Soy de las personas antiguas que sabíamos del potencial hidroeléctrico de la entonces provincia de Aysén. He mirado como muchos positivamente el establecer unas grandes centrales en la ahora región. Se captan opiniones favorables de personas de mucha significación como los expresidentes Lagos y Frei Ruiz Tagle y oposiciones de personas representativas de la zona como el senador Antonio Horvath Kiss y el obispo Luis Infanti de la Mora. Pienso que hubiera sido distinto si esta gran iniciativa hubiese sido llevada por esa antigua empresa del Estado, ENDESA, que operaba sin fines de lucro y sin necesidad de lobbies.
Me ha llegado por correo electrónico una carta enviada por ese gran escritor chileno Luis Sepúlveda al Presidente de la República. Me ha parecido conveniente incluirla en mi página. Lo hago más adelante.
Varios otras reacciones en otros frentes deben hacernos pensar en la pregunta ¿No estará haciendo crisis nuestro estilo de desarrollo, nuestro modelo?. Las desigualdades que se agudizan, la pérdida de valores en los más diversos ambientes, la entrega de grandes recursos naturales a inversionistas extranjeros especialmente en algunas regiones como también gran parte de la generación y distribución de la energía, las contaminaciones provenientes de las las actividades mineras y por las generadoras de energía, la carencia de una política energética de Estado, la desaparición de mirar el futuro como desarrollo de una nación, la desaparición de la planificación del desarrollo socioeconómico del país, las crisis derivadas de las municipalizaciones de la educación y la salud, la educación superior como ha pasado a ser fuente de una acumulación de riqueza y poder a costa de altos aranceles y de la asociación aparente con el sistema bancario para que se cobren altos intereses incluso por créditos con aval del Estado, el alejamiento de las empresas del Estado de sus propias responsabilidades con que fueron creadas, etc. etc. nos pueden hacer pensar que deben haber grandes cambios.
Las reacciones transversales son ya varias, encabezadas por posiblemente nuevos líderes en formación que pueden hacer variar la política y la sociedad chilena. Se unen empresarios con trabajadores y con otras organizaciones sociales para «pensar en Chile». Alumnos de distintos estratos socio económicos se unen por al parecer grandes causas y objetivos, los respaldan el profesorado, inclusos rectores de universidades del Estado, como también organizaciones gremiales. El tema de hidroaysén también aparece con apoyos transversales y con capacidad de atraer a masas que se adhieren y se manifiestan.
Falta el gran líder, que de repente podrá surgir.
A continuación presento la carta y después señalo los principales antecedentes de su autor
.Carta de Luis Sepúlveda al Presidente Piñera
Para todos mis amigo(a)s y familiares
Difundir esta carta. a todos tus contactos….
Ciudadano Presidente:
Soy un escritor nacido en Chile y un profundo conocedor de La Patagonia y la Tierra del Fuego. En muchos de mis libros traducidos a un gran número de idiomas está presente la vida, gentes y sueños de esa región austral que amo y defiendo con el mismo sano y pacífico tesón que sus habitantes.
Hace muy pocos años desde las mismas oficinas en las hoy usted ejerce la función de gobierno, y desde la elegante frialdad de algunos bancos, se intentó perpetrar un crimen medioambiental contra la Patagonia, específicamente contra la región de Aysén. Una empresa llamada Noranda, con domicilio postal en Canadá y domicilio fiscal en el paraíso tributario de las Islas Caimán, valiéndose de la odiosa Ley de Aguas chilena, una de las más liberales del planeta, pretendía bloquear, detener su curso, matar, tres ríos que desembocan en el Gran Fiordo de Aysén, para construir tres centrales hidroeléctricas que darían energía a una fábrica de aluminio, una de las industrias más contaminantes, y a un puerto destinado a recibir la bauxita y otros minerales. La oposición de los habitantes de Aysén fue muy decidida.
