Medicina natural, actualidad y economía

Población Nueva España de La Cisterna y su Virgen del Pilar. Integra tres artículos ya publicados y además información agregada en la parte inicial de este nuevo artículo

He tenido la oportunidad de tener un intercambio de mails con el distinguido abogado titulado en la Universidad de Chile, Juan Antonio García-Cuerdas Sánchez-Lollano. Su Memoria de Grado se tituló “Estudio acerca de algunos aspectos de la migración española a Chile entre los años  1880-1970»

Como investigador, Juan Antonio García-Cuerdas se ha centrado principalmente en el estudio de la migración española hacia Chile durante los siglos XIX y XX y en otros temas diversos vinculados con España y con genealogía. Memoria de grado. Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. 1983. 12

  • Premio Antonio López de Silanes. 1992. (Segundo lugar). La Rioja, España. Recibido en  un acto solemne en el Monasterio de San Millán de la Cogolla.
  • Premio Pedro de Valdivia. 2000. Otorgado por la AIECh (Asociación de Instituciones ? Españolas de Chile).
  • En 2009 el Ayuntamiento de Villoslada de Cameros lo distinguió dedicándole una calle en  esa localidad  riojana

Me ha parecido conveniente presentar en orden cronológico tres artículos que he presentado sobre la Población Nueva España de La Cisterna; en estas presentaciones se dan bastantes antecedentes sobre el llamado Santuario de la Virgen del Pilar existente en esta antigua población. He hecho algunas ligeras modificaciones a lo que había publicado.

Posteriormente, en otro artículo haré referencia a temas de análisis a base del contenido de nuestros intercambios de mails con el abogado historiador.

Los artículos que he publicado tienen los siguientes títulos y fechas de aparición:

 


A continuación van el texto de los tres artículos antes citados

Primer artículo

La Población Nueva España de La Cisterna. Primera parte. Sus comienzos

13 JUNIO 2017

He estado ligado a esta población por unos ochenta años.

Mi padre Alfredo Chateauneuf Duhalde, con sus dos hermanas Ofelia y Sara, compraron en esa población lo que se ha llamado un quinta, de una hectárea, eso fue el 23 de marzo de 1923. Fueron propietarios hasta 1973; tuvo que venderse ya que el medio se había deteriorado mucho, especialmente por dos razones: habían desaparecido las aguas de regadío y se tenía un serio temor de toma por pobladores.

 

Eso último fue en el gobierno del Presidente Allende, poco antes del Golpe de Estado y en medio de una inflación que bordeaba el 1000% anual. La compró una empresa constructora para subdividirla y vender casas con sus terrenos.

Viví en esa población desde 1936, recuerdo haber cumplido allá mis cuatro años. Estuve residiendo en esa quita, llamada Villa La Reina, hasta 1959 en que me casé. Seguí visitando a mis tías hasta 1973 en que la propiedad se vendió. En algunas ocasiones he vuelto a visitarla; sufro al recordar lo distinta que era en el pasado.

Llegué a conocer la población con bastante detalle. Me correspondió impulsar la constitución legal de la Comunidad de Aguas, de la que fui su secretario por muchos años. Además tuve activa participación en la Junta de Vecinos, en diferentes circunstancias, especialmente en vísperas de la elección presidencial de Carlos Ibáñez del Campo y durante su Gobierno. Además fui directivo del Club Deportivo Población Nueva España, en que se practicaba principalmente fútbol.

Buscando antecedentes en Internet me he dado cuenta que hay muy poca información sobre esta población. Es por ello que creo conveniente escribir de ella como una contribución histórica.

Sus orígenes

La Población se habría creado a mediados de la primera década del siglo veinte, posiblemente alrededor de 1905. Habría estado constituida por propietarios españoles.

Entonces no existía la Comuna de La Cisterna, se pertenecía a La Granja y al Departamento de Victoria.

La elección de su ubicación parece bastante extraña. Estaba constituida por unas 20 a 30 parcelas de tamaños que fluctuaban entre una hectárea y media y otras de las menores de algo más de media hectárea. Calculo que el terreno debe haber sido de unas 25 ha. Teníamos derechos de agua por 2,5 regadores del Río Maipo, que nos permitía regar sin problemas, incluso calles y las dos plazas que tiene la población. Las plazas no disponían de agua potable.

 

Yo poseía un plano de la Población, que entiendo fue levantado por mi padre, quien era ingeniero civil; de soltero vivió algún tiempo allá. Espero encontrar es material para precisar información.

Interesante sería saber cómo se originó esta adquisición por los fundadores y así conocer más sobre el nacimiento de la población.

Estaba inserta entre grandes propiedades agrícolas; no poseía fácil acceso. Ubicada como a un kilómetro al poniente de la Gran Avenida, pero llegar a ella originaba una distancia bastante mayor.

Al poniente limitaba con el llamado Camino Ochagavía, separado de él por el Canal Ochagavía por el que cursaban aguas relativamente torrentosas. Recuerdo que en sus costados crecía densamente la tan prestigiada planta medicinal denominada “yerba de la plata” o “yerba del platero.

Al otro lado del Camino de Ochagavía, había grandes predios agrícolas, uno de ellos era el fundo Lo Sierra.

Por el Norte limitaba con el Camino El Parrón. Contiguo a él, estaba la gran propiedad agrícola llamada Chacra La Blanca de 150 ha que se extendía desde la Gran Avenida entre los paraderos 18 y 20 y el Camino de Ochagavía.

Esa propiedad fue comprada por don Hermengildo Ceppi Rosetti en 1904. Don Hermengildo se había casado con doña Germain Mayol de Lupé Caracciollo el 15 de junio de 1901, con quien tuvo seis hijos. Uno de los menores fue don Sergio Ceppi Mayol de Lupé que fue dos veces Alcalde de La Cisterna; su esposa Doña Raquel Lazo Preusse también fue alcaldesa de la comuna. La recuerdo especialmente cuando se inauguró la escuela pública en la Población Nueva España, ella cuestionó que se le pusiera a la escuela el nombre de Naciones Unidas y no el de Población Nueva España.

Muy buenos recuerdo tengo de don Sergio Ceppi, lo admiré por su calidad humana, por su inteligencia y su alto nivel cultural. Lo conocí primero en el Club de Leones de La Cisterna y posteriormente en actividades académicas universitarias. Pienso escribir más adelante más de él.

La Población Nueva España limitaba por el sur con una gran propiedad agrícola que se denominó desde antiguo Población Biaut, aunque en ella no había terrenos divididos.

