Varios tristes ejemplos se observan en nuestro país sobre estas materias. Los incendios forestales, la falta de preocupación por el tema de árboles y jardines en los municipios y el comportamiento de la población, incluso de empresas pertenecientes a importantes cadenas, parece que son procesos que muestran retroceso en valores mejores del pasado, hoy en un mundo en que cada vez nos consideramos más desarrollados y en que estamos orgullosos de nuestro PIB per cápita y de la invitación que nos hicimos hacer para incorporarnos a la OCDE, al llamado Club de los países ricos o desarrollados. Por ello no debe extrañar que en las protestas sean destruidos árboles para hacer barricadas y fogatas.
Qué poca preocupación hay por prevenir los incendios forestales. Todos los años aparece tardíamente su preocupación cuando éstos se presentan y no sólo destruyen flora y fauna, junto con contaminar sino que también ponen en riesgo poblados aledaños o incluso reservas como el Jardín Botánico de Viña del Mar. Pasan a ser graves aportantes de CO2 y dioxinas. Cortan caminos y perjudican al turismo, además, desde luego, comprometer vidas humanas.
Las metas de reforestación de la Región Metropolitana no se cumplen, a pesar de: que se desea que Chile sea un “País Forestal”, que tenemos tantos desempleados, especialmente juventud, que pudieran contratarse para cumplir esas metas.
Interesantes países desarrollados en períodos de crisis y de desempleo, han dado trabajo en faenas de reforestación. Especial mención puede hacerse de Suecia de que en la crisis de comienzos de los años treinta del siglo pasado, empleó a un gran número de trabajadores en la reforestación de ese país, lo que contribuyó a crear esa gran riqueza sueca que no sólo está basada en la actividad forestal primaria sino que también en la creación de una avanzada industria derivada del bosque y de maquinaria forestal; a lo que debe agregarse los efectos positivos medio ambientales También entonces Suecia dio empleo a los cesantes fabricando adoquines de piedra, los que posteriormente fueron exportados en gran parte a Europa cuando la economía mundial se recuperó. Llama la atención que países como los nórdicos le den tanta importancia al empleo, muy diferentes a nuestro paìs.
Pocos años atrás estuve en Nueva Zelanda en un viaje turístico; el guía local nos informaba cómo se había dado empleo en momentos críticos haciendo carreteras y plantaciones forestales. Ésas son actitudes y visiones de países que tenían un gran potencial humano, de pensadores y de estadistas con visión de futuro.
Qué distante está Chile de aquello, aunque ya nos consideramos como héroes porque nos hemos hecho invitar exitosamente a la OCDE.
Mejor ni recordar de las cortas clandestinas de alerce en la X Región, delitos que al parecer han pasado al olvido, sin ubicar ni sancionar a los culpables.
Vemos cómo lo que era el Aeropuerto de Cerrillos, donde ahora se pretende hacer ese Gran Parque para el Segundo Centenario, sus árboles existentes se han dejado secar. Vemos extensos terrenos que fueron agrícolas, hoy abandonados esperando plusvalías no tributables o trámites de venta y urbanización, que en estos meses se trasforman en extensas áreas afectadas por los incendios de pastizales generadores de CO2 y dioxinas..
Deprimente espectáculo y ejemplo se aprecia en parte de una de las comunas más ricas de Chile, en Providencia, en cuanto a parques y jardines. Desde hace años vivo en esa Comuna, en el sector El Bosque y Tobalaba. En general estamos rodeados de áreas privadas arboladas con hermosos jardines como también meritorios esfuerzos que se han realizado por el Municipio en cuanto a plazas, bandejones centrales como el de Avenida El Bosque y más recientemente los esfuerzos en la esquina de Tobalaba con Carmen Sylva para conservar unas relativamente nuevas platabandas de arbustos y plantas menores que el público no respeta. Por otra parte he visto con molestia algunos casos emblemáticos de falta de atención a árboles y jardines especialmente por empresas pertenecientes a cadenas comerciales, con la pasividad municipal.
Años atrás hice llegar mi queja a la Municipalidad de Providencia por la corta que se produjo de un hermoso cedro en la esquina de Tobalaba con J.A Soffia, árbol que perduró hasta que un bonito local de venta de juguetes pasó a ser una nueva sucursal de Farmacias Ahumada. El recordado árbol parecía centenario, estaba cercano a otro algo más al sur, al parecer coetáneo, que aún persiste en una propiedad privada y que parecían símbolos del comienzo de una comuna de tradición arbolada.
El árbol, que estaba muy cerca de la esquina, fue cortado mientras yo hacía un viaje fuera de Santiago; al parecer nadie actuó y nada se pudo hacer oportunamente para evitarlo; sólo una posterior protesta mía a la Municipalidad, que no fue respondida formalmente Supe en forma extraoficial que para el Municipio el árbol estaba en propiedad privada y nada podía hacerse.
Al parecer el árbol dificultaba la instalación de un letrero publicitario, y estaba situado en un espacio en que hoy es peatonal.
Por otra parte esa farmacia ha dejado secarse los arbolitos que ha plantado la Municipalidad y sus reducidos jardines están hoy totalmente secos y abandonados.
