Tres temas son muy preocupantes que se manifiestan en gran parte de nuestro país.
En orden de importancia y actualidad:
- La pandemia, la delincuencia junto con las manifestaciones de violencia
- Populismo, demagogia y feminismo
- La sequía.
Esta última manifiesta síntomas de aminorarse, aunque los pronósticos de precipitaciones futuras no son muy favorables. Por ahora prefiero no referirme mayormente a este tercer tema. Lo he abordado en otros artículos. Necesitamos una gran política nacional de Estado sobre las aguas, tenemos grandes disponibilidades como promedios anuales y fuertes desequilibrios regionales que debemos hacerlos desaparecer. Tenemos además las aguas marinas cercanas a toda la geografía nacional y con la potencialidad de la energía solar, de desalarlas y elevarlas desde el nivel del mar a las alturas que sean necesarias.
Abandonamos en el Gobierno Militar al reducir a la CORFO, la gran investigación que hacía en su Departamento de Aguas Subterráneas.
La pandemia
además de los efectos sobre la mortalidad y las morbilidades y sus daños temporales y permanentes, nos llevan a consecuencias también temporales o permanentes de pobreza y de desempleo.
El país antes de hacerse presente la pandemia, experimentaba ya una profunda crisis social, que se manifiesta con violencia inesperada en octubre del año pasado, violencia destructiva en sus grados máximos. Esa violencia, que podría considerarse inhumana, ya se hacía presente en ocasiones propicias en actividades vandálicas en poblaciones pobres de ciudades importantes destruyendo hasta patrimonios sociales como salas cunas, escuelas, consultorios fiscales. Lo que impresiona es como se ataca incluso a los bomberos y a sus equipos, en un país en que ese cuerpo de auxilio social está constituido por voluntarios. Cuánto le debe la sociedad chilena de distintos niveles económicos al Cuerpo de Bomberos de Chile.
A otros niveles llegamos a un populismo preocupante
Un ejemplo lo dio un parlamentario joven, que fuera antes gran dirigente estudiantil, que increpa con fuerte voz a un militar de grado bajo que resguarda aisladamente de daños en una de las tantas manifestaciones que culminan en violencias de participantes marginales. Lo hace a fuerza voz de manera de ser oído. Qué culpa tiene hoy en el último nivel de la cadena, de lo que ha sucedido en Chile en sectores de las Fuerzas Armadas que debieron participar en un golpe de Estado.
Por otra parte un grupo de parlamentarios jóvenes propone una inmediata baja sustancial de las dietas de los parlamentarios, una reducción a la mitad como también rebajas de remuneraciones a altos directivos del sector público. No piensan el tamaño de las familias de los afectados y de las deudas con pagos programados basados en sus actuales remuneraciones. Posiblemente parte de esas deudas pueden provenir de los altos costos de las campañas electorales que tiene el país, que de no hacer esos desembolsos, no tienen posibilidades de ganar una elección.
Hasta se trató de afectar con las rebajas de remuneraciones al Poder Judicial, afortunadamente ello no prosperó, gracia entre otras razones a la protesta de la Corte Suprema. Qué importante es que en el Poder Judicial tengamos a muy capacitados profesionales y de valores éticos.
Y esas proposiciones de rebajas terminan parcialmente exitosas, provenientes de una, a mí juicio, extraña ley que establece que una comisión de notables deba determinar los porcentajes de rebajas. La comisión designada termina usando esa atribución para rebajar las dietas parlamentarias en un 25%, las remuneraciones de los ministro de Estado en un 10% y a los altos cargo de la administración pública en un simbólico 1%.
Qué falta de valores se demuestra; por un populismo que lo puede favorecer en lo inmediato y que repercuta en que en el futuro sean como postulantes o como llamados a asumir altos cargos solo personas de buena situación económicas y/o que sean representantes de poderes económicos; en general personas relacionadas más bien con la derecha política como sucedía en el pasado gracias al cohecho.
Lo que parece del todo conveniente es una reforma tributaria que agudice más los niveles de impuestos a quienes obtienen más altos ingresos.
Pasando a otros tema.
Parecen increíbles las paridades de género que se persigue establecer, como por ejemplo en lo que sería la asamblea o consejo constituyente para elaborar la nueva constitución.
Quienes presiden los partidos más importantes de la Derecha política chilena coinciden en la meta de la paridad absoluta, pero con procedimientos diferentes. Una posición es que si hay desigualdad se sustituyan los últimos elegidos en el género de mayor presencia y ser sustituidos por las más altas mayorías del otro género que no hayan quedado elegidos en la votación nacional. La otra posición ha sido que se logre esa paridad absoluta aumentando el tamaño del cuerpo constituyente en el número de miembros del otro género hasta generar la paridad.
Algo de menos importancia que se deriva de esto, es que el cuerpo que se elija deba ser de tamaño par. Además podría llegarse más adelante a que se dé representación hasta a la homosexualidad.
Parece criticable que la paridad impuesta posiblemente no contribuya a la elección de los más idóneos, sino que pese más la paridad de género. No debemos olvidar que en Chile votan más mujeres que hombres y es habitual que la mayoría de las mujeres no votan por mujeres. Hace poco conversaba por un amigo que por mucho años fue alcalde perteneciente a un partido político de derecha, en la época que los regidores electos eran los que elegían al alcalde. Él me decía que cuando ponían mujeres de candidatas, ellas obtenían las más bajas votaciones.
