Ya es un hecho conocido el alto precio que ha llegado a tener este producto, cuya oferta es un oligopolio de 2 a 3 oferentes en la mayoría de los territorios. El gas licuado es un producto esencial que no tiene sustitutos. Muy distinto es la situación cuando se está en las cercanías a la competencia perfecta.
En un mercado basado en los fines de lucro, no es fácil conseguir frente a un oligopolio, un precio que no genere esa alta rentabilidad que tendrían estas empresas que venden un producto con alta ineslasticidad de demanda precio. El comprador debe hacerlo al precio que se le cobre, posiblemente algo puede hacer reduciendo su consumo.
No es fácil fijarles precio o limitarles su rentabilidad. En otros productos como electricidad y agua potable pueden establecerse formas de determinar tarifas basadas en una rentabilidad garantizada, en servicio que habitualmente son adjudicadas por propuestas a una sola fuente de abastecimiento. Toman responsabilidades de abastecer de servicios a todos los espacios asignados por las concesiones.
En los oligopolios, sino hay una relativa coalición pueden darse competencias de precios hasta tender a transformarse en monopolios y/o en quiebras de algunas empresas o incluso del todo el sistema, como puede haberse dado en la competencia ferroviaria. Una forma de evitar esa destrucción es estableciendo en forma acordada un precio homogéneo, lo que puede considerarse en cierto modo una colusión.
Es importante para comprender mejor lo del gas licuado, es las características del producto. Tienen demandas precios totalmente inelásticas, la cantidad demandada tiende a ser constante a cualquier nivel de precios, o tener solo pequeñas variaciones. Por otra parte si una empresa baja el precio, su cantidad demandada se le aumenta considerablemente en contra de la que lo mantiene alto. Así puede desarrollarse una lucha de precios que puede conducir a la quiebra de las empresas abastecedoras o a un monopolio al sobrevivir finalmente una de ellas y vender a altos precios para resarcirse de las pérdidas anteriores.
Algo de eso se produjo en las luchas de las líneas aéreas, con quiebras parciales hasta tender a que la oferta se acerque al monopolio. Fue necesario en el pasado hacer un acuerdo de tarifas, la llamada IATA. Con tarifas fijadas como mínimas a cobrar, sin poder bajarse de ciertos niveles. Con ello se evitó la quiebra de muchas de ellas. De todas maneras algunas líneas en forma oculta cobraban a veces menos, a base de devolución clandestina de dineros. En el transporte marítimo y ferroviario se han dado casos de situaciones similares, que en la lucha por el mercado pueden llegar a quebrar,
En el caso del gas licuado, considero que podrían crearse cooperativas de consumidores que vendan el producto a un precio que les permita operar y lograr sus capitalizaciones necesarias. Ello motivaría a las empresas comerciales a vender a precios similares.
En Chile tenemos una valiosa experiencia en la distribución de energía eléctrica, con las cooperativas de electrificación rural, que fueron apoyadas por ENDESA y con créditos especiales otorgados por un par de fuentes a través de CORFO. Se consiguió crédito en condiciones muy favorable de AID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y del BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Sin duda es una actividad importante de fomento a un justo beneficio social y económico, proveer de energía eléctrica al sector rural-
ENDESA apoyó tanto la creación de Empresa Privadas de Electrificación Urbana con fines de lucro como las cooperativas de electrificación rural.
Hoy día podría pensarse en crear cooperativas de abastecimiento de gas licuado, con el apoyo del Estado, para tener así una competencia sana con las distribuidoras existentes, empresas privadas con fines de lucro. Con ello se contribuye a una mejor productividad de todo el suministro. ENAP podría impulsar esta idea tal como lo hizo ENDESA con las cooperativas eléctricas.
El tema lo he conversado en CONADECUS, con su presidente; él me manifestó la idea de crear cooperativas de consumidores en un sentido más amplio. Pienso que ello es algo más difícil.
Chile tuvo un interesante cooperativismo de consumidores con respaldo del Estado y Municipalidades. Recuerdo a lo menos tres importantes casos. El de mayor desarrollo fue UNICOOP que llegó a tener una gran cadena de supermercados en la Región Metropolitana. También fue muy importante COOPENOR en Antofagasta y otra importante cooperativa de consumidores en Punta Arenas. Se llegó a tener una organización superior que los integraba, como una especie de federación do estas cooperativas de consumo.
