Los empresarios organizados representando a la producción de exportación y a las exportaciones mismas, repetidamente han hecho sentir al Gobierno el problema, que se caracteriza principalmente por el bajo nivel del dólar, su inestabilidad y sus inciertas perspectivas.
Poco se ha mencionado el efecto que la caída de la divisa, denominada más elegantemente como la apreciación del peso, tiene sobre el sector productor para el mercado interno, que debe enfrentar la competencia de los productos importados.
Se pueden captar dos posiciones en el Gobierno y en parte en el Banco Central.
El Presidente de la República prometió en su campaña un dólar alto y estable. Lo mismo lo confirmó en los primeros meses de gobierno el Ministro de Agricultura. Recientemente el Presidente nuevamente se ha referido al tema anunciando que habrá medidas para corregir esta situación. Bastó esa noticia para que el dólar tuviera una leve recuperación.
Ambos compromisos hasta ahora no se cumplen.
Por otra parte el ministro de Economía acompañando al Presidente de la República en California reiteró que el valor del dólar lo determinaba libremente el mercado. El ministro de Hacienda parece compartir esa posición como desde luego la mayoría de los personeros del Banco Central que podrían actuar en estas materias.
Un tema que tampoco está claro es sobre si realmente el valor del dólar está bajo.
Muchos economistas sostienen que el nivel del dólar es competitivo, y que la leve baja debe corregirse con mejoramiento de la productividad.
Se puede decir que hay desilusión en amplios sectores frente a las esperanzas derivadas de los contenidos de los anuncios del Gobierno, que en la realidad no se cumplen.
Un artículo de El Mercurio del 22 de octubre refleja muy bien las inquietudes empresariales. Su autora es Silvana Celedón Porzio. Parte el artículo con:
Inversionistas esperaban que esta semana se anunciaran iniciativas directas por caída del dólar.
Su titular en grandes letras anuncia:
Mercado critica al Gobierno por generar sobreexpectativas de medidas cambiarias
A continuación presenta:
El titular de Hacienda, Felipe Larraín, informó ayer que reducirá los trámites y costos para el sector exportador, como una vía para mitigar efectos de la fuerte apreciación del peso.
El cuerpo del artículo se inicia así:
Desde que a inicios de la semana el Presidente Sebastián Piñera y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, hablaron de que el Gobierno “estudiaba” medidas para evitar que el dólar siga cayendo en el mercado local, economistas, inversionistas y expertos siguen con atención cada anuncio y cada pauta del Ejecutivo.
Da la sensación que el ministro de Hacienda para tratar de cumplir en algo los compromisos del Ejecutivo, no actúa con medidas que influyan en el valor de la divisa, sino sólo en bajar costos de exportación reduciendo los tiempos de los trámites a menos de la mitad, de 21 días a 10. Uno podría preguntarse, por qué esa medida no se estableció antes.
No cabe duda que las expectativas quedaron frustradas. Algunos párrafos del artículo que me parece conveniente destacar.
“Es importante que el Gobierno acote sus mensajes y que éstos vayan realmente en línea con las iniciativas que se promueven, de lo contrario se dañará la credibilidad comunicacional de las autoridades”, sostuvo el economista jefe de Bci, Jorge Selame.
Otra opinión de un economista, Gonzalo Sanhuesa socio de Econsult “Cuando se entrega información errada al mercado la volatilidad aumenta”.
Otra expresión es la de Cristóbal Doberti, de BICE Inversiones “Los anuncios de Piñera y Larraín durante esta semana definitivamente dejaron la puerta abierta para que el mercado especulara con iniciativas adicionales y que tuvieran un impacto en el flujo de corto plazo”.
También se mencionan palabras de Rodrigo Aravena referente a la medida anunciada “es una buena medida” para el sector exportador, pero no a través del tipo de cambio, que es la principal preocupación para este rubro. “Por ende, si el mercado estaba esperando iniciativas puntuales para impulsar el dólar, eso definitivamente no ocurrió y la expectación persistirá”.
El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura manifiesta “La medida anunciada sólo mitiga la caída del dólar, por ende espero que no sea la única iniciativa que fomentará el Gobierno”
Por los diferentes comentarios, se deducen fuertes críticas a la relación entre los ofrecimientos de Gobiernos y las medidas concretas cumplidas. Además se manifiesta que estas medidas son de efecto demorado y no solucionan los problemas actuales, como tampoco influyen sobre el valor de la divisa.
El autónomo Banco Central nunca ha querido reconocer oficialmente que intervendrá en el mercado del dólar. La última vez que lo hizo durante el Gobierno de la Concertación justificó la compra no para afirmar el valor de la divisa sino que para formar reservas para asegurar posibles inestabilidades en la economía mundial.
Ha sido públicamente planteado por personeros actuales y del pasado del Banco Central, que no es responsabilidad de esa autónoma institución el tema del valor de la divisa. Su responsabilidad está en la inflación y en asegurar la capacidad de Chile para responder con sus compromisos en moneda extranjera.
Dos otras noticias cabe mencionar sobre el tema, una es lo declarado por un destacado personero del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la otra lo manifestado por el Presidente Piñera sobre el control al movimiento de capitales.
Otro artículo de El Mercurio está relacionado con el tema del valor de la divisa. Es de la periodista Lina Castañeda, que se titula:
FMI: la apreciación del peso en Chile hasta ahora “es razonable”
La recuperación mundial requiere que países emergentes acepten una apreciación, dice Oliver Blanchard.
Blanchard es el economista jefe del FMI. El artículo da para una mayor análisis y es sobre temas internacionales de mucha actualidad.
No podemos olvidar cómo el FMI apoyó a Argentina para mantener artificialmente la paridad del peso con el dólar y hoy vemos cómo respalda la “apreciación de peso chileno” como contribución a la recuperación mundial.
