Medicina natural, actualidad y economía

En Chile se necesitan políticas nacionales sólidas con programas y proyectos bien formulados y ejecutados, esto para diferentes materias tales como: Energía, Empleo, Dólar, Contaminación ambiental, Transporte y Carreteras, Desarrollo regional, Tratamiento de Basuras, etc.

Se requiere de una institucionalidad con buenos equipos profesionales y técnicos de carácter permanente que no se estén cambiando por cada gobierno de turno y por cada nueva autoridad que asuma responsabilidades ministeriales.

Diferentes hechos están mostrando estas falencias. El Transantiago y Ferrocarriles han sido un ejemplo, junto con los que está sucediendo con la Energía y lo de que ya hace bastante tiempo está pasando con el valor del Dólar. Hoy golpea el tema de las basuras.


Para algunos asuntos importantes se pretende solucionar a base de comisiones, muchas veces muy numerosas con participantes con distintas posiciones, en que muchos de sus miembros defienden cada uno sus propias posiciones, esto está muy en relación con el tema de la educación; además se hacen investigaciones, algunas parciales, no siempre bien seleccionados sus temas y sin aprovechar la capacidad que existe en Chile para hacer estudios. Se necesita una institucionalidad que dé debida orientación a lo que se investigue y sepa aprovechar oportunamente sus resultados.

El triste proceso de las contrataciones externas que resulta de alta productividad inmediata para las empresas y que frecuentemente facilita la explotación del trabajador, muestra ya estallidos laborales, con la consiguiente organización de los trabajadores en grandes agrupaciones laborales de hecho, que terminan obteniendo éxitos, los que estimulan a que otros sectores reaccionen en forma similar. Ya se están haciendo habituales la toma de caminos y de establecimientos; lo estamos viendo en el cobre y en las actividades forestales. En parte los recolectores de basuras de empresas contratadas por los municipios, reaccionan también a sus bajas rentas y deficientes tratos, generando movimientos en organizaciones informales que surgen de la desesperación.

Definida una buena política, un buen programa y un buen proyecto hay que esforzarse para que éste se cumpla; no debe importar que haya nacido de la iniciativa de una autoridad anterior o de un gobierno pasado; hay que tener altura de miras. Para ello hay que trabajar con personas capaces y de valores; los cuoteos políticos perjudican y los favorecidos deben dar preferencias a sus partidos, de quienes nacieron sus designaciones; eso perjudica la eficiencia. Si bien es cierto esto puede ser el costo de tener una democracia, que tiene un valor inmenso.

Uno puede recordar con nostalgia a la vieja Corporación de Fomento que se preocupó de los grandes problemas nacionales y de sus importantes programas, con sus líneas de acción que iban desde las investigaciones de los recursos y de las realidades nacionales hasta los grandes programas y sus ejecuciones, como también abordaba la planificación nacional del desarrollo. Tenía un Consejo superior con amplia representación, y con gran transparencia era realmente una institución de Estado. Tenía cuadros profesionales y técnicos permanentes que daban continuidad al tratamiento a los grandes problemas nacionales y al aprovechamiento a nuestras potencialidades. Era además una gran corporación financiera prestigiada internacionalmente, que captaba recursos externos y que incluso avalaba al mismo país en la captación de créditos externos. Era intersectorial; su labor se extendía desde la investigación hasta la ejecución, era financista y asesora de empresas privadas, como también a través de sus filiales abordaba temas tan complejos como la energía eléctrica, todo el tema petrolero, la industria azucarera de remolacha. Tenía mucha flexibilidad y cada gobierno podía en parte darle su propia orientación. El gobierno del Presidente Allende la utilizó para la estatización entre otras de la banca, lo que en parte la desprestigió ante la visión de las nuevas orientaciones económicas.

El tema de las basuras y sus vertederos

Me impresionó lo que señalaba el alcalde de la Isla de Pascua en El Mercurio el domingo pasado con las basuras en ese verdadero Santuario chileno. Estamos sufriendo la presencia de basuras en las calles por crisis financieras de varias municipalidades y por las reacciones de los trabajadores ante los deficientes tratos recibidos. Por otra parte se tiene las improvisaciones en establecer los vertederos contaminantes, ubicados en zonas agrícolas importantes, como lo fuera el de Santa Marta, con aprobaciones precipitadas, pues era urgente buscar salidas, presionando a funcionarios para que den curso a malas soluciones en las comisiones medioambientales, con las consiguientes efectos adversos en contaminaciones que se generan y sin avanzar en un gran programa de tratamiento integral de estos desechos, como hoy se hace en muchos países.

