En mi opinión nuestro país logró en el pasado constituir tres grandes sistemas nacionales para nuestro desarrollo socioeconómico. Estos fueron: el Sistema Nacional de Educación, el Sistema Nacional de Salud y el Cuerpo de Carabineros de Chile. Además se avanzó bastante en un sistema nacional de planificación y se tuvo una muy importante presencia del Estado para impulsar el desarrollo del país, como fue la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO).
Lamentablemente el Gobierno o Dictadura Militar dañó profundamente los sistemas de Educación y de Salud, y debilitó seriamente a la Corporación de Fomento. El daño a Carabineros de Chile se ha generado principalmente en la nueva democracia generada al término de la dictadura.
Uno de las medidas de la dictadura que más influyeron en nuestros sistemas fueron la municipalización de la Educación y de la Salud y el golpe que ocasionó en la Educación Universitaria, con la desaparición de la Universidad Técnica del Estado y con el debilitamiento profundo de la Universidad de Chile. Lamentablemente fue la desaparición de las escuelas normales ubicadas en distintas provincias destacándose la Escuela Normal Abelardo Núñez de Santiago, que formaban muy buenos maestros con su valioso profesorado con que contaban
El trato que se le dio al profesorado del Estado fue muy dañino. La municipalización de la educación tuvo profunda repercusiones en el profesorado. Desgraciadamente la nueva democracia, a mi juicio carente de estadistas, todavía mantiene esa municipalización y nada hizo por restablecer la formación técnica profesional y el hacer que la Universidad de Chile vuelva a ser la universidad nacional más importante del país.
La universidad de Bello quedó reducida geográficamente a la Región Metropolitana y se le privó de su financiamiento importante que provenía del sistema legal. Dejó de ser la universidad gratuita y ha tenido cada vez que financiarse más con aranceles crecientes. Por otra parte dejo de ser la cúspide del sistema nacional de salud, que es el hospital universitario, en este caso el Hospital JJ Aguirre como cabeza del Sistema Nacional de Salud Pública, donde se dé atención a las mayores complejidades, desde luego gratuitamente y además sea el gran formador principalmente de médicos generales y en particular de los especialistas.
Dos grandes presidentes de Chile, Pedro Aguirre Cerda y Eduardo Frei Montalva, se destacan por el apoyo de le dieron a la Educación especialmente pública. Un lema que no se olvida del presidente Aguirre Cerda ha sido “Gobernar es educar”. Es impresionante el desarrollo que tuvo la educación en Chile en su periodo presidencial.
En este artículo pretendo parcialmente referirme a Educación; también alguna referencia ya iniciada al tema de salud, como también al de Carabineros, que ha llegado a una situación muy crítica como consecuencia especialmente de comportamientos de gobiernos de la nueva democracia.
El mal trato al profesorado, es uno de los vientos que han conducido a la tremenda tempestad que hoy aqueja a nuestro país.
La municipalización de la educación ha sido nefasta. Cómo se ha dañada la carrera del profesor al pasar a ser empleado municipal. Antes era empleado público, que podía partir por ejemplo joven en una escuelita rural y ascender por méritos y concursos a cargos superiores, hasta incluso poder llegar a altos cargos en el Ministerio de Educación. De ese proceso se logró tener valiosos profesionales en ese ministerio.
El tema da para un amplio análisis crítico. Se limitó seriamente su carrera profesional ya solo permitida en el ámbito de su municipalidad. Además, a muchos se les ha limitado sus ingresos y sus ahorros previsionales, al desviar la municipalidad a otros destinos fondos fiscales que se debían asignar al profesor.
Ello generó una deuda histórica de valores muy cambiantes, deuda que ha terminado imposible de superar.
Tuve la oportunidad de conversar durante la dictadura militar con un par de profesoras de una ciudad un poco al sur de Santiago; ellas me contaron del mal trato que recibían y de la inseguridad con que se encontraban; incluso hasta las mujeres eran afectadas por acoso sexual. Recordar que muchas municipalidades fueron reducidas geográficamente y que las cabezas de ellas, los alcaldes, eran nombrados por el Gobierno-Dictadura.
Es muy probable que ese maltrato que se les daba, ha contribuido a debilitar el tratamiento que la sociedad le da al maestro, desde al alumno hasta el apoderado.
El profesor en el pasado era ampliamente respetado. El director de una escuela, elegido por méritos en una carrera funcionaria, era una persona destacada en el ambiente social en que se desempeñaba ese establecimiento. Eso era como ha pasado en la mayoría de los países; el profesorado es muy respetado.
Sus rentas se deterioraron considerablemente, acompañado de la angustia de perder su cargo. Muchos de ellos tenían que correr de un a otro establecimiento para obtener un ingreso que les permitiera sobrevivir.
El gran pecado de ellos era que muchos fueran de izquierda y más grave, que no pocos pertenecieran al Partido Comunista.
