Hoy llegó a mis manos este documento. Me ha impresionado su contenido y el respaldo tan amplio y heterogéneo que lo acompaña. En mi opinión parece ser una reacción a una enorme preocupación que existe en gran parte de la sociedad productiva chilena por el camino en que va nuestra economía.
Sólo frente a grandes preocupaciones y a grandes problemas se pueden generar uniones de pensamiento y de proposiciones de esta naturaleza.
Por ahora quiero referirme sólo al objetivo de este documento; más adelante lo presento in extenso.
En él se dan antecedentes de los problemas y nuevas realidades que se están presentando en la economía mundial, tales como el precio del cobre, el crecimiento económico de China, la crisis financiera mundial y varios otros.
Termina con este párrafo: “Más que un documento de recomendaciones, ésta es una invitación a pensar en Chile . A pensarlo a fondo, en trescientos sesenta grados y sin dogmas. Desde el diagnóstico hasta las soluciones en busca de una propuesta que eventualmente pueda convertirse con la ayuda de todos, en el nuevo modelo de desarrollo económico que Chile necesita para los próximos veinte años, que asiente la base para que los beneficios de ser un país desarrollado sean percibidos por todos los chilenos sin excepción”.
Me ha llamado la atención lo que en El Mercurio de hoy se menciona sobre este tema, especialmente lo siguiente
“Ramas de la CPC se mantienen al margen de documento conjunto.
Las seis ramas de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), incluyendo a la Sociedad Nacional de la Agricultura, se mantendrán al margen de las propuestas que presentarán los 50 gremios exportadores.
De acuerdo con altas fuentes del gremio, si bien la máxima cúpula empresarial coincide con el grueso del diagnóstico planteado por los gremios en el documento -denominado «Una Invitación a Pensar Chile: Competitividad y Crecimiento Armónico del País»-, no comparten la forma en que estos gremios realizan sus planteamientos y menos aún que esto ocurra a tan sólo días de que el Gobierno anuncie la Agenda Impulso Competitivo.
Fuentes cercanas a la CPC señalaron que la premisa es que las «ramas madres» de la Confederación prioricen la buena relación con el Ejecutivo en lugar de optar por la confrontación”.
De lo anterior presentado, llama la atención que se califique que la propuesta es de 50 gremios exportadores, cuando esto no es así; muchos sectores no exportadores están entre los 50 que participan en ella.
Me parece comprensible que las organizaciones cúpulas no se plieguen a este documento, ya que en ellas hay sectores muy beneficiados por el modelo. Lo que sí me extraña es que la Sociedad Nacional de Agricultura se margine, cuando uno de los sectores más afectados negativamente es el agrícola.
No entiendo que la CPC consideraría que esto es una confrontación con el Gobierno actual, es un llamado a pensar en el país y contiene análisis crítico al modelo económico chileno, del cual este Gobierno no es el principal responsable. Esta entrega puede contribuir a que el Gobierno mejore sus proposiciones aún no entregadas.
Mucho he escrito en esta página sobre el serio problema que se le genera a la sociedad chilena con el bajo valor de la divisa y su inestabilidad. También me he referido al efecto de la economía china sobre el valor del cobre y sobre la penetración de sus productos industriales dañando a esta actividad nacional, tan importante en el empleo
Entrego a continuación el objetivo del documente en forma textual. En otro artículo próximo presentaré el interesante resumen ejecutivo del documento y algunos cometarios a él.
Objetivo del documento
Durante la década pasada, varios parámetros que eran asumidos por Chile como inamovibles en la economía global cambiaron drásticamente: el precio del cobre, el entorno mundial con China convirtiéndose en la segunda economía del planeta, la desaparición de Bear Stern, Lehmman Brothers y la crisis financiera global, los problemas fiscales de las economías avanzadas, el desacople de las economías emergentes, el alza en el precio de los combustibles, el cambio climático y el elevado precio de los alimentos a nivel mundial, etc.
Ante estas nuevas condiciones, Chile comenzó a experimentar cambios en su economía. A veces sutiles, como las diferencias regionales en el crecimiento económico, y otras más perceptibles, como el estancamiento en la productividad total de los factores.
Lo anterior ha dado pie a un cierto consenso en cuanto a que Chile requiere un gran impulso competitivo para evitar caer en le llamada “trampa de los países de ingreso medio”, sin que se conozca aún un plan maestro que materialice ese impulso en políticas públicas con metas y plazos definidos. Pero lo más preocupante, es que en cuanto al resto de los problemas que presenta la economía chilena, poco se ha hablado y menos aún se ha hecho algo para abordarlos.
Este documento advierte que la productividad no es el único problema de nuestra economía y que estos “nuevos inconvenientes” pueden ser tanto o más graves que el estancamiento productivo, los que requieren ser reconocidos por las autoridades y abordados dentro del sistema de políticas públicas.
“Más que un documento de recomendaciones , ésta es una invitación a pensar en Chile . A pensarlo a fondo, en trescientos sesenta grados y sin dogmas. Desde el diagnóstico hasta las soluciones en busca de una propuesta que eventualmente pueda convertirse con la ayuda de todos, en el nuevo modelo de desarrollo económico que Chile necesita para los próximos veinte años, que asiente la base para que los beneficios de ser un país desarrollado sean percibidos por todos los chilenos sin excepción”.
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