Un tema que estuvo de actualidad ha sido la crítica a que en la Universidad de Chile el Rector haya propiciado un sistema de voto ponderado que lo beneficia. Este cuestionamiento ha venido principalmente de académicos de gran prestigio de facultades tradicionales, que tienen profesores con pocas horas de nombramiento y que anteriormente tenían un voto de valor pleno. Muchos de ellos de larga y valiosa trayectoria que han querido mucho a su universidad y, en los momentos más difíciles, han estado siempre dispuestos a ayudarla. Este voto ponderado debilita el peso electoral de esas facultades
Entiendo que el voto ponderado es algo legal establecido en la Universidad de Chile, de acuerdo a la ley de su Estatuto y que además siguió el trámite de ser discutido y aprobado por el Senado Universitario y por el Consejo Superior de la Universidad.
Para analizar más el tema convendría remitirse a lo existente en el pasado. Recuerdo que varias décadas atrás sólo votaban para elegir rector los profesores que tenía la calidad de titulares de una cátedra o una cátedra en propiedad. La mayoría de los académicos en aquel entonces tenían nombramientos por pocas horas semanales. Eso desapareció con la reforma de fines de los sesenta y comienzos de los setenta, en que desapareció la gran cátedra del pasado y se le dio preponderancia a los departamentos, quienes pasaron a ser responsables académicos de las antiguas cátedras y eran éstos los que designaban a los profesores que debían quedar a cargo de las asignaturas oficiales.
Con la reforma de esa época se dio derechos electorales a los estudiantes y a los funcionarios, con ponderaciones menores a la de los académicos. Más de una elección rector, si mal no lo recuerdo, se hicieron en esta forma y creo recordar que en general hubo bastante correlación en los resultados porcentuales de las votaciones de cada estamento.
Con el Golpe Militar se anuló todo esto, se acabaron las elecciones y los rectores fueron designados en calidad de delegados, por el Gobierno. La Universidad de Chile llegó en apariencia a ser un regimiento más o bien una unidad de más alto nivel, que cambiaba de mando cuando había cambios de dirección en las dependencias del Ejercito.
Cuando se reinicia muchos años después la elección de autoridades, sólo quedaron con derecho a elegir los académicos. Sólo con la aprobación del último estatuto de la Universidad de Chile estudiantes y funcionarios volvieron a participar en el sistema electoral, pero sólo en la designación de senadores por estamentos. Algunos pensamos entonces que la aprobación de este estatuto requería la modificación de la Ley Orgánica Constitucional de Educación(LOCE), pues no permitía que estudiantes y administrativos pasasen a tener responsabilidades como las que tiene el Senado. Sin embargo el sistema jurídico interpretó que no se necesitaba una ley de quórum calificado y/o la modificación de la LOCE para establecer este Senado triestamental.
El nuevo estatuto que es ley, no da derechos electorales para designar autoridades académicas ni a estudiantes y ni a funcionarios, salvo en el caso de elegir a senadores que los representan. Sus votos para el Senado no compiten con votos académicos.
El nuevo estatuto contempla la posibilidad del voto ponderado; bastante tiempo esta votación ponderada no se estableció. Su establecimiento requería un proceso interno universitarios que finalmente llegó a término.
Entre las molestias de prestigiados profesores de tiempo parcial está el hecho que académicos mucho más jóvenes, con pocas experiencias, tengan más derechos que ellos.
Sin duda que parece algo aberrante.
También un antecedente que se critica es el de que a lo menos un decano utilizó horas académicas para contratar por pocas horas a profesores que le daban apoyo político y así habría asegurado una elección. Nace así una razón importante para justificar el voto ponderado.
Desgraciadamente se ha usado en la universidad el sistema de nombramiento para finalidades de poder político, a veces por encima de los méritos profesionales y académicos de quienes debieran designarse.