Con la crisis económica del periodo final del Gobierno de Allende y del periodo inicial del Gobierno Militar, se produjo una fuerte crisis empresarial, que afectó a este sistema cooperativo. Además el nuevo gobierno no llevó una política importante a favor del cooperativismo. En esa crisis, en mi opinión algunas empresas pudieron sobrevivir bajando las remuneraciones a sus trabajadores. Para las cooperativas era más difícil hacerlo, por sus características más humanas. Recuerdo a lo menos, enmi impresión un buen empresario hotelero que quebró, posiblemente por no querer bajar remuneraciones.
Conocí bastante la experiencia de UNICOOP; se consiguió un crédito especial del BID para su desarrollo. La experiencia fue muy interesante. Uno se hacía socio, le hacían un pequeño descuento como tal en el valor de las compras. Con esa diferencia se financiaba las acciones que adquiría para ser socio de la cooperativa. Fue interesante el apoyo de algunas municipalidades a este sistema; los locales eran de propiedad municipal. El sistema fue muy interesante, ya que permitía establecer supermercados en sectores de bajos ingresos, ya que los costos marginales para nuevos locales eran bajos. Los locales en sectores de altos ingresos generaban mayores excedentes que reforzaban el sistema total.
En el día de hoy, creo que ese sistema cooperativo sería difícil establecerlo por la fuerte competencia que existe en el mercado por las empresas que poseen un amplio abastecimiento de productos con amplias economías de escala y con tecnologías muy avanzadas. Lamentablemente en los últimos años se han producido saqueos en estos supermercados, incluso con incendio de locales especialmente en zonas de menores ingresos como también el robo de hormiga, los llamados mecheros, que en esos sectores llegan a actuar hasta con violencia. Ello ha motivado que los locales atacados no son reincorporados a la oferta de productos. Un caso representativo sería lo que le ha sucedido a la Comuna de la Pintana.
Volviendo al caso del gas licuado. Un grupo de municipalidades se han integrado para negociar con las empresas distribuidoras; han conseguido rebajas que parecerían importantes, pero ello deja más debilitada la situación de los habitantes de las comunas no incorporadas al sistema. En estos días he visto en le prensa que una de estas empresas distribuidoras del gas licuado han ofrecido un tratamiento especial a los pertenecientes a una de las cajas de compensación. Con lo anterior, los sectores más débiles son los que quedan en peor situación.
El sistema da la apariencia que evoluciona a favor de algunos consumidores, pero ellos no son los más desvalidos, son de comunas mejor organizadas o personas ligadas a esa caja de compensación. Se agudiza con todo esto, la situación de los sectores más desvalidos.
Pienso que ENAP, al igual como lo hizo ENDESA en el pasado, podría apoyar a cooperativas distribuidoras de gas licuado. Ello favorecería una competencia en el mercado que forzaría a las empresas distribuidoras privadas a bajar sus precios.
Otra experiencia interesante es del oligopolio de los pollos faenados, que se les ha acusado de estar coludidos y fijar los precios. El tema es algo distinto por varias razones. Está libre la importación de pollos faenados; los precios deberían ser inferiores a los de los costos de las carne importadas. La carne de aves tiene sustitutos por carnes de otras especies como las de cerdo y vacunos de libre importación.
Además son empresas de alta productividad que pueden directa o indirectamente hacer una cierta distribución de las áreas de venta, a base de producciones regionales que pueden ir preferentemente a zonas consumidoras aledañas. El sistema también favorece el estímulo al desarrollo del consumo con posiblemente un costo publicitario compartido a favor del consumo de esta carne de bajo precio.
Es interesante recordar que entre ellos se ha producido una solidaridad productiva. Una de esas de las dos más importante, enfrentó una crisis productiva por razones de sanidad animal. Supe que hubo apoyo de a lo menos una de las otras para que la afectada reponerse a una situación previa a su crisis. Se ha hablado de colusión en los precios, pero al parecer ha sido más bien en las empresas distribuidoras.
Debe tenerse presente que en el mercado es normal que los precios sean uniformes, es una ley económica reconocida.
Pueden producirse ciertas colusiones que se les puede considerar normal, especialmente cuando suben los costos, como ha sido recientemente con el pan, por las alzas de precios del trigo y la harina. Los productores de pan deben tender a aumentar los precios del pan con relativa similitud en los momentos de hacerlo. Son acuerdos en cierto modo necesarios, forzados por la realidad económica y financiera.
Ojalá prospere la idea de hacer presente al cooperativismo en la distribución del gas licuado, a favor de los sectores consumidores de gas licuado a que nos les llega tratamientos especiales, principalmente por su situación de marginalidad.
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