Es deprimente por otra parte ver la esquina punta de diamante de Tobalaba con El Bosque, donde está ubicada una pizzería de una conocida cadena, la Telepizza. Antes en esa esquina había una venta de muebles que se preocupaba de sus jardines.
Existe un triangulo para jardín que pensé que era municipal, pero cuando planteé mi reclamo al Municipio, se me contestó que era propiedad privada y nada podían hacer. Antes de iniciar mis reclamos pedí hablar con el encargado del negocio de pizzas a quien le hice ver la conveniencia que regaran unos arbustitos que se estaban secando en el costado con avenida El Bosque. Su respuesta fue que no tenían manguera. Varios de esos arbustos que estaban en la parte más soleada, se secaron.
El año pasado yo mismo con el nochero de mi edificio casi contiguo a esta pizzería, los regamos de noche para que re recuperaran y sobrevivieran; por otra parte motivé a que otro vecino más cercano periódicamente los regara; así lograron salvarse. Recuerdo que tiempo atrás se le pidió a una persona que estaba regando el bandejón central de El Bosque, posiblemente contratista de la Municipalidad, que les tirara un poco de agua, pero su respuesta fue que se le dieran unos pesos.
Hice llegar a la Municipalidad mi queja por el abandono que había en estos sectores; de inmediato se me respondió que pasarían los antecedentes a la dependencia correspondiente, sin tener más respuesta futura.
En vista de lo sucedido hice llegar mi queja al concejal Pedro Lizana, exalumno mío en la Universidad de Chile y ex funcionario de CORFO donde ambos trabajábamos. El tema lo atendió de inmediato y el caso hasta debió ser llevado al Concejo Municipal.
Pero la respuesta fue que nada se podía hacer, porque esa esquina era privada. Es increíble lo que pasa en esta comuna que se desea sea “emblemática”.
Recuerdo que años atrás fue hasta detenida una señora de la misma comuna por no arreglar el jardín que correspondía a lo que se creía era su propiedad; se le habría detenido por rebeldía y se produjo todo un escándalo público por esa madre separada de su hijo y llevada a prisión, la que finalmente no era responsable del delito que en realidad existía. Quizás sea por eso que el Juez de Policía Local ha dejado de actuar en este terreno.
La Municipalidad el año pasado repuso varios árboles secos en ese sector de Tobalaba, en Carmen Sylva y en Avenida El Bosque, que ni el servicio municipal ni los vecinos los regaron; un par de ellos estaba frente a la pizzería antes señaladas y varios otros en otros locales comerciales, especialmente bares nocturnos de la Avenida Tobalaba; desde luego la mayoría se secaron. En Carmen Sylva y El Bosque también se secaron arbolitos enfrente de propiedades privadas. Se observa una falta de preocupación por estos temas en distintos sectores de nuestra sociedad.
Insistí tiempo atrás nuevamente al señor Alcalde de Providencia, con todos los antecedentes, en nota de carácter privado, para ver si llegaba a sus manos; no tuve más respuesta que un acuse de recibo enviado por una funcionaría.
Frente a estos problemas, se puede apreciar que no hay conciencia pública ni privada en esta comuna, de las más ricas de Chile y que ha pretendido tener un prestigio internacional.
Este año el Municipio replantó los arbolitos; al parecer le dio los primeros riegos; ellos han prendido, pero hoy nuevamente se les ve en situación crítica.
Parece increíble la incapacidad o falta de voluntad de un Municipio como el de Providencia para actuar en materias de esta naturaleza, a pesar de las reiteradas denuncias y planteamientos que se le ha hecho llegar.
Triste también es ver la pasividad, e incluso indolencia, de los responsables de una farmacia, de una de las cadenas mayores de Chile ya desprestigiada por la colusión de precios por ella reconocida y por los sistemas de venta, que motivan al cliente a adquirir productos para ellos más rentables. Como también es deprimente el comportamiento de la administración de una pizzería, también de una cadena importante, la que además proyecta una triste imagen de descuido y desorden de los espacios de jardines que deberían atender; ello sin duda va en desmedro del mismo negocio.
Llama la atención en muchos barrios antiguos de Santiago, de casas generalmente de un piso, en que los dueños o residentes se preocupan de mantener un verde y florido jardín, desde luego con los cuidados de los árboles. Posiblemente eso es demostración de la antigua mayor cultura social de la clase media chilena del pasado, que regaba sus árboles, que barría sus aceras y que también pintaban las fachadas de sus casas para las Fiestas Patrias de septiembre.
En el extranjero es tan común ver, en países de muy diferentes culturas, que a árboles y arbustos de calles y plazas le coloquen pequeños letreros con su nombre científico, su nombre común, la familia a la cual pertenece y su origen. Son formas de trasmitir cultura.
A dos municipalidades les he hecho esta sugerencia, a la de Providencia y a la de Santiago. Desde luego esto tampoco ha sido atendido. Qué útil sería que a los centros educacionales, universidades de esas comunas o a sus liceos, se le pidiera una colaboración de esta naturaleza. Cuánto ello contribuiría a la formación de valores en quienes lo hagan y trasmitir conocimientos e inquietudes, trasmitir cultura.
