Me ha parecido conveniente tratar de informar más mi crítica al feminismo extremo que estimo ha llegado Chile, más allá de lo que yo puedo comunicar por mi página web blog, por ello envié una carta al Director del Diario El Mercurio para su posible publicación. A este director seguramente se le envían una gran cantidad de cartas y solo tiene espacio para publicar unas ocho diarias en su bastante leída página CARTAS.
Sabía la baja probabilidad que se publicase, pero alguna esperanza tenía en que se concretase su selección.
En mi vida he enviado varias cartas este prestigiado diario, y un par de ellas en el pasado lejano, fueron publicadas.
Me ha parecido conveniente incluir mi carta en este artículo de mi página web
La carta decía así:
Señor Director
Soy un octogenario cercano a nonagenario quien está preocupado entre otras cosas actuales por el feminismo exagerado. He observado que éste se hace presente incluso en los partidos de derecha reflejado en las presidencias de ambos partidos frente a lo que sería algo parecido a una asamblea constituyente, en que la desean ambas una paridad de género absoluta. La de Renovación Nacional, al partido que me siento más cercano en sus ideas a pesar de yo sentirme de oposición, plantea que si hay desequilibrio de género en los electos, se eliminen entre los elegidos los necesarios que permitan generar la paridad de género con la designación de los no elegidos con las mayores mayorías en el otro género. Pero considero más justa la posición de la presidenta de la UDI que plantea aumentar el número de miembros de la asamblea hasta generar la paridad.
Pienso que con la búsqueda de la paridad puede sacrificarse la elección de los más indicados para esa responsabilidad cívica.
Por otra parte observo que aparece como una obligación expresar siempre los dos géneros, todos y todas, niños y niñas, diputados y diputadas. Hasta he observado que periodistas de destacados medios de comunicación hasta mencionan Cámara de Diputados y Diputadas. Lo que es inconstitucional.
Podría ser conveniente designar una comisión de destacadas personalidades que preparen una nueva constitución señalando siempre los dos géneros, partiendo con la expresión de “Ciudadanos y ciudadanas”, pasando por reemplazar la palabra Senado por “Cámara de Senadores y Senadoras”. Son muchos cambios que hay que hacerle a nuestra constitución, pero no son éstos de fondo.
La experiencia de la rebaja acordada por ley para las remuneraciones de parlamentarios, ministros de Estado y altos cargos de la administración pública encargada a una comisión de alto prestigio, ésta por lo menos tuvo la sabiduría de cumplir la orden de estudiar la rebajas para los altos cargos públicos, estableciendo solo una rebaja de un 1 por ciento.
Tengamos presente que esta idea de legislación nació de entre otros dos grandes ex antes dirigentes estudiantiles, más bien de izquierda, que planteaban rebajas mayores, al parecer sin razonar que contribuían con ellos a que personas de más altos ingresos o de defensores de grandes intereses se vieran favorecidos para ser parlamentarios a futuro.
Yo recomendaría como en las culturas ancestrales, que se considerara la existencia de Consejos de Ancianos, a lo menos a quienes consultar. Convendría ver el caso de la cultura pascuense; la sabiduría de los ancianos a veces puede ser útil.
Un ya anciano Rolando Chateauneuf, ingeniero agrónomo e ingeniero comercial, actualmente miembro de la Comisión del Ingeniero Mayor del Colegio de Ingenieros de Chile.