En este último tema, necesitamos un gran programa nacional, con soluciones diferentes para cada realidad, desde las grandes ciudades hasta las localidades más pequeñas; un buen programa puede ser de prudentes costos, generar empleos, evitar contaminaciones y aprovechar muchos desechos en diferentes usos. Hay valiosas experiencias externas.

El Transantiago

En el caso del Transantiago se ha reflejado mucho las fallas en su formulación y en su ejecución. Cómo se ha visto su fracaso y en las diferentes ideas que se reciben de distintos hombres públicos y especialistas, hay coincidencias pero también diferencias. Me llamó la atención lo que decía el ingeniero Germán Correa en algunas de sus muy buenas declaraciones, la continua llegada de nuevos responsables que cambiaban las líneas trazadas; cada uno que asumía le daba su tónica personal.

Positiva, en mi opinión, es el proceder de René Cortázar, conocí a su padre, ingeniero agrónomo de grandes valores y principios, siento el orgullo de haber sido su discípulo. Creo que va a salir adelante. Su honestidad y su fuerte personalidad, seguramente heredada de su padre, Premio Nacional en el tema de «Ciencias aplicadas», gran maestro y transmisor de valores.

El tema de la energía

En energía, se plantean muchas ideas, pero ¿quién las analiza y toma decisiones?. Cuánto se discute el aprovechamiento de los recursos hídricos energéticos de la XI región y lo poco que se avanza; hay desconfianzas. Qué distinto era cuando teníamos la ENDESA estatal, que permitió erradicar de Chile los apagones y que tenía un gran programa nacional donde se estudiaba con visión de futuro los desarrollos regionales y las demandas derivadas de energía, para sus inversiones en plantas y en sistemas de transmisión.

Los establecimientos de plantas generadoras a base de energía atómica, recién se empiezan a analizar en forma dispersa sus aspectos positivos y negativos. El uso de la energía geotérmica y la eólica, ¿en qué está todo eso? El aprovechamiento de cursos de agua locales que permitirían establecer pequeñas plantas generadoras daría para interesantes programas de fomento a estas generaciones. El uso de los desechos en la producción eléctrica o en la de gas. ¿Puede todo esto solucionarse a base sólo de empresas privadas con soluciones de rentabilidades privadas y con tarifas adecuadas? Eso no puede ser.

La energía solar, de la cual disponemos en magnitudes inmensas; nuestros grandes desiertos del norte con su gran y permanente luminosidad. ¿Quién estudia todo esto?

El tema de los biocombustibles también aparece como interesante; debe llegarse a programas factibles que estimulen este desarrollo. Es conveniente recordar lo que hizo la CORFO y la IANSA estatal para desarrollar esa importante industria de la remolacha azucarera que tanto aportó al desarrollo de la agricultura y a los avances de las regiones.

Ha salido nuevamente a luz pública los conflictos entre un ministro de Economía y una Presidenta de la Comisión Nacional de Energía, especialista en el tema, que por ello debió dejar su cargo. Ya se estarían presentando en forma sensible lo que ese conflicto generó.

La demagogia peligrosa

La demagogia política daña a nuestra sociedad. No puede olvidarse el caso del puente sobre el Canal de Chacao, ofrecido y asegurado como obra simbólica para el bicentenario de nuestra independencia, obra que desde un comienzo para muchos, nos resultaba algo absurdo. Cómo se anuncia una recuperación de Ferrocarriles, se reconstruyen estaciones en la red sur y se pierde un gran ejecutivo, hoy fallecido, porque estuvo dispuesto a que su empresa reconociera la responsabilidad en el lamentable accidente de esa alumna de Medicina, pero el sistema no lo aceptó. Lamentable es el estado de lo que fuera nuestro gran ferrocarril del sur. Hay sin duda además de demagogia, preocupación por proyectar imágenes y problemas de valores. En lo real, qué efectivamente se hace después para que el sistema ferroviario opere; se necesita un definido apoyo de políticas de Gobierno.

Las carreteras

Ya estamos viendo serios problemas no previstos en las carreteras concesionadas, que no se financian. No pudo haberse hecho todo eso como en el pasado por el Estado, con financiamiento proveniente del ahorro nacional o de préstamos externos que seguramente podrían dar servicios con menor costo. No hubo premuras para proyectar imágenes. Grave sin duda que los funcionarios públicos recibieran sobre sueldos a través de las empresas que ellos mismos debían controlar.

El tema del dólar continúa como algo muy delicado. Tres características son graves:
sus bajos niveles, sus inestabilidades y sus incertidumbres futuras. Diferentes sectores ya están siendo afectados, como especialmente la fruticultura nacional y también los mercados vitivinícolas externos; no debiera ser que su valor fluctúe al ritmo de las oscilaciones del precio del cobre o de las posibilidades de colocar las AFP más ahorros nacionales en los mercados externos o el incremento del gasto y las inversiones públicas a base de la venta de dólares en los mercados cambiarios. Me llamó la atención que en discurso presidencial del 21 de mayo las cifras de gastos nacionales se dieran en dólares, ni siquiera se dijera en equivalentes dólares.

