Medicina natural, actualidad y economía

inmigracion

Chile necesita una adecuada política de inmigración. Se tienen serios riesgos que la inmigración espontánea pueda generar situaciones críticas

El tema de la inmigración a Chile ha tomado especial actualidad. Se destaca en esta especialmente la de población haitiana, que hasta el momento, en los últimos tiempos, ha sido la segunda en importancia después de la venezolana.

Se menciona la necesidad de modificar la legislación vigente. Las inmigraciones no debieran ser solo de características benefactoras, sino que también contribuir al desarrollo del país y no perjudicar a la fuerza de trabajo nacional. Sin duda es un tema que merece especial atención.

La proveniente de Venezuela tiene una causa muy bien la justifica, la situación social y económica del país del norte. Enfrenta negras perspectivas a corto y mediano plazo. Sufre la falta de disponibilidad de bienes básicos, entre estos principalmente alimentos; no solo la situación es crítica, sino que se percibe que cada día ésta se agudiza, sin posibilidades concretas de que mejore. Por el contrario se presentan situaciones de violencia que pueden continuar agravándose. Tengamos presente que el hambre genera violencia y motiva desesperación, en cambio la desnutrición crónica va acompañada de pasividad.

A Chile parecen venir inmigrantes venezolanos de más niveles de ingresos y de mayor capacitación. Su presencia se hace menos sentir que la haitiana. Los venezonalos de menores ingresos emigran en condiciones muy adversas a países limítrofes, especialmente a Colombia.

Los que vienen a Chile han ido encontrando trabajo remunerado que les permite sobrevivir, a pesar que un alto porcentaje de esa población se encuentra sobrecapacitadas para las actividades contratadas.

Me atrevo a señalar que ellos reciben en general afecto de la población chilena.

Venezuela siempre ha acogido a los chilenos y a muchos profesionales, en momentos que ellos carecían de trabajo en su país y que el del norte mucho requería de ellos, mientras estaba formando, especialmente en el extranjero, masas de sus futuros profesionales nacionales. Los recursos del petróleo servían para ello.

Naciones Unidas ha pedido tratamiento especial para la emigración venezolana en las actuales circunstancias.

Esta inmigración venezolana tiene la simpatía racial, que no la tiene la inmigración haitiana. La raza negra ha tenido muy poca presencia en Chile; incluso existía una muy antigua ley, que no sé si todavía tiene vigencia y que entiendo nunca se aplicó, en que se señala que personas de la raza negra no pueden residir en Chile. Posiblemente esa ley estaba asociada a la temprana abolición de la esclavitud es este país.

Una muy amplia inmigración hemos tenido en Chile de médicos extranjeros; entiendo que del orden de un 50% de los galenos que atienden los consultorios son extranjeros.

Cabría preguntarse, ¿qué difícil situación enfrentaría Chile sin los médicos extranjeros? ¿Qué sería de la salud pública chilena si no se contara hoy día con la presencia de esos galenos extranjeros?

Tengo antecedentes que la población en Chile tienen para ellos gran aprecio. Un aspecto que se destaca es la calidad humana de sus atenciones.

Algo sobre Haití

Conocí con bastante profundidad la realidad de Haití en el segundo quinquenio de los años 70. Tuve la oportunidad por cinco años de trabajar en ese país caribeño en un proyecto interagencial de Naciones Unidas de promoción de políticas nacionales de alimentación y nutrición. Allí supe que aproximadamente la mitad de los médicos recibidos en Haití habían emigrado, muchos de ellos a EE.UU.

En aquel entonces muchos haitianos iban temporalmente a trabajar en la zafra de la caña de azúcar de República Dominicana. Había intermediarios que obtenían beneficios económicos con esta gestión; le cobraban a cada trabajador una suma de relativa importancia.

En esos años se estimaba que la población de Haití era de unos 7 millones de habitantes. Hoy se estima que es algo superior a los 11 millones.

El país se ha ido empobreciendo cada vez más. Tuvo un golpe espantoso con el violento terremoto del 2010. Habrían fallecido más de 300 mil personas, asociado a una gran destrucción de viviendas, de muchas otras construcciones y de infraestructuras de distinta naturaleza.