Desde la seriedad de un proyecto económico, social y cultural alternativo llamado “Aysén Proyecto de Vida”, los aproximadamente cuarenta mil habitantes de Puerto Aysén, Puerto Chacabuco, Coyhaique y otros poblados que con ese crimen de “emprendedores” verían seriamente afectada su vida, su cultura y sus esperanzas, su presente y su futuro, fueron injustamente ofendidos por el Ministro de Economía de entonces, don Jorge Rodríguez Grossi, quien aseguró que, en términos macroeconómicos cuarenta mil seres humanos eran “nadie”.
Pero a esos “nadie” se unieron otros “nadie” en todo el mundo, porque la preocupación medioambiental, ecológica y en aras de una economía sustentable es parte del imaginario de futuro que mueve a millones de mujeres y hombres que quieren ser ciudadanos antes que consumidores.
Esos “nadie” pidieron algo muy simple y legítimo: un estudio de impacto ambiental realizado por un organismo científico independiente, no por la misma empresa impulsora del proyecto o por un gobierno directamente implicado y partícipe de los intereses empresariales. Y esos “nadie”, que fueron groseramente calificados como eco-terroristas, consiguieron detener, al menos temporalmente, uno de los mayores atentados criminales contra la Patagonia. Yo fui uno de esos “nadie”, ciudadano Presidente, hice un documental llamado Corazón Verde, el film fue premiado en el festival de Cine de Venecia, y sirvió para que esos cuarenta mil y tantos “Nadie” se sintieran acompañados por los cientos de miles de otros “Nadie” que defienden La Patagonia, el pristino mundo austral que es patrimonio de toda la humanidad. Soy uno de los tantos que paralizaron “una inversión de
siete mil millones de dólares”, y como los ríos que intentaron matar siguen desembocando en el Gran Fiordo de Aysén, asumo esa culpa con orgullo.
Ahora, ciudadano Presidente, nos enfrentamos a una nueva desproporción, a un nuevo intento de terminar con la vida de una de las últimas regiones no contaminadas del planeta, y por eso mismo de un valor incalculable. El valor de la Patagonia, de su naturaleza vital, de sus gentes, de sus sueños y esperanzas, no puede ser decidido ni calculado, ni en sus oficinas presidenciales, ni en la bolsa de valores, y mucho menos en la mesa innoble del consejo de accionistas de la empresas energéticas que pretenden la aprobación del mega proyecto llamado Hidroaysén.
Usted, ciudadano Presidente, declaró monumento nacional al caballo chileno, y con razón. Cuando lo hizo, muchos respiramos satisfechos pues su declaración salvó al soberbio caballo chileno de cualquier experimentación genética. ¿No cree usted, ciudadano Presidente, que una línea de territorio nacional de dos mil trescientos kilómetros de largo por cien metros de ancho, también merece el mismo trato digno que otorgó al caballo chileno? ¿Es usted capaz de imaginar una extensión de veintitrés mil hectáreas? Es difícil convertir los números en imagen. Lo invito a imaginar veintitrés mil estadios de futbol, uno junto al otro. E imagínelos llenos de árboles, de bosques, no de burdas plantaciones de pino o eucaliptos, sino del noble bosque nativo chileno, de la maravillosa diversidad forestal, de la fauna que habita en esos bosques, y de las gentes, de los chilenos y chilenas que conocen esos bosques y los aman. Hidroaysén, ciudadano Presidente, significa la completa deforestación, la aniquilación, el exterminio de veintitrés mil hectáreas de bosque chileno.
Yo sí puedo imaginar esa extensión, porque conozco la Patagonia, porque amo el mundo austral, a sus gentes, a sus sueños y esperanzas, y por eso me opongo a la realización de ese crimen de lesa ecología y lesa humanidad que se llama Hidroaysén.
