Interesante sería hacer una investigación científica para conocer las causas de tan importante cambio político en Chile, para muchos no fácil de comprender. La extraordinaria Presidenta Michel Bachelet termina su mandato con un gran respaldo de la opinión pública y mucho se habla, posiblemente con razón, que tiene una alta probabilidad de ser nuevamente presidente de Chile. Por qué su manifiesto apoyo al candidato de la Concertación no fue capaz de darle una mayoría electoral.
Sebastián Piñera no parecía un buen candidato. No proyectaba la imagen de la Presidenta Bachelet; había muchas críticas a su persona, especialmente por su trayectoria política y, en parte, por la forma como logró alcanzar un tan alto patrimonio. No pocos decían que mucho de ello lo había logrado actuando al borde de la legalidad.
Más adelante se avanza en algunas de las que podrían ser las causas de este gran cambio político. Pero posiblemente no sean éstas totalmente objetivas.
Los partidos políticos de la Concertación o algunos de sus representantes se han culpado unos a otros las razones de la derrota. Creo que no pocos creíamos que importantes sectores de la derecha empresarial votarían por Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien les aseguraba mayor estabilidad del futuro gobierno y a quien conocían su actuar pasado a favor del empresariado chileno.
Una encuesta basada en una muestra representativa con un buen protocolo podría dar una valiosa y objetiva información. Podría descansarse especialmente en aquellos electores que cambiaron de posición y por qué lo hicieron, ya sea de quienes antes votaron por la Alianza y recientemente lo hicieron por la Concertación, como el otro caso, que debió ser de mayor frecuencia, que pasaron de votos de la Concertación a votos del candidato de la Alianza. También a todos se les puede preguntar por qué creen que ganó el candidato Piñera.
Uno puede plantearse posibles causas de la derrota concertacionista. Me atrevo a enunciar algunas:
– Agotamiento y desprestigio de la Concertación. Deseos mayoritarios de cambio.
– Los escándalos en el manejo de algunos recursos destinados a generar empleo y al deporte.
– El desprestigio de los partidos políticos, especialmente de los de gobierno.
– Los cuoteos políticos llevados a límites extremos.
– Los personalismos que se han dado en ministros y altos personeros.
– Los incumplimientos de compromisos asumidos.
– La errada política educacional, especialmente en torno a mantener la municipalización y a una carencia de política de educación superior.
– La agudización en la desigualdad de la distribución del ingreso.
– La delincuencia.
– La drogadicción.
– El debilitamiento del sindicalismo.
– La concentración del poder económico.
– El paso de funcionarios de gobiernos desde altos cargos a servir intereses privados en áreas en las cuales ellos fueron controladores o dispusieron de información privilegiada.
– Los contrastes en la salud. La pública estatal debilitada y la prosperidad de la medicina privada que atiende a minorías en donde se concentran la captación de ingresos.
– Los indultos presidenciales injustificados, especialmente en el tráfico de drogas.
– La destrucción del sistema de ahorro masivo del Banco del Estado y la apropiación de patrimonio de millones de ahorrantes históricos para incrementar las utilidades del banco estatal y “prestigiar” con ello a sus altos ejecutivos.
– El neoliberalismo mantenido o acrecentado por los gobiernos de la Concertación.
– La incapacidad de sus gobiernos para enfrentar el desempleo crónico y el subempleo.
– La desastrosa política cambiaria.
– El daño profundo a la pequeña y mediana empresa y la incapacidad para apoyarla y defenderla.
– El debilitamiento del sector industrial, que fuera gran generador de empleo y donde estaban las grandes organizaciones sindicales.
– El tema de la concentración empresarial como el caso de las farmacias y el retail.
– La vergüenza de los Ferrocarriles del Estado. Entre ellos el caso del ferrocarril a Puerto Montt, las estaciones abandonadas, el fracaso de los equipos importados y las explicaciones dadas, como el exceso de pasajeros.
– La falta de preocupación por una auténtica Constitución para un país con una supuesta democracia auténtica.
– La mantención del sistema electoral bipartito.
– La mantención de una errada política de asignaciones familiares.
– El tema del Transantiago.
– La extranjerización y privatización de la minería del cobre.