He insistido en otros artículos la necesidad de que exista una política de Estado con relación al valor de la divisa, por la importancia que tiene para la economía nacional. El dólar debiera tener un nivel adecuado para el desarrollo de Chile, nivel estudiado seriamente por una institucionalidad, con visión de mediano y largo plazo; el Estado debiera arbitrar las diferentes medidas para que se cumplan esos valores, incluso con una participación directa del Banco Central en el mercado cambiario. Los ejemplos de las economías del Asia oriental son interesantes, el caso de China especialmente: no le importa acumular reservas, que las presta en los mercados financieros internacionales con tal de mantener una economía en fuerte expansión, especialmente a base de la ampliación de sus exportaciones e incrementando el empleo de su fuerza de trabajo.

Tenemos la experiencia chilena, siempre después de periodos de bajo valor de la divisa, se reduce la actividad económica y se incrementa el desempleo. Su efecto negativo es algo retardado, primero detiene las inversiones y después impacta en la producción.

La contaminación ambiental

El tema de la contaminación ambiental, debiera merecer un tratamiento integral, con visión nacional. Es impresionante cómo se expande en Chile el parque automotor, decenas de miles de nuevos automóviles invaden a la Región Metropolitana; la presencia de miles de empresas contaminantes; se aprecia cada día más invasión de lo urbano sobre suelos agrícolas. Poco o nada se estimula al desarrollo regional y a las ciudades intermedias dentro de una política nacional. Poco se apoya el transporte a base de la energía eléctrica.

En mi opinión debiéramos restablecer en Chile una institucionalidad para la planificación de su desarrollo y tener políticas de Estado en muchas materias, con programas nacionales bien preparados y ejecutados en las grandes materias mencionadas en este artículo y posiblemente en varias otras.

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Un comentario

  1. Profesor es indudable que la clase influyente en la política económica ha definido al país en la simple regla del mercado con una nula intervensión del estado. Esto ha hecho desaparecer los debates del país que queremos construir. Es que las ciencias económicas no pueden ser tan simples, si el mercado no planifica ni ve el futuro. El que hayamos entrado en una espiral de caos por falta de planificación hurbana sale mas caro que la utilidad que produjeron las inversiones sin dirección y cortoplacistas que hoy en día tienen una ciudad que está enferma de contaminación y de ineficiencia. En los gobiernos de Chile desde hace tiempo que no se ocupa a los profesionales que deben estar, como usted bien lo dice concuerdo plenamente. El solo hecho de existrir una demanda insatisfecha en vivienda no debiera bastar para destruir el medio ambiente o la calidad de vida de un barrio. La inversión per se ha bastado como argumento de intervensión en el espacio físico y sociocultural. Todo esto sin atisbar un ápice consecuencias que desestabilizan los sistemas. Para obtener una ganancia el inversionista no piensa en esto. El estado entonces debe recuperar su función direccional, planificadora de lo contrario no se pueden solucionar problemas como la locomoción. Si es obvio como están actualmente distribuídas las poblaciones no se pude pedir una locomoción racional ni menos contaminante como la que existía. Y eso se lo dejó al mercado. Los micreros no tenían culpa de seguir las reglas del mercado, menos aún cuando en el resto de los planos la economía ciegamente lo sigue. Es obvio todo se lo debemos lamentablemente a los mercantilistas que no pueden ver mas allá de su feudo que es el de la redituación de márgenes donde hasta incluso se recurre al las inperfecciones del mercado como ventajas. Usted lo menciona se oprime a los trabajadores hasta que ya no les queda más que protestar con la fuerza. Y es que las protestas se han convertido en señales del mercado de que ya no se puede seguir estrujando oportunismos. El tema da para mucho, pero que debemos reflexionar y darnos cuenta de que existe un poco mas de complejidad en una economía que un oportunismo comercial. En Chile crece el comercio solo de los que se estan quedando con el dinero de los chilenos con las tarjetas de las grandes tiendas. Es patético que la gente no se da cuenta que con estas tarjetas el poder adquisitivo se les redujo casi en un 50%. Es más patético aún que las autoridades lo permitan. Con todo esto que mas podemos esperar de Chile, de muestra un botón. Esto está haciendo que el mal de muchos sea consuelo de tontos y aceptemos el status quo incluso a costo de la ética.
    Profe podría escribir toda la noche pero solo le digo que usted hizo que le expresara lo que saben muchos y creen que no existe la instancia de poder que la recoja.

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