Sin duda que es un acierto periodístico que presenta escándalos vergonzosos que tendemos a analizarlos posiblemente en forma relativamente violenta y rápida sin entrar a revisarlas en forma más profundas sus causas y sus consecuencias.
Me permito hacer algunos comentarios y referirme en parte un par de posibles causas.
Asocio mucho de lo sucedido al modelo de desarrollo en que nos encontramos como también lo que se ve se puede asociar a las grandes desigualdades que existen en el país y a la pérdida de valores. A ese perverso planteamiento, que el fin justifica los medios: El fin es la riqueza y el poder, los medios cualquiera que sean.
Me impactó que tres grandes grupos de empresas caigan en estos graves pecados.
El caso sin duda peor es en supermercados de Santa Isabel y que los peores se den en de sectores más populares o de ingresos medios. Uno puede preguntarse cómo un empresario de la capacidad de ese hombre de nacionalidad alemana y que obtiene la chilena por gracia, que se lanza en esa tremenda inversión, la gran torre de la CENCOSUD permita que se den esas dramáticas situaciones, especialmente en las carnes, que pueden llegar a generar muertes especialmente en niños.
Será tanto el afán de acumular riquezas para llegar a proceder así, vender a precios de productos sanos mercadería que deben ser eliminadas y que el consumirlas puede generar enfermedades y muertes. No lo creo. Cuáles serán sus causas. Sobre éstas me permito plantear algunas hipótesis. Una puede ser la de no disponer ese “gran empresario”, valorado así especialmente por el neoliberalismo, de cuadros de colaboradores con valores éticos. Que la elección de los que dirigen descanse sólo en los “brillantes” que logran que las unidades que dirigen tengan altas utilidades o elevadas rentabilidades empleando cualquier medio, que se base en ese perverso principio que “el fin justifica los medios”.
Grandes empresarios, de grandes valores del pasado, a edades avanzadas han ido cayendo en el embrujo de magníficos segundos que los alaban y los convencen del extraordinario trabajo que hacen logrando altísimas rentabilidades, grandes aumentos de utilidades, beneficios económicos que no fueron capaces de obtener otros colaboradores que poseían mayores valores humanos. Pienso que algo de eso sucedió por ejemplo en Celulosa Arauco con la planta de Valdivia, lo que fue criticado incluso por otros empresarios de la celulosa que sentían el daño que se estaba haciendo a la celulosa chilena en los mercados extranjeros.
Otra causa en parte complementaria que uno puede plantearse al ver ese programa. Cómo el gerente de esas unidades aspira a tener altas y crecientes utilidades que lo han de beneficiar directamente en sus ingresos, a lo que se suma los ascensos que se hace merecedor en ese sistema.
Impresiona ver cómo deben comportarse los empleados de niveles más bajos, para tener que actuar contra sus propios principios para evitar que productos vencidos deteriorados se puedan seguir vendiendo como sanos. Así se mejoran puntajes y reciben mejoramiento de ingresos, los que posiblemente sean bastante bajos.
Increíble ver el reenvasado de productos vencidos para darles nuevas fechas de vencimiento. Cómo se mezclan carnes deterioras con sanas y con agregados de colorantes para engañar a los consumidores, incluso hasta poder enfermarlos gravemente o causar su muerte. Es algo increíble cuando se da en la base de ese gran conglomerado empresarial, que en la cúspide entrega al país ese monumento, esa inmensa torre, la más alta de Sudamérica, hasta comparada por su dueño con la Torre Eiffel de Francia, construida por el Estado francés.
Lo sucedido con estos contrastes parece ser un reflejo más de las grandes desigualdades en la sociedad chilena, que nos puede conducir quizá a una profunda destrucción, Se va juntando, acumulando odio.
Me impresiona como se pervierte a los empleados que tiene que caer en el pecado o pasar a ser cómplices de esos autores intelectuales superiores.
Me viene al recuerdo de un tema al cual se le ha dado a mi juicio poco importancia, al de la presión sobre los vendedores de las grandes cadenas de farmacias para que engañen al ingenuo comprador necesitado de cambiar su producto deseado y/o recetado por otros que le dé premio al vendedor para así mejorar sus escuálidas remuneraciones o incluso para cumplir metas, que de no hacerlo pueden llegar a peder sus puestos de trabajos; la famosa llamada “canela”. Desgraciadamente así se van formando y robusteciendo estos reciente imperios.
Se me quedó grabada en mi memoria lo que me decía un honesto economista del pasado, durante el Gobierno de Allende. Él había trabajado con Jorge Alessandri y me expresaba que en aquel entonces se había preocupación por observar la velocidad de los que se enriquecían rápidamente, ya que era muy difícil que una persona honesta lo lograra. Las riquezas de sano origen se generan lentamente a base del esfuerzo. Del ahorro y de la capacidad de los que lo logran.
Qué han cambiado los tiempos y los valores: Cómo se han formado rápidamente grandes fortunas; muy probable a base de muchos, muchos más. que han sido injustamente perjudicados.
No creo conveniente extenderme más, pero no puedo dejar de mencionar a otros grandes conglomerados que aparecen con estos delitos, como el Lider ahora en manos de capitales extranjeros, e incluso Falabella.
Finalmente me ha llamado la atención lo poco que se ha comentado sobre lo que para mí fue un muy valioso programa.
No puedo dejar de destacar las intervenciones en ese programa de médicos y de otros académicos como los del INTA, que destacan la gravedad de lo que se describe y comenta.