Tengo una plancheta muy antigua, pienso que debe ser de alrededor de 1910, donde aparece la Población Nueva España y la Población Biaut sin ninguna división mayor que calles. Se aprecia como una unidad agrícola entre la Gran Avenida y el Camino de Ochagavía, y entre los paraderos 23 y 25. Se destaca el paradero 24, que se llamaba “Esperanto”, con una especie de plaza circular, que yo posteriormente llegué a conocer y al centro estaba un bloque grande de cemento que entonces me informé que era el inicio de un monumento al Esperanto, el que después se demolió.

Me ha llamado la atención que Augusto Biaut estuvo muy relacionado con este pretendido idioma universal; tema ya pasado a la historia.

Rodeando ese intento de monumento se encontraba un interesante bosque, y hacia el sur un tradicional tranque de los llamados de noche. Otro similar existió al otro lado de Ochagavía, frente a donde llegaba Esperanto, allí hoy se encuentra el Cementerio Metropolitano. Tengo fotos de ese tranque.

La plancheta, que me ha entregado valiosa información, tiene como leyenda “Santiago i sus alrededores”Se destacó el uso de la “i” latina, que ayuda a apreciar su antigüedad.

En la plancheta en referencia se aprecia que la Población Biaut aparece contigua a la Viña María, que era uno de los límites orientales de la Población Nueva España; era el límite oriental más al sur.

Como límites orientales de la Población, más al norte estaba el predio agrícola llamado San Román y le seguía al norte, el también predio agrícola llamado Las Rosas; recuerdo que los derrames que generaba con su riego aparecían en nuestras escrituras como pertenecientes a los derechos de aguas de nuestra población. Las Rosas llegaba hasta el Camino el Parrón.

Entonces no existían las calles Manuel Fischman y San Simón (paradero 22), que se habrían creado al lotearse el predio agrícola San Román.

Originalmente los accesos a la población eran sólo tres. Por el Camino de Ochagavía por el poniente y desde la Gran Avenida sólo por el Camino El Parrón por el norte y por la Av. Esperanto por el Sur. De Esperanto se llegaba a la población por la calle Industrias. Yo la conocí como una hermosa alameda que sólo se extendía por la Población Biaut.

Yo conocí extensas superficies de la llamada Población Biaut cubierta de empastadas de alfalfa y vi las cosechas de pasto y sus enfardaduras; bastante ganado también pastaba en ellas; su administrador tenía una antigua casa de campo en la Calle Brisas del Maipo.

Un carro de sangre se extendía del paradero 24 (Esperanto) en Gran Avenida  hasta la Plaza Cervantes, una de las dos plazas que posee la Población Nueva España. Al parecer ese medio constituía un importante acceso a la población.

En la Plaza Cervantes existió un casino que se incendió, éste se habría establecido a los comienzos de la creación de la Población. Después de su incendio, no se reconstruyó.

La Población Nueva España limitaba así al sur con la ya llamada población Biaut. Recuerdo de niño que desde donde vivía, del techo de un chiquero que limitaba con esa población, veíamos los vacunos pastando en esas regadas praderas artificiales.

 A mi juicio dos hechos sirven para caracterizar la hispanidad de la Población: la existencia de la Virgen del Pilar, en la cumbre de un relativo alto pilar y el nombre de sus calles y sus dos plazas, ya mencionadas, las de Cervantes y de Castelar. Son plazas con la forma características de medio círculo.

Sus calles que corren de norte a sur mueren en las plazas respectivas. La más oriental se llama Colón y la siguiente Chile España, las dos llegan a la plaza Cervantes a donde termina la calle Industrias que conectaba con la Población Biaut. En esa calle está actualmente la Tenencia Nueva España, a la que seguramente haré referencia en futuros artículos.

Las dos calles más al poniente, que corren de norte a sur Progreso e Industria, las dos que se extienden desde El Parrón hasta envolver a la Plaza Castelar.

Tener presente que hay dos calles con casi el mismo nombre de Industria. Una perteneciente totalmente a la población y la otra que viene del sur y penetra hacia la Plaza Cervantes; muere al chocar con ella. Ella se llama Industrias, en plural.

De este a oeste corren sólo dos calles. La más al Sur se llama Isabel La Católica y la otra, más al norte, es la calle Virgen del Pilar.

 La Virgen del Pilar se encuentra en esta calle, en el costado sur, entre Chile España y Progreso, en un sitio que le pertenece actualmente a la Iglesia Católica y donde se tiene hoy una pequeña capilla, o quizás más bien hoy excapilla..

El tema de la Virgen del Pilar da para un tratamiento especial en otro artículo que tengo la intención de publicar.

Debo señalar que los 12 de octubre venían tradicionalmente en peregrinación las damas españolas con sus atuendos característicos y hermosos, donde se destacaban sus mantillas. Yo alcancé a verlas.

Mi intención es escribir algunos artículos más sobre mis conocimientos y experiencias de esta población; recordar algunas familias que vivieron allá, población que fue perdiendo su identidad del pasado, como ha sucedido bastante en Chile con otros tantos lugares.


Segundo artículo

La Población Nueva España de La Cisterna: Segunda parte. Sobre su Virgen del Pilar

18 JULIO 2017

En un  artículo anterior hice referencia a aspectos más generales sobre esta interesante población en su origen y pasado. Hice una breve alusión a su Virgen del Pilar, un interesante monumento religioso asociado a su fundación, a que los creadores de la población le destinaron un terreno especial.

Recordemos brevemente algunos aspectos de esta población nacida en la primera década de siglo pasado. Sus calles y plazas tienen relación con España. Dos plazas características por tener forma de semicírculo. La plaza más oriente se llama Cervantes y la más al poniente, Castelar; sus semicírculos tienen como base una cuadra de la calle Isabel La Católica. Inicialmente Isabel La Católica moría en la Plaza Castelar, por lo tanto ésta colindaba con propiedades privadas. A esas plazas confluyen las cuatro calles que corren de norte a sur: Colón, Chile España, Progreso e Industria. Sus calles de este a oeste son la llamada Isabel La Católica y la calle Virgen del Pilar.

Recordemos que por el norte limitaba con el Camino el Parrón y por el Oeste el Camino Ochagavía. Los otros límites eran propiedades agrícolas, dentro de ellas un par de viñas y la gran Población Biaut.

Otra calle, Industrias, llegaba desde el sur al centro de la Plaza Cervantes. Así en esta población estaban dos calles con nombres similares, al parecer Industrias la antes mencionada e Industria, una calle sólo de la Población, la más al poniente de sus calles. Su extensión es de poco más de dos cuadras.