Hace muy pocos días, ciudadano Presidente, usted declaró que Adán y Eva fueron los primeros “emprendedores”, porque se atrevieron a comer del fruto prohibido. Al margen de las apreciaciones que tenga la iglesia católica o los productores de manzanas tras su afirmación, me permito recordarle que la Patagonia no es una manzana, sino un territorio cuyo mayor valor reside en su pureza ambiental, y habitado por ciudadanas y ciudadanos de la República de Chile que, por esa misma condición tienen derecho a manifestar su aprobación o desacuerdo con el proyecto Hidroaysén. Pero ocurre que los “emprendedores” e instigadores del macrocrimen ambiental han ignorado la opinión ciudadana.
El estudio de Impacto Ambiental para Hydroaysén ha ignorado las opiniones ciudadanas, no ha existido la participación libre de presiones y democrática que la legalidad garantiza.
Es un informe viciado, y eso lo sabe usted, ciudadano Presidente, y si no es así, consulte a sus ministros. Hasta las 13.30 horas del día 26 de abril el Informe de Impacto Ambiental estaba rotulado como “inconforme”, pero a las 2 de la tarde de ese mismo día y sin que intervinieran más que funcionarios de la Oficina del Departamento de Desarrollo Urbano y un señor llamado Nicolás Terrazas, a su vez funcionario del Ministerio de Vivienda, la evaluación del Estudio de Impacto Ambiental paso de “inconforme” a “ conforme”.
“Poderoso Caballero es Don Dinero” escribió el gran Francisco de Quevedo y Villegas, pues se da la casualidad que otro miembro de la familia Terrazas, a saber don Pablo, hermano de Nicolás, es propietario de varios terrenos que resultarían inundados si se lleva a cabo el proyecto Hidroaysén, asegurándole una más que jugosa indemnización.
Tan sólo este hecho, este detalle, ciudadano Presidente, vicia por conflicto de intereses (eufemismo para esconder la palabra corrupción) todas las consideraciones acerca del Estudio de Impacto Ambiental y, desde la más estricta legalidad, aconseja paralizar la aprobación del proyecto Hidroaysén.
Sin embargo, usted que ocupa el más alto cargo en la República de Chile, más allá de las triquiñuelas ideadas por subalternos a los que debe despedir de manera fulminante, debe considerar que se está enfrentando a la historia, que siempre juzga, aunque tarde, más juzga de manera clara y contundente.
En un futuro próximo un busto suyo ocupará un lugar en la galería de los adustos ex presidentes chilenos, y cuando el encargado de limpieza la sacuda el polvo con un plumero, de usted depende que ese hombre diga con admiración: estoy quitándole el polvo al busto de un expresidente que salvó de la destrucción a la Patagonia, o que simplemente pase de largo y se niegue a desempolvar la imagen del destructor de una de las regiones más bellas y puras del planeta. De Usted depende, ciudadano Presidente.
Con mi más alta consideración
Luis Sepúlveda Escritor
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Toulon, Francia
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Urbino, Italia
Caballero de las Artes y Las Letras de la República Francesa
Gijón,10 de mayo de 2011
Sin conocer mayores antecedente de Luis Sepúlveda busqué información:
Trasmito parte de lo obtuve.
Luis Sepúlveda
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Luis Sepúlveda (2009).