Es un país que realmente se merece una gran ayuda externa; mucho se le ha aportado, pero los resultados han sido poco efectivos para generar desarrollo deseado.

Desgraciadamente Haití ha sufrido de graves inestabilidades políticas, lo que perjudica una actividad estatal estable muy necesaria.

En los años 70 había una interesante actividad turística; tenían buenos hoteles y desde luego posee muy buena playas. También existían industrias de inversionistas extranjeros que muy bien aprovechaban la habilidad en su trabajo de los obreros haitianos. Lo triste que supe fue que estas industrias compraban leña, lo que en algo a los menos ha contribuido a destruir los bosques, los que fueron muy importantes en otras épocas.

La deforestación asociada a la erosión contribuye a la agudización de la pobreza. Una parte importante de la población vive de la agricultura especialmente de subsistencia familiar y local.

La pérdida de fertilidad en sus suelos es enorme; ellos están agotados.

Tuvo Haití en el pasado una situación muy distinta. Fue una de las colonias más ricas de Francia; primaron en esa época la economía de plantaciones, trabajadas principalmente con esclavos negros traídos de África Occidental. Gran parte de la población nativa desapareció; porcentaje importante provendrían de los conquistadores europeos.

Quizás pocos sepan que este país fue el primer latinoamericano que se independizó. Gran parte de la población blanca emigró o fue asesinada. Haití por muchos años dominó a República Dominicana, lo que fue una de las causas del distanciamiento entre ambos países. Ha habido muy poco contacto a través de sus fronteras; alguna importante ha sido la pasada temporal de haitianos a la zafra dominicana de la caña de azúcar.

Hay fuertes contrastes entre los dos países que forman la isla de Santo Domingo. República Dominicana tiene una profunda integración racial a lo que se suma una importante política de conservación de sus recursos naturales. No experimenta para nada la deforestación.

Es impresionante ver una fotografía aérea que cubre territorios limítrofes haitianos y dominicanos. El límite pasa a ser una línea que a la izquierda muestra una aridez extrema y a la derecha un positivo verdor.

El analfabetismo en Haití en los años 70 era altísimo. Un alto porcentaje de la población, se señalaba que del orden de un 80% era de analfabetos y en general ellos no hablaban el francés, sólo el “creol”; por lo cual tenían serias dificultades para contactarse con el resto del mundo.

Haití ha estado afectado periódicamente por fuertes huracanes, que dañan especialmente las partes suroccidental y noroccidental, esta última una de las regiones más pobres del país, más afecta a sequías. Afortunadamente los huracanes parecen no afectar a su capital, Puerto Príncipe. Ellos golpean a gran parte de la isla, salvo un sector más bien seco del interior sur de República Dominicana y el interior occidental de Haití. En esa zona existen lagunas y lagos salados; muy importante es el Lago Enriquillo de República Dominicana que está bajo el nivel del mar. Al ser salados, significa que evaporan más de las aguas que reciben, por ello no tienen ríos desaguaderos.

Es impresionante la presión poblacional de Haití sobre sus tierras agotadas. Tiene una superficie que es la mitad de la de República Dominicana, siendo sus poblaciones de magnitudes similares. Tener en cuenta que gran parte de la vegetación haitiana está destruida, muy distinta a la situación dominicana.

Haití requiere de una ayuda mundial para sobrevivir, y debería ser especialmente para su desarrollo socioeconómico basado en un gran programa de desarrollo con visión de largo plazo. Afortunadamente a mi juicio, este país tiene un potencial importante de desarrollo. Podrían darse grandes programas de inversión en distintos sectores. Es posible diferenciarse los esencialmente sociales como los relacionados con abastecimiento de agua potable y los de saneamiento ambiental, que sin dudas contribuyen al desarrollo integral del país por sus efectos en el capital humano y por generar de inmediato ocupación de la fuerza de trabajo y demanda de insumos para las inversiones materiales.

Quizás uno de los programas más importantes sea el de reforestación masiva del país; se tienen experiencias positivas en Republica Dominicana y en países centroamericanos. La reforestación podría tener un componente frutícola importante; me tocó apreciar la gran variedad de mangos que se posee.

