Un tema preocupante es la debilidad del empleo formal. Hemos dañado profundamente el importante sector de la industria manufacturera, cada vez se expande más el comercio callejero informal y se pretende que la reforma previsional descanse fundamentalmente en el establecimiento de una imposición patronal creciente hasta alcanzar el 6%.
Muy culpables del debilitamiento del empleo formal, han sido las malas políticas de comercio exterior y cambiaria. Sube el precio del cobre, cae el valor de dólar y se rebajan los costos de los productos importados. Por otra parte se ha favorecido la competencia de productos manufacturados venidos del extranjero, con las rebajas de aranceles y desde luego por el valor de la divisa.
La globalización ha sido muy dañina para Chile. Cómo hemos destruido gran parte de las líneas de producción manufacturera. Las industrias textiles y de la confección que tanta ocupación generaba y especialmente ocupación femenina en el caso de la confección. Triste recordar de la industria Paños de Tomé, que daba tanto apoyo económico y social a la ciudad que le dio el nombre. Ahora somos importantes importadores hasta de ropa usada.
Cuero y calzado se ha destruido como industria manufacturera. Recordar con nostalgia a la empresa Bata de capitales extranjeros con su curtiembre y fábrica de calzado, con sólidos sindicatos, con gran apoyo que daba al deporte. Triste final también a la empresa chilena Calzado Guante, cuya marca persiste con la venta de calzado elaborado en el extranjero.
Cómo se está destruyendo la industria del azúcar de remolacha, que tenía importantes fábricas en ciudades intermedias y que daban gran apoyo a la agricultura regional, generaban empleo rural y urbano, gran movimiento financiero y de trasporte.
Parece increíble que hoy nos abastezcamos de cobre elaborado en el exterior, después de haber creado MADECO por la CORFO y haberse privatizado posteriormente. Algo parecido ha sucedido con la industria metal mecánica. Recordar a MADEMSA.
Triste recordar el cierre de una empresa extranjera que fabricaba en San Antonio contenedores refrigerados para la exportación, tan importante para las exportaciones especialmente de frutas.
Se tiene agregado al sistema empresarial privado las pymes que en general enfrentan situaciones críticas. Se pretende establecer para ellas tratamientos especiales, no fáciles de concretizar por las diferentes situaciones que se presentan en ellas de acuerdo a su tamaño y tipo de actividad.
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El tema del aporte patronal que se quiere implantar merece especial análisis
Actualmente no existe el aporte patronal, a ello lo encuentro positivo. Ya que cuando existía, muchos empresarios e incluso el sector público, no cumplían con los aportes, en muchos casos pagándolos parcialmente. Muchos trabajadores se encontraban con importantes lagunas para jubilar.
No debemos olvidar la deuda histórica al profesorado y como muchas municipalidades destinan recursos de Gobierno para la educación a otros usos.
Al sistema actual es diferente, el trabador es el que con su remuneración impone a través del empleador que se encarga de hacer ese pago. Empleador que no lo haga, comete un delito mayor, que el empleador anterior que postergaba el pago o que simplemente no lo hacía, posiblemente en muchos casos por dificultades financieras de su empresa. Ello se ha reflejado en daño a muchos empleados que incluso tardíamente conocen sus lagunas previsionales para sus jubilaciones.
Por lo anterior, considero grave la creación del llamado aporte empresarial, que parece que gusta por su carácter populista, tan usado recientemente.
Más grave aún, es que a lo menos parte de esa imposición empresarial se pretende que vaya a un fondo general. A solucionar un problema de índole nacional.
No parece haber conciencia de lo debilitado que está el empleo formal. Que cada día parece agravarse más por las explosiones que se generan de ventas callejeras, como también en los efectos de la delincuencia.
Parece increíble observar cómo se venden productos farmacéuticos en la vía pública. Se ha llegado a percibir que incluso hay laboratorios que abastecen a este canal informal. La venta no provendría solamente de los robos y saqueos a farmacias de no pocos sectores.
