Medicina natural, actualidad y economía

Empresas por afán de lucro inmediato, se dañan a la larga a ellas mismas y perjudican a la sociedad

Varios ejemplos pueden darse de empresas, tanto del sector público como del privado, que toman determinaciones a favor de altas utilidades inmediatas, dañando a la larga a ellas mismas y, desde luego, a la sociedad. Se mencionan los casos de CODELCO, BANCO DEL ESTADO, CELCO y el área del salmón.

Un ejemplo ha sido el abuso de las contrataciones externas, que originan grandes desigualdades en las remuneraciones de sus colaboradores, que terminan generando reacciones violentas, no fáciles de superar, a través de las cuales los trabajadores terminan recuperando posiciones y generando un efecto de demostración, el que puede extenderse a otras empresas, en que las desigualdades son menos marcadas.

El tema de las contrataciones externas está en estos momentos generando graves problemas en CODELCO. Paralizaciones de actividades, violencias, divisiones entre los trabajadores y riesgos de vida; incluso se menciona que compromete la conservación de inversiones, que pueden agudizar riesgos y comprometer producciones futuras.

Vemos situaciones de esta naturaleza en a los menos tres actividades destinadas preferentemente a las exportaciones. Está el caso de CODELCO ya mencionado y los del salmón y la celulosa.

El sector salmonero se ha visto seriamente afectado. Su crecimiento excesivo y la concentración espacial de las producciones sería una causal importante de la aparición de enfermedades en el salmón, que han comprometido seriamente a la producción; se han debido cerrar procesos productivos y se habla de despidos masivos de trabajadores. También en el pasado reciente se ha comentado críticamente la desigual distribución de beneficios entre el capital y el trabajo en estas actividades, que ha conducido a agitaciones gremiales. Todo lo que está sucediendo en estos procesos de alguna manera afectan la imagen de Chile.

En el tema de la celulosa, es lamentable lo sucedido con CELCO en un par de sus plantas. El caso de la de Valdivia fue impresionante. El efecto contaminante de aguas que habría generado, con sus efectos en los emblemáticos cisnes de cuello negro, asociado a que la planta habría tenido sistemas de desechos en parte clandestinos, más allá de los permitidos para su instalación oficial, han dañado al país. La planta debió cerrar, a pesar de la presión en contra derivada del significado que su cierre tiene en la generación de desempleo y en ingresos regionales. También CELCO debió enfrentar inquietudes laborales de trabajadores de su sector de subcontratación. Esta empresa es la que ha tenido las más altas utilidades; se atribuye mucho de esto a que ejecutivos buscan maximizar utilidades a todo costo, evitando en incurrir en inversiones y gastos mayores para llevar producciones no contaminantes y, logrando, a través de contratistas, una mano de obra más barata.

Contrasta esto con la Compañía de Papeles y Cartones, que hasta la fecha no ha enfrentado situaciones delicadas de contaminación y en la que las empresas contratistas deben pagar remuneraciones no inferiores a las que la empresa mayor les establece.

Recuerdo palabras del Presidente de la CUT cuando señalaba que ellos preferían entenderse, como era en el pasado, con los dueños de las empresas, ya que con ellos se podían enfrentar más directamente y llegar a acuerdo, que no con los altos ejecutivos actuales, que resultan más duros que los mismos propietarios.

En el caso de CELCO eso ha sido al parecer lo sucedido. Ese gran empresario Angelini, de mucho sentido social, ya fallecido, pareció ser superados por la posición de altos ejecutivos que motivaban «gestiones exitosas de la empresa», la que desplazaba a otros que tenían a mi juicio visiones más amplias de futuro. Varios de estos ejecutivos tuvieron que salir de la empresa y de sus plantas cuando las situaciones hicieron crisis.