– El debilitamiento de la planificación integral del desarrollo. MIDEPLAN centra su atención en las políticas sociales y en la pobreza e indigencia.
– La carencia de una política energética con visión de mediano y largo plazo.
– Las deficiencias en el cumplimiento del fisco y municipalidades en los pagos a los proveedores.
– La falta de una política de apoyo a la prensa independiente o a la que pueda ser más objetiva o más defensora del accionar del gobierno.
– El incumplimiento en el pago de la deuda histórica con el profesorado y las desigualdades que se han dado en estas cancelaciones parciales, derivadas de las diferencias de disponibilidades financieras de las municipalidades y de los dispares fallos judiciales.
– Las políticas de privatizaciones.
– La incapacidad de generar líderes políticos.
– Debilitamiento o pérdida de los ideologismos políticos y uso de los partidos preferentemente para cargos públicos o para conseguir otros favores. Persistencia de un partido como el PPD que se le consideró inicialmente como instrumental.
– Medidas medioambientales erradas y debilidad en la aplicación de sanciones. Casos de los vertederos, uso de combustibles no recomendados, plantas de celulosas contaminantes, etc.
– Incapacidad de recrear una CORFO impulsora de un desarrollo intersectorial, interregional y de fuerte presencia en sectores estratégicos como en el de la energía, el trasporte, la industria, la agricultura. La no vuelta a una institución de Estado como fuera en el pasado.
– La pasividad frente al fortalecimiento de las contrataciones externas, de sus abusos y del debilitamiento del sistema sindical asociado a ello.
– El desarrollo con débiles reglamentaciones y control de procesos de expansiones productivas extremas como ha sido el caso del salmón.
– Las críticas a las políticas y acciones en torno a las minorías étnicas. Especialmente el caso mapuche y la entrega de tierras.
– El debilitamiento de los colegios profesionales y de la ética profesional.
– El tema de los recursos humanos atendido en formas diferentes entre períodos presidenciales.
– Malas designaciones ministeriales en varias oportunidades.
– Débil apoyo y estímulo a las organizaciones de los consumidores.
– Vicios en las adjudicaciones de obras camineras y sus concesiones.
– Escándalos en la construcción de varios puentes.
– La falta de recursos económicos para enfrentar la campaña presidencial.
– La marginación de la política activa de muchos militantes de altos valores ideológicos y éticos, por diferentes razones.
– El debilitamiento de los partidos políticos y especialmente de sus bases regionales y comunales.
– El fortalecimiento de corrientes ideológicas especialmente de izquierda ajenas a los partidos de la Concertación, en particular en las directivas estudiantiles, que pasan a ser la base futura de los políticos chilenos.
– Desilusión de parte importante del electorado de la Concertación por la política llevada por ella, con consecuencias de abstención electoral, votos en blanco, votos nulos o votos por candidatos de protesta.
– El fortalecimiento de la UDI a nivel base de poblaciones por la calidad política de muchos de sus militantes.
– Las condiciones personales del candidato de la Alianza: sus éxitos empresariales, haber sido partidario del No, estar cerca de la DC por lazos de familia, sus recursos económicos, por aparecer poco ligado a los partidos de la Alianza, su empuje. Cabría preguntarse hasta dónde mucho de su votación es más bien por sus condiciones particulares que por estar ligado a la Alianza.
– Hasta dónde era un buen candidato que daba más confianza por generar un cambio.
– Hasta dónde daba confianza para hacer un gobierno más honesto, tener más fuerza y voluntad para actuar contra los delitos.
– Cuántos votos atrajo para sí de militantes y simpatizantes de la DC.
– Hasta dónde Eduardo Frei Ruiz Tagle no fue un buen candidato.
– Hasta dónde no se debió hacer una elección del candidato con mayor participación de las organizaciones políticas.
Se han dado varias razones, pero generalmente los que las dan no son voluntaria o involuntariamente objetivas. Siempre tiende a haber un sesgo o una intención en el análisis, tratando de culpar a otros y no haciéndose una autocrítica. Hay acusaciones recíprocas y la mantención en reserva de otras que pueden comprometer simultáneamente a los distintos partidos políticos.