Debe tenerse presente que una parte importantes de la caída de la divisa en Chile es el precio extraordinariamente del cobre, que aporta alrededor del 50% del valor de nuestras exportaciones. No cabe duda que Chile es un caso especial, quizás parecido al de los países petroleros, que en general nunca dejaron apreciar sus monedas debilitando o destruyendo otras producciones grandes generadoras de empleo.
La otra noticia que preocupa es la que da cuenta de las declaraciones reciente del Presidente Piñera “En Chile no estamos de acuerdo con el control de capitales, somos una economía abierta e integrada”. Esta afirmación hace pensar que el Gobierno está dispuesto a que entren libremente los llamados capitales golondrinas, que pueden agudizar aún mas la caída del dólar si debemos subir los intereses o a la inversa, cuando no les conviene, escapan repentina y rápidamente, originando alzas intempestivas del valor de la divisa. Esa libertad absoluta o libertinaje contribuye a las inestabilidades.
No puede dejar de pensarse, qué le pasará a Chile si el valor del cobre llega a niveles normales, cercanos a sus costos de producción. El dólar deberá subir un 20% o quizás más. Cuál será ese efecto en la inflación chilena y en endeudamiento tan alto de la familia chilena.
2 comentarios
Rolando,
Buenos dias: Quisiera saber cual seria el mecanismo que podria permitir a un Presidente de la Republica teoricamente de prometer poder fijar una divisa alta y estable? Yo creia que el valor del dolar dependia del mercado libre. Ademas hay tanta especulacion.
eugenia
24 de octubre de 2010
Eugenia:
El Gobierno tiene una serie de herramientas para influir sobre el nivel del dólar. Primero, es importante que tenga la voluntad de hacerlo y eso lo demuestre. Una de las medidas más simples y directa es que Hacienda compre dólares o que deje de vender divisas para financiar sus gastos en moneda nacional. Al respecto he planteado que debía lograrse una modificación de la Constitución de manera que cuando el país es afectado por una catástrofe nacional. el Banco Central pueda prestarle moneda nacional al Fisco, como lo permite la Constitución en caso de guerra o peligro de guerra; la condición de catástrofe nacional la podría calificar el Ejecutivo con el respaldo del Parlamento, por ejemplo por el 60% de Senado. Con eso se hubiera evitado que el Gobierno hubiese vendido divisas para cubrir gastos en moneda nacional, lo que ha contribuido a la baja del dólar. Además se habría dispuesto más rápidamente de recursos para la reconstrucción, como también se hubiese evitado la reducción de aporte de recursos a las regiones no afectadas por el terremoto-maremotos.
Si bien el Banco Central es autónomo, puede coordinarse el Ejecutivo con las autoridades del banco emisor para que éste compre dólares.
El fomento del ahorro en dólares puede ser otro mecanismo. Además un fomento a inversiones basadas en componentes externos podría también serlo, por ejemplo alentar o estimilar a sus instituciones y a las empresas privadas y públicas para que renueven maquinarias y equipos con tecnología más actualizadas con componentes importados. A las pymes se le podría dar atención especial entregándole a ellas estos recursos como capital asociado.
A las universidades se les podría ofrecer recursos en moneda extranjera para renovar y ampliar equipos de investigación y de procesos experimentales, que fuesen calificados como convenientes para el desarrollo del país y especialmente de regiones específicas y de la formación de sus académicos y alumnos; también podrían otorgarse a los institutos profesionales para una mejor formación de los técnicos.
Otro ejemplo sería dotar a Ferrocarriles del Estado con nuevos equipos para tener la capacidad de hacer funcionar un ferrocarril a lo largo de todo Chile, desde Iquique hasta Puerto Mont. Un metro tren desde Valparaíso hasta Quillota, hoy llega sólo hasta Limache. Un metro tren desde Estación Central, pasando por el Estación del Metro de Quinta Normal hacia el Norte como por ejemplo hasta Til Til. Reestablecer o mejorar los ferrocarriles internacionales como el Trasandino desde Valparaíso y Santiago hasta Mendoza o los ferrocarriles de Arica a la Paz y de Antofagasta a Salta. Esto podría constituir futuro un importante estímulo al turismo.
Otro mecanismo podría ser que cuando una materia prima que exportamos llegue a precios sobre determinados valores, sus excedentes pasen a un fondo estabilizador que lo administre el Banco Central y que se registre como propiedad de cada aportante y que cuando el precio baje del nivel límite, se vaya devolviendo a sus propietarios. Esto podría aplicarse al cobre y otros minerales como el molibdeno y a la celulosa; Colombia lo ha hecho positivamente con el café. Este mecanismo daría más estabilidad para esas actividades hacia el futuro.
El reforzamiento de un sistema de becas en el extranjero podría ser otro mecanismo, que lo ha usado especialmente Venezuela para formar profesionales con recursos provenientes de sus exportaciones de petróleo.
Otro mecanismo es el evitar que los capitales golondrinas agudicen las oscilaciones del valor de la divisa; tenemos positivas experiencias sobre un encaje a las internaciones de capitales extranjeros de corto plazo.
Estoy seguro que podrían establecerse muchas otras iniciativas, las que podrían captarse de sugerencias que pudiesen recibirse y de experiencias internacionales al respecto.
Soy partidario de una banda de precios para el dólar, en torno a un precio que debiéra considerarse normal, que se pueda ir corrigiendo. Que se sepa que nunca el dólar pueda caer por debajo de un nivel y que no suba más allá de otro nivel máximo. Las intervenciones serían menores mientras el valor del dólar esté más cerca de lo estimado como valor normal. Sólo al llegar a los extremos el Banco Central y o Hacienda compren o vendan.
Atentamente.
Rolando