Podría decirse que la Virgen del Pilar está en el corazón mismo de la población, aproximadamente en su centro. Su sitio es angosto y largo. Ella mira hacia el norte.

Me ha parecido conveniente referirme a este monumento que conocí entre 1936 y 1959, años en que viví en la Población, entre mis edades de 4 y mis 27 años. Su altura la estimo en unos 5 a 6 metros, con una base rectangular con bordes laterales que eran jardineras y al centro un pilar alto de importante sección que se reduce hacia arriba, que constituye el pedestal de la Virgen. Éste es así muy diferente de al de la Virgen de Zaragoza, que es cilíndrico.

En sus manos el Niño Dios sostenía una paloma, típica de las estatuas de esta virgen. Con el desgaste del tiempo, cayó el Niño junto con la paloma. Si mal no lo recuerdo, el daño fue reparado por la familia Capella; pero sin poderse restablecer la paloma.

Recuerdo que por delante, en el terreno, tenía unos candelabro de fierro que los habría donado mi padre, entonces soltero.

Su terreno limitaba por el poniente con una gran propiedad de un señor de apellido Huidobro, que tenía una casa bastante grande de dos pisos. Por el norte tiene la calle Virgen del Pilar, por el este la calle Chile España y por el sur la propiedad entonces de una familia Arancibia.

Lo que no supe fue sobre la propiedad del terreno que estaba frente al de la Virgen, de igual tamaño y forma, separados por la calle Virgen del Pilar; se presumía que era perteneciente a la propiedad de la Virgen. En ese terreno conocí una profunda excavación con algunos montículos. Se podía descender y circular por ella. Allí jugaba a veces como muchos otros niños.

Entiendo que la excavación se hizo para extraer arena; no supe quién se benefició con esa extracción.

Revisando actas de la Junta de Vecinos de la Población Nueva España, se informa del nombre de una persona que pagaba las contribuciones, posiblemente ésta pudo ser quien hizo la explotación de ese árido que yacía algo profundo bajo la superficie.

En el subsuelo de la población hay probablemente abundante arena de buena calidad para la construcción; su extracción habría sido bastante rentable.

Su suelo agrícola a poca profundidad tenía abundantes piedras de distinto tamaño, redondeadas; por sus características se podría decir que fue lecho de río.

Sostengo la existencia de arena en el subsuelo, basado en que en otra propiedad que pertenecía a don Bernardo Cardone B., ubicada en la calle Industrias, la persona que vivía ahí hizo posteriormente extracción de arena, también en un hoyo bastante profundo. En parte de este último sitio, no afectado por la extracción de arena, se construyó la actual Tenencia de Carabineros Nueva España, en terreno donado por don Bernardo al Gobierno con el especial destino para un retén de carabineros; su superficie era unos 2.000 m2. La donación fue con fecha 19 de junio de 1937.

Mi impresión es que ambas excavaciones fueron posteriormente rellenadas por materiales de acarreo, posiblemente basuras y escombros. Conocí posteriormente ambos terrenos ya planos.

Pasaron muchos años antes de que el Gobierno tomase la posesión del terreno donado y se construyese la actual Tenencia Nueva España, que erradamente en publicación se le considera de la Población San Gregorio, aunque su dirección sería la correcta calle Industrias Nº 8408.

Información existente en Internet

http://www.memoriaviva.com/

Tenencia de Carabineros Nueva España de La Cisterna 

Santiago

La Tenencia de Carabineros Nueva España de La Cisterna,ubicada en calle Industrias N° 8408 población San Gregorio, comuna de La Cisterna, fue utilizada para la detención de presos políticos.

Fuentes de Información: Informe Valech; Memoriaviva

Sin duda que en esta información hay un error; nada tiene que ver esta Tenencia con la Población san Gregorio.

 


Peregrinación de damas españolas-chilenas al Santuario de la Virgen del Pilar

Los 12 de octubre de cada año se acostumbraba a peregrinar damas con sus hermosos y llamativos atuendos de gala característicos de la mujer española, con sus peines y mantillas con dominio del color negro y otros colores vivos. De niño, por varios años las vi. Sin duda era una muestra de la relación de esta Virgen y su santuario con la Colonia Española de Chile.

Con el tiempo esas visitas desaparecieron.

Pasando a otro tema, era habitual que los vecinos de la Población organizas en una misa de campaña ante este monumento los 12 de octubre. Ya se veía la relación que se tenía de este Santuario con la posterior creación de la Parroquia San Juan Bosco de La Cisterna, cuyo gran templo se iniciara construir en 1945, gracias al empuje demostrado por el entonces joven padre salesiano Raúl Silva Henríquez, quien fuera posteriormente Obispo de Valparaíso, Arzobispo de Santiago y el segundo Cardenal chileno.

Nace como Parroquia en 1949.

Pseudo persecución religiosa en La Cisterna

Volviendo años atrás se presentó un hecho en cierto modo anecdótico, fue el que motivó una publicación en primera página del Diario Ilustrado que pertenecía a la Iglesia Católica, publicación ya hace muchos años desaparecida. Decía algo así: “Persecución religiosa en La Cisterna” y salía la fotografía más bien grande de la Virgen con todo su pedestal.

El diario culpaba de ello al entonces Alcalde comunista de apellido Hermosilla; no recuerdo su nombre de pila, pero le llamaban el “Ñato Hermosilla”, porque su rostro, más bien su nariz, justificaba su sobrenombre.

Pero la noticia sin duda era falsa, pero daba la sensación de ser verás.

Se trató de un lamentable incidente. En realidad la Virgen estaba entonces bastante abandonada. Una familia que vivía en la calle Las Brisas del Maipo, paradero 23 de la Gran Avenida, devota de la Virgen del Pilar, apoyada por un sacerdote salesiano español, solicitó a la Municipalidad la autorización del traslado de la Virgen a su casa donde tenía ya construido un altar. Para hacer ese traslado se requería alguna autorización que tuviese cierto respaldo. Al parecer los interesados pensaron o bien se les señaló que requerían un decreto municipal; ese decreto se cursó, desde luego por la voluntad del alcalde, el “comunista” Hermosilla.

Recuerdo que se llegó, a lo que podríamos llamar santuario, con todo el equipo para retirar la Virgen. Se alcanzó a partir la extracción con una destrucción inicial de la base que sustentaba a la estatua.

La reacción más positiva, especialmente por su rapidez y otras características, fue la de un señor español republicano, aparentemente ateo, que salió a defender a nuestra Virgen con una escopeta. Él entre otras cosas decía que no iba a dejar que sacaran a su virgen, a quien todos los días la veía desde su trabajo.

