Casos típicos; disposiciones del tránsito que no se cumplen y nadie las controla.
Cómo municipalidades han desviado dineros destinados a la educación a otros fines y para ello no se observan sanciones y no se corrigen los efectos de esos delitos. Cuánto de ello ha dañado a los profesores y las graves consecuencias que ello ha tenido. Cabe recordar la famosa deuda histórica con el profesorado. Cabe preguntarse si ese proceder no ha contribuido a perderle respeto al profesorado, que tan distinto trato tuvo en el pasado, cuando toda la educación pública dependía directamente de su ministerio.
Se detienen a delincuentes y muchos de ellos rápidamente vuelven a la libertad y siguen cometiendo nuevos delitos. Recientemente se supo de un delincuente que cometió un grave delito, ya antes había sido detenido 48 veces. Lanzas que roban con violencia instalados en un puente del Río Mapocho, han sido detenidos decenas de veces por Carabineros y casi de inmediato quedan en libertad. Es muy posible que lo que sucede, desaliente a la fuerza policial.
En otros delitos graves se inician procesos de extensa duración y terminan frecuentemente sin grandes sanciones. Ejemplo histórico ha sido en Chile la sanción a unos empresarios, a los que se les impuso seguir clases de ética.
Hoy sólo me referiré a un tema relacionado con las disposiciones del tránsito. El tema ya lo he expuesto en artículos anteriores, pero lo hago de nuevo por lo que observé el domingo pasado.
Después de varios meses sin a una parcela en Calera de Tango, por el camino a Lonquén. Ubicada cerca de Santiago, ligeramente al poniente del cerro Chena. Fui el domingo pasado.
Observé en el trayecto, al pasar por varias comunas, el poco respeto a las velocidades máximas y no observé ningún control, ni ningún carabinero tanto a la ida como al regreso.
Es habitual observar en el sector central de Santiago, donde la velocidad máxima se ha limitado hace unos pocos años a 50 Km/h, antes era de 60, ese límite se supere a rangos algos mayores, pero de todas maneras, no se cumple por alta proporción de conductores.
Lo que es vergonzoso es lo que sucede en la Avenida Pedro Aguirre Cerda, llamada habitualmente Camino a Melipilla. Hace pocos años atrás la velocidad máxima permitida era de 60 Km/h y se rebajó a 50. Los 60 eran habitualmente superados y ahora siguen siendo superados los 50, por velocidades bastante mayores. Casi nadie respeta los 50.
Esta avenida cruza varis comunas, en todas parece suceder lo mismo. Las velocidades tienden a ser mayores en el sentido sur norte, ya que muchos vehículos vienen de carreteras con velocidades iguales o superiores a los 100 Km/h.
Lo que sucede en la Avenida Pedro Aguirre Cerda es una verdadera vergüenza nacional ante los extranjeros que nos visitan.
Para llegar a mi parcela, debo tomar el Camino a Lonquén; en él se debe transitar con las luces prendidas. He podido captar que entre un 20 a 30% de los conductores no lo cumplen. Tampoco habitualmente se respeta la velocidad máxima que fluctúa entre los 50 y 60 Km/h.
En gran parte de este camino, existe una sola vía en cada dirección. Si uno respeta la velocidad máxima observa que muchos lo adelantan y otros se acercan peligrosamente al vehículo en el que uno va, como presionando para que uno aumente la velocidad, mientras esperan la posibilidad de adelantar. Incluso esa presión la hacen vehículos mayores, con fuerte riesgo de accidentes por alcance, bastante comunes en los caminos chilenos.
En relación a este camino, es preocupante la congestión que se produce en él a determinadas horas; su ensanche estaría programado desde hace tiempo y ya en varios sectores se observa que el terreno está disponible para el ensanche.
Cada día este camino tiene más presión de tráfico; extraña que no se inicien labores de ensanche cuando ya hay terrenos disponibles y están autorizadas todas las expropiaciones. Además, se da a a conocer que el Gobierno dejó el año pasado recursos financieros sin utilizar.
Se avecinan problemas con el estado en que se encuentra este camino; por hoyos que se han ido produciendo sin taparlos oportunamente, lo que podría hacerse a muy bajo costo. El día que tengan que repavimentarlo se van a producir congestiones impresionantes.
Parece que no hay conciencia de ello. Bien podría colaborar en esto el Gobernador recientemente en ejercicio.
Otro tema de incumplimiento de normas establecidas es el de los ruidos molestos, por los escapes libres de algunos automóviles y especialmente por motos, habitualmente conducidas por personas de negro que parecen que gozan conduciendo a altas velocidades y generando ruidos muy molestos, con lo cual parecen que gozan. De repente, especialmente en las noches, circulan grupos de ellos. El placer parece estar en hacer ruidos nocturnos.
Es lástima constatar que están ausentes fiscalizadores. Recuerdo que en el pasado, había bastante control de los ruidos molestos y especialmente de los escapes libres.
Hoy no se detectan policías y los vehículos de vigilancia municipal, que se les ve afortunadamente a menudo, parece que no se preocupan de este tema.
Solo he abordado la presencia de la autoridad en un par de temas de delitos. Desgraciadamente hay muchos otros más, posiblemente algunos de ellos difíciles de evitar, por las causas que los generan. No de ellos es el de las ventas callejeras ilegales.
