Se pretende por el Gobierno mejorar las futuras pensiones individuales creando además un fondo solidario e incluso otros beneficios sociales como las salas cunas, mediante restablecer el aporte patronal, ahora por un monto del 6% del valor de la remuneración.
Al parecer hay un poco de populismo en torno al tema, al plantear que paguen ese 6 % los empleadores. Pienso que sería mejor que en los casos de contrataciones por empresas con fines de lucro, el empleado haga ese aporte adicional, asociado en lo posible a que se generalice la participación laboral en las utilidades de la empresa.
Mucho se ha discutido cómo repartir ese 6%, entre lo que va a las cuentas personales y lo destinado a otros beneficios sociales como la pensión básica solidaria y el financiamiento de las salas cunas. Al parecer ya se está llegando a un acuerdo político en las proporciones del reparto, aunque la Derecha, en mi opinión razonablemente se opone a este camino.
La verdad es que la única forma de llegar a niveles de pensiones de jubilación más conveniente, es llevando una mayor proporción del ingreso laboral a imposiciones mensuales.
En mi opinión, lo propuesto es nefasto por varias razones.
Una de ellas es que encarece la contratación formal, con ello se tendería a reducir esta contratación tanto por disminuir las personas ocupadas o por trasladando otras a la informalidad.
Uno de los serios problemas que enfrenta la economía nacional es la alta proporción de la población activa que trabaja en la informalidad. Una manifestación clara de ello es la venta informal, especialmente la callejera, que se asocia a otros delitos como el contrabando y la venta de productos provenientes del robo y de saqueos. Con lo anterior se reduce la generación de IVA, lo que daña al financiamiento fiscal. Además, se tiene el negativo efecto en los ingresos del comercio establecido.
Por otra parte, es mejor el sistema actual en que el que aporta a la previsión es el mismo empleado, aunque, el pago lo haga a través del empleador. Este se ve más forzado a pagar el aporte, porque lo debe hacer con dinero que no le pertenece.
Antes, el aporte lo hacía el empleador y era frecuente que, este pago se postergase e incluso no se hiciese, generando así lagunas previsionales muchas veces no captables, las que se hacían presente en el momento de calcular los montos de las jubilaciones.
Tener presente cómo se generó la vergonzosa la deuda histórica con el profesorado, que todavía ni se piensa solucionarlo, y cómo ello ha perjudicado a muchos en sus jubilaciones. Las culpables fueron las municipalidades que se quedaron con platas entregados por el Gobierno para hacer esas imposiciones, delitos de malversación de fondos que han quedado impunes, situación que parecer, no se pretende sancionar.
Las salas cunas y las jubilaciones mínimas solidarias debieran financiarse con fondos provenientes del IVA, con lo cual se favorece una redistribución de ingresos, porque más aportan a este impuesto las personas que más ingresos reciben y por ello tiende a más comprar en la formalidad, generando IVA.
Bien podría establecerse que un porcentaje de las captaciones del IVA vayan a este destino. Ello obligaría a una reforma constitucional que sería posiblemente fácil de conseguir. La constitución actual no permite impuestos para fines específico, eso fue una conquista conseguida por el neoliberalismo de los economistas de la Escuela de Chicago.
Lo que se propone y su financiamiento
Tema muy complejo. Se debe entender que esta medida propuesta regiría para todas las contrataciones, no solo para el sector privado. Ello significa de antemano un equivalente al aumento de ingreso individual en un 6%.
Se debería entender que es para toda contratación, ya sea por el sector privado como para el sector público.
Al parecer no se ha considerado cómo obtener ese financiamiento para el sector público. Se puede entender que en el sector privado es a costa de las utilidades de las empresas. Las que no las tienen en los niveles necesarios, entrarían en pérdidas generadas de inmediato. Posiblemente también podría generar reducción de contrataciones.
Preocupante es cómo el Estado va a financiar ese inmenso nuevo gasto, para todas las remuneraciones del sector público, incluido el municipal. Al parecer esto aún no ha generado preocupación.
Desde luego, hay que tener presente, que el único camino racional para mejorar las pensiones, lo constituye una mayor proporción de la remuneración que se destine a esta finalidad.
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