Hoy tuve el agrado de leer la interesante carta al Director de El Mercurio enviada por el Dr. Fernando Orrego Vicuña, profesor titular de la Universidad de Chile y de la Universidad de Los Andes.
Hace una ilustrativa descripción histórica de la evolución de la constitución del electorado, desde una forma muy selectiva en que primero sólo votaban los propietarios y “gente de consideración” para después lo pudiesen hacer todos los varones mayores de edad que supiesen leer y escribir, para posteriormente ir incorporando a la mujer en las elecciones municipales y sólo en 1952, se les incorpora a todas las elecciones. Destaca la creación de la cédula única en 1958, para más tarde permitir que ciegos y analfabetos voten.
Finalmente se refiere a la inscripción automática y al voto voluntario, considerando esto un experimento fallido, por la alta abstención, del orden de un 60% en la última elección.
No comparto su crítica al sistema actual por su alta abstención. Hay que analizar a ésta para primero discutir si una tan alta puede considerarse un fracaso y, a su vez, investigar sobre las causas de ese alto porcentaje.
Más adelante me refiero a estas posibles y a otros temas relacionados, para finalmente presentar in extenso la interesante carta en referencia.
Entre las causas puede estar en mi opinión como importante el desprestigio de los políticos, por razones a su vez muy diversas. El incumplimiento de compromisos sin duda desanima para sufragar; cuántos nos sentimos engañados por esos incumplimientos, lo que nos hace pensar si en conveniente hacer el sacrificio de ir sufragar. Se me ha informado que en países de más desarrollo social y político se dan abstenciones de esa magnitud.
Al parecer las abstenciones han sido distintas por comunas, al igual que la votación juvenil.
La magnitud de la abstención y su evolución es sin duda un indicador político importante. Además tiene otras ventajas; cuando el votar era obligatorio, cuántas personas debían ir a Carabineros a dejar constancias de que estaban distantes de sus lugares de votación; cuántos que no votaban no recibían sanción alguna. Cuánta fuerza policial debía dedicarse a registrar estas justificaciones, abandonando otras funciones que podrían ser consideradas prioritarias. Me tocó en el extranjero tener que ir a dejar constancia en el Consulado que para un día de elección estaba en ese país x. Cuántos por problemas familiares o personales de última hora no podían ir a votar y después necesitaban justificación si eran amenazados de sanción.
No olvidemos qué espuria constitución tenemos y hasta dónde eso es causa del desprestigio del sistema político chileno. Qué ha pasado con la Educación Cívica en Chile que no se ha querido reestablecer.
Por qué no se quiso dar movilización gratuita para el día de le elección. Una familia de escasos recursos con el matrimonio con derecho a voto, cuánto debía pagar para llegar al lugar de votación. Un cálculo simple, el equivalente a dos kilos de pan. Un economista podría decir que el costo beneficio le era adverso a ese grupo familiar.
Qué importante es crear conciencia cívica. Pero quién forma en esa conciencia.
La corrupción municipal dicen que son enormes. También lo es en otras instancias. Cómo se han burlado los compromisos constitucionales de que parlamentarios deban tener determinado tiempo de residencia regional antes de ser electos. Cuántos compromisos electorales quedan en el olvido; cómo se derrocha publicidad que para muchos nos origina molestia y rechazo.
Es importante investigar científicamente por qué tantos no votan; por otra parte, es tan grave que esa masa no vote.
Por qué hemos sido incapaces de permitir que el chileno residente en el extranjero pueda votar. Cuántos extranjeros residentes en Chile pueden hacerlo para elegir autoridades de su país de origen. No olvidemos que el Gobierno actual quiso poner exigencias para la votación de chilenos en el exterior, primero fueron de las más diversas, para finalmente el Presidente Piñera para respetar el poner exigencia, termina señalando que ésta debe ser la de inscribirse en el Consulado que le corresponda. Sin duda que eso era imprescindible, era una necesidad más que una exigencia. Pero todo quedó ahí.
Qué importante es que el chileno residente en el extranjero se sienta ciudadano de su país de origen.
A continuación presento la carta a la que hago referencia
Cartas
Miércoles 14 de Noviembre de 2012
Experimento fallido
Señor Director:
Durante dos siglos, el sistema electoral chileno fue siendo perfeccionado gradualmente. Primero votaban sólo los propietarios y «gente de consideración», después, en 1874, se amplió el universo electoral a todos los varones mayores de edad que supieran leer y escribir y se crearon las juntas inscriptoras, lo que acabó (casi) con la intervención electoral del gobierno.
Más tarde, en 1935 las mujeres pudieron votar en las elecciones municipales y en 1952, bajo el Presidente González Videla, pudieron hacerlo en todas las elecciones.
En 1958, bajo el Presidente Ibáñez, se creó la cédula única con lo cual se evitó el cohecho electoral, una gran lacra del sistema. En 1969 pueden votar los ciegos y en 1972 los analfabetos.
Todo funcionó muy bien hasta que vino la ley de inscripción automática y voto voluntario(2011), con los resultados electorales de una abstención de un 60%.
Por ello uno puede considerar que esto fue un experimento fallido. Los propósitos de los impulsores de esta reforma, que fue incentivar el voto de los jóvenes, fracasaron completamente y, de hecho, se ha puesto en jaque no sólo la clase política sino, lo que es más grave, a la democracia representativa misma.
Pienso que es urgente que este experimento fallido vuelva atrás, sin que medien pequeños cálculos electoralistas y se retomen los cauces de la democracia chilena que tanto fruto dio en el pasado.
Dr. Fernando Orrego Vicuña
Profesor titular Universidades de Chile y de los Andes