Debería desarrollarse un gran programa de desarrollo rural agrícola. Existe mucho de pequeñas propiedades con suelos agotados; en mi opinión habría que hacer una aplicación masiva de fertilizantes, y posiblemente de empleo de semillas mejoradas.

Posee importantes suelos agrícolas de riego, como es el Valle del Artibonito, que tuvo un importante desarrollo en el pasado y que sus estructuras de riego se fueron deteriorando. Es una zona de gran potencial arrocero.

Es un país productor de café, actividad que puede promoverse. Ha producido tradicionalmente muy buenos licores, famoso ha sido su ron hecho a partir de jugo de caña y no de las melazas.

Fue muy importante su turismo; tenía una interesante infraestructura hotelera; desconozco su actual situación.

Un producto muy interesante de la sociedad haitiana es su pintura. En su interesante edificio del mercado de Puerto Príncipe se ofrecía en los años que estuve en ese país una gran cantidad de pinturas, típicas de ese país y de una gran variedad de tipos. Compré entonces muchos cuadros; diferentes personas en Chile me pedían que les llevara. Adquirí varios para nuestra casa y las de mis hijos. Los turistas compraban bastante.

Además entonces existían galerías que ofrecían pinturas de artistas de prestigio, que trabajaban para ellas; desde luego estas obras eran de precios elevados.

Es muy posible que actualmente se siga con estas ofertas, pero posiblemente con resultados menores, al haber sensiblemente menor turismo.

Muchas de las grandes obras de Haití se hicieron durante la ocupación de casi de 20 años por EE. UU. Wikipedia señala: … permaneció casi permanentemente ocupada por Estados Unidos entre 1915 y 1934, período durante el cual los gobiernos haitianos lograron sanear las finanzas públicas, crear un ejército y construir escuelas y carreteras.

Se destaca su palacio de gobierno con un diseño parecido al Capitolio de Washington, carreteras y obras de regadío; tengo entendido que el sistema telefónico se estableció en esa misma época. Esa invasión se habría efectuado principalmente por intereses políticos y económicos del país del norte.

Puede ser algo positivo lo que se está dando en este país caribeño, hay una clara tendencia a la caída de su crecimiento vegetativo. Es posible que la población de Haití esté ya en un lento descenso, en parte consecuencias de sus emigraciones.

 

Respecto a la inmigración haitiana a Chile

Extraña el descontrol de las entradas de haitianos a Chile. De esta inmigración me preocupan varios hechos.
Uno es su acelerada expansión y las razones como ella se ha podido generar. De dónde provienen los recursos económicos para hacerlos entre ellos charters aéreos especiales. Se han detectado series de contratos de trabajos falsos, se ha informado por medios de comunicación como la televisión, como se vendían públicamente contratos en el antiguo edificio del Correo de Santiago. Por otra parte supe recientemente de un hostal santiaguino que quebró debido a una serie de reservas turísticas de haitianos que finalmente no llegaron; al parecer la reserva se hacía para justificar el viaje turístico.

Da la impresión que hay organizaciones que lucran con estas emigraciones y es posible que muchos inmigrantes queden con alto endeudamiento con los que podrían considerarse traficante. ¿No estaremos presentes en la gestación de un nuevo sistema de esclavitud?

Merece saber quiénes en Chile pudiesen estar lucrando con estas inmigraciones.

Impactante fue esa verdadera batalla campal entre vendedores callejeros chilenos y haitianos en Santiago, en sectores aledaños a la Estación Central. Posiblemente el combate es motivado por organizaciones de ambos grupos de vendedores callejeros.

Desgraciadamente estos conflictos pueden agudizarse.

Tenemos ejemplos en Chile de serios efectos negativos de la lucha de proveedores de drogas por conservar sus territorios en las poblaciones; algo parecido puede darse en la lucha por estos espacios urbanos de ventas. Combates como el anteriormente mencionado, contribuyen a que se creen conflictos entre pequeños grupos de gran violencia; en la droga hemos vistos muchos asesinatos.

No debe permitirse inmigraciones masivas que sean de personas de extrema pobreza que invaden territorios en que se generan empleos irregulares a población chilena de pobres.