Muy grabado se me ha quedado en la memoria lo que experimenté en un encuentro desayuno cuando el Rector del Instituto Nacional nos invitó a los que fuimos elegidos decanos de la Universidad de Chile en los inicios de la nueva democracia. Éramos exalumnos del Instituto cuatro los decanos elegidos.. Recuerdo en ese encuentro-desayuno la expresión de una profesora presente, “que ella en ese establecimiento de tan alto nivel recibía un sueldo inferior al de una empleada doméstica”.
Hasta hoy gran parte del profesorado de los colegios públicos siguen siendo empleados municipales. Cuesta entender por qué sucede eso en Chile. Mi convencimiento es que carecemos de estadistas. Hemos tenido una gran pérdida de valores.
Baste tener presente quién es responsable de la educación en una municipalidad. Lo es una corporación autónoma que se maneja libremente y que al parecer frecuentemente entrega recursos del Gobierno que eran para la educación, a otras finalidades de la municipalidad. Eso explica en grado importante el no pago de reajustes y de no hacerles las imposiciones, lo que ha generado esa dispar deuda histórica. Algunos municipios han cumplido, otros pretendieron no hacerlo pero fueron obligados por la justicia a hacer esos pagos y en otros casos, no lograron fallos judiciales favorables.
Mucho se ha hablado de pagar esa deuda histórica y sin embargo no se ha cumplido con ello. En mi opinión eso es una vergüenza nacional. Recientemente se ha informado que seguirá la educación en muchos casos de dependencia municipal.
Estamos cosechando tempestades. Vemos lo que está pasando en la actualidad en los más importantes establecimientos de la educación pública como en el Instituto Nacional, el Internado Barros Arana, el Liceo Educación y en el Liceo Manuel Barros Borgoño. Es triste observar que en algunos establecimientos existe división entre padres y apoderados, con dos centros, uno de apoyo al profesorado y el otro, más politizado que de alguna manera ampara la violencia.
Un tema que parece increíble, los aportes del Ministerio de Educación a los municipios, en particular para las escuelas públicas, se siguen basando en tanto por alumno que asiste, independiente de otras necesidades.
El financiamiento debería ser único para cada establecimiento, cada escuela debería ser un proyecto de generación de un servicio social, con recursos tanto para operar, como para mantener sus activos físicos como también para hacer las inversiones que se necesiten en su mejoramiento y posible expansión.
El sistema de financiamiento existente daña seriamente a las comunas más pobres.
En sectores de pobreza hay menor asistencia de los alumnos y ellos deberían recibir servicios más intensivos, para suplir el menor apoyo que generalmente reciben de sus padres. En zonas de pobreza deberían estar los mejores profesores a cargo de cursos de menor tamaño.
El financiamiento por alumno que asiste es sin duda tremendamente injusto, daña a las comunas más pobres. Varias de ellas habrían debido cerrar escuelas especialmente de sectores de pobreza, por las que reciben menos ingresos fiscales. El cierre de una escuela, daña al alumno al tener que ser un allegado a otro establecimiento, seguramente con otros maestros que lo desconoce y con seguridad quedar a más distancia de su hogar.
También se dice que se alteraría con frecuencia por los municipios la información de asistencia para así poder obtener algo más de recursos, irregularidad no fácil de detectar. En cierto modo se obligaría a mentir.
Sin duda las comunas más ricas tienen mejores escuelas y colegios. Bastante se daría, especialmente en colegios, que asistan a ellas alumnos que vienen de comunas de menores ingresos.
La escuela y el colegio o liceo debiera tener preferentemente alumnos de su normal área de influencia. Con ello se refuerzan las comunidades.
Soy exalumno del Instituto Nacional. Estuve en ese establecimiento mis últimos tres años de las entonces humanidades. Muy buenos profesores tuvimos y con bastantes comodidades ambientales. Supe que mucho de eso se deterioró cuando pasó a ser dependiente de la Municipalidad de Santiago. Ello habría sido consecuencia de manifestaciones de los alumnos de distinta naturaleza, que han terminado en estos últimos años en protestas destructivas.
La siembra inicial de viento, parece generar una tempestad incontrolable.
Hoy el país ve con preocupación la reducción de estudiantes que quieren seguir pedagogía, y desgraciadamente por justas razones.
Mucho tiempo ha de pasar para si con acertadas medidas ello se vaya corrigiendo, pero como están las cosas, el deterioro se agudiza.
En otro artículo pretendo referirme al caso de Carabineros, que en lo inmediato se ve afectado por el retiro precoz de muchos de sus mejores componentes, como también se hace sentir la falta de interés por postular a tan importante servicio para el país. Estamos en un caso de siembras de vientos soplados posteriores a la dictadura, es decir en la nueva democracia, que nos están llevando a tan preocupantes situaciones.
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