Esa fue la defensa inmediata; gracias a esa oportuna iniciativa de nuestro vecino español, fracasó la gestión. Muchos más se sumaron a su intervención inicial. Todo esto estimo que sucedió en el primer lustro del decenio de los 40s.

Yo siendo niño conocí al alcalde Hermosilla, quien estaba casado con una hermana de un compañero de curso, la que había sido reina de la belleza de la Comuna. El alcalde nos había ayudado a crear el Club Deportivo de Futbol “Brisas del Maipo” y dentro de esa colaboración recuerdo que regaló pares de zapatos de futbol para el equipo que se constituyó.

Volviendo al tema general, en el inicio de los años 50 se formó un Comité de la Virgen del Pilar y se instaló una alcancía. Algo de donaciones se recibía para hacer algunos arreglos. El tema se anduvo politizando para las elecciones la presidencial de 1952 y la de regidores de 1953. Eso fue una de las causas por la que se solicitara a la Alcaldía la dictación de un decreto que entregase la administración de este santuario a las autoridades religiosas.

En Asamblea General de Vecinos de la Población Nueva España, celebrada el 22 de febrero de 1955 se informa que por decreto de la Alcaldía se había concretado la entrega a la Iglesia Católica.

Recuerdo que el Párroco por Decreto Parroquial designó al Presidente de este comité. Responsabilidad que me correspondió asumir. El problema así quedó superado.

En 1959 me alejé de la Población Nueva España y no seguí teniendo mayores informaciones.

Supe muy posteriormente que se hizo una construcción de una pequeña capilla con algunos agregados en la parte del terreno que hace esquina de las calles Chile España y Virgen del Pilar, podría decirse en el sector oriental de la propiedad Santuario de la Virgen. Recuerdo haber pasado por allí hace años y haber visto la construcción.

Por otra parte me había informado de palabra que no hace muchos años atrás un sacerdote salesiano de apellido Berenguela habría sido trasladado castigado a Santiago desde Magallanes y se le asignó a este santuario. Posteriormente se habría alejado del sacerdocio.

Sólo en estos días pude por Internet pude saber su nombre de pila, Héctor, y por Google llegué a un interesante artículo publicado por el Diario El Mercurio de Santiago, del 6 de marzo de 2004.

Recomiendo que este artículo sea leído: Héctor Berenguela – Noticias – Buscador Emol

 

El artículo me informó de muchas cosas y me enriqueció el conocimiento de otras.

Realmente este religioso fue castigado. Dejó de ser el encargado de las parroquias de Tierra del Fuego, San Francisco de Sales en Porvenir y Cerro Sombrero, párroco de ambas; para ser, como él lo califica, extraditado a la parroquia San Juan Bosco de La Cisterna, donde el párroco le pidió que se hiciera cargo de la construcción de la nueva capilla, Virgen del Pilar.

Sería común en la Iglesia Católica castigar a párrocos, asignándole parroquia de menor importancia. En este caso la sanción sin duda fue mayor, ya que se le destinó a una capilla en construcción, donde según parece hizo una gran labor.

Se señala en el artículo sugerido leer, que Berenguela “Cuenta que, pese a que en Santiago se sentía «sacado, relegado, extraditado», aceptó de buen grado la destinación en la parroquia San Juan Bosco de La Cisterna, donde el párroco le pidió que se hiciera cargo de la construcción de la nueva capilla, Virgen del Pilar. «Trabajé muy bien con esa comunidad, con los jóvenes y los adultos. Hicimos muchas actividades para reunir dinero y hacer caminar la capilla nueva que cobró mucha vida. Sentí que a ese último rincón donde me habían mandado, lo hice florecer, lo llené de amor, de trabajo y de esfuerzo».

Sin embargo, dice que con la llegada del nuevo párroco, Luis Flores, las cosas cambiaron.«Me dijo que en mi capilla no se podía hacer ni bautismos ni matrimonios y me puso toda clase cortapisas. Hubo quejas de la gente de la comunidad Virgen del Pilar porque a los matrimonios que estaban autorizados para celebrarse en mi capilla, se les revocaba el permiso. La capilla quedó sin vida sacramental».

Me parece conveniente presentar del artículo la pregunta que se le hace y su respuesta:

¿Por qué no trató de permanecer en la Iglesia fuera de los salesianos?
Seguir hubiera sido más de lo mismo. Me cansé de tanto engaño y mentira. La comunidad Virgen del Pilar le envió una carta al arzobispo Errázuriz, al obispo salesiano Ricardo Ezzati, al vicario Cristián Precht y a Bernardo Bastres. Más de 500 personas firmaron. Nunca hubo una respuesta, ni siquiera la dieron por recibida y hay constancia de que fueron recibidas.

Esos antecedentes, que seguramente son verdaderos, demuestra el apoyo que recibió de su comunidad de base y la magnitud que llegó a tener ésta.

Debo señalar que bastante yo sabía de los escándalos de religiosos, especialmente de salesianos y en particular de Magallanes y el criticable comportamiento de las autoridades religiosas locales y nacionales. Soy exalumno salesiano, he estado con muchos contactos con la Congregación; mucho he sentido estos procederes

Ahora he sabido que Héctor Berenguela fue el iniciador de estas denuncias. No deseo extenderme en estos temas, pero si transmito mi sentimiento de que creo que la Iglesia Católica perdió a un valioso religioso, que como el Cardenal Silva Henríquez se incorporaron maduramente a la carrera sacerdotal. Raúl Silva lo hizo una vez recibido de abogado, Héctor Berenguela a los 42 años, después de obtener su título de contador y de varios años de ejercicio de la procesión.

De la información obtenida deduzco que Berenguela sigue ligado a su religiosidad, pero distante de la Iglesia Católica chilena, que ha experimentado una profunda crisis.

Ojalá se pudiese obtener más información posterior; lo que no sería difícil, ya que son materias relativamente recientes, las que muchos pueden conocer.

También sería interesante recoger antecedentes del periodo posterior a los años 50s., en el que sólo se hace referencia al tema en torno a Héctor Berenguela.

 


Tercer artículo

La Población Nueva España de La Cisterna: Tercera Parte. Recuerdos de la Población y algunos aspectos de mi vida en ella

23 OCTUBRE 2017

Introducción

Viví en esta población 23 años, entre 1936 y 1959. Seguí ligado a ella hasta 1973. Cuando se vendió la propiedad. Ello suma 37 años. Llegué a ella de 4 años y me alejé a los 41 años. En ese lapso sin duda uno tiene cambios importantes para apreciar la realidad existente y su evolución.

