He escrito anteriormente sobre este tema. Debiera prohibirse los buses de dos pisos en las carreteras chilenas, como ya se ha hecho en otros países. Es lamentable que continúen viajando por nuestras carreteras a altas velocidades y sigan generando muertos y heridos, muchos de ellos graves.
Recientemente se ha generado un nuevo accidente en el sur del país que motivó la muerte de un niño y muchos heridos, algunos de gravedad.
Presento a continuación la noticia que al respecto entrego la Radio Cooperativa.
«Niño de siete años falleció al volcar un bus en la Ruta 5 Sur»
El auxiliar de la máquina de transporte se encuentra grave. El hecho se registró a la altura de San Rafael.
Publicado: Martes 20 de febrero de 2018 | Autor: Cooperativa.cl
Un niño de siete años falleció este martes luego de que el bus en el que viajaba volcara durante la madrugada de este martes en la Ruta 5 Sur, en la comuna de San Rafael.
El accidente se produjo alrededor de las 03:30 horas a la altura del Kilómetro 229, donde el conductor de la máquina de dos pisos de la empresa Transantin -con dirección desde Santiago a Puerto Saavedra- perdió el control en una curva.
El bus chocó contra las barreras de contención, luego con un árbol y terminó volcado a un costado de la vía, donde otras 42 personas resultaron con lesiones de diversa gravedad.
De ellas, el auxiliar del bus fue trasladado al Hospital Regional de Talca en estado grave.
Personal de Bomberos trabajó en el rescate de los afectados, llegando al lugar al menos siete ambulancias.
Un pasajero del bus siniestrado relató a Cooperativa que «iba en la parte de abajo, que estaba más sellada, nos empezamos a llenar por un olor como a petróleo. Abrimos una puerta, por ahí podemos subirnos y salir por la ventana, y empezamos a sacar la gente. Al niño (fallecido) no lo podíamos sacar de ahí».
Según indicó el mayor de Carabineros Mauricio Bascuñán, subprefecto de la Provincia de Talca, «se hicieron de inmediato las diligencias para prestar auxilio a los lesionados, dentro de ellos cuatro menores, falleciendo uno de ellos en el Hospital Regional».
«Existen otras dos personas que también resultaron con lesiones gravísimas: a uno se le cercenó uno de sus brazos y otro terminó con fractura expuesta en ambas piernas y otro tipo de lesiones», relató el policía.
Un herido grave, de edad adulta, se mantiene en el Hospital Regional, mientras que siete personas que fueron dadas de alta.
Los departamentos especializados de Carabineros realizaron las primeras indagaciones y entregaron los antecedentes al Ministerio Público. Uno de los elementos considerados en el accidente fue el factor climático, debido a las precipitaciones que cayeron durante la madrugada en la Región del Maule.
Coincide en el tiempo en parte este accidente con ese otro grave reciente de un bus chileno en Argentina, en el que mueren tres niños y otros resultan heridos de gravedad. El conductor iba a alta velocidad, más que doblando la máxima autorizada; a pesar de la advertencia de personas que viajaban, no altera su proceder. Ahora se sabe que conducía drogado.
En un accidente similar a este último de un Tur Bus también en suelo argentino, antes de llegar a Mendoza; la justicia del país vecino dictamina una prisión para su conductor por del orden de 20 años. Similar a lo sucedido en este otro caso más reciente, accidente por exceso de velocidad.
Sigue observándose alta velocidades en nuestras carreteras y autopistas; extraña que no exista la capacidad institucional de hacer cumplir las legislaciones.
En Chile muchos de nuestros conductores están acostumbrados a manejar muy mal. Superan las velocidades máximas y no guardan las distancias con los vehículos que le anteceden. Posiblemente ello se deba a la falta de control de las velocidades, y en el fondo que no se hagan cumplir las disposiciones legales; desgraciadamente ello sucede en muchas actividades que se desarrollan en la sociedad chilena.
En la realidad hay muy poco control de las velocidades máximas y nula vigilancia de distancias entre vehículos. Son tremendamente frecuentes las colisiones por alcance.
Los conductores de la movilización colectiva de Santiago no parecen adiestrados ni controlados en las características de conducción de vehículos que llevan carga viva, carga humana.
Los nuevos conductores en nuestro país están habituados de partida a conducir como lo hacen sus mayores en los vehículos de la movilización colectiva, altas velocidades y sin respetar distancias.
