señaléticas internas, llevado a cabo en marzo de 2020; segundo, una modificación del nombre en cuerpos legales como la Constitución, cuestión que no se ha llevado a cabo. ?

Cabe preguntarse, si basta que solo una Comisión de la Cámara de Diputados pueda cambiar el nombre constitucional de la Cámara de Diputados, para que pueda ser usado oficialmente con un nuevo nombre inconstitucional.

Su cambio de nombre requiere a mi juicio, una reforma constitucional aprobada a lo menos por los dos tercios de los miembros en ejercicio de cada una de las cámaras, y, desde luego, por el Presidente de la República. También entrará a regir con posterioridad a su publicación oficial.

    Extraña que no haya protesta alguna por lo que ha sucedido, que entre otros efectos lanza una información errónea para la formación cívica de nuestra ciudadanía. Por lo menos, debería ser obligación del Ministerio de Educación cuestionar el uso de este cambio de nombre.

Parece que la enfermedad social del feminismo extremo que parece haberse hecho presente en Chile estos últimos años, nos conduce a estos errores cívicos.

Puede ser interesante analizar lo mal que se presentan estos temas, en torno al llamado “lenguaje no sexista”, en el proyecto nuevo de constitución que irá en consulta en el plebiscito del próximo 17 de diciembre. Por ese y otros motivos mi voto será por el rechazo.

Por dios que es débil la formación cívica en los programas educacionales chilenos.

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