A mi llegada era campo campo, rodeado por grandes propiedades agrícolas y bordeada por el norte y el poniente por vías llamadas entonces caminos. Eran el “Camino el Parrón” al norte y por el “Camino Ochagavía” por el poniente; que por su costado oriental se encontraba el Canal de Ochagavía, que llegaba bastante agua, con un curso casi torrentoso.

 

Parte central

La población estaba constituidas por parcelas de tamaños desde una media hectárea hasta en torno a una hectárea y una algo mayor, la que se llamaba Quinta San Miguel, situada en el rincón sur oriente. A esa propiedad llegaba el canal de regadío que nos abastecía con lo que se cuantificaba en 2,5 regadores del Canal de Maipo.

El regador no es flujo de gasto uniforme, corresponde a una fracción de las aguas que escurren por el Río Maipo. En promedio entregaba el regador unos 15 litros por segundo; se calcula que con un litro por segundo permite regar una hectárea, por ello los dos y medio regadores nos permitía regar bien la población. Las aguas podían desviarse al ingresar hacia el norte y hacia el poniente. Se regaban las parcelas por turnos, tantas horas en un día de la semana. Las aguas escurrían día y noche; no contábamos con un llamado “tranque de noche”, que es habitual el riego agrícola, para regar mejor sólo de día y habitualmente no hacerlo el domingo.

El regadío fue fundamental para esta población, que en algunos aspectos parecía un vergel, con árboles en sus calles y sus dos plazas.

Varias de las propiedades tenían el nombre de “villa”; en la que yo viví era conocida por “Villa La Reina”; recuerdo otras como la “Villa Corina” y la “Villa San Rafael”, donde vivía la familia de don Rafael Cardone Barbato, después de su muerte fue comprada por don René Guillier Gallegos. La familia nueva propietaria le cambió nombre y se pasó a llamar “Villa Cuquita”, al parecer correspondía al sobrenombre de la hija, que era la única mujer, teniendo otros tres hermanos mayores. Seguramente era la regalona de la familia. Más adelante haré más referencia a esta familia y a otras de las que tengo recuerdo.

Por ahora no se me vienen a la memoria nombres de otras villas. No supe por qué a la Quinta San Miguel, antes mencionada, siendo si no me equivoco la propiedad más grande de la Población, no se le dio el nombre de villa.

Tuve una amplia participación social en la Población Nueva España. Me correspondió crear la Comunidad de Aguas de la que fui su secretario por muchos años. También participé bastante en la Junta de Vecinos, que eran las dos organizaciones existentes más importantes. Ello me sirvió bastante para más conocer a la Población y a muchos de sus vecinos. También fui socio y dirigente del Club Deportivo Nueva España. Además me correspondió participar en el Comité de la Virgen del Pilar.

Tengo en mi poder el libro de actas de la Junta de Vecinos de la Población que cubre el período 1952 a 1959, a mi juicio con contenido de valor para una publicación como esta, tanto en materias tratadas como en nombres de vecinos de esa época. La Junta de Vecinos se fue debilitando hasta prácticamente desaparecer cuando yo en octubre de 1959 me alejé de esta tan recordada población. No tuve a quien entregar ese libro, donde hay un importe material histórico, también reflejado algunos conflictos interiores, muy relacionado con el tema político, especialmente en periodos preelectorales. He visto algo parecido en otras juntas de vecinos.

De ese libro obtengo bastante información que entrego a continuación.

Haré referencia a los propietarios más antiguos, para después referirme a otros que han venido después Entre los primeros me parece conveniente nombrar a tres hermanos italianos, sicilianos, de apellidos Cardone Barbato. Ellos son Ángel, Rafael y Bernardo.

Don Ángel Cardone era propietarios de una parcela o quinta bastante grande, ubicada en la esquina de las calles Chile España e Isabel la Católica. Tenía una casa de un piso, larga que se extendía por gran parte del borde poniente de la propiedad. Una casa algo extraña con un gran corredor abierto por el cual se podía entrar a cualquiera de las piezas y además todas ellas estaban conectadas interiormente. Esta casa pasó a ser bastante más tarde la Escuela Pública 180, que se denominó Naciones Unidas.

Era vecina por el sur a la Villa La Reina, la quinta de mi familia, de mi padre Alfredo Chateauneuf Duhalde y mis dos tías paternas Ofelia y Sara. En esa propiedad viví por 23 años, entre 1936 y 1959. Las dos propiedades estaban comunicadas por una puerta interior.

La quinta nuestra, de una hectárea de superficie, tenía una gran casa de dos a tres pisos. Nosotros vivíamos en el segundo. El de abajo frecuentemente se arrendaba. Tenía un intento de tercer piso que nunca se habilitó. Lo más característico era un torreón, con una cúpula característica y arriba un alto palo de bandera, con su rodillo superior por donde pasar la cuerda para izar el emblema patrio. Esta instalación nunca se utilizó. Ese torreón no tenía piso, sólo el envigado. Allí anidaban lechuzas. Se podía subir a él, solo por una claraboya. Varias veces recorrí ese tercer piso y en parte techo y entré a un largo pasillo que comunicaba por el poniente con dos potenciales piezas, como torreones menores que tenían sus puertas al techo exterior. Un cuarto bloque, otro especie de torreón era hermético, sin ventanas ni puertas para ingresar; bajo él estuvo por muchos años mi dormitorio.

En las noches a veces se oían ruido, posiblemente de pájaros.

Además esta gran mansión por su tamaño tenía un gran subterráneo al que se tenía acceso sólo del interior del primer piso.

Foto que muestra la orientación sur-oriente de la casa de la Villa La Reina.

 

En unos de los balcones estaba instalada una campana grande, que fue fabricada por mi abuelo materno (francés) con la cual a veces en el día se me invitaba a almorzar o a tomar once estando yo en la quinta. En la noche se tenía como para anunciar o pedir ayuda frente a robos. Sonando los tres campanazos estaba dispuesto don Ángel a venir a prestar ayuda. Eran habituales entonces los robos de gallinas. Nunca tuvimos peligro de asalto.

Mis tías eran muy amigas de don Ángel y habitualmente una de ellas iba a su casa vecina a jugar a las cartas. Él era italiano y su esposa, la señora Silvia Mosca, era argentina. Tenían un hijo, de mi edad, con quien además de amistad íbamos junto al colegio particular, llamado Colegio Coeducacional de La Cisterna, del cual tengo muy gratos recuerdos y mi gratitud a la educación que se me dio. Don Ángel era de los pocos que tenía en esa época automóvil y además también de los escasos que tenían teléfono. En aquel tiempo era a magneto con uso de una operadora a quien se llamaba a través de una pequeña manivela.