Fui Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad de Chile. Su sede, Antumapu, posee lo que podría llamarse un jardín botánico. Traté de que se colocaran esos letreros en los árboles, pero lamentablemente tuve la oposición de los académicos del Área de Botánica; la explicación que me dieron fue que los alumnos iban a destruir los árboles para hacer sus herbarios. Tampoco ahí bajo mi mando, logré hacer que se concretara eso. Contrastó lo anterior con los que me sucedió en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, bajo el mando entonces del Doctor Fernando Monckeberg. La idea tuvo acogida de inmediato y la académica de Ingeniería Forestal, profesora María Teresa Serra se dio la molestia de identificar todas las especies y el Departamento de Tecnología de la Madera me preparó todos los letreros. En el INTA se hizo toda una ceremonia para concretizar esa iniciativa y se hizo un especial reconocimiento a la contribución de la profesora Serra.
En el pasado en nuestras plazas y en la famosa Quinta Normal de Agricultura se mantenía esa sabia costumbre, propia de culturas más avanzadas.
Quisiera referirme a dos temas relacionados con la Universidad de Chile, uno es el del Cerro Calán y el otro es de la Hacienda Rinconada de Maipú, que pasó a llamarse Estación Experimental Agronómica Profesor Germán Greve Silva y, en particular, a la Quebrada de la Plata.
El Cerro Calán, que cubre unas 50 ha, fue donado a la Universidad de Chile para un Observatorio Astronómico y con uno de los compromisos el de reforestar el cerro. Siendo decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales se me presentó la idea de preparar un proyecto de reforestación basado en especies chilenas. La idea provenía del Profesor de Parques y Jardines Ing. Forestal Pedro Gutiérrez. Con autorización de la Facultad de Ingeniería iniciamos las gestiones de financiamiento. Especial colaboración nos prestó el Ingeniero Agrónomo Jorge García Huidobro García Huidobro. Nos contactamos con CAP y con su cabeza máxima, Roberto de Andraca, quien nos aportó el financiamiento para la preparación del proyecto el que fue entregado en la Casa Central de la Universidad de Chile con la presencia del entonces alcalde de Las Condes Joaquín Lavín y la del ministro de Agricultura, Juan Agustín Figueroa.
Andraca llegó incluso a ofrecer financiamiento adicional para iniciar obras. Se pensó en varios miradores y que cada uno de ellos tuviera el patrocinio de un país. Las gestiones iban bien encaminadas. Se tuvo respaldo de varias instituciones y en particular de la Junta de Vecinos del Sector.
Tuvimos un serio tropiezo cuando la Universidad de Chile, desde la Casa Central, respaldó la idea de urbanizar su contorno, haciendo perder así su tan importante característica de cerro isla. Se requería para ello la modificación del Plano Regulador. Los problemas financieros de la Universidad una vez más la forzaban a buscar caminos de solución que dañaban un proyecto de esta naturaleza. No fue fácil evitar que se concretara esta urbanización; tuvimos serios problemas internos. Finalmente el proyecto no avanzó en el camino deseado Varias cartas a El Mercurio se hicieron presente ante la opinión pública.
El otro caso es el de la llamada Hacienda Rinconada de unas dos mil ochocientas hectáreas donde está ubicada la Quebrada de la Plata, hermoso paraje de flora y fauna nativa. En torno a ella se formó la llamada Sociedad de Amigos de la Quebrada de la Plata y se procuró llevar adelante allí un importante proyecto. Se nos sugirió que pudiésemos solicitar que fuera declarada Santuario de la Naturaleza; se preparó una solicitud con toda la documentación requerida. Finalmente fue aprobada y sólo requería una solicitud formal del Rector Luis Riveros de la Universidad, la que nunca se pudo concretizar, aparentemente por la posición contraria del entonces decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas Mario Silva. Se hicieron muchas gestiones de personalidades del sector agronómico, ex ministros de Estado, autoridades locales e incluso se pidió la colaboración de los Presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, ambos parlamentarios del distrito donde estaba localizada la Quebrada en referencia. Nunca se supo las razones de esta posición negativa de la Rectoría.
Desgraciadamente por otra parte, la Hacienda Rinconada, por dificultades financieras dejó de mantener las elevaciones de aguas provenientes de derechos sobre el Zanjón de la Aguada. Con ello se secó un hermoso bosque interior y la hermosa alameda que bordeaba el camino hacia el interior de la Hacienda, terminó también secándose. Finalmente con el tratamiento de las aguas servidas, la Universidad habría perdido sus derechos de agua.
Son sin duda dos sensibles casos acontecidos en nuestra universidad.
Qué importante sería hacer campañas para proteger y cuidar nuestros árboles y jardines, dirigidas a todas las edades y que en gran parte partiera de los altos niveles de Gobierno y desde nuestras más prestigiadas universidades. En torno a esto uno podría plantearse la exclamación ¡Por Dios que poco desarrollados somos! ¡Y que tan erradamente nos sobre estimamos!.