Uno tiene derecho a preguntarse, por qué no se requisa toda esa mercadería, que su venta mucho puede dañar a la salud de la población. No sería difícil concentrar los recursos de fiscalización en ese tipo de venta minoritaria. Da la sensación que no hay autoridad ni de Gobierno ni del Poder Municipal para hacerlo.
Todo lo anterior, le haría cada vez más difícil a la empresa formal subsistir, frente a una informalidad creciente que favorece sus abastecimientos con productos provenientes del contrabando y de otros delitos como los robos y saqueos.
El Ministro de Hacienda ha señalado su posición contraria a que la previsión se financie con fondos generales, lo que considero una errada posición. Lo que me parece un grave error.
Considero que sería conveniente que una fracción de la captación por el IVA debiera ir a financiar en parte al sistema previsional. Ello contribuiría a una positiva redistribución del ingreso, ya que los que reciben mayores ingresos, gastan más en el sistema formal, en productos afectados por el IVA.
Esos fondos que provengan del IVA debieran reponerse con un sistema más progresivo de imposición a los ingresos de la población, lo que debería ser la base fundamental de la reforma tributaria.
El Gobierno debiera hacer un esfuerzo por reducir el empleo informal, representado principalmente por la venta callejera que además de competir deslealmente con el comercio establecido, incluso en sectores prácticamente lo bloquean como se observa en calles en que se concentra el comercio callejero, observable en pleno Centro de Santiago, como por ejemplo en la Calle Ahumada y especialmente en la calle Puente.
El Gobierno debiera llevar adelante una agresiva política de aumento del empleo formal. Incluso se debieran realizar programas de empleo fiscal, empleo mínimo, para realizar diferentes mejoramientos como también para hacer inversiones. A esos trabajadores de los programas del empleo mínimo, se les debiera atender además con actividades de capacitación.
Es interesante recordar la importancia que tuvo en el Gobierno Militar, en su crisis del neoliberalismo de los comienzos de los años 80, con los programas de “Empleo mínimo” y de “Empleo a jefes de hogar”. Con el crecimiento económico que se generó con las nuevas políticas, esos programas se fueron debilitando por menos postulantes, hasta llegar a desaparecer.
Tener presente que de esa crisis se salió gracias a una nueva política económica, que abandonó al neoliberalismo. En lo principal devaluó, elevó aranceles e hizo participar activamente en el desarrollo crediticio al Banco del Estado. Cabe recordar que incluso se creó una nueva empresa pública, como fue COTRISA, para garantizar a la agricultura el cumplimiento de un justo precio para el trigo.
Qué importante es para una fuerza de trabajo, para el individuo, sentirse que está aportando con su trabajo a un resultado constructivo. Sentirse útil a la sociedad.
Se podrían motivar la formación de pequeñas empresas, por ejemplo para arreglar veredas y caminos. Incluso para mantener jardines. Podrían fomentarse trabajo de voluntarios que por manzanas revisen los problema existentes y los tramitan, como por ejemplo defectos en veredas y calles. Especialmente ver defectos en la atención de árboles y jardines; quienes no riegan para motivar que lo hagan a través de notificaciones y multas municipales.
En la sociedad moderna, todo Gobierno debiera dar trabajo al que lo necesite. Cabe peguntarse cuánto de la delincuencia y de la penetración de la droga ha sido la falta de oportunidad de trabajo especialmente a la gente joven. El comercio de la droga, da empleo asociado a la introducción a la drogadicción, especialmente en las poblaciones.
Quisiera insistir en lo que he planteado en otros artículos.
El país necesita hacer un profundo análisis de los graves problema sociales y económicos que enfrenta y que tienden a agravarse. Conocer y analizar sus causas inmediatas y mediatas. Además hacer una prognosis de la situación futura, es decir a lo que podemos llegar si no actuamos.
Lo anterior debería dar base a un sistema nacional de planificación indicativa, nacional, regional y por sectores de la economía y de la sociedad.
Por Dios que nos hace falta la CORFO antigua, que era una gran empresa no solo del Gobierno de Turno sino del Estado de Chile. Tuvo la responsabilidad de proponer a Chile un sistema de planificación como también a lograrlo avanzar en su ejecución ya sea con empresas del Estado como también al sistema empresarial privado.
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