La Villa la Reina, nuestra propiedad, tenía como dirección la Calle Chile España 8334.

Don Bernardo Cardone tenía su propiedad en el frente oriental de la Plaza Cervantes, con una hermosa casa de dos pisos, que sólo conocí por fuera. Además tenía una franja de terreno en la calle Industrias, al costado oriental; de esa franja donó al Gobierno en 1937 unos dos mil metros, para que allí se construyera un retén de Carabineros, que finalmente terminó construyéndose en él, la Tenencia Nueva España.

Entre las dos propiedades que tenía se encontraba la Quinta San Miguel, que pertenecía entonces a una familia norteamericana de apellido Nelson, en que estaba una plantación de frambuesas negras. En su extremo interior, en el ángulo oriente sur tenía una gran casa de dos pisos, que muchos años después conocí gracias a que un compañero de curso vivía en ella.

Don Rafael Cardone tenía una gran propiedad, ya mencionada con el nombre de nombre Villa San Rafael. Se extendía entre las calles Chile España y Progreso; daba a dos calles como sucedía con una propiedad vecina por el sur de la familia Gontaretti.

Posteriormente la Villa San Rafael se vendió. No se si fue adquirida de primera mano por la Familia Guillier Ossa. Yo conocí a esta familia, uno de sus hijos menores, Luis Guillier, quien fue compañero de curso mío en el Instituto Nacional; éramos amigos antes y por ello pude conocer la gran casa de dos piso que poseían, que contaba además con una gran piscina.

La familia Cardone tenía una gran tienda de venta de géneros y sastrería en la Calle Bandera del Centro de Santiago. Eran también importadores de telas

Otra familia antigua de la Población Nueva España era la constituida por don Daniel Gontaretti Arripe y sus hijas la señorita Josefina y la señora Anita Gontaretti Seally. Esta propiedad también se extendía entre las calles Chile España y Progreso, teniendo entrada por las dos calles, con dirección Progreso 8218. Tenían una amplia casa de un piso.

Otra familia antigua era la de don Humberto Vergara Saavedra, con su casa ubicada en Calle Isabel La Católica 0743, frente a la plaza Cervantes. En el terreno donde existió originalmente un Casino, en los inicios de la Población Nueva España el que se incendió y no se reconstruyó. Un hijo fue en algunos años un activo dirigente en la Junta de Vecinos y candidato a regidor.

Destacables familias en sus labores directivas históricas de la Junta de Vecinos y de la Comunidad de Aguas merecen ser mencionadas. Una de ellas la encabezada por don Tomás Capella, Presidente de la Comunidad de Aguas, persona a quien mucho aprecié, de fuerte personalidad y que por muchos años fui el secretario de esta Comunidad de Aguas y con quien le dimos vida legal.

Tenía su propiedad en la calle Colón más hacia al norte, de la calle Virgen del Pilar.

La otra persona fue don Héctor Córdoba S., apreciado profesor que me ayudó mucho en mi formación como dirigentes poblacional; también propietario en la calle Colón, al norte de la propiedad de don Bernardo Cardone; su esposa era también profesora. Fue presidente de la Junta de Vecinos.

Se suma a ellos don Nicolás Cortez Pérez con su propiedad en Isabel La Católica al poniente de la propiedad de don Ángel Cardone hasta deslindar al sur con la calle Progreso, frente a la plaza Castelar. Al sur limitada su propiedad con la Villa Corina, que no tengo conocimiento de su propietario de entonces y que muy posterior comprara don Ángel Burgueño, industrial que fuera regidor de La Cisterna. Don Nicolás desarrolló habitualmente la abnegada labor de tesorero de la Población y buen colaborador en varias otras iniciativas.

También debo mencionar de entonces don Juan Fuller, que tuviera su propiedad en la plaza Castelar; lo recuerdo especialmente como Juez de Aguas de la Comunidad de Aguas.

Otros de los primeros propietarios que conocí fue don José Plá, que tenía una propiedad bastante grande en la calle Progreso, en la esquina norte de la calle Virgen del Pilar con el costado oriente de la calle Progreso. Varias veces estuve en su casa con una de mis tías que mucho lo estimaba. Recuerdo que tenía varios perritos Fox Terrier y nos aportó uno de ellos para la familia de mis padres.

Otros vecinos antiguos fue el doctor Fontecilla, no tengo la información de su nombre. Tenía un sanatorio para enfermos mentales; su propiedad estaba en la calle Industria al costado poniente. De niño llegué a conocerla; era amigo de unas de mis tías; terminó su vida asesinado por un paciente. Fue una triste noticia muy publicitada.

Recuerdo otras familias. Una de ellas mencionada como limítrofe del terreno de la Virgen del Pilar por el poniente. Un señor de apellido Huidobro; poseía una casa grande de dos pisos. En una oportunidad conocí esa casa.

Otra de las familias y casas que conocí fue de la Familia Inostroza, ubicada en calle Chile España, costado poniente, entre calle Virgen del Pilar y el Parrón. El jefe de familia, si mal no recuerdo trabajaba en el Club de la Unión de Santiago. Era de las pocas viviendas que disponía de teléfono; tengo muy gratos recuerdos de esa familia.

Como paréntesis sobre teléfonos, recuerdo que presenté una solicitud a la Compañía de Teléfonos, que era extranjera; con 14 años de antigüedad me llega un comunicado dando un corto plazo para que contestara si estaba todavía interesado en conseguir ese servicio; desde luego mi respuesta fue positiva. Ya para entonces eran teléfonos automáticos.

Otra familia que en sus comienzos fue propietaria de allá, fue la de don José Hirigoyen, familia gran amiga de la mía, pero cuando llegué de niño a vivir en La Cisterna, ya esa familia se había alejado de allá.

Otras de las familias que recuerdo es la del un señor Veruggio, callé Colón, que su propiedad se extendía hasta la Calle Chile España. Era contigua por el sur con una propiedad de un señor Rivadeneira, que era taquígrafo del Senado, que estudiaba además Medicina y supe después que era médico psiquiatra de prestigio.

Otro vecino antiguo, de quien se tiene buenos recuerdos es don Eleodoro Lattapiat Rojas, quien vivía contiguo a la plaza Castelar, en calle Progreso.

Cabe recordar que en la Población Nueva España se instaló el Matadero Municipal de La Cisterna, en la calle Industria con El Parrón. A mí me trae recuerdos los males olores que generaba. Entiendo que ese matadero posteriormente se cerró.

