Medicina natural, actualidad y economía

Incendios forestales en sectores suburbanos y rurales de vegetación natural(no plantaciones)

Chile tiene una rica disponibilidad de profesionales y técnicos preparados en la lucha contra los incendios forestales, como también se dispone de una valiosa información y experiencia; sin embargo los incendios se repiten anualmente y comprometen viviendas aledañas a la vegetación natural. Ya este año tenemos dos mártires, personas que dieron sus vidas por auxiliar a otros seres en riesgo; varias otras han quedado heridas. Dos incendios se han hecho presente este año con destrucciones de viviendas en la Quinta región.

El mes de febrero es más riesgoso, ya que la vegetación está más seca.

Desde años atrás se sabe que el cuerpo de bomberos no dispone de recursos para atender este tipo de siniestros y han debido enfrentar serios problemas de financiamiento y de daños en su material para enfrentar incendios forestales, lo que además compromete su atención preferencial a los sectores urbanos. La CONAF tampoco dispone de recursos suficientes para estos objetivos; los incendios deben atacarse con brigadas especiales, maquinaria terrestre y con equipos aéreos, helicópteros y aviones. En las plantaciones comerciales existen organizaciones especiales para hacerlo, y disponen de estos recursos. Se dan iniciativas solidarias. Pero esto parece no darse en la vegetación natural y en los sectores periurbanos.

El tema más importante es prevenir los incendios o la gravedad de éstos.

Se ha visto que una vez que se produce el siniestro se trata preferentemente de buscar a los culpables que lo generaron voluntaria o involuntariamente; desgraciadamente poco se aborda la necesidad de prevenirlos o de evitar la intensidad de éstos. Habitualmente al niño le gusta generar el fuego, como también a veces a los mayores. Lo grave es que un simple y pequeño inicio por un cigarrillo, un fósforo o una brasa, genera un proceso que rápidamente se expande y avanza, especialmente a las horas de más temperatura, más sequedad del aire y especialmente cuando se generan fuertes vientos, comunes en los veranos de las zonas costeras. El fuego avanza horizontalmente y con mayor intensidad asciende por las quebradas y por sus costados; el mismo fuego motiva corrientes aéreas que retroalimentan su avance e intensidad. Es frecuente que el fuego llegue a sectores poblados y origine incendios de viviendas, como ya en dos oportunidades se han presentado en la Quinta región. La intensidad del calor generado hace muy difícil su control; el agua a menudo se hace incapaz de detener el avance e incluso de impedir que el calor genere el incendio de las viviendas; las altas temperaturas motivan la generación de gases inflamables que generan nuevos focos incendiarios.  

El daño de estos incendios es además importante sobre la flora y la fauna; perjudica el turismo y desde luego compromete a viviendas y pobladores urbanos. El fuego llega a veces hasta cortar caminos.

Cualquier experto que vea la realidad, se dará cuenta del tremendo riesgo que se tiene. Los siniestros pueden perfectamente simularse y conocer los agentes que los alimentan.. Los pastizales secos son la fuente básica inicial que permite su rápida expansión y que al recibir las chispas arrastradas por el viento, van generando nuevos focos, que adquieren su propia dinámica.

Sin dudas que existen muchas formas para reducir la presencia de graves siniestros.

Estoy seguro que para cada realidad pueden establecerse medidas preventivas de diferentes naturaleza, incluso pueden aplicarse algunas de carácter tardío, como son las quemas controladas.  Una población en riesgo podría ser sometida a una quema manejada de sus alrededores; éstas pueden hacerse a horas convenientes y por pequeños sectores bien programadas, que garanticen evitar su expansión. Los sectores quemados pasan a ser como verdaderos corta fuegos.

La Quinta región tiene experiencias sobre el desmalezamiento alrededor de la Refinería de Petróleos de Con Con. Son casos donde el interés económico se hace patente, como también el riesgo de incendio de una refinería petrolera que puede ocasionar catástrofes derivadas de graves explosiones. Hay ahí una empresa que está directamente interesada en el tema.

La experiencia de la Quinta región es lamentable. Todos los años se repiten estos graves eventos y muy poco se hace para prevenirlos. Al parecer no hay una entidad responsable de llevar adelante programas o acciones preventivas, como tampoco de ataque programado de los focos que puedan ir surgiendo.

Con la experiencia que se tiene, perfectamente se pueden elaborar simulaciones que permitan estimar su forma de expansión y su gravedad. A base de eso, debieran hacerse los tratamientos preventivos, como por ejemplo lo señalado de quemas controladas.

Recuerdo que años atrás se tuvo un gran proyecto FONDEF en el que participó la Universidad de Chile, a través de recursos humanos de la hoy Facultad de Ciencias Forestales, pero el proyectó sólo abarcó terrenos ocupados por plantaciones comerciales; estos proyectos exigían que los sectores privados participases, con el aporte de recursos financieros. De ese proyecto se tiene un valioso material y una experiencia acumulada de recursos humanos.

Desde hace años he venido desarrollando una idea de programa que lo he analizado con muchos expertos y lo he divulgado a distintos sectores, sin recibir opiniones en contra, por el contrario, en general tuve respaldo.

La idea de proyecto se basa en un aprovechamiento de los pastizales oportunamente con ganado a base del uso de pastores que manejen los animales pastando programadamente de manera de consumir primero los pastos que generen más riesgos, para dejar los menos riesgosos para después. Si uno se fija en los sectores donde se ha tenido una alta carga animal; en general no se producen incendios y constituyen verdaderas barreras para el avance del fuego.

Proyectos de esta naturaleza podrían generar empleo e ingresos, reducir pérdidas económicas importantes y especialmente evitar muertes humanas. Transformarían los pastos en alimentos y evitarían el incendio. Hoy día sería posible a base de evitar emisiones de C motivadas por los incendios y manteniendo la captación del C por la vegetación que perdura, lograr financiamientos mediante bonos de carbono. No cabe duda que también se justificarían destinar recursos fiscales y fondos rgionales para estos fines.

Estoy cierto que cualquier análisis de costos beneficios justificarían plenamente un programa de esta naturaleza, que evitarían incluso pérdidas humanas que no pueden valorarse monetariamente.

Los años de más riesgos son los de primaveras húmedas, cuando más se desarrollan los pastizales que al tener más desarrollo y posteriormente secarse constituyen una masa combustible mayor.

A continuación presento in extenso esta idea de programa.. 

 

Programa ganadero y control preventivo de incendios forestales

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