Es impresionante como conducen los pequeños buses que hacen recorridos entre Viña del Mar y Valparaíso y viceversa. Sus velocidades parecen excesivas y las brusquedades en sus conducciones son notorias. Nadie parece fiscalizarles.
Por otra parte me pregunto, por qué ese afán de sacar cada vez más rendimiento del ser humano, con riesgos de accidentes; desde luego es de rentabilidad privada, pero de alto costo público, costo social.
Cada día se ven más buses de dos pisos, que desde luego llevan más pasajeros por conductor, pero los riesgos de accidentes son mayores y de peores consecuencias.
Los viajes a Viña antes llevaban un auxiliar; ellos desaparecieron. Vamos eliminando más y más empleos formales y cada vez vemos más vendedores clandestinos en las calles y ahora incluso compitiendo y actuando con violencia con esa invasión de haitianos que se han incorporado al ilegal comercio callejero. No hace mucho frente a la Estación Central hubo un verdaderos combate entre grupos vendedores callejeros chilenos y haitianos. Uno de estos últimos habría resultado gravemente herido. Poco se informó de estos hechos y nada hemos sabido de la situación del haitiano herido.
La nueva línea del metro, la 6, lleva trenes sin conductor. La empresa Metro, que es del Estado, se felicita de establecer estas más altas tecnologías. Aumenta así la productividad de la mano de obra. Que pasará si se genera un accidente o bien se efectúa un atentado; quién orienta a esa masa de pasajeros afectada; ya algo ha pasado, una falla generó serias inquietudes en quienes quedaron encerrados sin poder salir y sin información. No podrá esta realidad estimular los atentados terroristas en un metro de estas características.
Santiago es una ciudad afecta a sismos; se está preparado para como actuar en un sistema de conducción acéfala frente a un fuerte sismo. Frente a violencia que se genere en un tren; quién actúa, quién informa para que en la próxima estación se esté preparado para actuar. Recuerdo haber oído la voz de un conductor tiempo atrás que advertía tener cuidado especial por la detección de delincuentes en el tren.
Volviendo a los buses de dos pisos. He tenido la información que en varios países ellos se han eliminado por los mayores riegos que enfrentan.
Recordemos las causales de mayor riesgo:
- Tendrían estructuras más débiles para alivianar el peso de su carrocería.
- Presentan un centro de gravedad a mayor distancia del suelo, lo que favorece su volcamiento.
- Una alta proporción de sus pasajeros va en el segundo piso, por lo tanto se eleva su centro de gravedad mientras más pasajeros lleve.
- En caso de volcamiento, por la altura, la intensidad del golpe es mayor; se da un brazo más largo en la generación de la torsión, lo que motiva una mayor velocidad de caída en el segundo piso y con ello golpes más intensos en los cuerpos humanos.
- Al parecer se les permite similares velocidades máximas a una masa mayor, lo que compromete la capacidad de freno y un golpe más intenso en una colisión. Ello puede más dañar en las colisiones por alcance, tan frecuentes en nuestro medio.
Estas causales pueden analizarse en función del accidente del bus de dos pisos de San Rafael. Se explica que el conductor habría perdido el control del bus por causa de una curva y una llovizna; las curvas ahí están y las lloviznas pueden presentarse con relativa frecuencia. El bus choca con las barreras, se pierde el control de la máquina, se choca con un árbol y finalmente vuelca; posiblemente volcó a alta velocidad. Impresiona saber que quedan 42 personas heridas, cifra que representa un alto porcentaje de sus pasajeros.
Ojalá el nuevo Gobierno analice estos riesgos; el que termina al parecer nada hizo.
Sin dominar mayormente el tema, pienso que estos buses de dos pisos debieran eliminarse de las carreteras o posiblemente reducirles sus velocidades máximas permitidas.
Al analizar estos temas, me queda la amargura de que cada vez en Chile se tienen más delitos que no se sancionan. Las velocidades excesivas simplemente quedan impunes y qué decir de las ventas callejeras sin autorización. En el barrio de Estación Central se ha llegado a niveles extremos; parecen que existen mafias organizadas, una demostración de ello podría ser ese combate violento entre chilenos y haitianos frente a la Estación Central. Impresión causaba el ver a carabineros incapaces de lograr controlar esa batalla.
Hoy oí a una autoridad del ministerio de Transporte que nuevamente planteaba la reducción de las velocidades máximas en la ciudad a 50 Km/hora. Actualmente son 60, pero muchos no respetan ese límite; logremos primero cumplir los límites establecidos, para después reducirlos. De otra manera habrá una nueva exigencia que en alta proporción no se hace cumplir.
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