Tuve el 1965, teniendo un alto cargo en la CORFO, acudir a la inauguración del Matadero Modelo de Aves, que construyó esa institución en la Población Nueva España, contigua a la carretera Panaméricana Sur, y dentro de la Población dando a la calle Industria.

Otro recuerdo que tengo es la cancha de futbol de el Club Deportivo Defensor, entidad deportiva constituida por socios especialmente de la Población San Román, de las calles Manuel Ficshman  y San Simón. Se quiso integrar a esa área deportiva al Club Nueva España, pero eso finalmente no prosperó y esos terrenos al parecer fueron destinados a fines poblacionales. Estaba situada al sur de la calle Virgen del Pilar, entre las calles Progreso e Industria. Tenía entendido que esos dos clubes deportivos posteriormente habrían desaparecido, como muchos otros por la desaparición de las canchas deportivas; pero recientemente fui informado que seguiría existiendo el Club Deportivo Defensor.

Supe recientemente por un amigo mío exalcalde de La Cisterna que el Municipio asignó en propiedad la cancha de futbol al Club Defensor, pero la operación no se inscribió, por lo cual ese terreno quedó en manos de la familia del antiguo propietario, seguramente después de su fallecimiento.

Otras familias importantes que vivieron en la población fueron la constituida por la familia Brieba Soffía, que se radicó en parte de la parcela ubicada al costado sur de la Villa la Reina, entre la Plaza Cervantes y la Población Biaut. Allí vivió la señora Soffia de Brieba con sus dos hijos solteros Yolanda y Sergio Brieba S. Otro de sus hijos, Oscar Brieba y Sra. y sus dos hijos vivieron  en casita aparte. Oscar fue Tesorero de la Municipalidad de La Cisterna. Los dos hijos de la señora Soffia participaron como directivos de la Junta de Vecinos.

Especial mención debo hacer de la familia Guillier Ossa. Constituida por el ingeniero Renée Guillier Gallegos y doña María Amalia Ossa Lorca. Sus hijos fueron Alejandro, René, Luis y María Amalia Guillier Ossa. Todos residieron en esta población. Cabe mencionar especialmente como colaboradores de la Población a don René Guillier Gallegos y a su hijo Luis Guillier Ossa.

El matrimonio Guillier Ossa tuvo un fatal accidente cuando iba en su citroneta, falleciendo ambos.

El senador Alejandro Guillier Álvarez, quien fuera candidato a la Presidencia de la República, es hijo de Alejandro Guillier Ossa y por tanto nieto de los que fueron propietarios de la que se llamó Villa Cuquita de esta población.

Como antes lo he señalado fui amigo y compañero de estudios de Luis Guiller Ossa.

Otra destacada vecina de la Población Nueva España fue doña Gertrudis Muñoz de Ebensperguer, quien fuera directora de la Escuela Normal Abelardo Núñez, hija del insigne educador José María Muñoz Hermosilla, a quien el Directorio de la Junta de Vecinos rindió un homenaje en 1957 con motivo del centenario de su natalicio.

Una obra destacable de don José María Muñoz fue el libro titulado “Historia Elemental de la Pedagojía Chilena”. Editada en 1918 (ver que se en Pedagogía).

Esta distinguida profesora fue miembro del Directorio de nuestra Junta de Vecinos.

Merece especial mención don Humberto Arcos F. quien fue por varios años presidente de la Junta de Vecinos. Él era dueño de un restaurante ubicado en la calle Parrón. Hombre también de fuerte personalidad y siempre fue muy acogedor en su negocio y en su casa; tenía cualidades de líder.

Se me grabó lo que una vez me contó, que refleja la pobreza que en esos años existía. Niños que venían al colegio desde la Población Santa Anita, que nacía como campamento, dejaban en su restaurante los zapatos, para desde ahí usarlos hasta llegar a su colegio y posteriormente los dejaban para seguir descalzos a su población.

Eran años que a no pocos niños se les veía descalzos (“a pata pelá” como se decía); sin duda los tiempos han cambiado, los ingresos han mejorado notablemente y es posible que los zapatos han bajado sus precios reales y las familias tienen menos hijos.

Un hijo del Presidente Arcos, don Luis H. Arcos Duque fue miembro de la directiva de la Junta de Vecinos.

Muchas personas más merecen ser mencionadas. Recuerdo a un gran cooperador don Marcelo Saenger, que vivía en un predio de la Plaza Castelar, que tenía una prestigiada tienda de artículos religiosos en la primera cuadra de la Calle Ahumada del Centro de Santiago.

 

Grande logros conseguidos por las organizaciones sociales de la Población Nueva España

Cabe destacar la creación de la Tenencia de Carabineros Nueva España. Fue muy importante la donación que hiciera don Bernardo Cardones de terreno de unos 2 mil metros al Fisco chileno con el propósito de que se construyera ahí un retén de Carabineros. La donación fue con fecha 19 de enero de 1937. El ministerio de Tierras y Colonización por decreto 165 de fecha 16 de marzo de 1938 aceptó esa donación.

Esa situación durmió hasta 1952 en que un nuevo directorio de la Junta de Vecinos reactivó este proyecto y logró con buenos contactos políticos que se destinaran recursos para sacar adelante esa obra. Se estuvo cerca de que esa donación caducara.

La Población Nueva España estaba atendida por el Retén El Parrón, ubicado en la entrada de un callejón que iba desde el camino de Ochagavía hacia el poniente hasta la línea del tren al sur. Callejón que separaba la Chacra Clara Estrella de la familia Arditi de un predio frutícola de don Juan Barros, dedicado especialmente a manzanas de exportación. Entiendo que el predio se llamaba Santa Olga. Ese retén tenía una pequeña dotación.

Recuerdo ver las parejas de carabineros a caballo que recorrían nuestra población con sus carabinas y sus típicas mantas de Castilla. Conocí al Cabo Arévalo que estuvo a cargo de ese retén, quien un tiempo vivió en nuestra propiedad, arrendándonos una pequeña casa de cuidador se tenía sin uso.

La donación del terreno para retén generó algo más importantes; terminó en la Tenencia Nueva España, a cargo de un oficial de Carabineros con bastante más dotación humana y material. No fue fácil conseguir recursos para terminar esta Tenencia y para dotarla; recuerdo que yo siendo miembro del Club de Leones de La Cisterna, conseguí del Club la donación de la placa de bronce para esta importante sede policial.

