Medicina natural, actualidad y economía

Informativa segunda carta de la hija de Edgardo Boeninger al Director de El Mercurio. Nuevamente se capta la admiración muy justificada de una hija por su padre

Edgardo era una persona extraordinaria. Por Dios que hace falta hoy día en Chile un hombre con esas cualidades de estadista,

Parece que estamos hoy en nuestro país en una crisis de valores en la política nacional. Parece increíble por quiénes se nos presentan en las alternativas de llegar a Presidente del país.

Muy recientemente Iris Boeninger, hija de Edgardo envió al Director de El Mercurio una interesante carta en que se refiere a cualidades de su padre. Una carta similar se publicó en el mismo diario con motivo de cumplirse 50 años desde que fue nombrado su padre por primera vez Rector de la Universidad de Chile, entonces una institución académica tan superior a la actual.

Yo tuve muchos contactos con Edgardo, especialmente en tres circunstancias; éstas se dieron en la Universidad de Chile cuando fuimos compañeros de curso entre 1955 y 1959 en la carrera de Ingeniería Comercial. Posteriormente durante el Gobierno de Eduardo Frei Moltalva en la actividad pública y finalmente en la Universidad de Chile, especialmente en la vida académica.

El 19 junio de este año publiqué un extenso artículo en mi página web titulado. “Edgardo Boeninger, gran hombre público chileno. Carta de su hija a El Mercurio en recuerdo de su padre al cumplirse 50 años de su elección de Rector de la Universidad de Chile y algo más sobre este gran ingeniero”

Me parece muy conveniente presentar en esta oportunidad estas dos cartas de su hija.

La pasada el 13 de junio de este año fue la siguiente:

Edgardo Boeninger y el liderazgo

Señor Director:

     Se conmemoraron 50 años de su elección como rector elegido en la Universidad de Chile, la que la definía como su casa.

     Independiente y fiel a sí mismo, de gran calidad humana, a pesar de las dificultades y abandono que tuvo que vivir cuando era solo un niño, salió adelante como un hombre íntegro, superando los escollos y doblándole la mano al destino. Fue ministro, senador, rector y uno de los principales ideólogos de la transición democrática.

     Independiente y transversal, creía en la democracia y en la importancia de los partidos políticos. Jamás se le oyó hablar con encono o contra alguien, y menos faltando el respeto, aunque fuese adversario político. “No reditúa, estén seguro de ello” decía. Nunca emplazó, siempre fue con el diálogo, la idea, dispuesto a escuchar, y “persuadir y ser persuadido”, ya que el mejor triunfo para él era el acuerdo legítimo, en el cual se cede, se escucha y se coopera para llegar a un consenso, siendo el mayor logro la ley que se legitima por el acuerdo.

    Decía que “liderar no significa imponer posturas intransigentes. Junto con la firmeza de sus convicciones, un líder debe tener la capacidad de transigir, de dejarse persuadir y de conducir a la gente a acuerdos negociados”. Agregaba “por sobre todas las cosas, un líder es aquel que tiene coraje, honestidad y capacidad de jugárselo aun en condiciones adversas, enfrentando las encuestas, las posiciones intransigentes, y el chantaje de quienes le echan en cara de alejarse – cuando lo estime necesario – de lo políticamente correcto o de la tradición de su propio grupo.

     Una democracia eficaz necesita de liderazgo en cada uno de sus dirigentes políticos, sin espacio para la agresión o el odio, sino el de la cohesión para infundir esperanza. Cuando los líderes están ensimismados en sus propias ideas, dejan fuera al ciudadano, quien comienza a descreer de la política en desmedro de la democracia”.

     Su principal motivación, “el estar convencido de que Chile tiene una espléndida oportunidad. Y a veces, cuando las oportunidades se pierden, es para siempre, por eso invito a todos a levantar la vista y a ponernos de acuerdo en un horizonte común”.

IRIS BOENINGER

 

Su carta más reciente, publicada el 28 de noviembre de 2021:

Titulada

 Boeninger y la calidad de la política

    Señor Director:

    Boeninger se preocupaba profunda e intensamente por la necesidad de elevar la calidad de la política. Eso, decía, requiere de liderazgos fuertes para lo cual es clave, tener la capacidad de generar confianzas en los demás (valor que permitió que se formara la Concertación, y cuyo deterioro fue el principio de su fin), ya que “ser consecuente requiere de una conducta que guarde correspondencia con los principios que se profesa, donde los comportamientos concuerden con el discurso, siendo esto una de las claves para ganar la confianza”.

     Hablaba también de levantar la mirada, es decir, no quedarse en “ganar esos puntitos electorales” que llevan a que la confrontación predomine sobre los intereses nacionales.

     Boeninger era un hombre pragmático, que adhirió a sus convicciones e ideas con la fuerza, pero manteniendo el sentido de la oportunidad para adaptarse a las condiciones reales, siendo vital aceptar las consecuencias y los efectos prácticos de las acciones  que se llevaron a cabo. Le preocupaba justamente que “quienes se dedican a la política no tuviesen entre sus predilecciones encargarse sin considerar las consecuencias de sus acciones y decisiones”.

     Boeninger fue uno de los actores relevantes del proceso virtuoso que vivió Chile en los últimos treinta años, y decía: “el buen político, que ha sido parte de un largo proceso en Chile, debe hacerse cargo de lo que ha hecho bien y también de lo que queda pendiente para no caer en la tentación de mirar para otro lado, endosando el problema a otro, ya que a la larga esto se irá no solo en su contra, sino también en contra, sino también en contra de la calidad de la política y de la vida de los ciudadanos. El espíritu constructivo de valorar lo hecho permite centrarse en lo que falta”.

    Es necesario levantar la mirada por encima de la contingencia, para señalar posibles caminos de solución respecto de las materias más graves que atañen a los ciudadanos, quienes necesitan que se le den todas las condiciones de seguridad y certezas posibles, en un momento que ya ha generado demasiada incertidumbre por la pandemia, por el deterioro de la economía, y por la violencia, ya que es vital para subsistir poder creer en que la seriedad, la consecuencia y la mirada elevada serán el patrón de conducta de quienes tejerán el futuro.

IRIS BOENINGER

Ojalá Iris siga escribiendo sobre su padre. Es importante que más se sepa de los grandes valores de su progenitor.

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