Planteo como enfrentar las consecuencias de este masivo proceso de incendios de pastizales, arbustos, bosques, poblados con viviendas y otras construcciones con fines sociales, pequeñas y medianas industrias, etc.
Esto es peor que los terremotos que hemos enfrentado. Familias que han perdido todo; la responsabilidad no es de ellos, de los afectados, es de nuestra sociedad.
Las ayudas voluntarias son un paliativo inmediato para sectores reducidos de las poblaciones afectadas.
Se hace necesario no tener en el corto plazo limitación de recursos financieros ni distraer financiamiento de otras actividades operacionales ni de programas y proyectos en otras regiones del país.
Medidas sugeridas
Primera medida
Aprobación inmediata de una reforma constitucional que autorice al Banco Central prestar al Gobierno frente a una catástrofe nacional de esta magnitud.
Nuestra constitución actual permite que el Banco Central preste el Gobierno solo en caso de temor de guerra o de guerra. Perfectamente se podría agregar “en caso de una catástrofe nacional calificada por el Poder Ejecutivo y los dos tercios del Senado”.
Tomar esta medida no sería difícil. Debería ser fácil lograr hacer una reforma constitucional de emergencia. Seguramente el Gobierno y el Parlamento la respaldarían fácil y rápidamente. El procedimiento legal deberá contemplar simultáneamente la reforma constitucional y la de la ley del Banco Central.
Esta aprobación además de generar importantes recursos financieros evitaría distraer recursos presupuestarios para otras actividades fundamentales del país y del resto de las regiones.
Estas emisiones con toda seguridad no van a generar presiones inflacionarias.
Segunda medida
Subsidiar todas las pérdidas experimentadas por la población a causa de los incendios. Por ejemplo hasta un 80 ó 90% de la valoración de las pérdidas que han sufrido; debería establecerse un sistema que valore todo ello, que pueda partir de una declaración jurada de los afectados en cuanto al monto de las pérdidas sufridas. Con esa base, iniciar la entrega de los aportes a los hogares e industrias mientras se determinan las valoraciones justas.
El efecto psicológico social de una medida de esta naturaleza podría dar un valioso aporte a los afectados, crearía esperanzas muy necesarias para reanimar a la población afectada. Sería una medida para ayudar a enfrentar los problemas de salud mental que se derivarán de todo lo que ha sucedido.
Además constituiría una medida ejemplar de solidaridad nacional que tendría un efecto valiosísimo a futuro en la sociedad chilena.
Tercera medida
Aumentar el porcentaje del IVA, magnitud que debiera ser estudiada, que origine recursos solo al ahorro nacional destinados a la reconstrucción y posteriormente a financiar al sistema previsional complementario que permita una jubilación digna a toda la población.
No me parece conveniente extenderme más allá que lo aquí expuesto. Posteriormente publicaré otras sugerencias.