Luis Sepúlveda nació el 4 de octubre 1949 es un escritor chileno nacido en Ovalle (Región de Coquimbo); ahora está afincado en Gijón, España. |
Biografía
Nació en Ovalle, Chile. Al terminar la enseñanza secundaria en Santiago de Chile, estudió dirección teatral en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Es uno de los escritores en lengua española más leídos y traducidos de Europa. Participó en el movimiento estudiantil de su país; fue apresado y, más tarde, durante el régimen militar, tuvo que exiliarse. En 1980 fijó su residencia en Hamburgo (Alemania), donde ha trabajado como escritor y periodista. Ha escrito colaboraciones para periódicos y revistas de España y América Latina. Ha cultivado diversos perfiles de la narrativa, como el relato ecologista, el cuento infantil, la novela de intriga, la novela policiaca, la novela negra y la crónica de viajes. Entre sus títulos figuran: Un viejo que leía novelas de amor (1992), obra que transcurre en la selva ecuatoriana, en el mundo de los indios shuar o jíbaros, y que ha recibido el premio Tigre Juan y otras distinciones internacionales, además de haber sido traducida a catorce idiomas; Mundo del fin del mundo (1994), premio de novela corta Juan Chabás; Nombre de torero (1994); Patagonia Express (1995); Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996); Desencuentros (1997), libro de cuentos; Diario de un killer sentimental (1998); Yacaré (1998); Historias marginales (2000); y Hot Line (2002), una novela negra protagonizada por un detective mapuche. El director chileno Miguel Littín llevó al cine en 1999, con el título Tierra de fuego, la novela Un viejo que leía novelas de amor. Un viejo que leía novelas de amor es su novela más vendida, teniendo en su haber 18 millones de copias. Ahora ha logrado una gran popularidad en Latinoamérica, gracias a sus obras recientes.
Obras
- Historia de una gaviota y el gato que le enseño a volar
- Crónica de Pedro Nadie,
- Patagonia Express / Al andar se hace el camino se hace el camino al andar,
- Komplot: Primera parte de una Antología Irresponsable,
- Diario de un Killer Sentimental,
- Yacaré
- Un viejo que leía novelas de amor
- Desencuentros,
- El Juego de la Intriga, (con Martín Casariego, Javier García Sánchez y Paco Ignacio Taibo II),
- Historias Marginales,
- Hot Line,
- Salud Profesor Gálvez,
- La Locura de Pinochet,
- Los Peores Cuentos de los Hermanos Grimm,( Con el escritor uruguayo Mario Delgado Aparaín)
- Narrar es Resistir. Conversaciones con Bruno Arpaia,
- Moleskine, apuntes y reflexiones,
- El Poder de los Sueños,
- Los calzoncillos de Carolina Huechuraba,
- Vida Pasión y Muerte del Gordo y el Flaco
- La Lámpara de Aladino,
- La Sombra de lo que Fuimos,
- «Cambio de Ruta.»
- «Historias de Aquí y de Allá»
- «El mundo del fin del mundo»
- Noche en la selva Aguaruna
Premios y galardones
Luis Sepúlveda ha recibido, entre otros, los siguientes premios literarios:
- Premio Casa de las Américas (Crónica de Pedro Nadie, 1969)
- Premio Gabriela Mistral de poesía (1976)
- Premio Ciudad Alcalá de Henares (Cuaderno de Viaje, 1985)
- Premio France Culture Etrangêre (1992)
- Premio Relais H d´Roman de Evasion (1992)
- Premio Internacional Enno Flaiano (1994)
- Premio Internacional Grinzane Cavour (1996)
- Premio Internacional Ovidio (1996)
- Premio Terra (1997)
- Premio de la Crítica en Chile (2001)
- Premio Tigre Juan (Un Viejo que Leía Novelas de Amor, 1988)
- Premio de relatos cortos «La Felguera» (Desencuentro al otro Lado del Tiempo, 1990)
- Premio Primavera de Novela (La Sombra de lo que Fuimos, 2009)
Luis Sepúlveda es Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa. Doctor Honoris Causa por la facultad de Literatura de la Universidad de Toulon (Francia). Doctor Honoris Causa por la Facultad de Literatura de la Universidad de Urbino (Italia).
Un comentario
Rolando,
He leido con gran interés la carta de Luis Sepulveda, nuestro gran escritor, a quien tengo el gusto de conocer literariamente, ya que lo enseño a través de su obra y magnificos textos publicados en todos los métodos de enseñanza publica y/o privada aqui en Francia. En estos momentos, justamente estoy preparando «Las rosas de Atacama»en Historias Marginales. Te lo recomiendo.
Comparto totalmente con ustedes la causa que se defiende en La Patgonia .
Eugenia