En general en Chile la mujer ha menos participado en política. Históricamente, en un principio solo podían votar en las elecciones municipales igual que los extranjeros. Después se logró el voto universal femenino y paulatinamente fueron alcanzando cargos parlamentarios y desde luego alcaldías, para después alcanzar cargos directivos de ambas cámaras, hasta llegar una mujer a ser dos veces Presidente de Chile, después de haber sido nada menos Ministro de Defensa. En su formación mostraba estudios superiores en el tema de las Fuerzas Armadas.
Lo que parece razonable es que se puedan exigir alcanzar cuotas mínimas en las nóminas de candidaturas a elecciones de cargos de elección popular.
El feminismo parece que se está manifestando en otra forma. Al parecer Todo tiene que presentarse con los dos géneros. Expresiones como “todos y todas”, “niños y niñas” “profesores y profesoras”. Uno observa que a menudo autoridades de Gobierno, políticos, periodistas y muchas otras personas así se expresan como por obligación.
Se ha llegado al extremo que repetidas veces los periodistas de serios medios de información expresan “la Cámara de Diputados y Diputadas”. Si se analiza al Senado, habría que cambiarle nombre, por “Cámara de Senadores y Senadoras”, por obligación porque hay senadores de sexo femenino. Hasta podríamos llegar a tener que hacer muchos cambios en la redacción de la Constitución existente, partiendo por “ciudadanos y ciudadanas” hasta llegar a “Presidente y Presidenta de la República”. Serían miles de cambios que no constituyen modificaciones profundas.
En mi opinión deberíamos en forma paulatina ir eliminando u omitiendo la mención de las dos denominaciones cuando ellas son innecesarias.
Otro tema que me preocupa en el uso del nombre “Plaza de la dignidad” en lugar de Plaza Baquedano o Plaza Italia, como más antiguamente se le denominaba oficialmente. Lo he oído también en nada menos que periodistas varones de serios y tradicionales medios de comunicación.
Como “Dignidad” se podría considerar el hecho que allí se haya concentrado en alta proporción numerosos asistentes que manifiestan la existencia de serios problemas, pero por otra parte se han generados desmanes gravísimos imposibles de controlar y que los que justamente protestan poco hacen para evitarlos o aminorarlos.
Estos desmanes son de las más distintas naturalezas. Cómo se han destruidos locales comerciales de distintos rubros y de propiedad de pequeños locatarios hasta de importantes propietarios; incluso no pocos de ellos saqueados.
Cómo se ha dañado el monumento al General Baquedano, con las destrucción de lo que homenajeaba a los soldados fallecidos en las batallas. Cómo se trató de volcar el monumento mismo en la parte fundamental que representa al general montado en su caballo. Como fueron dañados otras partes de monumento y en la forma como fue afectado por rayados. Para qué decir de sus jardines. Cómo fue destruida la importante estación Baquedano del Metro. Cómo fueron incendiados distintos edificios y centros culturales aledaños. Cómo todo ello ha afectado a residentes del sector, no pocos de ellos de la tercera edad.
El tema de la delincuencia es tremendamente preocupante; es muy importante hacer un profundo análisis de estos acontecimiento y sus posibles causas y cómo poder llegar a aminorarlos en lo posible paulatinamente.
Preocupante para mí ha sido un par de últimos acontecimiento. Un asaltante de un automóvil, era un delito reiterado de él, sin embargo estaba en libertad. Igualmente se han detenido a personas que en forma reiterada han actuado en ataques a comisarías de carabineros; sobre este delito, llama la atención por qué deben defenderse los mismos asaltados y no sean fuerzas especiales que desde el exterior actúen y hagan masivas detenciones.
El ataque a un policía o a un local policial, debería tener altas sanciones; cabe preguntarse por qué ello no sucede.
Otro caso que impacta, es el robo reciente y con violencia al local de la 6ª Compañía de Bombero de San Bernardo en que los mismos voluntarios logran detener a los asaltantes con riesgo de sus vidas, y quienes después resultaron sorprendidos porque los delincuentes quedaron casi de inmediato en libertad. Cuál es la causa de ello; será el hecho que sean delitos tan habituales, que ya dejen de merecer aislamiento. O será que las cárceles ya están saturadas.
Los robos a esta compañía bomberil han sido reiterados. Lo concreto es que o se trasladan a un barrio más seguro o desaparece esta compañía.
Preocupante es que barrios de pobreza vayan quedando sin atenciones de seguridad, sin supermercados y hasta, por lo menos temporalmente, sin estaciones del Metro.
Desgraciadamente se dan síntomas de repetición de esos hechos de octubre pasado, incluso en estado de sitio. Una vez que desaparezca la pandemia, se corre el riesgo que esos hechos de violencia se repitan.
Muy importante es estudiar en profundidad las causas de esta profunda crisis social, que ayude a mejorar paulatinamente este nefasto proceso y no haya que tratar de solucionarlo con la violencia extrema de las fuerzas armadas al margen de la ley.
Tengo en un artículo publicado en esta página web, antes del arribo de la pandemia, sobre las posibles causas de este fenómeno, muy relacionadas ellas con el modelo de desarrollo al que llegamos a mediados de los años setentas del siglo pasado.
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