El 20 de enero salió en la prensa una interesante publicación en que exmiembros del comando de Frei hacen crudo análisis de su derrota El autor es Hernán López G.
A continuación presento el artículo:
«Hasta antes de la pasada elección era evidente que lo que unía a la Concertación eran dos temas: el poder y el apoyo a la persona de la Presidenta Bachelet. Nada más».
Así parte uno de los capítulos del documento de 20 páginas en el que Océanos Azules, equipo programático de la fallida candidatura de Eduardo Frei, realiza un duro análisis de la derrota electoral y plantea la urgencia de poner fin a la Concertación.
El crudo diagnóstico del grupo liderado por Pablo Ruiz-Tagle, Juan Pablo Hermosilla y Guillermo Pickering, se une a las palabras del senador PS Camilo Escalona, quien, en una entrevista a «El Mercurio», insistió en que aún hay dirigentes que no asumen sus culpas.
En el texto, los personeros reafirman su visión respecto a que en la pasada elección, Frei «tuvo que cargar, y aceptó cargar, con el descrédito de los dirigentes de los partidos y una censura blanca del equipo económico a cualquier propuesta programática audaz e innovadora».
En esa línea, Océanos Azules responsabiliza a «las cúpulas de centroizquierda» por cerrar el debate «sin proyecto ni ideas» y fustiga duramente la actuación de algunos de los dirigentes del ahora bloque opositor, cuyas actitudes, acusan, mantienen hasta hoy.
Es el caso del PPD Guido Girardi, a quien critican por intentar liderar la «disidencia» a la cúpula concertacionista y luego pedir su respaldo para presidir el Senado, y al presidente DC Ignacio Walker, por defender la democracia de partidos. «Como si estas organizaciones oligárquicas de hoy representaran el sentir mayoritario de los chilenos» expresa el texto.
Así, el grupo de dirigentes declara que la Concertación ya no tiene «legitimidad ni credibilidad», y que sus partidos y dirigentes deben poner punto final al conglomerado.
«Creemos que debe reemplazarse la Concertación por una potente coalición de ciudadanos por la democracia, que sea amplia, abierta, capaz de convocar, que sea moderna e inclusiva», postula el documento.
A juicio de los dirigentes, el nuevo proyecto político debe tener tres ejes: recuperar la credibilidad del país, representar «con audacia» el cambio de la sociedad chilena y reforzar la participación de los ciudadanos en el sistema político.
Con todo, los dirigentes también realizan una fuerte autocrítica por no potenciar sus liderazgos.
«Optamos por evitar una confrontación pública con la cúpula de la Concertación. Esa fue la última vez», declara Océanos Azules.
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Como ideas de estos comentarios se destacan:
– El candidato de la Concertación era malo. Opinión bastante repetida.
– Crítica a Girardi y Escalona.
– El enriquecimiento con caudales públicos.
– El Transantiago.
– La gestión presidencial anterior de Frei Ruiz Tagle.
– La falta de diversidad de la Concertación.
– Falta de lucha por los intereses de la población.
– Concertación no es un conglomerado digno para gobernar a los chilenos ya que carece de honradez y de ideas sanas e innovadoras.
– Se necesita gente nueva.
– Falta de líderes nuevos.
– El poder a la larga se corrompe.
– Quiebre de las PYMES.
– Crítica al apoyo a los alimentos transgénicos.
– La Concertación no hizo los cambios que se esperaban al salir de la dictadura.
Posiblemente de estos antecedentes podría desprenderse como causas principales
- La calidades políticas de los candidatos; criticada especialmente la de Frei Ruiz Tagle
- La necesidad de un cambio, basado especialmente en que el poder a la larga se corrompe.
- La incapacidad de la Concertación para hacer los cambios esperados; su falta de defensa de los intereses de la población.
Sin duda que sería interesante hacer una investigación científica sobre el tema. Podría ser una investigación universitaria relevante en el campo de las Ciencias Políticas.
Un comentario
Hola: Sin duda los factores, enumerados por ud. sobre la derrota de la concertación, en las pasadas elecciones corresponden a la realidad, pero empleando la cabeza para revertir esos resultados sería haber trabajado una cara nueva para presidente, a lo mejor otra mujer, destacando en algún ministerio.
Gracias. Hasta luego.