Es preocupante las condiciones de vida de muchos inmigrantes de bajos ingresos; viven en condiciones muy adversas, a veces casi inhumanas. A menudo se dan noticias de incendios en viviendas de inmigrantes, posiblemente muchos de ellos consecuencia de las sobrecargas a que se someten las instalaciones eléctricas.

Días atrás tuve que ir a la Alameda en torno a la estación del Metro “Unión Americana”. Me impresionó la cantidad de haitianos que estaban ubicados en pequeños espacios vendiendo diferentes productos. No cabe duda que son ventas ilegales abastecidas por proveedores seguramente de relativa importancia. Se estima que éstas ventas en parte a lo menos pueden provenir de productos robados.

Cabría preguntarse quiénes se lucran con estas actividades ilegales. Se supo que un haitiano quedó gravemente herido en el conflicto antes mencionado; pero todo ello pasó rápidamente al silencio.

Debe tenerse presente que la venta clandestina en ese sector aledaño a la Estación Central, asociado a delincuencia, ha llegado a niveles extremos.

La nueva autoridad municipal ha iniciado un proceso para reducirla drásticamente de estas venta, basado en multar al comprador; no actuar contra el vendedor, que es un esfuerzo posiblemente improductivo; tuve la oportunidad de ver en televisión como fue atacada una pareja de carabineros, el parecía ser un sargento y ella de menor grado; impresionaba como fueron atacados y como él con su gorra ya en el suelo trataba de defender a su compañera de trabajo. Parte del público parecía defender al vendedor irregular, con el argumento que es mejor que venda clandestinamente que no actúe como ladrón.

Recuerdo hace muchos años atrás que un sargento de carabineros en pleno Santiago, en Estado con Huérfanos, trató de actuar contra un vendedor clandestino de frutas; transeúntes empezaron a defender al vendedor, y con mucho criterio el sargento se llevó detenido al varón ya mayor que tenía una intervención de crítica más significativa.

 Presencia de población haitiana en Chile

 A muchos llama la atención la cantidad de haitianos que se observan en Santiago. Se le vería en distintas regiones del país. Me han informado que incluso se les ve en Magallanes, región bastante fría.

He visto muy directamente su presencia en el comercio en el camino a Lonquén. Un local de ventas de frutas y verduras pertenece a una familia haitiana y otro gran local de un chileno donde la mayoría de los vendedores son haitianos; al parecer viven varios de ellos en el mismo local. Me ha llamado la atención lo eficientes que son para vender y que ellos mismos manejan el dinero, reciben los pagos y entregan los vueltos.

Al parecer ya varios están trabajando en la fruticultura, cubriendo demandas variables en determinadas etapas del cultivo de diferentes especies. Para la fruticultura estacionaria constituyen un importante recurso, por la escasez de mano de obra. Es posible que esta oferta esté perjudicando los niveles de los salarios de los trabajadores chilenos. Se ven trabajadores haitianos en varias otras actividades: supermercados, servicios municipales, vendedores en ferias, etc.

Chile necesita medidas de políticas y el uso de ellas para evitar excesivas inmigraciones; la haitiana podría llegar a magnitudes impresionante que perjudiquen a la sociedad nacional y que pueda llegar a sufrir serias consecuencias de rechazo hacia esos inmigrantes.

Los emigrantes generan importantes aportes económicos a sus países, basados en las remesas que ellos hacen a sus familiares que residen en los países de origen. Chile en eso constituye una importante fuente de recursos a esos destinos, por el bajo valor de la divisa. Con pequeños ahorros que puedan lograr, significa la posibilidad de enviar aportes de significación para sus familiares en el extranjero.

Recuerdo que países de Centro América y del Caribe reciben importantes ingresos en sus balanzas de pago, proveniente de esas fuentes.

La fuerte inmigración peruana está entregando importantes ayudas a sus familiares residentes en Perú.

Seguramente estas adquisiciones de divisas para ser remesadas, dan alguna contribución a reducir las perjudiciales caídas del valor del dólar en Chile, especialmente cuando sube el precio internacional del cobre.

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