El éxito de esta obra se debió en gran parte al Presidente de la Junta de Vecinos Carlos de la Cerda Lobos, que a mi juicio puede considerarse un caudillo político. Pertenecía entonces al Partido Agrario Laborista, y estas gestiones exitosas se iniciaron durante los preparativos de la elección presidencial de Carlos Ibáñez del Campo. Después del triunfo de Ibáñez pudo lograr recursos presupuestarios para esta importante obra.

Él no era propietario, pero residía en la Población. Posteriormente él llegó a ser regidor de la Comuna.

Se incorporó a la Junta de Vecinos como dirigente en 1952; me correspondió acompañarlo como secretario de actas de la Junta.

Otro importante logro, fue conseguir que se estableciera en la Población una escuela pública, la 180, llamada Naciones Unidas. No fue fácil conseguir primero el arriendo de la propiedad y después su adquisición. Además hubo bastantes problemas con sus sanitarios que llegaron a amenazar su funcionamiento.

Esfuerzo permanente se hicieron para mejorar la locomoción a la Población, como para conseguir mejoramientos en la disponibilidad de agua potable. No siempre se consiguieron resultados positivos.


 

Palabras finales

Temas sin mayor importancia.

Viví en esta población etapas inolvidables de mi vida. Desde niño de corta edad hasta llegar a ser profesional universitario y salir de ella cuando me casé, matrimonio que ya llega a los 60 años de existencia. Todos mis estudios los hice desde mi residencia en La Cisterna. Con bastante sacrificio cuando debí seguir mis estudios en el Instituto Nacional y mayor esfuerzos hasta llegar a la Quinta Normal en mis estudios de Agronomía en la Universidad de Chile y posteriormente en la Escuela de Economía de la misma universidad.

Muchos recuerdos me quedan de tantas cosas; desde largas conversaciones siendo aún niños con Alfonso Domenech que traía un par de vacas de su familia a pastar en la Población Nueva España, especialmente en la Plaza Cervantes. Como también que como niños buscábamos nidos de zorzales para extraer de ellos los que ya estaban de tamaño para ser criados en nuestras casas.

También era habitual ver por la calles los jóvenes teólogos salesianos en formación, que recorrían estas calles campestres, con sus negras sotanas y sus sombreros característicos; varios de ellos eran extranjeros; a ellos le pedíamos medallitas. En el paradero 22 y medio de la Gran Avenida estaba el Teologado donde se formaban sacerdotes salesianos de toda América Latina.

Recordar la vegetación de este interesante sector de La Cisterna; recuerdo los árboles de sus calles en que dominaban las falsas acacias, en ciertas parte los castaños de Indias, el roble negro de la plaza Cervantes, donde además se tenían plátanos orientales, una encina, un árbol de las tres espinas, dos manchones de laureles de flor blanca del centro de la plaza.

Dos recuerdos algo de detalle. Un día estudiando con un compañero de Agronomía nos encontramos con una planta de forma especial, era un tipo de pichoa. La llevamos a Agronomía a identificarla y ella no estaba registrada como existente en Chile. Su nombre científico es Euphorbia helioscopia, que parece quedó registrada como Euforbia heliscoidea.

La otra experiencia fue encontrarme en la calle Industria, una planta de trébol blanco con gran parte de sus hojas que eran de cuatro o más hojas, hasta de seis. Lamento no haber rescatado esa planta y haberla cultivado. Seguramente correspondía a una mutación especial. Nunca más he visto un caso de esta naturaleza.

Recuerdo de niños como pasaban los compradores de huesos, vidrios y fierro. De niños los juntábamos y así obteníamos algunas monedas.

Al fondo de nuestra parcela había un hoyo algo profundo, que llamábamos “hoyo de la basura”. Allí se botaba todo lo inservible; periódicamente se botaban ahí las limpias de maleza que tapaban las basuras que generaban mal olor; ese hoyo pasaba a ser fuente de tierra de hojas. En esa época no había recolección de basuras y no se usaban los plásticos.

Muchos de los alimentos no perecibles se vendían a granel, en envoltorios de papel más bien delgado que el vendedor tenía gran habilidad de usarlos sacando el producto de la balanza misma.

Recuerdo ya joven que de noche volviendo a la casa, encuentro botado en la calle muy cerca de la vereda a una persona tendida y dormida. Me doy cuenta del riesgo que fuera atropellado por una carretela que pasara. Tomé la decisión de tomarlo y subirlo a la vereda; sin duda que corría un riesgo al hacerlo; pudo ser un delincuente, pero no lo era. A lo mejor le salvé la vida.

También recuerdo a los vendedores de temporadas de sandías, que había que comprarlas caladas, porque no todas eran de corazón rojo.

Recuerdo a don Laureano que repartía pan a las casas en esos típicos carretones con panaderos semi cerrados, con techo; a veces me regalaba un pan.

También me trae a los recuerdos la carretela cargada de verduras que llegaba a la Población una vez a la semana a abastecernos. Él tenía los ojos colorados y su hermosa ya madura de blanca tez esposa, sentada como en un trono al medio de la carretela, teniendo a su alcance todas las verduras vendibles.

Otra experiencia curiosa, ya siendo muchacho, encuentro en el interior de nuestra quinta en un rincón cerca de la entrada, entre matorrales, la ropa de una persona, hasta con sus zapatos y calcetines, con su billetera con algo de dinero y sin mayor información de la persona salvo una boleta de pago de remuneración que indicaba que era trabajador de la Municipalidad de Santiago. Tenía su nombre y una fotografía. Temí que estuviera muerto. Con un compañero de estudios averiguamos en la Municipalidad y supimos que estaba vivo y que trabajaba con un carro de basuras tirado a caballo, que llegaba a un local que tenía la Municipalidad en la calle Portugal. Fuimos allá, no estaba pero luego llegaba. Al poco tiempo arribó; lo identificamos. Se sorprendió al vernos y cuando le contamos nuestro encuentro, nos señaló qué le pasó. Al parecer había tomado y despertó caminando por la calle desnudo. Creyó que había sido asaltado.

Al parecer llegó borracho a nuestra parcela, que siempre mantenía el portón fácilmente de abrir, creyó que llegaba a su casa y se acostó a dormir; seguramente despertó desnudo con fríos se levantó y siguió su camino sin mayor conciencia. Sin duda fue un caso extraordinario, con un final feliz.

Quizás he colocado en este artículo materias que no son de mayor interés, pero al hacer esfuerzos por recordar, aparecen temas secundarios, que quizás nunca los escribiría, por ello aprovecho de grabarlos y no desperdiciar la oportunidad de dejarlos registrado.

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