Un caso emblemático a mi juicio ha sido el del Banco del Estado, en que altos ejecutivos, por lograr elevadas rentabilidades y obtener o mejorar prestigio, no trepidaron en dañar ese verdadero capital social que era el de millones de cuentas de ahorro que por décadas se venía fomentando desde la antigua Caja Nacional de Ahorros, que lo estimulaba a partir de los escolares mismos y proyectando su fomento a toda la sociedad. Ese papel lo siguió desarrollando el Banco del Estado durante los diferentes gobiernos de la antigua democracia e incluso durante el Gobierno Militar, donde primó el neoliberalismo. El Banco ahora con el cobro de comisiones reajustables de mantención de las cuentas, de los millones de cuenta a lo que se llegó, logró altas utilidades, que mejoraron su rentabilidad y «prestigiaron a sus ejecutivos», a costa de quitarle patrimonio a millones de pequeños ahorrantes que con sus intereses no lograban cubrir las comisiones establecidas para su mantención. Las organizaciones de consumidores han denunciados estos hechos y, una de ellas, CONADECUS, lleva un juicio adelante, que ha logrado avances positivos, pero enfrenta la hábil defensa de esta empresa estatal que dispone de muchos recursos financieros y otros medios para evitar que se actúe contra ellos. La prensa, que es muy beneficiada por los avisajes de estas grandes empresas, son reacias a dar noticias sobre estos temas.

Recientemente tuve la experiencia con LAN en vuelos internacionales y locales. La crítica la planteé en carta al Director de El Mercurio, que sabía que no era fácil que se publicara, carta que no se publicó. La transcribo a continuación:

«Señor Director:

«LAN, higiene y alimentación a bordo»

«En un reciente viaje a Nueva Zelanda y Australia pude apreciar que LAN, a diferencia de otras empresas aéreas en vuelos internacionales, no entrega a sus pasajeros esas toallitas húmedas, calientes y perfumadas que se ofrece habitualmente en otras líneas a los pasajeros en viajes largos, especialmente para asearse las manos. Sin duda que es una práctica que contribuye a la higiene y, en general, agrada al pasajero. Seguramente los directivos de la línea aérea han estimado que esta práctica eleva costos».

«Hace pocos días viajé de Santiago a Punta Arenas en LAN y me encontré con la sorpresa de que se entrega a cada pasajero una caja con tres pequeños paquetes envueltos en plástico, un queque bastante dulce, una galleta doble rellena con un material dulce o un alfajor y un pequeño paquete de maní. En el viaje con escala en Puerto Montt, en ambos trayectos se entrega una caja similar; además se ofrecen bebidas gaseosas o un jugo, café o té, o cerveza enlatada; no se ofrece vino Al regreso, en un vuelo sin escala, se entregó una sola vez esta ligera colación».

Es criticable que esta línea aérea no se sume a las campañas llevadas adelante por el Ministerio de Salud, la Universidad de Chile y el sector privado en la promoción del consumo de las cinco porciones diarias de consumo de hortalizas y frutas, tan necesario para la población. Contrasta esto con la positiva campaña de una gran cadena de supermercado de motivación del consumo de las cinco porciones, perteneciente a un empresario de origen extranjero».

«Siendo Chile un país gran productor y exportador de frutas y vinos, bien debería esta línea, que mantiene el nombre de nacional, ofrecer estos productos a sus pasajeros».

«Debe tenerse presente que muchos extranjeros viajan a Magallanes, por la importancia internacional de sus bellezas naturales».

«Es probable que en su afán de mejorar rentabilidades y capacidad de ampliar inversiones, se recurra a estas pequeñas economías que perjudican la imagen de Chile y, además, con ello esta gran empresa aérea no contribuya a la higiene, al mejoramiento de la dieta del chileno y no dé al turista extranjero una oportunidad más de apreciar la calidad de la fruta, las hortalizas y el vino chilenos.

«Con este accionar LAN no está favoreciendo la imagen país».
Rolando Chateauneuf D.

Como ya señalé, de acuerdo a lo esperado, esta carta no fue publicada.

Al terminar este artículo, se aprecia que el tema de CODELCO hace crisis. Las pérdidas diarias ya llegan a los 10 millones de dólares, como un tercio de las pérdidas mensuales del Transantiago. Hay preocupación en el Gobierno y en el empresariado por lo que está sucediendo, también lo manifiesta la Iglesia; es grave que la vía de la violencia permita lograr soluciones.

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