El modelo de desarrollo chileno desde mediados de los años 70 nos ha ido llevando a ser uno de los países más neoliberales del mundo y que lo ha conducido a un profundo deterioro de valores y a una de las desigualdades mayores del mundo en la distribución del ingreso, con serias consecuencias también en el empleo. Esto me motiva a rescribir un nuevo artículo que presentaré en días más. Yo ya hacía referencia sobre este tema en un extenso artículo que preparé en los años 80 y que se encuentra en mi página web.
Ahora quiero sólo referirme al tema del sobreendeudamiento y a abusos del sistema financiero y del retail para endeudar y explotar a sus clientes. Hoy presento una carta enviada al Director de El Mercurio que apareció este viernes en el diario, comunicación mandada por Axel Kaiser, la que ha motivado más de 100 comentarios publicados.
En la carta se hace referencia a lo llamado el otorgamiento de créditos sucios y el alto endeudamiento de los trabajadores. Menciona que cerca de la mitad de ellos está endeudado en promedio en más de 9 veces su renta bruta, destinando más de la mitad de su remuneración bruta a pagar préstamos de consumo. Además destaca que el endeudamiento de los hogares chilenos creció en un promedio real de 12,8 % anual entre el 2000 y el 2009.
Destaca la carta el riesgo de llegar a una nueva crisis de sistema financiero chileno.
Más adelante presento la carta. Y además hago otras consideraciones sobre el endeudamiento y el ahorro.
Debe tenerse presente que un importante crecimiento de la economía chilena en los últimos años ha descansado en los aumentos de la demanda privada especialmente en torno al endeudamiento, a lo que podemos llamar ahora sobreendeudamiento. Esto puede considerarse apoyo al crecimiento del pasado a costa de menores tasas futuras.
La mayor demanda frente al endeudamiento ha estimulado al sector financiero que muestra una importante expansión y crecimiento económico a base tanto de los intereses que capta como también por las altas comisiones que cobra. Los retails por su lado estimulan el endeudamiento en forma impresionante a través orincipalmente de sus tarjetas que entran a cubrir una gama amplia de oferta de productos de otras marcas comerciales de retails de otras líneas, que se asocian entre ellas. La publicidad se expande por los diferentes medios de comunicación, páginas y doble páginas llenan los diarios. A no pocos chilenos nos invaden con cartas a nuestro domicilio ofreciendo créditos aprobados, con altos cupos. Tampoco son extraños los llamados telefónicos para darnos esos avisos. Sin duda que todas esas actividades crean empleo en las actividades de servicios.
La banca privada, y extrañamente para no pocos también lo hace la estatal, ambas junto al retail, han sido los grandes estimulantes de este sobre endeudamiento. Parece que ya nadie estimula el ahorro.
Lamentablemente llama hoy la atención el fomento al endeudamiento que hace nada menos que el Bando del Estado chileno, quien tenía la obligación de fomentar el ahorro.
Por el contrario este banco, ahora llamado BancoEstado, destruyó gran parte del sistema de ahorro privado chileno creado desde las primeras décadas del siglo pasado por la recordada con nostalgia Caja Nacional de Ahorros, que pasara a constituir durante el último gobierno del General Ibáñez el Banco del Estado, junto con la Caja Agraria y el Instituto de Crédito Industrial, tres instituciones estatales estimuladoras del desarrollo de una clase media en Chile, a base del ahorro y del estímulo a las actividades productivas de las pequeñas y medianas empresas.
Durante el gobierno del socialista del Presidente Lagos y bajo la presidencia del banco de Jaime Estévez, se establecieron unilateralmente altas comisiones a estas cuentas de ahorro, que le significaron a la institución financiera estatal grandes utilidades, a costa de quitarles patrimonio a más de una decena de millones de ahorrantes, que se habían ido incorporando primero a la Caja Nacional de Ahorros y después al Banco del Estado, mediante un estímulo dado por los gobiernos anteriores, estímulos que se iniciaron desde los alumnos de la entonces educación primaria. Ni el neoliberalismo del Gobierno Militar desalentó la formación de este importante capital social, pero sí lo hizo la Concertación y lo ha continuado haciendo este gobierno. Muchas cuentas de ahorro se han cerrado, porque las comisiones han agotado sus saldos o porque los ahorrantes se dan cuenta que están perdiendo sus patrimonios.
Desgraciadamente se ha creado una cultura en que los ejecutivos de las empresas del Estado se valoran de acuerdo a las utilidades que generan, no importando mayormente de cómo las obtienen.
CONADECUS, una corporación de consumidores, ha demandado colectivamente al Banco del Estado por este proceder, en lo que se refiere a las cuentas a la vista. Lo hizo hace seis años; el juicio avanza lentamente, pero avanza, a pausado y firme paso por la justicia chilena. No cabe duda que el BancoEstado tiene la capacidad de financiar una potente defensa jurídica.
Ahora va la carta:
Viernes 10 de Junio de 2011
La Polar: créditos sucios y riesgo financiero
Señor Director:
El otorgamiento de créditos sucios ha sido una práctica bastante generalizada en nuestro país. Hoy en Chile cerca del 50% de los trabajadores debe en promedio más de nueve veces su renta bruta, destinando más de la mitad de su sueldo líquido a pagar préstamos de consumo. Entre al año 2000 y 2009, en tanto, el endeudamiento de los hogares chilenos creció a un promedio de 12,8% real anual, lo que significa una explosión de la razón ingreso deuda de prácticamente un 100%. Así las cosas, aunque relativamente improbable, Chile no está en absoluto libre de una crisis en su sistema financiero.
En cualquier caso, el Gobierno debiera observar con cuidado esta situación y desde ya descartar públicamente cualquier paquete de rescate a empresas privadas que han sido administradas de manera irresponsable y casinesca.
Axel Kaiser
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Existe otro preocupante endeudamiento, es el proveniente de los préstamos otorgados a los estudiantes de la educación superior. Cabe destacar los que aporta la banca privada, con aval del Estado y a altas tasas de interés. Se ha hecho mención a que a una familia deudora de estos créditos le conviene vender su vivienda para pagar la deuda y después pedir un crédito hipotecario a más bajo costo para comprar una nueva vivienda. Este tema da para un análisis más amplio por sus consecuencias sobre la sociedad.
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