Por Dios que nos faltan estadistas en Chile y economistas de amplia visión.
En estos últimos días se anuncia el cierre de la industria alemana que elabora en Chile las marcas Nivea y Eucerin. Su planta está ubicada en Maipú. Se anuncia que 300 personas quedarán sin trabajo.
Extraña este repentino anuncio, en momentos en que el valor del dólar está relativamente alto.
No hace mucho se anunció algo similar, el cierre de la empresa extranjera productora de containers refrigerados localizada en San Antonio, que también deja sin empleo formal a un número importante de trabajadores.
La noticia de prensa fue la siguiente:
La empresa dueña de las marcas Nivea y Eucerin, la alemana Beiersdorf, informó este jueves que su junta directiva decidió iniciar el traslado de la producción que hasta ahora se fabrica en la planta ubicada en Santiago.
A través de un comunicado, indican que el volumen de producción de la planta irá disminuyendo paulatinamente hasta llegar al cierre total, el que sería a mediados del 2021.
“La decisión ha sido extremadamente compleja de tomar y se concretó luego de analizar distintas posibilidades para revertir las causas detrás de este traslado. No obstante, ha sido un camino inevitable, a partir de las desventajas competitivas de la planta local frente a otras de la compañía, ubicadas en otros países y que dicen relación con la disponibilidad de materias primas y la distancia de los principales mercados de comercialización de los productos”, dijo la empresa en un comunicado.
De acuerdo a Pulso, a pesar de que el comunicado no especificaba los trabajadores despedidos, serían cerca de 290.
«Es importante señalar que durante este proceso, conforme a nuestros valores corporativos, Beiersdorf apoyará a sus colaboradores a través de un paquete de salida que va más allá de nuestras obligaciones legales y que está siendo informado a cada trabajador”, añadió.
Si bien la empresa se va de Chile, las marcas mencionadas seguirán vendiéndose a través de su equipo comercial.
Se comenta en la prensa que una nueva empresa extranjera se aleja de Chile, pero no solo empresas industriales manufactureras extranjeras se están cerrando, sino que también empresas chilenas.
Debe considerarse que el retiro o paralización de estas empresas no desabastecen al país, porque sus producciones son cubiertas con importaciones.
Es lamentable lo que está sucediendo en Chile desde ya hace muchos años y eso parece que no preocupa a los diversos gobiernos de las últimas décadas. No se le dan importancia al dañino efecto económico y social para nuestro país. Un efecto muy grave se genera en la reducción del empleo formal
.
Su daño también repercute en que se dejan de demandar insumos para esas producciones, lo que genera todo un efecto en cadena. También son graves los efectos regionales.
Llama la atención que el Gobierno nada ha dicho con respectos a las plantas que el sector privado ha decidido cerrar. Incluso el Ministro de Agricultura no estaba informado del cierre de la Planta de IANSA de Los Ángeles. Y el Ministro de Economía nada parece haber dicho por el cierre que viene de la producción en Chile de Nivea y Eucerin.
No puede dejar de recordarse el cierre de la empresa industrial de Paños de Tomé y sus repercusiones en la economía y en toda la sociedad de la ciudad de Tomé.
IANSA ya ha cerrado en estos últimos años dos plantas, las de Linares y la de Los Ángeles.
Conviene recordar como otros primeros mandatarios chilenos se preocuparon de desarrollar empresa industriales regionales. Recordemos a Frei Montalva y a Ibáñez del Campo con la plantas regionales de azúcar de remolacha y como se trató de desarrollar toda una actividad automotriz en Arica, que contemplaba entre otros objetivos generar empleo en un proceso inicial de armaduría para paulatinamente ir incorporando mayor proporción de parte nacionales.
También en el Pacto Andino se trató de desarrollar en sus países integrantes empresas metal mecánicas para obtener altas producciones, y ellas ser colocadas en sus países integrantes y así obtener economías de escala. A cada país se le asignaba una producción específica ya fuera de productos finales como de piezas y partes.
El Gobierno Militar, en mi opinión desgraciadamente, llevó a Chile a tener que renunciar al Pacto Andino, antes que nuestro país fuese expulsado por no cumplir compromisos asumidos. El retiro nuestro contribuyó muchos a que el Pacto no progresara, poco después que Venezuela se había integrado a él, lo que dada pronósticos muy positivos para esta agrupación subregional.
No olvidemos que la antigua CORFO, la original, tenía entre otros objetivos promover el desarrollo de la industria chilena. Eso era fundamental para el progreso de Chile.
Muchos logros se tuvieron. Basta recordar Huachipato, Madeco y Mademsa, la industria azucarera de remolacha (IANSA), la industria de la celulosa y la del petróleo. Todo ello estuvo muy integrado a la creación de las cuentas nacionales y de la planificación nacional, regional y a las sectoriales. Debe destacarse en ello al Plan Decenal de Desarrollo 1960-70 aprobado en el gobierno del Presidente Jorge Alessandri .
Recuérdese especialmente la electrificación nacional con esa gran empresa estatal ENDESA.
De CORFO no se puede dejar de recordar el amplio consejo que la dirigía de alta representación nacional, que le daba más el carácter de empresa del Estado que de empresa manejada por el gobierno de turno.
CORFO se caracterizó por llegar a ser una gran corporación financiera, captadora de recursos externos especialmente de instituciones internacionales de financiamiento y de créditos. Además recibía muchos créditos de países. Era a su vez garante de créditos internacionales para el sector privado como también para ministerios y otras empresas del sector público.
Esa CORFO fue alterada totalmente en el Gobierno Militar, el que sin duda hizo un cambio total en el modelo de desarrollo.
Posiblemente ello fue consecuencia de presiones del sector privado al captar que el Gobierno del Presidente Allende la utilizó como el gran medio para estatizar empresas privadas, mucho más allá de lo que se tenía en su programa inicial de Gobierno.
El Gobierno Militar condujo a quitarle gran parte de sus atribuciones con la llegada a dirigir el sector económico los economistas de formación en la Escuela de Chicago, con el programa llamado ladrillo.
He planteado en artículos anteriores la necesidad de hacer un amplio diagnóstico de la realidad chilena en sus aspectos económicos y sociales y llegar a tratar de determinar las causas que nos han conducido a esta grave crisis.
En mi opinión entre las causas principales está en que se abandonó la planificación del desarrollo chileno y las carencias de políticas cambiarias y de empleo.
Cada día tenemos menos empleo formal, más del informal e ilegal y posiblemente mayor expansión de la droga en su comercio y el su incorporación de la juventud. Como también la situación de carencia de empleo puede ser una causal importante del aumento de la delincuencia en general.
La pandemia ha contribuido a conocer mejor la pobreza en Chile y su mala distribución del ingreso. Y desde luego sus consecuencias en la expansión de esta enfermedad. La crisis en vivienda parece haber recién sorprendido a muchos. Los campamentos se van haciendo cada vez más presentes mientras el país sigue importando más y más autos, muchos de ellos de lujo que agravan la congestión en caminos y ciudades.
No cabe duda que tenemos una gravísima desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza y debemos hacer una profunda reforma tributaria.
No existe a mi juicio mayor comprensión y conocimiento de la realidad chilena. Incluso vemos que más se quiere gravar a la contratación formal con reformas previsionales que encarecen esta contratación, cada vez presente en menor porcentaje en nuestra actividad económica.
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