Conocí el caso de un académico de mucho prestigio que estaba jubilado y que no se le quiso contratar ni por un tiempo mínimo como profesor a pesar de tener una asignatura electiva muy concurrida; eso habría sido para que no tuviera poder político, es decir derecho a votar y también a ser elegido. Era un profesor de nivel de profesor titular. Se le pagaba vía honorarios.
También existe una opinión algo generalizada que a los profesores a tiempo parcial no le interesa mayormente la universidad, no así a los que están a jornadas más extensas o completas. Eso sin duda que es relativo, he conocido a profesores a tiempo parcial que quieren mucho a su universidad y que tienen una condición y cualidad muy valiosa de plena independencia académica y profesional para actuar. Sus ingresos dependen principalmente de otras fuentes. También es posible que existan profesores a tiempo reducido no se interesen mayormente por la universidad, más allá de atender las responsabilidades relacionadas con una asignatura..
Fui académico de la Universidad de Chile por más de 50 años, gran parte del período como académico de tiempo parcial. Tuve en ese estado cargos de alta responsabilidad y proveniente del apoyo académico para ser elegido.
No es fácil tener buenos sistemas de elección de autoridades. Recuerdo que hace muchos años en que sólo votaban para elegir decano y rector los profesores a cargo de cátedras, habitualmente designados por concurso; a ellos se les dominaba profesores titulares de cátedra. Era época de grandes cátedras, con el gran profesor en el alto nivel y después venían las jerarquías siguientes. Las cátedras eran a veces llamadas por el nombre del profesor titular; en Medicina era habitual hablar de la cátedra del Dr…
Recuerdo en una oportunidad en una de las facultades a las que he pertenecido, debía pronunciarse por la designación proveniente de un concurso y yo voté por el que creí que tenía claramente mejores méritos. Esa persona no fue elegida.
Muchos años después se me acercó en una fiesta de matrimonio ese profesor postergado para agradecerme la defensa que yo había hecho de él. Realmente no me recordaba del caso. Supe después que el era masón, yo nunca lo he sido. Bastantes años después, el decano de esa época comentó que él se había preocupado que hubiese en su facultad un equilibrio entre masones y católicos. Era época en que la lucha entre ambas posiciones era importante. Posiblemente ese criterio podía ser positivo, como también criticable; en lo positivo podría considerarse como un “sabio cuoteo”.
Un instituto de la Universidad de Chile usó un sistema de designación de su director a través de un Comité de Búsqueda. No sé si ha seguido ese sistema. Me ha parecido un procedimiento interesante. Si un grupo de prestigiados académicos que quieren a su institución buscan a quien creen que sea el mejor, es algo positivo. Muchas veces los más indicados para el cargo no están dispuestos a presentarse como candidatos, a no trabajar por campañas, a no estar dispuesto a pedir votos a veces hasta condicionados, se pueden perder así a valiosos elementos directivos. En cambio un comité de búsqueda puede convencer al académico a postular, ya con el respaldo de un importante grupo de académicos que probablemente asegurarán su elección y, no sería extraño, que terminase como el candidato único. Un método así puede evitar que se desarrollen conflictos internos que posteriormente se agudicen.
También me he formado la impresión que en algunos departamentos se forman especies de camarillas que obstaculizan designaciones de los más capaces. Posiblemente éste sea un defecto de la democracia universitaria, pero cabe la duda sobre si existen sistemas mejores que puedan generalizarse. Sin duda si en los académicos existen sólidos y positivos valores, serán siempre elegidos a los mejores; pero lamentablemente no siempre se dan esas situaciones ideales.
Con los elementos de juicio que tengo, creo injusta la crítica que se ha hecho al actual rector de la Universidad de Chile en este aspecto, el del voto ponderado. Éste está contemplado en el Estatuto y además fue establecido por un proceso en el que seguramente se hizo un amplio y profundo debate antes de tomar las decisiones en las instancias correspondientes.
Años atrás fui académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) y ya entonces se había establecido el voto ponderado.