El país está en una profunda crisis socioeconómica, que parece agudizarse. No se ven caminos para salir de este proceso. En próximos artículos me referiré a esta materia, por ahora abordaré solamente este par de temas internacionales, y además, algo adicional, relativo a la educación y al trato al profesorado.
Extraña que todo esto se haga presente después de 30 años de democracia. Parece increíble cómo se ha tratado al profesorado y a la educación durante el Gobierno Militar y en la democracia posterior. La deuda histórica al profesorado es algo vergonzoso; es comprensible que el tema haya llegado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y genere ese fallo sancionatorio.
En la dictadura militar se dañó profundamente la educación pública chilena, que era un orgullo nacional; eso se hizo especialmente con la municipalización de ella, situación que perdura. Daña especialmente a los sectores de pobreza y desde luego, en especial, a las comunas de menores ingresos. Mucho ha afectado a la carrera funcionaria del profesor fiscal, que antes era nacional, pudiendo llegar hasta ocupar altos cargos en el ministerio de Educación, y después quedó fuertemente limitada a la comuna.
En el tema de la educación, no puede dejar de mencionarse el daño ocasionado a las universidades públicas. La dictadura destruyó la Universidad Técnica del Estado y dañó profundamente a la Universidad de Chile con la reducción de su presupuesto, financiado anteriormente en grado importante por fondos provenientes de un impuesto que permitía que esos recursos aumentaran al ritmo del crecimiento del Ingreso Nacional. Además se le quitaron a la Casa de Bello todas las sedes provinciales. Este es un tema que merece un amplio análisis futuro.
No debe omitirse mencionar el tema del negocio de las universidades privadas y de su lucrativa venta a capitales extranjeros.
El término de la educación universitaria gratuita y debilitamiento de los antiguos Colegios Profesionales ha afectado la ética profesional y ha hecho desaparecer ese sentimiento de compromiso del antiguo profesional con la sociedad que le había financiado sus estudios.
Cuántos importantes hombres públicos estudiaron en la escuela pública, después en el liceo fiscal y posteriormente en las universidades estatales; todo gratuito. No pocos de ellos fueron grandes estadistas.
El país ha sido malagradecido con su profesorado, especialmente con el fiscal.
Por otra parte el más reciente populismo ha conducido al incumplimiento de compromisos internacionales ante el capital extranjero, principalmente en el aspecto previsional.
Perder un juicio internacional daña la imagen del país; puede llegar a tener negativos efectos geopolíticos a futuro. Además castigará las venideras pensiones vitalicias, principalmente por encarecer los seguros. Estamos llegando a una especie de anarquía en el aspecto previsional.
Preocupante cómo el populismos ha influido en los resultados de la elección presidencial y en la del Parlamento.
Reitero lo señalado inicialmente, el país está en una profunda crisis, que parece agudizarse. No se ven caminos para salir de este proceso. En próximos artículos me referiré a esta materia. Tengo un par de sugerencias que las considero adecuadas; ojalá puedan ser útiles.
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